¿Qué viene con ELN y disidencias? Las claves del arranque de la paz total en 2024
El Gobierno y el EMC cerraron la tercera ronda de diálogos con avances cruciales y extensión del cese al fuego. Este lunes, en Cuba, iniciará el sexto ciclo con el ELN. ¿Qué se puede esperar?
Esta semana se volvieron a mover las dos principales negociaciones de paz impulsadas por el Gobierno Nacional.
El jueves, luego de nueve días de diálogo, se cerró el tercer ciclo de conversaciones entre el Ejecutivo y el Estado Mayor Central (EMC) —la mayor disidencia de las antiguas FARC—, que dejó como resultado un acuerdo de avances frente a seis puntos claves, incluida una agenda preliminar de negociación. Entre tanto, en medio de su participación en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) y su encuentro con el papa Francisco, el presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y dio puntadas sobre las expectativas de la sexta ronda de diálogos, que empezará este lunes 22 de enero en La Habana (Cuba).
Lea: Las pullas del Gobierno Petro al ELN a pocos días del nuevo ciclo de diálogos en Cuba
Luego de un 2023 marcado por dificultades para instalar las mesas de negociación y tensiones entre las partes, las delegaciones llegan a estos primeros ciclos de conversaciones del 2024 con metas ambiciosas y tratando de ponerles el acelerador a sus respectivos procesos, que aún tienen el reto de fortalecer la confianza de la ciudadanía y traducir sus avances en una disminución de la crisis de violencia que viven varias regiones del país.
¿Qué se logró con el Estado Mayor Central?
En el caso del EMC —disidencia liderada por Iván Mordisco—, el ciclo que acaba de terminar dejó una extensión del cese al fuego por seis meses (hasta el 15 de julio de 2024) . A eso se suma un acuerdo de seis puntos: participación, la agenda temática, la transformación territorial, el compromiso socioambiental, la protección a la población civil y la creación de una comisión jurídica y de garantías de seguridad. Entre estos asuntos resalta el interés por tener una amplia participación de la población civil en la negociación, como ocurre en la negociación de paz que el Gobierno Nacional adelanta con la guerrilla del ELN.
En contexto: Preagenda de negociación y otros resultados en ciclo de diálogo con disidencia de Mordisco
En el esbozo de agenda planteado en este ciclo se propusieron temas como la seguridad, el medioambiente, las economías ilícitas, tierras, garantías de tránsito a la vida civil para los combatientes y poder local.
Es una agenda muy ambiciosa para la naturaleza del EMC, que es una organización sombrilla de grupos dispersos sin un mando demostrado
Jorge Restrepo, director del Cerac
Aunque las partes dejaron en claro que aún falta definir cuáles serán los ejes definitivos de la agenda, algunos observadores consideran que hay dudas sobre los temas preliminares.
“Es una agenda muy ambiciosa para la naturaleza del EMC, que es una organización sombrilla de grupos dispersos sin un mando demostrado o, más bien, con una unidad de mando que parece aún estar en construcción. El hecho de que sea una agenda con carácter transformador demuestra que el Gobierno avala que se le dé un carácter político a la negociación, pero habrá qué ver cómo se plantean temas como el poder local, que puede incluir desde la concesión de una participación en concejos municipales hasta recursos para crear movimiento político”, plantea Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
Puede interesarle: Así funciona por dentro la disidencia de Mordisco: ¿por qué es un reto para Petro?
Además de la falta de unidad de mando también surgen interrogantes sobre cómo se van a aterrizar los acuerdos para transformar territorios que dependen de economías ilícitas.
En zonas dominadas por el EMC como el cañón del Micay, el mayor enclave cocalero del Cauca, los intentos de recuperación del control por parte del Gobierno han despertado duras tensiones (una de estas derivó, en noviembre de 2023, en la primera suspensión de la mesa de diálogos). Un tema decisivo para que los acuerdos de transformación prosperen será la voluntad de los frentes que operan en el suroccidente para desligarse de las rentas del narcotráfico.
