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El próximo 29 de octubre, los exguerrilleros que se suscribieron al Acuerdo de La Habana, y que participan en política electoral como candidatos y miembros de un partido o movimiento, tendrán sus segundas elecciones regionales estando en paz.
Estos serán unos comicios históricos para los excombatientes y sus intenciones territoriales, pues nunca antes esta población había tenido en los tarjetones tantas caras que aspiran a un cargo público de esta índole. Como señaló Colombia+20, con datos de la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), serán 144 candidatos exFARC, que superan a los 101 que aspiraron a las elecciones regionales de 2019, los que buscarán votos para entrar a Alcaldías, Concejos, Asambleas, Juntas Administradoras Locales y Gobernaciones.
Tolima, Antioquia, Cauca, Putumayo y La Guajira concentran 64 de esas candidaturas y son lugares que concentran varias de las estrategias electorales de los candidatos reincorporados que están en el ruedo político. Hay que tener en cuenta que el Partido Comunes no alberga la totalidad de esas aspiraciones y que de hecho su flujo de aspirantes redujo este año (296) respecto a 2019 (308 candidatos).
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Otra premisa ante estas elecciones es que irrevocablemente toda la población reincorporada se iría en alianza con grupos de izquierda. Por eso, hace unos días sorprendió la adhesión de Pastor Alape a la candidatura de Luis Pérez, de una orilla opuesta. ¿Qué otros casos similares se pueden reseñar?
Pastor Alape y su suma a Luis Pérez por la Gobernación de Antioquia
El antiguo comandante del Bloque Magdalena Medio de las FARC anunció el pasado 21 de septiembre que desde Puerto Berrío, municipio del cual busca ser alcalde en las contiendas del próximo domingo, le dará respaldo al exgobernador de Antioquia y quien aspira al mismo puesto, Luis Pérez Gutiérrez.
Durante el conflicto armado y en medio de las negociaciones de paz de La Habana, Pérez -conocido a nivel nacional por sus posturas conservadoras- ambas personas estuvieron en orillas opuestas y hasta la semana pasada esta unión podría parecer más que improbable. Sin embargo, y para sorpresa de más de uno, no es la primera vez que las FARC en su conjunto o alguno de sus más renombrados comandantes se une políticamente con alguien a quien en la guerra persiguieron o distaron en sus posturas.
Para Pastor Alape no es descabellado su apoyo a alguien como Luis Pérez. El candidato a la Alcaldía de Puerto Berrío dijo en una misiva publicada el pasado domingo que “Luis Pérez es un candidato que garantizará avances hacia la construcción de paz”.
Situación que hace menos de una década, cuando las FARC estaban negociando su salida del conflicto armado, podría tener una lectura diferente que los distaba.
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Siendo gobernador de Antioquia, en 2016, Luis Pérez calificó al proceso de paz de La Habana como una “guachafita” y al inicio del posconflicto como “un desorden costoso y poco disciplinado”.
De hecho, luego de un rastreo de este medio a comentarios públicos de Luis Pérez Gutiérrez sobre las FARC, antes o después de dejar las armas, el único punto que sentó similitudes con esa población fue cuando en junio de 2017 el político antioqueño lideró una campaña regional para que el Gobierno Nacional acelerara las políticas de entrega de vivienda rural y acceso a tierras de reincorporados.
Ante la cadena RCN Radio, Pastor Alape dijo que “esto no convierte a Pérez en candidato de Petro o de la izquierda. Es un hombre que quiere trabajar por la implementación del Acuerdo de Paz en Antioquia y por eso lo apoyamos”.
Una noción que difiere de lo que pensaban las FARC en armas de Pérez Gutiérrez hace más de dos décadas. En testimonios recogidos para el libro “FARC, de guerrilla campesina a máquina de guerra” quedó recopilado de voz de Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda Vélez) que para este antiguo grupo armado “Luis Pérez es del tipo de gente contra la que luchamos. Un despiadado que como alcalde de Medellín fue cómplice de la Operación Orión”.
Luis Eladio Pérez y el apoyo de Comunes cuando aspiraba a la Gobernación de Nariño
Las FARC secuestraron durante seis años y medio años a Luis Eladio Pérez Bonilla. El 10 de junio de 2001, el Bloque Sur de las FARC lo plagió en carreteras de Nariño y estuvo en cautiverio hasta el 28 de febrero de 2008, cuando fue liberado junto con Jorge Gechem, Orlando Beltrán y Gloria Polanco luego de un acuerdo humanitario alcanzado con la exguerrilla.
Quien fue congresista por dos periodos consecutivos, se separó de la política electoral en 2017, año en el que anunció su intención de llegar a la Gobernación de Nariño en los comicios regionales de 2019.
Uno de los grandes golpes sobre la mesa en su campaña fue cuando en 2019 recibió el apoyo del Partido Comunes (entonces llamado Partido FARC) y de forma individual excomandantes como Milton de Jesús Toncel o Pablo Catatumbo expresaran su respaldo.
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Al ser interrogado por ese apoyo electoral, en su momento Pérez Bonilla le dijo a este diario que tomaba ese gesto como “un acto de reparación por los años en los que me tuvieron privado de la libertad. Y este es un mensaje de reconciliación y de sentar cabeza para una extrema derecha que quiere acabar con todo a los golpes”.
Para los ex-FARC en su momento este también era tan solo un gesto natural de paz. “La reconciliación y la paz con justicia social, la implementación de los acuerdos de La Habana, son principios de reciprocidad compartidos con el candidato”, afirmó la bancada”, comentaron en una misiva el 26 de junio de 2019.
Luis Eladio Pérez no llegó a la Gobernación de Nariño. Quedó en tercer puesto, con el 17.75 % de los votos; 10 puntos porcentuales por debajo del segundo, Damir Bravo y 25 puntos porcentuales por debajo del actual gobernador, John Alexander Rojas.
Sin embargo, después de la derrota electoral para Pérez su consuelo fue el de enfrentar su pasado con valentía: “Aunque no olvido lo que pasó, yo perdoné a las FARC y puedo seguir adelante sintiendo eso “, dijo en un comunicado público tras el cierre de las elecciones del 27 de octubre de 2019.
¿Alianzas por seguridad?
En las elecciones regionales de 2019 ya se vivía el flagelo del asesinato de firmantes de paz. Para esa jornada electoral en el país ya habían sido asesinados más de 200 reincorporados y su participación política no era bien vista por diferentes sectores de sociedad civil y por grupos armados activos.
Eso llevó a que desde el Partido Comunes y candidatos reincorporados que se lanzaron de forma independiente hicieran alianzas con partidos impensados en el pasado. Según Miguel Cifuentes, quien fungió como representante territorial en el Magdalena Medio de Comunes para esas elecciones, nexos así se formaron alegando por su seguridad humana.
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En los municipios de Cantagallo y San Pablo (Bolívar); Yondó (Antioquia) y Manaure (Cesar) hubo vínculos entre reincorporados pertenecientes a Comunes con Cambio Radical, el Partido Conservador y el Partido Liberal, que no terminaron con escaños de estas personas en esos cabildos.
El mismo Rodrigo Londoño reconoció que en las elecciones de 2019 se buscaron alianzas en zonas donde partidos como MAIS, UP, Polo Democrático, Colombia Humana o movimientos progresistas tenían acogida a nivel subregional como Arauca, Norte de Santander o Huila. No lo lograron y al final su mejor resultado en urnas fue sorpresivamente en Cauca, donde obtuvieron 3.000 votos ponderados para concejos y Asamblea Departamental, pero sin ningún escaño a cambio.