“Hay voluntad de paz”: habla vocero civil de la delegación de disidencia de Márquez
Francisco Toloza, representante civil de la delegación de paz de la Segunda Marquetalia, conversó con Colombia+20 sobre las perspectivas del proceso de paz. ¿Qué dijo respecto al estado de salud de Iván Márquez y las posibilidades de llegar a un acuerdo antes del fin del Gobierno Petro?
Julián Ríos Monroy
A pesar de que la Segunda Marquetalia estuvo en la mira del presidente Gustavo Petro desde el inicio de su apuesta de paz total, la mesa de diálogos con esta disidencia de las FARC —comandada por ‘Iván Márquez’— solo empezó a andar tras dos años de Gobierno.
Sin embargo, en el contexto de crisis en los demás tableros de negociación del Ejecutivo, algunos observadores ven el proceso con este grupo ilegal como uno de los pocos que podrían coger vuelo en el mediano plazo, pues hay una agenda de negociación esbozada desde el primer ciclo de negociación (que se desarrolló en la última semana de junio), y las partes han expresado su voluntad de poner en marcha sus compromisos a medida que avanzan los diálogos.
“Acá se rompe la táctica de La Habana de que ‘nada está acordado hasta que todo está acordado’, y lo que se plantea es avanzar desde ya, desde el día cero”, explicó Francisco Toloza durante el Segundo Foro Binacional de Paz, Vida y Biodiversidad, que se llevó a cabo el pasado 10 de agosto en Cumaribo, Vichada.
Toloza —quien es profesor universitario y fue dirigente nacional de Marcha Patriótica— sin ser miembro del grupo, fue designado como vocero civil de la delegación de paz de la Segunda Marquetalia para los diálogos de paz con el Gobierno Petro.
Puede leer: Las claves y retos del nuevo proceso de paz del Gobierno con la Segunda Marquetalia
Durante el foro, al que asistió Colombia+20, el delegado habló con los medios de comunicación sobre las perspectivas del proceso de paz, el estado de salud de Iván Márquez y cómo están las cargas de cara a un eventual cese al fuego bilateral con el Gobierno.
¿Cuál es la voluntad de paz de la Segunda Marquetalia?
La Segunda Marquetalia tiene una estructura de dirección nacional y todas sus unidades han estado representadas en los procesos internos de consulta para avanzar en los diálogos. En tal sentido, la organización mantiene unos principios fundacionales que ha planteado: que no considera enemigo ni objetivo militar a los soldados y a los policías de a pie que cumplen con su deber; ha planteado un rechazo expreso a las retenciones económicas, y se mantiene en eso incluso desde antes del inicio de la mesa de diálogos.
¿Cómo garantizar que se cumpla esa voluntad?
La voluntad de paz está, y se ve representada en su delegación, además con comandantes que vuelven a sus zonas después de los ciclos de diálogo para garantizar que haya la mayor cohesión en los compromisos bilaterales, políticos, militares y demás. La vocación de paz se manifiesta todas las unidades, no ha habido ninguna reflexión en contra, con base en los cinco puntos mínimos de la agenda, que fueron acordados en Venezuela en la primera ronda de diálogos: desescalamiento y alistamiento del territorio, territorios de paz, víctimas, condiciones para la convivencia pacífica, e implementación.
Lea: Los temas que complicarían el proceso de paz con la disidencia de FARC de Iván Márquez
Se esperaba el anuncio de un nuevo ciclo de diálogos la semana pasada. ¿Cómo avanza la negociación?
Quisiéramos ir más rápido, pero también sabemos que lo importante es ir con la mayor seguridad y con la mayor responsabilidad para con el país. Estamos a punto de retomar una de las actividades que ha sido programada, que por algunas cuestiones técnicas no se pudo desarrollar, y es un espacio abierto con la comunidad del Pacífico colombiano para plantear el desescalamiento y los acuerdos de los diálogos.