Lo que viene en la mesa de diálogos con el ELN
De otro lado, el sexto ciclo de negociaciones de paz con la guerrilla del ELN iniciará el lunes con una tarea crucial: llegar a un acuerdo para prorrogar el cese al fuego bilateral, que inició en agosto y cuya vigencia de 180 días finaliza el 29 de enero.
No es momento de bajar la guardia ahora que la prórroga del cese al fuego está en veremos
Tatiana Prada, investigadora de la FIP
El miércoles, desde Davos (Suiza), el presidente Petro aseguró que un elemento fundamental para renovar el acuerdo de alto al fuego es que esa guerrilla “tenga la voluntad de abandonar la violencia de manera definitiva”.
Además: ¿Es viable que el Vaticano sea sede de una de las rondas de diálogos con el ELN?
Aunque desde algunos sectores esto se interpretó como un condicionamiento al ELN, un miembro de la delegación del Ejecutivo en la mesa de diálogos aseguró que “no es cierto que el Gobierno haya puesto el tema como condición”.
Según explicó una fuente, lo que se espera es que en el marco del compromiso del grupo ilegal de suspender el secuestro con fines económicos se agilice la liberación de las personas retenidas, que en este momento serían 26.
Para Tatiana Prada, investigadora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), dicha liberación es una de las principales expectativas del sexto ciclo: “Lo importante de los acuerdos no es pactarlos sino cumplirlos. Hay que valorar que la quinta ronda se haya dado a pesar de la crisis que había en su momento, y que se haya llegado a compromisos como estos, que no son sencillos; pero no es momento de bajar la guardia ahora que la prórroga del cese al fuego está en veremos”.
Para la experta, los avances alcanzados hasta ahora dan pie para que las partes lleguen a acuerdos sustanciales y resultados tangibles, que tengan efectos en la reducción del conflicto y el impacto humanitario.
Lea: Los hechos que muestran el compromiso de vieja data del papa Francisco con la paz de Colombia
Apuntando en esa dirección, asegura una fuente cercana al proceso, uno de los pendientes de este nuevo ciclo será definir las ocho zonas críticas del conflicto donde se priorizará la creación de condiciones para reducir la violencia.
El encuentro de las delegaciones durante las próximas semanas será definitivo para evaluar el avance de este proceso, hasta ahora el más adelantado de la paz total del presidente Petro.
Esta semana se volvieron a mover las dos principales negociaciones de paz impulsadas por el Gobierno Nacional.
El jueves, luego de nueve días de diálogo, se cerró el tercer ciclo de conversaciones entre el Ejecutivo y el Estado Mayor Central (EMC) —la mayor disidencia de las antiguas FARC—, que dejó como resultado un acuerdo de avances frente a seis puntos claves, incluida una agenda preliminar de negociación. Entre tanto, en medio de su participación en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) y su encuentro con el papa Francisco, el presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y dio puntadas sobre las expectativas de la sexta ronda de diálogos, que empezará este lunes 22 de enero en La Habana (Cuba).
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Luego de un 2023 marcado por dificultades para instalar las mesas de negociación y tensiones entre las partes, las delegaciones llegan a estos primeros ciclos de conversaciones del 2024 con metas ambiciosas y tratando de ponerles el acelerador a sus respectivos procesos, que aún tienen el reto de fortalecer la confianza de la ciudadanía y traducir sus avances en una disminución de la crisis de violencia que viven varias regiones del país.
¿Qué se logró con el Estado Mayor Central?
En el caso del EMC —disidencia liderada por Iván Mordisco—, el ciclo que acaba de terminar dejó una extensión del cese al fuego por seis meses (hasta el 15 de julio de 2024) . A eso se suma un acuerdo de seis puntos: participación, la agenda temática, la transformación territorial, el compromiso socioambiental, la protección a la población civil y la creación de una comisión jurídica y de garantías de seguridad. Entre estos asuntos resalta el interés por tener una amplia participación de la población civil en la negociación, como ocurre en la negociación de paz que el Gobierno Nacional adelanta con la guerrilla del ELN.
