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                                                                                                                                Arauca: ¿por qué el bastión del ELN podría enredar la Paz Total de Petro?

                                                                                                                                El departamento se perfila como la bisagra que puede abrir o cerrar el ambicioso proyecto de paz de Gustavo Petro. Allí, la facción más radical y beligerante del Ejército de Liberación Nacional mantiene aún su histórica hegemonía, por lo que urge detener la confrontación con las disidencias de las FARC. ¿Es posible un cese multilateral? Reportaje con múltiples versiones desde el territorio.

                                                                                                                                En varias paredes de municipios en Arauca se leen grafitis y mensajes de las guerrillas.
                                                                                                                                Foto: Óscar Pérez

                                                                                                                                La suerte del ganadero Ángel Julián Estrada señala el destino de Arauca como si fuera una metáfora siniestra. Estrada terminó ejecutado en una trocha de Tame junto a tres campesinos más a los que había recogido de aventón, entre ellos dos niños de cuatro y ocho años, cuando la camioneta en que viajaban cayó bajo una lluvia de rafagazos de fusil cerca de Santodomingo.

                                                                                                                                El atentado, atribuido primero a las disidencias de las FARC y luego al Ejército de Liberación Nacional (ELN), no iba dirigido contra ningún blanco específico: fue un ataque indiscriminado contra quien violaba el toque de queda que ambos grupos habían impuesto en medio de su disputa, que inicio el 2 de enero de 2022.

                                                                                                                                Esta guerra ya ajusta 360 homicidios y cuatro masacres en poco más de un año, desde el 2 de enero de 2022 hasta la fecha, crímenes atribuidos en su mayoría al ELN, confrontación que han situado a Arauca entre los primeros lugares en cifras de violencia en el país. Una guerra reciclada, calcada de la que ya había ocurrido entre las extintas FARC y el ELN entre 2005 y 2011, con un saldo de más de 1.000 muertos.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Ha muerto tanta gente por cosas absurdas que ya todo mundo tiene miedo de hablar”, dice un empresario de Arauca que solicita hablar bajo el anonimato, confirmando el hastío de buena parte de los habitantes del departamento hacia el control que ejercen ambos grupos armados, pero especialmente hacia el ELN, hegemónico en la región desde los años ochenta, cuando implantó un sistema de cogobierno “asegurándose fidelidades a cambio de favores y servicios como lo que ya ingresaba por presupuesto del erario público y regalías”, según la Comisión de la Verdad.

                                                                                                                                “Si el presidente quiere pacificar el país, eso pasa por Arauca, no hay otra fórmula”, prosigue este empresario, que admite haber pagado extorsiones a ambos bandos de hasta el 12% sobre sus negocios, a riesgo de morir si no lo hacía. La Comisión de la Verdad empleó un término que define bien la forma como el ELN acabó cooptando la institucionalidad en el departamento: lo llama el “clientelismo armado”, que permea “la política araucana [...] para lucrarse a través de la captura de rentas públicas y no solo del petróleo”.

                                                                                                                                Desde 1992 por lo menos ocho gobernadores de Arauca han terminado enredados en líos jurídicos por desviar recursos públicos que financiaron al ELN o a los paramilitares, desangrando una voluminosa renta petrolera de la que todos los actores hablan, pero que nadie ha visto convertida en progreso para el territorio y sus gentes.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                A la vista no hay una desescalada de la violencia, no al menos en el corto plazo, pues esto implica lograr un cese al fuego entre las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC y el ELN, antes incluso de que paren las hostilidades entre esa guerrilla y el Gobierno.