La clave va a ser sacar del ostracismo al proceso. La mesa de diálogos tiene que ser una urna de cristal para el pueblo colombiano.
Francisco Tolosa, vocero de la Segunda Marquetalia
La mayor sombra de este proceso es que Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia, firmó el Acuerdo de 2016 y luego lo incumplió y volvió a las armas. ¿Qué garantía le dan al Gobierno de que eso no ocurra de nuevo?
Iván Márquez vuelve a las armas después de un incumplimiento sistemático al acuerdo. Cuando él vuelve a las armas, ya había más de 100 (exguerrilleros) muertos, y se habían hundido 14 proyectos de ley. La misma pregunta me la hacen a mí los combatientes cuando hago pedagogía de paz: “¿y usted me dice que ahora sí me van a cumplir?”, y yo como vocero de paz estoy en la labor de decirles que estamos trabajando para que todas las partes cumplan. ¿Cuál sería la garantía? Que se llegue a acuerdos sólidos, que haya plena seguridad jurídica y se dé compromiso del Estado sin que haya “conejo” más allá del gobierno de turno.
En contexto: Quién es Iván Márquez, el jefe disidente de FARC que negocia la paz por tercera vez
¿Cómo es el estado de salud de Márquez?
Bueno, no soy médico, pero él está en plenas condiciones mentales y está asumiendo la comandancia de la organización y sigue muy de cerca todos los desarrollos de la mesa. Es evidente que los documentos que ha elaborado son de su pluma, no hay ninguna dificultad con el comando más allá del deterioro propio de un ser humano que ha recibido fuertemente los rigores del conflicto. Agregaría que nadie deja una curul en el Senado para ser bombardeado, para ser atacado, si no es por una motivación política. Si el Estado hubiese cumplido, seguramente no tuviéramos que acudir a esta mesa ni a otras mesas de diálogo.
Trascendió que la Segunda Marquetalia pensaba plantear ese tema de los presuntos incumplimientos en la actual mesa, pero el Gobierno no estaba interesado. ¿Qué va a pasar?
Los puntos mínimos fueron acordados en el acta de febrero, en Venezuela, y aparecen los cinco puntos planteados, que son expresivos en el incumplimiento del acuerdo. Ahora, en términos de la mesa es inviable hacer un juicio de si se cumplió o se incumplió cuando ya el Gobierno Nacional, a través del presidente Petro, fue a decir a la ONU que no se había cumplido. Ya hay una realidad objetiva sobre esto: el Estado no cumplió el acuerdo de paz. Otra cosa es que la Segunda Marquetalia ha planteado que uno de los motivos -no el único- de su nueva rebelión tiene que ver con el incumplimiento del acuerdo de paz.
¿Cuál sería la garantía? Que se llegue a acuerdos sólidos, que haya plena seguridad jurídica y se dé compromiso del Estado sin que haya “conejo”
Francisco Tolosa, vocero de la Segunda Marquetalia
Usted ha dicho que no se busca negociar lo ya negociado en La Habana, pero ¿tiene disposición la Segunda Marquetalia de llegar a un acuerdo antes del fin del Gobierno Petro en 2026?
Hay cinco puntos. En la medida que este gobierno tenga la capacidad y la voluntad política para avanzar en esos acuerdos, yo creo que se puede seguir avanzando. Acá la diferencia frente a La Habana es que se rompe con la táctica santista de que “nada está acordado hasta que todo está acordado”, que fue una lógica de presión militar. Acá lo que se plantea es avanzar desde ya, desde el día cero, las comunidades y la población civil puedan dejar de sufrir directamente el conflicto armado, entonces esa pregunta hay que hacérsela el gobierno nacional, si en dos años puede avanzar en esto.
Puede leer: El complejo tablero de negociación que se abre para Gobierno y disidencia de Márquez
El alcalde de Cumaribo hizo un llamado a frenar las extorsiones y el reclutamiento. ¿Va a llevar ese mensaje a la organización?
