Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El fantasma del Frente Nacional revivió. Las organizaciones sociales temen que la propuesta del ‘Pacto Nacional para la Paz’, que ha tomado fuerza luego de conocerse los resultados del plebiscito, en el que el NO ganó por un resultado demasiado ajustado, pueda desembocar en un acuerdo entre élites políticas como el que se implementó entre 1958 y 1974 para intercalar el poder entre los liberales y los conservadores.
Aida Quilcué, vocera del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), aclara lo que los movimientos sociales entienden por élites al afirmar que ni el gobierno ni las Farc ni el Centro Democrático pueden tomar decisiones que le conciernen a toda la sociedad colombiana.
Las organizaciones sociales proponen que se abran espacios de diálogo nacional en los cuales se incluyan a los diversos sectores del país y no solo a los partidos con representación política en el Congreso. “Hay que exigirle al gobierno que ese pacto nacional se abra a un diálogo grande en el país”, afirmó Jimmy Moreno, vocero del Congreso de los Pueblos, movimiento que reúne a más de 400 organizaciones sociales. Muestra de su influencia en la movilización social es que para su congreso constitutivo llegaron más de 10 mil personas a Bogotá desde varias regiones del país.
Las organizaciones étnicas también están pidiendo pista en el inminente diálogo nacional. Hernán Cortés, vocero del Proceso de Comunidades Negras (PCN), dijo que le están planteando al gobierno que se incluya a los pueblos étnicos, tanto afrodescendientes como indígenas, en los nuevos escenarios de discusión nacional que se abran de ahora en adelante. “Las élites no pueden sentarse a decidir por las víctimas. El diálogo político se tiene que dar con la participación, ahora sí, de la sociedad civil”, añadió Quilcué.
Esta no es la primera vez que las comunidades étnicas temen ser excluidas. Uno de los análisis que hace el PCN de la derrota del Sí en el plebiscito es que el gobierno marginó a “la sociedad, a las organizaciones y a la gente que puede movilizar a las comunidades”. En dicha organización afirman que, por el contrario, la campaña se hizo por medio de los congresistas, los alcaldes y los gobernadores.
El temor de que el Pacto Nacional para la Paz sea un escenario en el que exclusivamente tengan cabida las élites políticas radica en que las organizaciones sienten que varias de sus inquietudes quedaron consignadas en el Acuerdo de Paz entre el gobierno y las Farc. Cortés afirmó que el PCN va a defender ante cualquier modificación el capítulo étnico que quedó consignado en los Acuerdos de La Habana.
Lo que está por venir
Las cuatro organizaciones sociales (Congreso de los Pueblos, Cric, PCN y Marcha Patriótica) consultadas declararon su sorpresa ante los resultados del plebiscito del pasado domingo. Esta semana se definirán los lineamientos que va a seguir el movimiento social en Colombia de cara al nuevo escenario que planteó el triunfo del No.
“Hay que seguir en una labor pedagógica del Acuerdo de Paz”, dijo David Flórez, vocero nacional de Marcha Patriótica. Dicha organización apoya la movilización universitaria de este miércoles en Bogotá. Entre esta y la siguiente semana, irán puerta por puerta en las principales ciudades del país para llamar a los colombianos a marchar el viernes 14 de octubre en defensa de los Acuerdos de La Habana y como una muestra del clamor nacional de paz.
Desde el Congreso de los Pueblos, junto con otras 70 organizaciones que hacen parte del comité de impulso, se está promoviendo la Mesa Social para la Paz. Dicho espacio pretende, en palabras de Jimmy Moreno, “buscar escenarios de una participación mucho más vinculante y directa que sea escuchada por el Estado”.
Esta iniciativa no es nueva. Desde el Congreso Nacional de Paz que se realizó en Bogotá en 2013 se venía construyendo esta iniciativa en diferentes regiones del país. Sin embargo, la coyuntura constituye un momento propicio para impulsar este escenario de diálogo.
Cortés fue enfático al afirmar que el PCN, además de movilizarse por todo el país, va a “insistir, a partir del principio de autonomía, en plantearle al Gobierno y a las Farc que en lo que sea posible queremos que en nuestros territorios donde ganó el Sí se puedan implementar los acuerdos con nuestros gobiernos étnicos.”
El Cric, por su parte, espera que se generen espacios en los cuales confluyan varios movimientos sociales para empezar a pensar cuáles son las acciones que deban emprender pensando en la construcción de la paz. “No vamos a renunciar a los procesos de movilización porque es un camino de exigibilidad de los derechos y la paz es un derecho que seguramente tendrá que exigirse”, concluyó Quilcué.