                                                                                                                                Tanto el ELN como un cúmulo de organizaciones sociales con fuerte arraigo en la región se oponen de forma rotunda a un acuerdo directo para que se acabe la guerra con las disidencias, como había ocurrido con la confrontación del 2005. En cambio, delegan en el Estado la responsabilidad de controlar y detener a estos grupos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pablo Beltrán, segundo comandante del ELN y jefe de su delegación negociadora apostada ahora en La Habana, descartó en marzo la posibilidad de un cese al fuego con la disidencia. Lo dijo en una entrevista con este mismo diario argumentando, sin que haya demasiada evidencia, que es el Estado “quien crea” estos grupos y por lo tanto, quien debe erradicarlos o controlarlos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El escenario cambió el 8 de febrero y dejó en desventaja al ELN, luego de que empezaron a definirse los protocolos para el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese bilateral al fuego que el Gobierno ya suscribió desde el pasado 1 de enero con las disidencias del Estado Mayor Central, donde se integran los Frentes 10 y 28 que hacen presencia en Arauca.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En opinión de Steve Hege, del Instituto de Paz de los Estados Unidos, el grupo de Antonio Medina “podría usar el cese como una ventaja militar para ganar legitimidad internacional” y protegerse en la región de los ataques del ELN, que hasta entonces había golpeado severamente su estructura y a quienes acusan de ser sus colaboradores. Esto podría generar tensiones en la mesa de diálogos con el ELN, así como en el territorio de cara al Frente Oriental, la estructura más beligerante de aquella guerrilla.

                                                                                                                                Un movimiento social bajo fuego

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La guerrilla no es la única que se opone al cese al fuego con las disidencias. Múltiples líderes sociales del departamento expresaron una opinión contraria y su motivo suele ser el mismo: el carro bomba que destruyó la sede de las organizaciones sociales en Saravena, cuando había más de 50 líderes adentro en un taller de derechos humanos, detonado el 19 de enero de 2022. Afirman que este crimen cometido por el grupo de disidentes de Antonio Medina supone haber traspasado una barrera a la que no se atrevieron ni siquiera los paramilitares en su intento de apoderarse del departamento, en los comienzos del nuevo milenio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “¿Quién no está cansado de la guerra? ¿Quién no está cansado de tener que salir y dejar sus cosas tiradas? A nosotros nos ha tocado eso, a nuestros hijos, ¿pero de quién es la responsabilidad de solucionar eso? No es de nosotros”.

                                                                                                                                Sonia López, de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra

                                                                                                                                Le puede interesar: Arauca: la vieja guerra entre FARC y ELN que documentó la Comisión de la Verdad

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Lo que actúa en Arauca a nombre de FARC son estructuras paramilitares, ese tipo de proceder va contra un pueblo, ni siquiera contra un objetivo militar”, insistió refiriéndose al atentado, agregando que media hora antes de la explosión ellos ya sabían que les iban a poner un carro bomba pero prefirieron quedarse en el edificio.

                                                                                                                                Imágenes de este municipio, luego del carrobomba del 19 de enero 2022, que hicieron las disidencias de las Farc contra las organizaciones sociales.
                                                                                                                                Foto: Óscar Pérez
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La revolución no es matar gente, eso no es revolucionario, con esas conductas lo que hacen es desprestigiar la revolución, los cambios”, agregó a su vez Yolanda Montes, una profesora y líder social afiliada al Partido Comunista.

                                                                                                                                Además: Resistentes como el bambú: relatos de violencia a mujeres trans en Arauca

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, el sector mayoritario del movimiento social insiste en que no hay nada que negociar con los disidentes y es el Estado el que debería controlarlos: “¿Quién no está cansado de la guerra? ¿Quién no está cansado de tener que salir y dejar sus cosas tiradas? A nosotros nos ha tocado eso, a nuestros hijos”, se quejó Sonia López, de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra: “¿pero de quién es la responsabilidad de solucionar eso? No es de nosotros”.

                                                                                                                                Este sector también ve con sospecha las conversaciones del Gobierno con la delegación negociadora del ELN, pues consideran, según José Vicente Murillo, que “hay unas clases dominantes que no van a renunciar en sus intereses” y “las posibilidades de un país en paz están bastante lejitos todavía”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sus quejas suponen una regresión a cinco décadas de incumplimientos, que se remontan hasta los paros campesinos del Sarare en los años 70, un momento de la historia local donde algunos estudiosos del conflicto armado sitúan el germen del Ejército de Liberación Nacional en la región, fundado por líderes agrarios como Efraín Pabón Pabón, Raimundo Cruz y el doctor William Ospina.

