La instalación de la mesa de diálogos con bandas de Medellín sería el 5 de mayo
Así lo indicó el alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, durante una rueda de prensa este viernes en las afueras de la cárcel de Itagüí. Se buscará sometimiento a la justicia de bandas criminales como la Oficina de Envigado. Bandas se comprometen a la suspensión de hostilidades, confrontación o disputas.
Este viernes se conocieron dos grandes anuncios en el proceso de acercamiento con las bandas criminales del Valle de Aburrá (subregión que contempla a 10 municipios e incluye a Medellín). De acuerdo con el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, la instalación de una mesa de diálogos con voceros de estas organizaciones se daría el próximo 5 de mayo. El anuncio se dio este viernes en una rueda de prensa a las afueras de la cárcel de Itagüí, en Antioquia, en donde estaba Rueda, junto a la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta y gestor de paz y analista del conflicto urbano, Fernando Quijano.
En esa mismo espacio, esos grupos dieron a conocer un comunicado de prensa donde se comprometen a la “suspensión de todo tipo de hostilidades, confrontación o disputas; consecuencias que serán evidentes y verificables por la ciudadanía y las autoridades, tales efectos se han empezado a evidenciar en la reducción de algunos indicadores significativos en la inseguridad del territorio”. Por petición de las bandas, el texto fue leído por Daniel Millares, representante de la MAPP-OEA.
Según Rueda -quien estuvo acompañado por la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta y el gestor de paz y analista del conflicto urbano, Fernando Quijano,- estos diálogos involucrarían a entre 12 mil y 14 mil personas vinculadas a esas bandas criminales, y su fase exploratoria han ayudado a disminuir la violencia en esa zona.
“Se puede corroborar en las cifras oficiales una reducción en hechos que atentan contra la vida de ciudadanos de Medellín y el área metropolitana. Es insuficiente, aparentemente, pero es una muestra de voluntad. El inicio de una fase de acercamientos nos permitirá abordar otros temas que aquejan a los ciudadanos en sus derechos fundamentales y por eso hoy queremos compartir el compromiso público que han asumido estas estructuras armadas de dar pasos ciertos en la dirección de la Paz Total”, dijo Rueda al inicio de la conferencia.
Esos diálogos exploratorios de paz con el Gobierno Nacional tendrían como fin un eventual sometimiento, de bandas como ‘La Oficina’ -una organización criminal que surgió en 1980 al servicio del cartel de Medellín-, ‘Los Pachelly’, que operan en el municipio de Bello y el noroccidente de la capital antioqueña y ‘Los Triana’, una banda que se ha posicionado también en Bello y otros barrios del nororiente de Medellín, entre otros. No obstante, los nombres de los grupos involucrados en el proceso aún no se han hecho públicos.
Una persona cercana a estas conversaciones aseguró que cerca del 90% de las estructuras armadas ilegales del Valle del Aburrá se han sumado a la iniciativa. Hay dos estructuras recién llegadas que ya sentaron a la mesa, aunque ninguna fuente ha precisado el nombre de las mismas.
En mapas:Así se ubican las bandas criminales de Medellín
El problema de drogas y la humanización del conflicto
En el comunicado, fechado el 27 de abril y firmado por los “voceros en las cárceles” de las bandas criminales del Valle de Aburrá, también se refirieron a la lucha contra el problema de drogas y microtráfico. “Manifestamos nuestra disposición para coayudvar en la lucha contra amenazas sobre toda la sociedad, como la producción, comercialización y consumo de drogas químicas como el fentanilo y la heroína. Nada tenemos que ver con su presencia en nuestro medio”.
Colombia+20 conoció que la iniciativa de no permitir el tráfico de fentanilo vino de las mismas bandas, en medio del debate que se ha dado con ellos sobre el auge de esta nueva sustancia en el país, de la que ya se han reportado incautaciones en Antioquia y el Eje Cafetero. “Es una decisión importante de cara a los Estados Unidos y México”, aseguró una persona cercana al proceso.
Además, los voceros de las bandas puntualizaron que este proceso es “un aporte significativo a la humanización del conflicto armado urbano” y que impactará en los “homicidios y el desplazamiento forzado intraurbano”. También reiteraron el apoyo a la política de Paz Total, que calificaron como “un anhelo que requiere el concurso de todos los colombianos [...] la violencia no puede seguir siendo una opción para resolver conflictos o para generar las oportunidades de desarrollo que el Estado está en obligación de propiciar”.
Las bandas criminales tienen gran dominio territorial armado y económico sobre amplias zonas del área metropolitana del Valle de Aburrá, la mayoría son herederas de de estructuras paramilitares que controlaron los barrios populares de Medellín, agrupadas en la famosa Oficina de Envigado, pero otras son independientes y ajustan hasta cuatro décadas de presencia en comunas y sectores marginales del área metropolitana.