Hay una declaración de principios de la organización rebelde. Yo podría decir que efectivamente no hay una práctica de reclutamiento de menores en la Segunda Marquetalia. Hemos hablado de un acogimiento integral al Derecho Internacional Humanitario.
Es decir, según usted, ¿la Segunda Marquetalia no recluta menores en ningún territorio del país?
Yo no soy comandante militar, yo soy vocero de paz. Lo que se ha hablado en la mesa es un acogimiento a unas normas y es de eso de lo que puedo dar fe. Si hay otras versiones, oportunamente debe dárseles un cauc, porque efectivamente la voluntad de la organización rebelde es mostrar su compromiso claro con el proceso de paz.
¿Y qué decir sobre la extorsión?
Lo que ustedes denominan extorsión, ellos lo denominan de otra forma. En el manifiesto fundacional de la segunda Marquetalia ellos hablan de las diferentes tributaciones y plantea expresamente que la economía social y popular y la pequeña propiedad no deben ser impuestadas. No tengo ningún otro conocimiento, porque insisto, no me corresponde, pues mi labor es representarlos en una negociación de paz, no es asumir responsabilidades internas de una organización al margen de la ley.
Usted habla de una dirección nacional a la que están acogidos los frentes. ¿Qué pasa con estructuras como los Comandos de Frontera, que operan en Putumayo y Caquetá, donde hay varias denuncias de violaciones de derechos humanos y actos de violencia de ese grupo en particular?
La estructura de los Comandos de Frontera hace parte integral de la estructura Segunda Marquetalia - Ejército Bolivariano. Los comandantes Andrés Rojas y Jairo Marín, integrantes de esa estructura, hacen parte de la mesa de diálogos, y ellos no han presentado objeción alguna con el acuerdo inicial ni frente a la agenda. Puedo dar fe que las comunidades del Putumayo con quien hemos hablado en ejercicios de pedagogía de paz, han dado por lo menos muestra del compromiso de estas estructuras. Frente a eso se acordó que la verificación temprana de estas medidas están a cargo de la Conferencia Episcopal, donde nos ha acompañado en una excelente labor monseñor Héctor Fabio Henao, y de la delegación (Misión de Verificación) del enviado especial de la ONU, Carlos Ruíz Massieu.
Uno de los principales llamados que se hacen en todos los espacios de las organizaciones sociales es que haya ceses multilaterales al fuego, no bilaterales. ¿La Segunda Marquetalia estaría en disposición?
La organización ha planteado la importancia de avanzar prontamente en un cese bilateral de fuegos con el Estado colombiano. El Estado tiene una disposición distinta inicialmente, y esperamos poder avanzar en ese debate prontamente y consolidar el cese al fuego bilateral. Frente a la teoría de ceses multilaterales, no ha sido muy planteado en la mesa, y segundo, el DIH parte de un principio que es la estructuración propia de un grupo armado. Sobra decir que la Segunda Marquetalia no tiene confrontación alguna con el Ejército de Liberación Nacional, en tanto lo reconoce como una organización revolucionaria. Con las otros grupos armados, el punto de referencia tiene que ser que cumplan siquiera los requisitos propios del DIH. Desde la mesa saludamos la iniciativa del Gobierno de avanzar en las diferentes procesos de paz, y eso efectivamente tiene que traducirse prontamente en un alivio hacia las comunidades.
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Y si el gobierno no muestra disposición de un cese bilateral con la Segunda Marquetalia, ¿continúa la disposición de dialogar?
La disposición de dialogo está y se han acordado unos protocolos de funcionamiento. Hay un punto, que se llama desescalamiento, donde se plantea un principio de acuerdo con el gobierno nacional, que no se limita a lo militar, sino que debe asumir medidas de alistamiento territorial, medidas para desactivar la bomba económica y la bomba social de la guerra. Vamos a esperar, hay un principio de buena fe. Se está trabajando en ese sentido, pero obviamente el principio de buena fe requiere unas exigencias y unos seguimientos que se han venido realizando que tienen que seguir reforzando. Creo que la clave va a ser sacar del ostracismo al proceso. Es decir, guardando la debida confidencialidad, la mesa de diálogos tiene que ser una urna de cristal para el pueblo colombiano.