                                                                                                                                Los líderes muestran un rechazo frontal al extractivismo y las compañías petroleras que, dicen, no le han dejado nada a su territorio más que devastación ambiental, y repiten igual que un mantra viejas consignas de los años setenta contra el imperialismo y la burguesía, como si Arauca siguiera anclada a esa década de subdesarrollo y guerrillas que enarbolaban la emancipación latinoamericana.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y en esto último quizá tengan razón, pues Arauca, tan aislado y singular, es un territorio prisionero de su atraso y su singularidad. El pésimo estado de las pocas vías que existen, la ausencia de infraestructura indispensable como hospitales, centros educativos u obras de saneamiento básico, y la condición de pobreza multidimensional de un tercio de los habitantes combinada con un escandaloso índice de empleo informal que alcanza el 91% de la población ocupada, de acuerdo con el DANE, ofrecen razones sólidas a aquellos discursos radicales.

                                                                                                                                Le puede interesar: Arauca sigue en guerra y al movimiento social lo quieren exterminar

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                                                                                                                                Pero acá es donde las interpretaciones de las causas se chocan. Mientras unos culpan al Estado y las multinacionales petroleras por el atraso, muchos en el departamento creen que gran parte de la responsabilidad le cae encima al propio ELN, asociado a los gobernantes locales que con su venia han desfalcado por tres décadas los billonarios recursos de las regalías y renta del petróleo.

                                                                                                                                Una renta que ha financiado la guerra incluso desde antes de que saliera una sola gota de crudo de las llanuras araucanas, en aquellos tiempos que la compañía alemana Mannessmann pagó dos millones del dólares al ELN para poder construir el oleoducto Caño Limón - Coveñas, como contó al diario alemán Die Zeit el sacerdote guerrillero Manuel Pérez, quien fuera máximo jefe de aquella guerrilla, según lo había revelado El Tiempo en 1996.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Arauca es el pequeño Vietnan que le quedó grande a los gringos”, se jacta José Murillo: “han utilizado cantidad de formas de neutralizarnos y matarnos, y sin embargo acá estamos, con más experiencia, con más berraquera, con más madurez y convencimiento de lo que estamos haciendo”, dijo el líder social, que basa el fondo de su discurso en la “defensa del territorio”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A una pregunta sobre si compartían la vieja propuesta del ELN de convocar con los diálogos una “convención nacional” donde todos los sectores del país aportaran para lograr la paz, incluso los sectores más poderosos como los gremios de empresarios representados en la ANDI o los terratenientes de Fedegán, Murillo contestó con un par de frases cortantes: “Si ese es el modelo que va a resultar, pues no estaríamos de acuerdo”.

                                                                                                                                Lea: La historia de Fabián, el “hijo rebelde” del ELN en el Chocó

                                                                                                                                El desdoblamiento del ELN

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Las paredes de las veredas en Arauquita envejecen con pintas desactualizadas, que nadie se preocupa por borrar, ni ajustar de fecha. Cada aniversario de la toma de Simacota (el hito de la fundación de la última guerrilla del país) supone un grafiti distinto con años diferentes que se acumulan junto a los anteriores: “ELN 39 años de lucha”, dice una de las pintas, “ELN 50 años”, dice otra, “Ni rendición ni entrega, ELN 55 años” reza una más reciente.

                                                                                                                                El Frente Oriental del ELN, que abarca cuatro estructuras guerrilleras entre Arauca, Boyacá, Casanare, Vichada y varios estados venezolanos, se ha convertido después de todos esos años en la facción más grande, poderosa y radical de esa guerrilla, con desencuentros patentes con su dirección nacional. Se dice, con sorna, que es un ELN dentro del ELN.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Fue el mismo frente que detonó un carro bomba contra la Escuela de Cadetes de la Policía matando a 22 jóvenes reclutas en enero de 2019, lo que dio una excusa para que el presidente Iván Duque pateara definitivamente la mesa de diálogos que había instalado su antecesor Juan Manuel Santos con esa guerrilla. Duque, no sobra aclararlo, nunca se sentó a la mesa antes de ese atentado.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                No obstante, seis personas en el departamento aseguraron que al interior del Frente Oriental hay desde hace meses una purga interna, que ha dejado decenas de fusilamientos y comandantes asesinados o degradados de la línea de mando. “Internamente hay una purga y todo es por dinero”, dijo una persona relacionada con la defensa de los derechos humanos, comentando el caso de un hombre y su sobrino que fueron ejecutados cerca de Saravena por órdenes de un jefe local que les reclamaba malos manejos financieros.