Desde septiembre, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz está haciendo acercamientos con al menos 12 grupos armados urbanos de esta ciudad y del área metropolitana, según había confirmado el mismo Rueda.
En contexto: “Las bandas de Medellín están en clave de Paz Total”
Según cifras de la Fiscalía, organizaciones sociales y centros de investigación,en la capital antioqueña y en el Valle de Aburrá hay más de 250 “combos” (pandillas que ejercen control en los barrios), que le obedecen a una veintena de bandas organizadas urbanas que entre microtráfico, extorsiones, sicariato, control forzado de negocios locales y otras formas de delincuencia común han ejercido violencia en Medellín.
A la cárcel de Itagüí fueron trasladados o ya se encontraban en ella jefes de las bandas criminales como Carlos Mejía Vallejo “Tom” y José Leonardo Muñoz “Douglas”, de la Oficina de Envigado, así como Albert Antonio Henao, de Los Pachelly.
Una persona cercana a estas conversaciones aseguró que cerca del 90% de las estructuras armadas ilegales del Valle del Aburrá se han sumado a la iniciativa. Hay dos estructuras recién llegadas que ya sentaron a la mesa, aunque ninguna fuente ha precisado el nombre de las bandas.
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En diálogo con Colombia+20, la senadora Zuleta afirmó que nunca había visto una disposición tan sostenida al diálogo a pesar de las dificultades. “Hay una voluntad, una pregunta de qué es lo que les interesa de la apuesta por la paz. Siempre que se hace esa pregunta acuden a experiencias muy personales: cambiar de vida, su círculo familiar y la preocupación por los niños y los jóvenes con las drogas. Les duele su territorio, su familia. Sienten que esto se salió de control”, dice Zuleta en referencia a los miembros de esos grupos.
En febrero de este año Colombia+20 reveló que los acercamientos con estas estructuras armadas se desarrollan desde el año pasado, pidiendo gestos de buena voluntad a las bandas, tales como la reducción de los homicidios y los compromisos a no matar y no torturar, con miras a un clima propicio que abriera el espacio a una discusión sociojurídica para desactivar la violencia. “Las bandas están en clave de Paz Total”, aseguró en ese momento el analista Fernando Quijano, al constatar una significativa reducción de homicidios y otros crímenes en la capital antiqueña.
Aunque hubo una serie de polémicas y rumores que resultaron falsos, como las supuestas promesas de no extradición a los jefes de las bandas, que fueron desmentidas por el propio comisionado de paz.
Este viernes se conocieron dos grandes anuncios en el proceso de acercamiento con las bandas criminales del Valle de Aburrá (subregión que contempla a 10 municipios e incluye a Medellín). De acuerdo con el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, la instalación de una mesa de diálogos con voceros de estas organizaciones se daría el próximo 5 de mayo. El anuncio se dio este viernes en una rueda de prensa a las afueras de la cárcel de Itagüí, en Antioquia, en donde estaba Rueda, junto a la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta y gestor de paz y analista del conflicto urbano, Fernando Quijano.
En esa mismo espacio, esos grupos dieron a conocer un comunicado de prensa donde se comprometen a la “suspensión de todo tipo de hostilidades, confrontación o disputas; consecuencias que serán evidentes y verificables por la ciudadanía y las autoridades, tales efectos se han empezado a evidenciar en la reducción de algunos indicadores significativos en la inseguridad del territorio”. Por petición de las bandas, el texto fue leído por Daniel Millares, representante de la MAPP-OEA.
Según Rueda -quien estuvo acompañado por la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta y el gestor de paz y analista del conflicto urbano, Fernando Quijano,- estos diálogos involucrarían a entre 12 mil y 14 mil personas vinculadas a esas bandas criminales, y su fase exploratoria han ayudado a disminuir la violencia en esa zona.
“Se puede corroborar en las cifras oficiales una reducción en hechos que atentan contra la vida de ciudadanos de Medellín y el área metropolitana. Es insuficiente, aparentemente, pero es una muestra de voluntad. El inicio de una fase de acercamientos nos permitirá abordar otros temas que aquejan a los ciudadanos en sus derechos fundamentales y por eso hoy queremos compartir el compromiso público que han asumido estas estructuras armadas de dar pasos ciertos en la dirección de la Paz Total”, dijo Rueda al inicio de la conferencia.
Esos diálogos exploratorios de paz con el Gobierno Nacional tendrían como fin un eventual sometimiento, de bandas como ‘La Oficina’ -una organización criminal que surgió en 1980 al servicio del cartel de Medellín-, ‘Los Pachelly’, que operan en el municipio de Bello y el noroccidente de la capital antioqueña y ‘Los Triana’, una banda que se ha posicionado también en Bello y otros barrios del nororiente de Medellín, entre otros. No obstante, los nombres de los grupos involucrados en el proceso aún no se han hecho públicos.