A pesar de que la Segunda Marquetalia estuvo en la mira del presidente Gustavo Petro desde el inicio de su apuesta de paz total, la mesa de diálogos con esta disidencia de las FARC —comandada por ‘Iván Márquez’— solo empezó a andar tras dos años de Gobierno.
Sin embargo, en el contexto de crisis en los demás tableros de negociación del Ejecutivo, algunos observadores ven el proceso con este grupo ilegal como uno de los pocos que podrían coger vuelo en el mediano plazo, pues hay una agenda de negociación esbozada desde el primer ciclo de negociación (que se desarrolló en la última semana de junio), y las partes han expresado su voluntad de poner en marcha sus compromisos a medida que avanzan los diálogos.
“Acá se rompe la táctica de La Habana de que ‘nada está acordado hasta que todo está acordado’, y lo que se plantea es avanzar desde ya, desde el día cero”, explicó Francisco Toloza durante el Segundo Foro Binacional de Paz, Vida y Biodiversidad, que se llevó a cabo el pasado 10 de agosto en Cumaribo, Vichada.
Toloza —quien es profesor universitario y fue dirigente nacional de Marcha Patriótica— sin ser miembro del grupo, fue designado como vocero civil de la delegación de paz de la Segunda Marquetalia para los diálogos de paz con el Gobierno Petro.
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Durante el foro, al que asistió Colombia+20, el delegado habló con los medios de comunicación sobre las perspectivas del proceso de paz, el estado de salud de Iván Márquez y cómo están las cargas de cara a un eventual cese al fuego bilateral con el Gobierno.
¿Cuál es la voluntad de paz de la Segunda Marquetalia?
La Segunda Marquetalia tiene una estructura de dirección nacional y todas sus unidades han estado representadas en los procesos internos de consulta para avanzar en los diálogos. En tal sentido, la organización mantiene unos principios fundacionales que ha planteado: que no considera enemigo ni objetivo militar a los soldados y a los policías de a pie que cumplen con su deber; ha planteado un rechazo expreso a las retenciones económicas, y se mantiene en eso incluso desde antes del inicio de la mesa de diálogos.
¿Cómo garantizar que se cumpla esa voluntad?
La voluntad de paz está, y se ve representada en su delegación, además con comandantes que vuelven a sus zonas después de los ciclos de diálogo para garantizar que haya la mayor cohesión en los compromisos bilaterales, políticos, militares y demás. La vocación de paz se manifiesta todas las unidades, no ha habido ninguna reflexión en contra, con base en los cinco puntos mínimos de la agenda, que fueron acordados en Venezuela en la primera ronda de diálogos: desescalamiento y alistamiento del territorio, territorios de paz, víctimas, condiciones para la convivencia pacífica, e implementación.
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Se esperaba el anuncio de un nuevo ciclo de diálogos la semana pasada. ¿Cómo avanza la negociación?
Quisiéramos ir más rápido, pero también sabemos que lo importante es ir con la mayor seguridad y con la mayor responsabilidad para con el país. Estamos a punto de retomar una de las actividades que ha sido programada, que por algunas cuestiones técnicas no se pudo desarrollar, y es un espacio abierto con la comunidad del Pacífico colombiano para plantear el desescalamiento y los acuerdos de los diálogos.
La clave va a ser sacar del ostracismo al proceso. La mesa de diálogos tiene que ser una urna de cristal para el pueblo colombiano.
Francisco Tolosa, vocero de la Segunda Marquetalia
La mayor sombra de este proceso es que Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia, firmó el Acuerdo de 2016 y luego lo incumplió y volvió a las armas. ¿Qué garantía le dan al Gobierno de que eso no ocurra de nuevo?
