‘Danzantes del Viento’: vea en Bogotá la obra de indígenas para sanar el territorio
Indígenas wayuu, guna dule, arhuacos, muruy y muiscas presentarán este poema sonoro este 12 y 13 de agosto en el Teatro Colón de Bogotá. Su mensaje es la sanación del territorio y la construcción de la paz.
Silvia Corredor Rodríguez
Por agua, tierra y aire, un grupo de 56 jóvenes indígenas viajaron desde La Guajira, el Chocó, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Amazonas y la región andina a Bogotá para participar en el Primer Encuentro de Pueblos Originarios, que se está realizando desde el 9 hasta el 13 de agosto en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, en la capital.
Este fin de semana será la presentación de “Danzantes del Viento” un poema visual y sonoro que integra las cosmovisiones de los pueblos wayuu, guna dule, arhuaco, muruy y muisca para amplificar el llamado de sanar el territorio, cuidar el medio ambiente y construir paz desde sus conocimientos ancestrales. Con dos funciones en el Teatro Colón, este 12 de agosto a las 5:00 p.m. y el domingo 13 de agosto a las 4:00 p.m., estos jóvenes realizarán esta presentación, que es producto de un laboratorio artístico que se desarrolló en los territorios hace algunos meses.
“Se han dado intercambios culturales entre todos los pueblos y generaciones, durante los ensayos se plantea que ‘estamos pensando bonito para ver bonito’ y eso es lo que queremos transmitirle al público”, contó Eliza Arias Martínez, indígena del pueblo kankuamo, a Colombia +20.
Le recomendamos: Así será el Primer Encuentro de Pueblos Originarios en Bogotá
En entrevista con Iván Benavides, director del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, del que hace parte el Teatro Colón, explicó que no se pueden llamar obras de teatro porque la palabra, la danza y la música están en movimiento. Además, resaltó que la construcción se ha hecho junto a las comunidades que buscan llevar al escenario su cosmología, resistencia, deseos de paz y denuncia de la violencia de la que han sido víctimas.
“Los pueblos originarios somos aportantes y constructores de paz desde nuestra cultura, territorio y sabiduría ancestral. En estos espacios entregamos nuestro granito de arena para seguir reflexionando sobre la vida que llevamos y cómo podemos corregir lo que no está bien”, le explicó a esta redacción Mama Emerenciana Chicunque, sabedora del pueblo kamëntsá de Putumayo.
“Los pueblos originarios somos aportantes y constructores de paz desde nuestra cultura, territorio y sabiduría ancestral”
Mama Emerenciana Chicunque, sabedora del pueblo kamëntsá de Putumayo
¿Cómo nació “Danzantes del Viento”?
Tras la apertura oficial del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella –en marzo de este año– se tejieron relaciones con taitas, mamos, maloqueros y líderes espirituales indígenas, quienes armonizaron el espacio con rituales propios de sus pueblos.
Bajo el interés de dar apertura a las poblaciones étnicas a espacios culturales como estos, Iván Benavides construyó de la mano de estos pueblos laboratorios artísticos que se realizaron en cada uno de los territorios. En el caso del pueblo muruy del Amazonas, le contó a esta redacción que estuvo trabajando un grupo desplazado que se encuentra en Bogotá.
“Ellos han conservado su tejido social, a partir de sus prácticas culturales, y era muy importante porque los indígenas perviven en la ciudad y tienen otra manera de estar”, señaló Benavides. Él fue uno de los directores de Develaciones, un canto a los cuatro vientos, obra que hace parte del legado de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y que tenía como objetivo preparar a la sociedad colombiana para la entrega del Informe Final que se realizó el 28 de junio del 2022.
En contexto: “Develaciones”: la antesala del informe final de la Comisión
“Danzantes del Viento” es una adaptación de una de las escenas de esta obra donde las mujeres wayuu realizan su danza tradicional yonna, con sus mantas rojas al ritmo de un kasha, nombre que recibe el instrumento que en Occidente se conoce como tambor. Sin embargo, será enriquecida con los ritmos, movimientos y significados de los otros pueblos quienes, según Arias, han nutrido de significados y saberes este poema sonoro durante los ensayos.
Para sabedoras como Anairis María Loperena, este tipo de espacios son muy importantes para la transmisión de sus conocimientos ancestrales y la utilidad que tienen los mismos para la construcción de paz en el país. “Para el pueblo wiwa es un sueño hecho realidad tener la oportunidad de venir a Bogotá y compartir nuestros conocimientos sobre cómo sanamos a través de nuestra espiritualidad y el rol que podemos tener como constructores de paz”, comentó a Colombia +20.
Consulte la programación del Primer Encuentro de Pueblos Originarios aquí:
Aunque en los laboratorios participaron niños, jóvenes y mayores para fortalecer la transmisión de saberes ancestrales, desde el Centro Nacional de las Artes hicieron énfasis en la población joven y menor de edad para brindar oportunidades desde lo artístico.
Estas actividades hacen parte del Primer Encuentro de Pueblos Originarios “Abya Yala - Sanar el territorio”, que busca conmemorar a los 115 pueblos indígenas del país en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La centralidad de la construcción de paz desde la sanación del cuerpo y el territorio responde a las afectaciones que vivieron las comunidades étnicas durante el conflicto armado, sus territorios, identidad cultural y entornos. Así lo reveló la Comisión de la Verdad en su volumen “Resistir no es aguantar: violencias y daños contra los pueblos étnicos de Colombia”.