                                                                                                                                Un miembro de alto rango del ELN consultado negó esta situación y desestimó la supuesta purga, aunque Colombia+20 pudo confirmar con fuentes oficiales que de los 360 asesinatos registrados desde 2022, no todos ocurrieron en medio de la confrontación con las disidencias y en cambio varios fueron ejecuciones dentro del mismo ELN.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Otra persona contó a este diario que Moisés Bautista Núñez conocido como “Jorge” o “Heliodoro”, un importante comandante del Frente Oriental, habría sido ajusticiado por órdenes de sus superiores debido a malos manejos de dineros de la organización.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El frente Domingo Laín del Eln controla parte del piedemonte araucano. / Jose Vargas
                                                                                                                                Foto: Jose Vargas Esguerra

                                                                                                                                ¿Por qué gana la derecha? El hastío con la guerra

                                                                                                                                A mediados de abril los transportadores de Arauquita, cansados de la zozobra que les impide trabajar en condiciones normales, se reunieron para elevar una comunicación al Frente Oriental solicitando un pronunciamiento oficial que diera claridad sobre si estaban alineados con los diálogos de paz que el resto de esa organización desarrolla con el gobierno Petro, según la versión de un profesional que trabaja en temas humanitarios en ese municipio.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La ausencia de Pablito, el jefe militar, y de Nacho, uno de los jefes políticos del Frente Oriental, de la mesa de diálogos, han alimentado esta incógnita que es formulada con frecuencia desde múltiples sectores de la sociedad araucana, en la que se percibe un enorme agotamiento con la guerra.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La respuesta a esta incógnita por parte de la delegación negociadora del ELN, en cabeza de Pablo Beltrán, siempre ha sido idéntica; la ha repetido casi con las mismas palabras en entrevistas con este diario pero también a pobladores locales que le han cuestionado el tema en charlas virtuales y encuentros por Twitter. Según Beltrán, todos los frentes del ELN respaldan la negociación y Pablito asistirá a la mesa cuando sea necesario.

                                                                                                                                “Allá están diciendo una cosa y acá haciendo otra”, se quejó una representante de víctimas: “mientras ellos están allá [en La Habana], siguen las víctimas en el territorio, siguen los asesinatos, ¿a qué juegan?”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El hastío por todo lo que parezca cercano a las guerrillas se manifestó en Arauca con un síntoma silencioso aunque contundente: en las votaciones presidenciales ganó la derecha. Rodolfo Hernández aventajó a Gustavo Petro en las pasadas elecciones casi triplicando sus votos con el 58%, mientras que Petro sólo obtuvo el 23%.

                                                                                                                                Vea: Las víctimas del ELN piden ser tenidas en cuenta en las negociaciones

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De acuerdo con el empresario citado al comienzo de esta historia -que dice haber votado por Petro-, la mayoría de quienes apoyan a partidos como el Centro Democrático en Arauca no lo hacen fundamentalmente “porque crean en Uribe, ni porque crean en el libre mercado”, sino que son personas ofendidas “por tantos años de hegemonía de la ultraizquierda, que ha permitido desmanes y ha muerto mucha gente [...] Es un voto de protesta. ¿Cómo es posible que en un puesto de votación acá que se llama Caranal [en zona controlada por las guerrillas] salgan votos por [el partido de] Álvaro Uribe? El señor o la señora que votó así es porque le mataron un hijo, o le mataron al esposo, algo le hicieron, no es porque crea en el programa de gobierno”.