Iván Márquez vuelve a las armas después de un incumplimiento sistemático al acuerdo. Cuando él vuelve a las armas, ya había más de 100 (exguerrilleros) muertos, y se habían hundido 14 proyectos de ley. La misma pregunta me la hacen a mí los combatientes cuando hago pedagogía de paz: “¿y usted me dice que ahora sí me van a cumplir?”, y yo como vocero de paz estoy en la labor de decirles que estamos trabajando para que todas las partes cumplan. ¿Cuál sería la garantía? Que se llegue a acuerdos sólidos, que haya plena seguridad jurídica y se dé compromiso del Estado sin que haya “conejo” más allá del gobierno de turno.
En contexto: Quién es Iván Márquez, el jefe disidente de FARC que negocia la paz por tercera vez
¿Cómo es el estado de salud de Márquez?
Bueno, no soy médico, pero él está en plenas condiciones mentales y está asumiendo la comandancia de la organización y sigue muy de cerca todos los desarrollos de la mesa. Es evidente que los documentos que ha elaborado son de su pluma, no hay ninguna dificultad con el comando más allá del deterioro propio de un ser humano que ha recibido fuertemente los rigores del conflicto. Agregaría que nadie deja una curul en el Senado para ser bombardeado, para ser atacado, si no es por una motivación política. Si el Estado hubiese cumplido, seguramente no tuviéramos que acudir a esta mesa ni a otras mesas de diálogo.
Trascendió que la Segunda Marquetalia pensaba plantear ese tema de los presuntos incumplimientos en la actual mesa, pero el Gobierno no estaba interesado. ¿Qué va a pasar?
Los puntos mínimos fueron acordados en el acta de febrero, en Venezuela, y aparecen los cinco puntos planteados, que son expresivos en el incumplimiento del acuerdo. Ahora, en términos de la mesa es inviable hacer un juicio de si se cumplió o se incumplió cuando ya el Gobierno Nacional, a través del presidente Petro, fue a decir a la ONU que no se había cumplido. Ya hay una realidad objetiva sobre esto: el Estado no cumplió el acuerdo de paz. Otra cosa es que la Segunda Marquetalia ha planteado que uno de los motivos -no el único- de su nueva rebelión tiene que ver con el incumplimiento del acuerdo de paz.
¿Cuál sería la garantía? Que se llegue a acuerdos sólidos, que haya plena seguridad jurídica y se dé compromiso del Estado sin que haya “conejo”
Francisco Tolosa, vocero de la Segunda Marquetalia
Usted ha dicho que no se busca negociar lo ya negociado en La Habana, pero ¿tiene disposición la Segunda Marquetalia de llegar a un acuerdo antes del fin del Gobierno Petro en 2026?
Hay cinco puntos. En la medida que este gobierno tenga la capacidad y la voluntad política para avanzar en esos acuerdos, yo creo que se puede seguir avanzando. Acá la diferencia frente a La Habana es que se rompe con la táctica santista de que “nada está acordado hasta que todo está acordado”, que fue una lógica de presión militar. Acá lo que se plantea es avanzar desde ya, desde el día cero, las comunidades y la población civil puedan dejar de sufrir directamente el conflicto armado, entonces esa pregunta hay que hacérsela el gobierno nacional, si en dos años puede avanzar en esto.
Puede leer: El complejo tablero de negociación que se abre para Gobierno y disidencia de Márquez
El alcalde de Cumaribo hizo un llamado a frenar las extorsiones y el reclutamiento. ¿Va a llevar ese mensaje a la organización?
Hay una declaración de principios de la organización rebelde. Yo podría decir que efectivamente no hay una práctica de reclutamiento de menores en la Segunda Marquetalia. Hemos hablado de un acogimiento integral al Derecho Internacional Humanitario.
Es decir, según usted, ¿la Segunda Marquetalia no recluta menores en ningún territorio del país?