Por agua, tierra y aire, un grupo de 56 jóvenes indígenas viajaron desde La Guajira, el Chocó, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Amazonas y la región andina a Bogotá para participar en el Primer Encuentro de Pueblos Originarios, que se está realizando desde el 9 hasta el 13 de agosto en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, en la capital.
Este fin de semana será la presentación de “Danzantes del Viento” un poema visual y sonoro que integra las cosmovisiones de los pueblos wayuu, guna dule, arhuaco, muruy y muisca para amplificar el llamado de sanar el territorio, cuidar el medio ambiente y construir paz desde sus conocimientos ancestrales. Con dos funciones en el Teatro Colón, este 12 de agosto a las 5:00 p.m. y el domingo 13 de agosto a las 4:00 p.m., estos jóvenes realizarán esta presentación, que es producto de un laboratorio artístico que se desarrolló en los territorios hace algunos meses.
“Se han dado intercambios culturales entre todos los pueblos y generaciones, durante los ensayos se plantea que ‘estamos pensando bonito para ver bonito’ y eso es lo que queremos transmitirle al público”, contó Eliza Arias Martínez, indígena del pueblo kankuamo, a Colombia +20.
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En entrevista con Iván Benavides, director del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, del que hace parte el Teatro Colón, explicó que no se pueden llamar obras de teatro porque la palabra, la danza y la música están en movimiento. Además, resaltó que la construcción se ha hecho junto a las comunidades que buscan llevar al escenario su cosmología, resistencia, deseos de paz y denuncia de la violencia de la que han sido víctimas.
“Los pueblos originarios somos aportantes y constructores de paz desde nuestra cultura, territorio y sabiduría ancestral. En estos espacios entregamos nuestro granito de arena para seguir reflexionando sobre la vida que llevamos y cómo podemos corregir lo que no está bien”, le explicó a esta redacción Mama Emerenciana Chicunque, sabedora del pueblo kamëntsá de Putumayo.
“Los pueblos originarios somos aportantes y constructores de paz desde nuestra cultura, territorio y sabiduría ancestral”
Mama Emerenciana Chicunque, sabedora del pueblo kamëntsá de Putumayo
¿Cómo nació “Danzantes del Viento”?
Tras la apertura oficial del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella –en marzo de este año– se tejieron relaciones con taitas, mamos, maloqueros y líderes espirituales indígenas, quienes armonizaron el espacio con rituales propios de sus pueblos.
Bajo el interés de dar apertura a las poblaciones étnicas a espacios culturales como estos, Iván Benavides construyó de la mano de estos pueblos laboratorios artísticos que se realizaron en cada uno de los territorios. En el caso del pueblo muruy del Amazonas, le contó a esta redacción que estuvo trabajando un grupo desplazado que se encuentra en Bogotá.
“Ellos han conservado su tejido social, a partir de sus prácticas culturales, y era muy importante porque los indígenas perviven en la ciudad y tienen otra manera de estar”, señaló Benavides. Él fue uno de los directores de Develaciones, un canto a los cuatro vientos, obra que hace parte del legado de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y que tenía como objetivo preparar a la sociedad colombiana para la entrega del Informe Final que se realizó el 28 de junio del 2022.
En contexto: “Develaciones”: la antesala del informe final de la Comisión
“Danzantes del Viento” es una adaptación de una de las escenas de esta obra donde las mujeres wayuu realizan su danza tradicional yonna, con sus mantas rojas al ritmo de un kasha, nombre que recibe el instrumento que en Occidente se conoce como tambor. Sin embargo, será enriquecida con los ritmos, movimientos y significados de los otros pueblos quienes, según Arias, han nutrido de significados y saberes este poema sonoro durante los ensayos.
Para sabedoras como Anairis María Loperena, este tipo de espacios son muy importantes para la transmisión de sus conocimientos ancestrales y la utilidad que tienen los mismos para la construcción de paz en el país. “Para el pueblo wiwa es un sueño hecho realidad tener la oportunidad de venir a Bogotá y compartir nuestros conocimientos sobre cómo sanamos a través de nuestra espiritualidad y el rol que podemos tener como constructores de paz”, comentó a Colombia +20.
Consulte la programación del Primer Encuentro de Pueblos Originarios aquí:
Aunque en los laboratorios participaron niños, jóvenes y mayores para fortalecer la transmisión de saberes ancestrales, desde el Centro Nacional de las Artes hicieron énfasis en la población joven y menor de edad para brindar oportunidades desde lo artístico.
Estas actividades hacen parte del Primer Encuentro de Pueblos Originarios “Abya Yala - Sanar el territorio”, que busca conmemorar a los 115 pueblos indígenas del país en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La centralidad de la construcción de paz desde la sanación del cuerpo y el territorio responde a las afectaciones que vivieron las comunidades étnicas durante el conflicto armado, sus territorios, identidad cultural y entornos. Así lo reveló la Comisión de la Verdad en su volumen “Resistir no es aguantar: violencias y daños contra los pueblos étnicos de Colombia”.