                                                                                                                                Además: El llamado de urgencia de políticos y sociedad para frenar la violencia en Arauca

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Manuel Pérez, miembro del Centro Democrático y varias veces candidato a la alcaldía de Tame, amenazado de muerte por el ELN, que además asesinó a su padre, hizo un fuerte reclamo ante los asistentes al evento de paz organizado por la Gobernación a mediados de abril. Con vehemencia tomó el micrófono para pedir que personas como él no fueran perseguidas por su ideología política. Lo mínimo, dijo, era lograr garantías para que él y sus copartidarios pudieran hacer política sin que les pegaran un tiro.

                                                                                                                                Sus palabras condensan la increíble paradoja que ocurre en el departamento de Arauca, donde la derecha siempre ha estado en la oposición y ahora, contra todo pronóstico, anhela la paz: “tengo diferencias profundas con el actual Gobierno, pero creería yo que somos los que más esperamos que el proyecto de Paz Total salga adelante”.

                                                                                                                                En varias paredes de municipios en Arauca se leen grafitis y mensajes de las guerrillas.
                                                                                                                                Foto: Óscar Pérez

                                                                                                                                La suerte del ganadero Ángel Julián Estrada señala el destino de Arauca como si fuera una metáfora siniestra. Estrada terminó ejecutado en una trocha de Tame junto a tres campesinos más a los que había recogido de aventón, entre ellos dos niños de cuatro y ocho años, cuando la camioneta en que viajaban cayó bajo una lluvia de rafagazos de fusil cerca de Santodomingo.

                                                                                                                                El atentado, atribuido primero a las disidencias de las FARC y luego al Ejército de Liberación Nacional (ELN), no iba dirigido contra ningún blanco específico: fue un ataque indiscriminado contra quien violaba el toque de queda que ambos grupos habían impuesto en medio de su disputa, que inicio el 2 de enero de 2022.

                                                                                                                                Esta guerra ya ajusta 360 homicidios y cuatro masacres en poco más de un año, desde el 2 de enero de 2022 hasta la fecha, crímenes atribuidos en su mayoría al ELN, confrontación que han situado a Arauca entre los primeros lugares en cifras de violencia en el país. Una guerra reciclada, calcada de la que ya había ocurrido entre las extintas FARC y el ELN entre 2005 y 2011, con un saldo de más de 1.000 muertos.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Ha muerto tanta gente por cosas absurdas que ya todo mundo tiene miedo de hablar”, dice un empresario de Arauca que solicita hablar bajo el anonimato, confirmando el hastío de buena parte de los habitantes del departamento hacia el control que ejercen ambos grupos armados, pero especialmente hacia el ELN, hegemónico en la región desde los años ochenta, cuando implantó un sistema de cogobierno “asegurándose fidelidades a cambio de favores y servicios como lo que ya ingresaba por presupuesto del erario público y regalías”, según la Comisión de la Verdad.

                                                                                                                                “Si el presidente quiere pacificar el país, eso pasa por Arauca, no hay otra fórmula”, prosigue este empresario, que admite haber pagado extorsiones a ambos bandos de hasta el 12% sobre sus negocios, a riesgo de morir si no lo hacía. La Comisión de la Verdad empleó un término que define bien la forma como el ELN acabó cooptando la institucionalidad en el departamento: lo llama el “clientelismo armado”, que permea “la política araucana [...] para lucrarse a través de la captura de rentas públicas y no solo del petróleo”.

                                                                                                                                Desde 1992 por lo menos ocho gobernadores de Arauca han terminado enredados en líos jurídicos por desviar recursos públicos que financiaron al ELN o a los paramilitares, desangrando una voluminosa renta petrolera de la que todos los actores hablan, pero que nadie ha visto convertida en progreso para el territorio y sus gentes.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                ¿Un cese imposible?

                                                                                                                                A la vista no hay una desescalada de la violencia, no al menos en el corto plazo, pues esto implica lograr un cese al fuego entre las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC y el ELN, antes incluso de que paren las hostilidades entre esa guerrilla y el Gobierno.