Yo no soy comandante militar, yo soy vocero de paz. Lo que se ha hablado en la mesa es un acogimiento a unas normas y es de eso de lo que puedo dar fe. Si hay otras versiones, oportunamente debe dárseles un cauc, porque efectivamente la voluntad de la organización rebelde es mostrar su compromiso claro con el proceso de paz.
¿Y qué decir sobre la extorsión?
Lo que ustedes denominan extorsión, ellos lo denominan de otra forma. En el manifiesto fundacional de la segunda Marquetalia ellos hablan de las diferentes tributaciones y plantea expresamente que la economía social y popular y la pequeña propiedad no deben ser impuestadas. No tengo ningún otro conocimiento, porque insisto, no me corresponde, pues mi labor es representarlos en una negociación de paz, no es asumir responsabilidades internas de una organización al margen de la ley.
Usted habla de una dirección nacional a la que están acogidos los frentes. ¿Qué pasa con estructuras como los Comandos de Frontera, que operan en Putumayo y Caquetá, donde hay varias denuncias de violaciones de derechos humanos y actos de violencia de ese grupo en particular?
La estructura de los Comandos de Frontera hace parte integral de la estructura Segunda Marquetalia - Ejército Bolivariano. Los comandantes Andrés Rojas y Jairo Marín, integrantes de esa estructura, hacen parte de la mesa de diálogos, y ellos no han presentado objeción alguna con el acuerdo inicial ni frente a la agenda. Puedo dar fe que las comunidades del Putumayo con quien hemos hablado en ejercicios de pedagogía de paz, han dado por lo menos muestra del compromiso de estas estructuras. Frente a eso se acordó que la verificación temprana de estas medidas están a cargo de la Conferencia Episcopal, donde nos ha acompañado en una excelente labor monseñor Héctor Fabio Henao, y de la delegación (Misión de Verificación) del enviado especial de la ONU, Carlos Ruíz Massieu.
Uno de los principales llamados que se hacen en todos los espacios de las organizaciones sociales es que haya ceses multilaterales al fuego, no bilaterales. ¿La Segunda Marquetalia estaría en disposición?
La organización ha planteado la importancia de avanzar prontamente en un cese bilateral de fuegos con el Estado colombiano. El Estado tiene una disposición distinta inicialmente, y esperamos poder avanzar en ese debate prontamente y consolidar el cese al fuego bilateral. Frente a la teoría de ceses multilaterales, no ha sido muy planteado en la mesa, y segundo, el DIH parte de un principio que es la estructuración propia de un grupo armado. Sobra decir que la Segunda Marquetalia no tiene confrontación alguna con el Ejército de Liberación Nacional, en tanto lo reconoce como una organización revolucionaria. Con las otros grupos armados, el punto de referencia tiene que ser que cumplan siquiera los requisitos propios del DIH. Desde la mesa saludamos la iniciativa del Gobierno de avanzar en las diferentes procesos de paz, y eso efectivamente tiene que traducirse prontamente en un alivio hacia las comunidades.
Puede leer: Jaime Garzón, el humorista que se convirtió en símbolo de paz en Colombia
Y si el gobierno no muestra disposición de un cese bilateral con la Segunda Marquetalia, ¿continúa la disposición de dialogar?
La disposición de dialogo está y se han acordado unos protocolos de funcionamiento. Hay un punto, que se llama desescalamiento, donde se plantea un principio de acuerdo con el gobierno nacional, que no se limita a lo militar, sino que debe asumir medidas de alistamiento territorial, medidas para desactivar la bomba económica y la bomba social de la guerra. Vamos a esperar, hay un principio de buena fe. Se está trabajando en ese sentido, pero obviamente el principio de buena fe requiere unas exigencias y unos seguimientos que se han venido realizando que tienen que seguir reforzando. Creo que la clave va a ser sacar del ostracismo al proceso. Es decir, guardando la debida confidencialidad, la mesa de diálogos tiene que ser una urna de cristal para el pueblo colombiano.