Padre De Roux explica por qué se canceló el simposio con militares
El presidente de la Comisión de la Verdad afirmó que su decisión de cancelar el evento que estaba organizando por el comisionado Carlos Ospina obedeció a que el coronel Hernán Mejía, condenado por “falsos positivos”, era ponente y la entidad no podía servir de plataforma para que esta persona hiciera una “legitimación pública de su comportamiento”.
Después de que se filtrara a medios de comunicación una carta del comisionado de la Verdad Carlos Ospina, mayor retirado del Ejército, en la que insinuó que hubo censura y sesgo ideológico por parte de ese organismo al cancelar un simposio sobre los llamados “falsos positivos” en el que participarían varios oficiales retirados del Ejército, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, se pronunció sobre las razones que llevaron a esa cancelación.
La explicación del sacerdote jesuita se produjo de manera espontánea durante un evento sobre el Estatuto de Seguridad durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, ante una intervención del mayor general (r) Juan Salcedo Lora en la que reclamó por la no realización del simposio. El general dijo que sus compañeros del Centro de Análisis, Seguridad y Defensa “se prepararon para participar en un simposio convocado por uno de sus comisionados, tal como en esta oportunidad, pero se desconoció su alta calidad motivado por motivos extraños”. Y apeló a palabras dichas por el mismo De Roux para sentar su protesta: “es imposible construir una nación solo entre los buenos. Simplemente (quería) dejar esa constancia, padre”.
“Como presidente de la Comisión, yo di por terminado el simposio por la presencia allí del coronel Hernán Mejía Gutiérrez. (…) La razón es la siguiente. El coronel Hernán Mejía tiene seis procesos por homicidio en persona protegida y es compareciente ante la Jurisdicción Especial para la Paz. Él ha negado responsabilidades. En esas condiciones, la Comisión ha recibido grupos de víctimas de esos casos. La Comisión, por decencia con esas víctimas, y no revictimización de las mismas no puede dar una plataforma en la que el coronel haga una legitimación pública de su comportamiento, cosa que él ha hecho ya legitimando su conducta en otros escenarios”, le contestó De Roux.
(Le puede interesar: Ejército entrega a la Comisión de la Verdad un informe sobre secuestro y desaparición de soldados regulares)
Esta respuesta llegó en momentos en los que el país esperaba un pronunciamiento oficial por parte de la Comisión, ya que la filtración de la carta a los medios había dejado la sensación de que existe una honda fractura al interior de este organismo, creado en virtud del Acuerdo de Paz, con el fin de que tanto víctimas como victimarios y todo tipo de personas con alguna responsabilidad en la guerra, contribuyan a la construcción de la verdad. A los rumores sobre la “división” en su interior se sumaron trinos y pronunciamientos que acusan a la mayoría de comisionados de tener un sesgo ideológico que favorecería a la izquierda y a los grupos guerrilleros.
La explicación del presidente de la Comisión planteó unas razones de fondo que no se conocían sobre la cancelación del evento y es que tal como estaba planteado por el mayor Ospina, el coronel Mejía participaría en calidad de conferencista y no como uno de los tantos responsables de delitos en el marco del conflicto que se ha acercado a contribuir a la verdad. En el evento que parecía tener un corte más académico, por ejemplo, se hablaría sobre conceptos jurídicos del Derecho Internacional Humanitario para referirse a lo que la justicia transicional a calificado como “muerte ilegítimamente presentada como baja en combate” y se conoce popularmente como “falsos positivos”.
(Lea también: Las tres fases de los “falsos positivos” del Batallón La Popa)
Hay que recordar que el coronel Hernán Mejía está condenado a 14 años por la justicia ordinaria al comprobarle que, como comandante del Batallón La Popa, en Valledupar, entre el 2002 y el 2004 se alió con paramilitares para, entre otros delitos, realizar ejecuciones extrajudiciales y actuar de manera conjunta. El oficial ha negado en diferentes escenarios esos hechos y hasta escribió un libro, “Me niego a arrodillarme”, en el que defiende su inocencia. Hace poco se lanzó su postulación como precandidato presidencial.
En ese sentido, el padre De Roux dijo que invita en privado y formalmente al coronel Mejía a aportar la verdad histórica y ética como compareciente ante la JEP y ante el sistema de justicia transicional del que hace parte la Comisión. Por eso vale la pena recordar que la Comisión de la Verdad es un organismo de carácter extrajudicial, es decir, lo que se cuenta ante ella no puede ser usado en procesos judiciales.
“Estamos dispuestos a invitarlo, si él acepta, a un escenario público, pero para reconocer responsabilidades históricas y éticas, no jurídicas, ante las víctimas y la sociedad, y pedir perdón. Nosotros hemos recibido bajo esas condiciones a líderes de organizaciones ilegales. En público después de ocho meses de preparación y diálogos, exparamilitares y exguerrilleros se presentaron en el escenario creado por la Comisión para reconocer crímenes de guerra, para pedir perdón y para manifestar delante del país que estaban dispuestos a trabajar por la verdad y por la paz”.
Se refirió al Encuentro por la Verdad que sucedió en Bogotá en noviembre de 2019, en el que por primera vez en la historia de Colombia, varios excomandantes de las Farc, las Auc, el M19, y otras guerrillas desmovilizadas a finales de los años 80 y comienzos de los 90 se reunieron para reconocer las afectaciones que causaron los grupos armados que comandaron.