                                                                                                                                Tanto el ELN como un cúmulo de organizaciones sociales con fuerte arraigo en la región se oponen de forma rotunda a un acuerdo directo para que se acabe la guerra con las disidencias, como había ocurrido con la confrontación del 2005. En cambio, delegan en el Estado la responsabilidad de controlar y detener a estos grupos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El escenario cambió el 8 de febrero y dejó en desventaja al ELN, luego de que empezaron a definirse los protocolos para el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese bilateral al fuego que el Gobierno ya suscribió desde el pasado 1 de enero con las disidencias del Estado Mayor Central, donde se integran los Frentes 10 y 28 que hacen presencia en Arauca.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En opinión de Steve Hege, del Instituto de Paz de los Estados Unidos, el grupo de Antonio Medina “podría usar el cese como una ventaja militar para ganar legitimidad internacional” y protegerse en la región de los ataques del ELN, que hasta entonces había golpeado severamente su estructura y a quienes acusan de ser sus colaboradores. Esto podría generar tensiones en la mesa de diálogos con el ELN, así como en el territorio de cara al Frente Oriental, la estructura más beligerante de aquella guerrilla.

                                                                                                                                Un movimiento social bajo fuego

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La guerrilla no es la única que se opone al cese al fuego con las disidencias. Múltiples líderes sociales del departamento expresaron una opinión contraria y su motivo suele ser el mismo: el carro bomba que destruyó la sede de las organizaciones sociales en Saravena, cuando había más de 50 líderes adentro en un taller de derechos humanos, detonado el 19 de enero de 2022. Afirman que este crimen cometido por el grupo de disidentes de Antonio Medina supone haber traspasado una barrera a la que no se atrevieron ni siquiera los paramilitares en su intento de apoderarse del departamento, en los comienzos del nuevo milenio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “¿Quién no está cansado de la guerra? ¿Quién no está cansado de tener que salir y dejar sus cosas tiradas? A nosotros nos ha tocado eso, a nuestros hijos, ¿pero de quién es la responsabilidad de solucionar eso? No es de nosotros”.

                                                                                                                                Sonia López, de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra

                                                                                                                                Le puede interesar: Arauca: la vieja guerra entre FARC y ELN que documentó la Comisión de la Verdad

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Lo que actúa en Arauca a nombre de FARC son estructuras paramilitares, ese tipo de proceder va contra un pueblo, ni siquiera contra un objetivo militar”, insistió refiriéndose al atentado, agregando que media hora antes de la explosión ellos ya sabían que les iban a poner un carro bomba pero prefirieron quedarse en el edificio.

                                                                                                                                Imágenes de este municipio, luego del carrobomba del 19 de enero 2022, que hicieron las disidencias de las Farc contra las organizaciones sociales.
                                                                                                                                Foto: Óscar Pérez
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La revolución no es matar gente, eso no es revolucionario, con esas conductas lo que hacen es desprestigiar la revolución, los cambios”, agregó a su vez Yolanda Montes, una profesora y líder social afiliada al Partido Comunista.

                                                                                                                                Además: Resistentes como el bambú: relatos de violencia a mujeres trans en Arauca

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, el sector mayoritario del movimiento social insiste en que no hay nada que negociar con los disidentes y es el Estado el que debería controlarlos: “¿Quién no está cansado de la guerra? ¿Quién no está cansado de tener que salir y dejar sus cosas tiradas? A nosotros nos ha tocado eso, a nuestros hijos”, se quejó Sonia López, de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra: “¿pero de quién es la responsabilidad de solucionar eso? No es de nosotros”.

                                                                                                                                Este sector también ve con sospecha las conversaciones del Gobierno con la delegación negociadora del ELN, pues consideran, según José Vicente Murillo, que “hay unas clases dominantes que no van a renunciar en sus intereses” y “las posibilidades de un país en paz están bastante lejitos todavía”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sus quejas suponen una regresión a cinco décadas de incumplimientos, que se remontan hasta los paros campesinos del Sarare en los años 70, un momento de la historia local donde algunos estudiosos del conflicto armado sitúan el germen del Ejército de Liberación Nacional en la región, fundado por líderes agrarios como Efraín Pabón Pabón, Raimundo Cruz y el doctor William Ospina.

