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“Las palabras del presidente de la República ante la cúpula militar deslegitiman la arquitectura institucional y el sentido político de la Mesa de Conversaciones de Paz con el ELN”, ha asegurado la delegación negociadora de esa guerrilla, apostada en La Habana, donde se realiza el tercer ciclo de diálogos de paz que el Gobierno colombiano sostiene con dicha organización.
“La Delegación de Diálogos de la organización insurgente considera que la posición de Gustavo Petro impugna el Acuerdo de México que su Gobierno suscribió”, ha añadido la delegación negociadora en un comunicado difundido hoy 13 de mayo, después de que el presidente Petro hiciera unas duras declaraciones el 12 de mayo en medio de una reunión con la cúpula militar.
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En su discurso ante los generales, el presidente dijo que los negociadores del ELN se “sientan en la mesa y hablan, pero ¿mandan?. Ahí cada uno de nosotros tiene muchos interrogantes. ¿Realmente mandan?”. Añadiendo que la mayoría de estructuras de esa guerrilla en realidad se dedican a negocios ilegales: “giran todos alrededor de la economía ilícita, poco tienen que ver con el padre Camilo Torres. Tienen la misma bandera, pero su razón de ser es la economía ilícita”, puntualizó el mandatario.
Con una evidente molestia por estas declaraciones, la delegación de paz del ELN señaló en su comunicado que “el trato irrespetuoso y estigmatizante de nuestra organización, y la doctrina de seguridad que trazó en la que, según defendió, ya no hay “conflicto de ideologías ni conflicto social” sino lucha contra las “economías ilícitas”, supone un cuestionamiento de fondo al sentido político de la Mesa de Diálogos y a toda su arquitectura, incluyendo la legitimidad de la Delegación del Gobierno, los países garantes, las organizaciones acompañantes (ONU y Conferencia Episcopal de Colombia) y los países acompañantes”, puntualizaron.
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A juicio del ELN, el pronunciamiento del presidente le resta legitimidad a la mesa de diálogos y desconoce los acuerdos que ya se han logrado en los dos ciclos anteriores de diálogos, realizados en México y Caracas.
Por ello pidieron que “de manera urgente, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, defina si su Gobierno sigue considerando que, tal y como reza el Acuerdo de México suscrito por las partes y depositado ante los garantes, éste es un proceso político serio”, se lee en el comunicado.
Hay que anotar que las declaraciones del presidente sucedieron apenas un día después de que la mesa de diálogos que desarrolla en La Habana su tercer ciclo lograra nuevos acuerdos parciales que, de acuerdo con un comunicado anterior de esa guerrilla “tras una minuciosa revisión, este jueves (11 de mayo) se aprobó un acuerdo interno de la Mesa que contempla las rutas y responsabilidades para mejorar el grado de cumplimiento de los aspectos comprometidos por cada una de las partes e impulsar aquellos en los que hay menos avance”.
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Ese mismo 11 de mayo Pablo Beltrán había declarado que era importante avanzar en la participación de la sociedad civil en el proceso y las definiciones de un cese al fuego bilateral, pero que aquello debía hacerse con rigurosidad.
Aunque nadie se atreve a hablar de una nueva crisis en las negociaciones, como la que ocurrió en enero de este año, cuando el presidente Petro anunció un cese al fuego que no había sido acordado con la guerrilla, el ambiente parece similar al de entonces.