Una persona cercana a estas conversaciones aseguró que cerca del 90% de las estructuras armadas ilegales del Valle del Aburrá se han sumado a la iniciativa. Hay dos estructuras recién llegadas que ya sentaron a la mesa, aunque ninguna fuente ha precisado el nombre de las mismas.
En mapas:Así se ubican las bandas criminales de Medellín
El problema de drogas y la humanización del conflicto
En el comunicado, fechado el 27 de abril y firmado por los “voceros en las cárceles” de las bandas criminales del Valle de Aburrá, también se refirieron a la lucha contra el problema de drogas y microtráfico. “Manifestamos nuestra disposición para coayudvar en la lucha contra amenazas sobre toda la sociedad, como la producción, comercialización y consumo de drogas químicas como el fentanilo y la heroína. Nada tenemos que ver con su presencia en nuestro medio”.
Colombia+20 conoció que la iniciativa de no permitir el tráfico de fentanilo vino de las mismas bandas, en medio del debate que se ha dado con ellos sobre el auge de esta nueva sustancia en el país, de la que ya se han reportado incautaciones en Antioquia y el Eje Cafetero. “Es una decisión importante de cara a los Estados Unidos y México”, aseguró una persona cercana al proceso.
Además, los voceros de las bandas puntualizaron que este proceso es “un aporte significativo a la humanización del conflicto armado urbano” y que impactará en los “homicidios y el desplazamiento forzado intraurbano”. También reiteraron el apoyo a la política de Paz Total, que calificaron como “un anhelo que requiere el concurso de todos los colombianos [...] la violencia no puede seguir siendo una opción para resolver conflictos o para generar las oportunidades de desarrollo que el Estado está en obligación de propiciar”.
Las bandas criminales tienen gran dominio territorial armado y económico sobre amplias zonas del área metropolitana del Valle de Aburrá, la mayoría son herederas de de estructuras paramilitares que controlaron los barrios populares de Medellín, agrupadas en la famosa Oficina de Envigado, pero otras son independientes y ajustan hasta cuatro décadas de presencia en comunas y sectores marginales del área metropolitana.
Desde septiembre, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz está haciendo acercamientos con al menos 12 grupos armados urbanos de esta ciudad y del área metropolitana, según había confirmado el mismo Rueda.
En contexto: “Las bandas de Medellín están en clave de Paz Total”
Según cifras de la Fiscalía, organizaciones sociales y centros de investigación,en la capital antioqueña y en el Valle de Aburrá hay más de 250 “combos” (pandillas que ejercen control en los barrios), que le obedecen a una veintena de bandas organizadas urbanas que entre microtráfico, extorsiones, sicariato, control forzado de negocios locales y otras formas de delincuencia común han ejercido violencia en Medellín.
A la cárcel de Itagüí fueron trasladados o ya se encontraban en ella jefes de las bandas criminales como Carlos Mejía Vallejo “Tom” y José Leonardo Muñoz “Douglas”, de la Oficina de Envigado, así como Albert Antonio Henao, de Los Pachelly.
Una persona cercana a estas conversaciones aseguró que cerca del 90% de las estructuras armadas ilegales del Valle del Aburrá se han sumado a la iniciativa. Hay dos estructuras recién llegadas que ya sentaron a la mesa, aunque ninguna fuente ha precisado el nombre de las bandas.
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En diálogo con Colombia+20, la senadora Zuleta afirmó que nunca había visto una disposición tan sostenida al diálogo a pesar de las dificultades. “Hay una voluntad, una pregunta de qué es lo que les interesa de la apuesta por la paz. Siempre que se hace esa pregunta acuden a experiencias muy personales: cambiar de vida, su círculo familiar y la preocupación por los niños y los jóvenes con las drogas. Les duele su territorio, su familia. Sienten que esto se salió de control”, dice Zuleta en referencia a los miembros de esos grupos.
En febrero de este año Colombia+20 reveló que los acercamientos con estas estructuras armadas se desarrollan desde el año pasado, pidiendo gestos de buena voluntad a las bandas, tales como la reducción de los homicidios y los compromisos a no matar y no torturar, con miras a un clima propicio que abriera el espacio a una discusión sociojurídica para desactivar la violencia. “Las bandas están en clave de Paz Total”, aseguró en ese momento el analista Fernando Quijano, al constatar una significativa reducción de homicidios y otros crímenes en la capital antiqueña.
Aunque hubo una serie de polémicas y rumores que resultaron falsos, como las supuestas promesas de no extradición a los jefes de las bandas, que fueron desmentidas por el propio comisionado de paz.