                                                                                                                                Los líderes muestran un rechazo frontal al extractivismo y las compañías petroleras que, dicen, no le han dejado nada a su territorio más que devastación ambiental, y repiten igual que un mantra viejas consignas de los años setenta contra el imperialismo y la burguesía, como si Arauca siguiera anclada a esa década de subdesarrollo y guerrillas que enarbolaban la emancipación latinoamericana.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: Arauca sigue en guerra y al movimiento social lo quieren exterminar

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Una renta que ha financiado la guerra incluso desde antes de que saliera una sola gota de crudo de las llanuras araucanas, en aquellos tiempos que la compañía alemana Mannessmann pagó dos millones del dólares al ELN para poder construir el oleoducto Caño Limón - Coveñas, como contó al diario alemán Die Zeit el sacerdote guerrillero Manuel Pérez, quien fuera máximo jefe de aquella guerrilla, según lo había revelado El Tiempo en 1996.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Arauca es el pequeño Vietnan que le quedó grande a los gringos”, se jacta José Murillo: “han utilizado cantidad de formas de neutralizarnos y matarnos, y sin embargo acá estamos, con más experiencia, con más berraquera, con más madurez y convencimiento de lo que estamos haciendo”, dijo el líder social, que basa el fondo de su discurso en la “defensa del territorio”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A una pregunta sobre si compartían la vieja propuesta del ELN de convocar con los diálogos una “convención nacional” donde todos los sectores del país aportaran para lograr la paz, incluso los sectores más poderosos como los gremios de empresarios representados en la ANDI o los terratenientes de Fedegán, Murillo contestó con un par de frases cortantes: “Si ese es el modelo que va a resultar, pues no estaríamos de acuerdo”.

                                                                                                                                Lea: La historia de Fabián, el “hijo rebelde” del ELN en el Chocó

                                                                                                                                El desdoblamiento del ELN

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Las paredes de las veredas en Arauquita envejecen con pintas desactualizadas, que nadie se preocupa por borrar, ni ajustar de fecha. Cada aniversario de la toma de Simacota (el hito de la fundación de la última guerrilla del país) supone un grafiti distinto con años diferentes que se acumulan junto a los anteriores: “ELN 39 años de lucha”, dice una de las pintas, “ELN 50 años”, dice otra, “Ni rendición ni entrega, ELN 55 años” reza una más reciente.

                                                                                                                                El Frente Oriental del ELN, que abarca cuatro estructuras guerrilleras entre Arauca, Boyacá, Casanare, Vichada y varios estados venezolanos, se ha convertido después de todos esos años en la facción más grande, poderosa y radical de esa guerrilla, con desencuentros patentes con su dirección nacional. Se dice, con sorna, que es un ELN dentro del ELN.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Fue el mismo frente que detonó un carro bomba contra la Escuela de Cadetes de la Policía matando a 22 jóvenes reclutas en enero de 2019, lo que dio una excusa para que el presidente Iván Duque pateara definitivamente la mesa de diálogos que había instalado su antecesor Juan Manuel Santos con esa guerrilla. Duque, no sobra aclararlo, nunca se sentó a la mesa antes de ese atentado.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                No obstante, seis personas en el departamento aseguraron que al interior del Frente Oriental hay desde hace meses una purga interna, que ha dejado decenas de fusilamientos y comandantes asesinados o degradados de la línea de mando. “Internamente hay una purga y todo es por dinero”, dijo una persona relacionada con la defensa de los derechos humanos, comentando el caso de un hombre y su sobrino que fueron ejecutados cerca de Saravena por órdenes de un jefe local que les reclamaba malos manejos financieros.