El general Salcedo Lora le agradeció a De Roux la explicación, no sin antes aclarar que otros miembros de las fuerzas armadas estaban invitados al simposio y que al cancelarlo no se hicieron excepciones con ellos. “Yo le acepto su palabra, padre, siempre he creído en ella”, dijo.
De Roux mencionó que se han hecho seis simposios y 53 encuentros con miembros del Ejército, Policía, Fuerza aérea y Armada.
Después de que se filtrara a medios de comunicación una carta del comisionado de la Verdad Carlos Ospina, mayor retirado del Ejército, en la que insinuó que hubo censura y sesgo ideológico por parte de ese organismo al cancelar un simposio sobre los llamados “falsos positivos” en el que participarían varios oficiales retirados del Ejército, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, se pronunció sobre las razones que llevaron a esa cancelación.
La explicación del sacerdote jesuita se produjo de manera espontánea durante un evento sobre el Estatuto de Seguridad durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, ante una intervención del mayor general (r) Juan Salcedo Lora en la que reclamó por la no realización del simposio. El general dijo que sus compañeros del Centro de Análisis, Seguridad y Defensa “se prepararon para participar en un simposio convocado por uno de sus comisionados, tal como en esta oportunidad, pero se desconoció su alta calidad motivado por motivos extraños”. Y apeló a palabras dichas por el mismo De Roux para sentar su protesta: “es imposible construir una nación solo entre los buenos. Simplemente (quería) dejar esa constancia, padre”.
“Como presidente de la Comisión, yo di por terminado el simposio por la presencia allí del coronel Hernán Mejía Gutiérrez. (…) La razón es la siguiente. El coronel Hernán Mejía tiene seis procesos por homicidio en persona protegida y es compareciente ante la Jurisdicción Especial para la Paz. Él ha negado responsabilidades. En esas condiciones, la Comisión ha recibido grupos de víctimas de esos casos. La Comisión, por decencia con esas víctimas, y no revictimización de las mismas no puede dar una plataforma en la que el coronel haga una legitimación pública de su comportamiento, cosa que él ha hecho ya legitimando su conducta en otros escenarios”, le contestó De Roux.
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Esta respuesta llegó en momentos en los que el país esperaba un pronunciamiento oficial por parte de la Comisión, ya que la filtración de la carta a los medios había dejado la sensación de que existe una honda fractura al interior de este organismo, creado en virtud del Acuerdo de Paz, con el fin de que tanto víctimas como victimarios y todo tipo de personas con alguna responsabilidad en la guerra, contribuyan a la construcción de la verdad. A los rumores sobre la “división” en su interior se sumaron trinos y pronunciamientos que acusan a la mayoría de comisionados de tener un sesgo ideológico que favorecería a la izquierda y a los grupos guerrilleros.
La explicación del presidente de la Comisión planteó unas razones de fondo que no se conocían sobre la cancelación del evento y es que tal como estaba planteado por el mayor Ospina, el coronel Mejía participaría en calidad de conferencista y no como uno de los tantos responsables de delitos en el marco del conflicto que se ha acercado a contribuir a la verdad. En el evento que parecía tener un corte más académico, por ejemplo, se hablaría sobre conceptos jurídicos del Derecho Internacional Humanitario para referirse a lo que la justicia transicional a calificado como “muerte ilegítimamente presentada como baja en combate” y se conoce popularmente como “falsos positivos”.
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Hay que recordar que el coronel Hernán Mejía está condenado a 14 años por la justicia ordinaria al comprobarle que, como comandante del Batallón La Popa, en Valledupar, entre el 2002 y el 2004 se alió con paramilitares para, entre otros delitos, realizar ejecuciones extrajudiciales y actuar de manera conjunta. El oficial ha negado en diferentes escenarios esos hechos y hasta escribió un libro, “Me niego a arrodillarme”, en el que defiende su inocencia. Hace poco se lanzó su postulación como precandidato presidencial.
En ese sentido, el padre De Roux dijo que invita en privado y formalmente al coronel Mejía a aportar la verdad histórica y ética como compareciente ante la JEP y ante el sistema de justicia transicional del que hace parte la Comisión. Por eso vale la pena recordar que la Comisión de la Verdad es un organismo de carácter extrajudicial, es decir, lo que se cuenta ante ella no puede ser usado en procesos judiciales.
“Estamos dispuestos a invitarlo, si él acepta, a un escenario público, pero para reconocer responsabilidades históricas y éticas, no jurídicas, ante las víctimas y la sociedad, y pedir perdón. Nosotros hemos recibido bajo esas condiciones a líderes de organizaciones ilegales. En público después de ocho meses de preparación y diálogos, exparamilitares y exguerrilleros se presentaron en el escenario creado por la Comisión para reconocer crímenes de guerra, para pedir perdón y para manifestar delante del país que estaban dispuestos a trabajar por la verdad y por la paz”.
Se refirió al Encuentro por la Verdad que sucedió en Bogotá en noviembre de 2019, en el que por primera vez en la historia de Colombia, varios excomandantes de las Farc, las Auc, el M19, y otras guerrillas desmovilizadas a finales de los años 80 y comienzos de los 90 se reunieron para reconocer las afectaciones que causaron los grupos armados que comandaron.
El general Salcedo Lora le agradeció a De Roux la explicación, no sin antes aclarar que otros miembros de las fuerzas armadas estaban invitados al simposio y que al cancelarlo no se hicieron excepciones con ellos. “Yo le acepto su palabra, padre, siempre he creído en ella”, dijo.
De Roux mencionó que se han hecho seis simposios y 53 encuentros con miembros del Ejército, Policía, Fuerza aérea y Armada.