En contexto: Preagenda de negociación y otros resultados en ciclo de diálogo con disidencia de Mordisco
En el esbozo de agenda planteado en este ciclo se propusieron temas como la seguridad, el medioambiente, las economías ilícitas, tierras, garantías de tránsito a la vida civil para los combatientes y poder local.
Es una agenda muy ambiciosa para la naturaleza del EMC, que es una organización sombrilla de grupos dispersos sin un mando demostrado
Jorge Restrepo, director del Cerac
Aunque las partes dejaron en claro que aún falta definir cuáles serán los ejes definitivos de la agenda, algunos observadores consideran que hay dudas sobre los temas preliminares.
“Es una agenda muy ambiciosa para la naturaleza del EMC, que es una organización sombrilla de grupos dispersos sin un mando demostrado o, más bien, con una unidad de mando que parece aún estar en construcción. El hecho de que sea una agenda con carácter transformador demuestra que el Gobierno avala que se le dé un carácter político a la negociación, pero habrá qué ver cómo se plantean temas como el poder local, que puede incluir desde la concesión de una participación en concejos municipales hasta recursos para crear movimiento político”, plantea Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
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Además de la falta de unidad de mando también surgen interrogantes sobre cómo se van a aterrizar los acuerdos para transformar territorios que dependen de economías ilícitas.
En zonas dominadas por el EMC como el cañón del Micay, el mayor enclave cocalero del Cauca, los intentos de recuperación del control por parte del Gobierno han despertado duras tensiones (una de estas derivó, en noviembre de 2023, en la primera suspensión de la mesa de diálogos). Un tema decisivo para que los acuerdos de transformación prosperen será la voluntad de los frentes que operan en el suroccidente para desligarse de las rentas del narcotráfico.
Lo que viene en la mesa de diálogos con el ELN
De otro lado, el sexto ciclo de negociaciones de paz con la guerrilla del ELN iniciará el lunes con una tarea crucial: llegar a un acuerdo para prorrogar el cese al fuego bilateral, que inició en agosto y cuya vigencia de 180 días finaliza el 29 de enero.
No es momento de bajar la guardia ahora que la prórroga del cese al fuego está en veremos
Tatiana Prada, investigadora de la FIP
El miércoles, desde Davos (Suiza), el presidente Petro aseguró que un elemento fundamental para renovar el acuerdo de alto al fuego es que esa guerrilla “tenga la voluntad de abandonar la violencia de manera definitiva”.
Además: ¿Es viable que el Vaticano sea sede de una de las rondas de diálogos con el ELN?
Aunque desde algunos sectores esto se interpretó como un condicionamiento al ELN, un miembro de la delegación del Ejecutivo en la mesa de diálogos aseguró que “no es cierto que el Gobierno haya puesto el tema como condición”.
Según explicó una fuente, lo que se espera es que en el marco del compromiso del grupo ilegal de suspender el secuestro con fines económicos se agilice la liberación de las personas retenidas, que en este momento serían 26.
Para Tatiana Prada, investigadora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), dicha liberación es una de las principales expectativas del sexto ciclo: “Lo importante de los acuerdos no es pactarlos sino cumplirlos. Hay que valorar que la quinta ronda se haya dado a pesar de la crisis que había en su momento, y que se haya llegado a compromisos como estos, que no son sencillos; pero no es momento de bajar la guardia ahora que la prórroga del cese al fuego está en veremos”.
Para la experta, los avances alcanzados hasta ahora dan pie para que las partes lleguen a acuerdos sustanciales y resultados tangibles, que tengan efectos en la reducción del conflicto y el impacto humanitario.
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Apuntando en esa dirección, asegura una fuente cercana al proceso, uno de los pendientes de este nuevo ciclo será definir las ocho zonas críticas del conflicto donde se priorizará la creación de condiciones para reducir la violencia.
El encuentro de las delegaciones durante las próximas semanas será definitivo para evaluar el avance de este proceso, hasta ahora el más adelantado de la paz total del presidente Petro.