                                                                                                                                Un miembro de alto rango del ELN consultado negó esta situación y desestimó la supuesta purga, aunque Colombia+20 pudo confirmar con fuentes oficiales que de los 360 asesinatos registrados desde 2022, no todos ocurrieron en medio de la confrontación con las disidencias y en cambio varios fueron ejecuciones dentro del mismo ELN.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Otra persona contó a este diario que Moisés Bautista Núñez conocido como “Jorge” o “Heliodoro”, un importante comandante del Frente Oriental, habría sido ajusticiado por órdenes de sus superiores debido a malos manejos de dineros de la organización.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El frente Domingo Laín del Eln controla parte del piedemonte araucano. / Jose Vargas
                                                                                                                                Foto: Jose Vargas Esguerra

                                                                                                                                ¿Por qué gana la derecha? El hastío con la guerra

                                                                                                                                A mediados de abril los transportadores de Arauquita, cansados de la zozobra que les impide trabajar en condiciones normales, se reunieron para elevar una comunicación al Frente Oriental solicitando un pronunciamiento oficial que diera claridad sobre si estaban alineados con los diálogos de paz que el resto de esa organización desarrolla con el gobierno Petro, según la versión de un profesional que trabaja en temas humanitarios en ese municipio.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La ausencia de Pablito, el jefe militar, y de Nacho, uno de los jefes políticos del Frente Oriental, de la mesa de diálogos, han alimentado esta incógnita que es formulada con frecuencia desde múltiples sectores de la sociedad araucana, en la que se percibe un enorme agotamiento con la guerra.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La respuesta a esta incógnita por parte de la delegación negociadora del ELN, en cabeza de Pablo Beltrán, siempre ha sido idéntica; la ha repetido casi con las mismas palabras en entrevistas con este diario pero también a pobladores locales que le han cuestionado el tema en charlas virtuales y encuentros por Twitter. Según Beltrán, todos los frentes del ELN respaldan la negociación y Pablito asistirá a la mesa cuando sea necesario.

                                                                                                                                “Allá están diciendo una cosa y acá haciendo otra”, se quejó una representante de víctimas: “mientras ellos están allá [en La Habana], siguen las víctimas en el territorio, siguen los asesinatos, ¿a qué juegan?”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El hastío por todo lo que parezca cercano a las guerrillas se manifestó en Arauca con un síntoma silencioso aunque contundente: en las votaciones presidenciales ganó la derecha. Rodolfo Hernández aventajó a Gustavo Petro en las pasadas elecciones casi triplicando sus votos con el 58%, mientras que Petro sólo obtuvo el 23%.

                                                                                                                                Vea: Las víctimas del ELN piden ser tenidas en cuenta en las negociaciones

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De acuerdo con el empresario citado al comienzo de esta historia -que dice haber votado por Petro-, la mayoría de quienes apoyan a partidos como el Centro Democrático en Arauca no lo hacen fundamentalmente “porque crean en Uribe, ni porque crean en el libre mercado”, sino que son personas ofendidas “por tantos años de hegemonía de la ultraizquierda, que ha permitido desmanes y ha muerto mucha gente [...] Es un voto de protesta. ¿Cómo es posible que en un puesto de votación acá que se llama Caranal [en zona controlada por las guerrillas] salgan votos por [el partido de] Álvaro Uribe? El señor o la señora que votó así es porque le mataron un hijo, o le mataron al esposo, algo le hicieron, no es porque crea en el programa de gobierno”.

                                                                                                                                Además: El llamado de urgencia de políticos y sociedad para frenar la violencia en Arauca

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Manuel Pérez, miembro del Centro Democrático y varias veces candidato a la alcaldía de Tame, amenazado de muerte por el ELN, que además asesinó a su padre, hizo un fuerte reclamo ante los asistentes al evento de paz organizado por la Gobernación a mediados de abril. Con vehemencia tomó el micrófono para pedir que personas como él no fueran perseguidas por su ideología política. Lo mínimo, dijo, era lograr garantías para que él y sus copartidarios pudieran hacer política sin que les pegaran un tiro.

                                                                                                                                Sus palabras condensan la increíble paradoja que ocurre en el departamento de Arauca, donde la derecha siempre ha estado en la oposición y ahora, contra todo pronóstico, anhela la paz: “tengo diferencias profundas con el actual Gobierno, pero creería yo que somos los que más esperamos que el proyecto de Paz Total salga adelante”.

                                                                                                                                Por Camilo Alzate González

                                                                                                                                Licenciado en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Cubre temas relacionados con paz, derechos humanos y conflicto armado.@camilagrosocalzate@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
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