“Puede pasar que nos tilden de traidores”: Calarcá, uno de los jefes de disidencia EMC

Alexander Díaz Mendoza hace parte de la dirección colegiada del grupo armado conocido como Estado Mayor Central, y es uno de los mandos que decidió seguir adelante con el diálogo con el Gobierno Nacional. En entrevista con Colombia+20 habla de las posibles divisiones dentro de se grupo armado.

Cindy A. Morales Castillo
09 de abril de 2024 - 04:21 p. m.
Junto a Mordisco estuvieron otros jefes de esa guerrilla como Alexander Díaz Mendoza cuyo nombre de guerra es Calarcá Córdoba.
Junto a Mordisco estuvieron otros jefes de esa guerrilla como Alexander Díaz Mendoza cuyo nombre de guerra es Calarcá Córdoba.
Foto: AFP - JOAQUIN SARMIENTO
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El viernes pasado, la delegación del Gobierno y una parte de la del la mayor disidencia de las antiguas FARC, el Estado Mayor Central (EMC), anunciaron que continuaban con las negociaciones de paz, estancadas tras la suspensión regional del cese al fuego por el ataque de uno de los frentes a una comunidad indígena en Cauca.

El anuncio, que se hizo en medio de tres ataques a sedes militares ocurridos horas antes, se dio tras reunión extraordinaria de la que salió ese acuerdo, en la que los grandes ausentes fueron los delegados de Cauca y Arauca.

Pero más allá de la continuidad de las negociaciones, llamaron la atención las ausencias en esa reunión que, como lo contó Colombia+20 en esta nota, pusieron al descubierto las divisiones dentro de disidencia de Mordisco.

A la cita llegó Alexánder Mendoza, conocido como Calarcá Córdoba, hombre cercano a Mordisco; Andrey Avendaño, exjefe de la delegación del Estado Mayor Central y hombre fuerte del Catatumbo, y representantes de la estructura Carolina Ramírez que opera en Putumayo y que está adscrita al EMC. Ambos son fichas fuertes dentro de ese grupo armado. Calarcá es parte de la dirección general de las FARC y, de hecho, cuando se dijo que Mordisco estaba muerto se pensó que era su natural sucesor.

Sin embargo, otros no estuvieron. Concretamente se hablaba de Sebastián Martínez, representante de los bloques y frentes de Cauca -que también tienen incidencia en Nariño- y los de Arauca (Willy Romero y Fernanda Briceño). De hecho, la delegación de Gobierno le dijo a este diario que Martínez, miembro del frente Jaime Martínez, no había concurrido a las últimas reuniones ni tampoco ha manifestado que quiera adherirse a los compromisos pactados.

Fuentes de esa disidencia le dijeron a este diario hace unos días que esa reunión “no estaba autorizada por la dirección general” del EMC y que se había comunicado eso al Gobierno.

Además, el comunicado dado a conocer por ambas delegaciones no estaba firmado por esos delegados y tenía una salvedad que no habían tenido otros documentos firmados en ese proceso. “Este documento compromete a la delegación del Gobierno y a las estructuras que representan los firmantes en el caso del Estado Mayor Central de las FARC-EP y también al frente Carolina Ramírez de Putumayo”, decía el texto, lo que podría ser una primera señal de que no hay una unidad de mando y de que sí hay una fuerte pugna entre bloques de esa disidencia.

En entrevista con Colombia+20, Calarcá Córdoba reconoce esas divisiones dentro de la disidencia y dice que una de las razones fue la respuesta sobre cómo enfrentar la suspensión del alto al fuego regional. Mientras unos delegados del EMC querían mantener el alto al fuego y la mesa de diálogos otros querían tomar medidas más radicales. También explica por qué se quiere quedar en los diálogos y dice que no ha podido hablar con Iván Mordisco, comandante de esa disidencia que agrupa a unos 3.200 integrantes, varios de los cuales no se acogieron al Acuerdo de Paz de 2016.

Ustedes reciben el anuncio de la suspensión regional del cese al fuego durante una reunión en el cañón del Micay, ¿cuál fue la reacción del grupo armado ante esa decisión del Gobierno?

En ese momento no pasó nada, pero luego empezamos a reevaluar el tema con diferentes opiniones de los diferentes escalones de mando. Por motivos de mala comunicación en su momento, por la geografía en la que cada uno de los frentes se encuentra, no fue posible plantear rápido este problema ni sacar una conclusión, al punto que se nos creó un problema interno que yo diría que, por ahora, no es antagónico, pero sí es un tema que no se ha resuelto.

Fue ahí cuando nosotros, el Bloque Jorge Briceño, el bloque Magdalena Medio y el Carolina Ramírez, de Putumayo, decidimos continuar el diálogo. Hicimos un documento donde dejamos claro a los otros camaradas con los que en ese momento teníamos esa diferencia, que nosotros retomaríamos el diálogo, que seguiríamos haciendo una coordinación entre bloques y frentes, y que nosotros le íbamos a cumplir al pueblo con lo prometido que era ir al diálogo, seguir y no dejar al pueblo por fuera como lo hemos manifestado todo el tiempo.

Esos problemas internos, como usted los llama, ¿venían de antes o se dieron porque no se pusieron de acuerdo sobre cómo sería la respuesta a esa suspensión regional del cese al fuego?

Pues sí se venían dando unas contradicciones, unos problemas internos debido a diversos motivos, pero creo que hasta ahora no habían sido contradicciones antagónicas, sino que se podían amolar, afinar. Cuando se rompió el cese al fuego, en su momento algunos mandos opinaron que tocaba tomar otra reacción. Nos pidieron opinión a todos.

¿Quién les pidió esa opinión?

El jefe Iván (también conocido como Iván Mordisco, NdR).

¿Y cuáles fueron esas opiniones?

Pues algunas eran que debíamos revaluar si seguíamos o no en la mesa. Nosotros fuimos de la opinión que sí seguíamos la mesa, con los objetivos claros, como los que hemos dicho siempre en todas las entrevistas y en todos los documentos, que el diálogo se utilizaría para tratar de amolar los problemas y conflictos que hemos tenido todos estos años. Eso sí, siempre con el pueblo. Entonces, dándole el cumplimiento a esa palabra, y a ese pueblo al que nosotros le hemos hablado siempre, decidimos continuar esos frentes que le dije.

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¿Y cuál era la opinión de los otros?

Yo no puedo atreverme a decir eso. En su momento tendrán que decir si continúan en la mesa o no. Ellos tendrán sus argumentos, yo no me puedo ponerme a adelantar y decir que no van a seguir en la mesa.

Entiendo que no sabe qué decisión tomarán, pero en el momento en el que el señor Iván Lozada (también conocido como Iván Mordisco) preguntó cuál sería la respuesta a esa suspensión del alto al fuego, ¿ellos qué dijeron?

El jefe Iván pidió una opinión a todos. Mi opinión, cuando hablo de mi opinión es también la que incluye la concertación que hicimos con el bloque Jorge Briceño, fue que continuáramos el diálogo. La postura de los otros fue que era muy difícil continuar el diálogo con esa ruptura del cese en el área de los camaradas del Cauca, por ejemplo. Es ahí donde comienza a haber discusiones internas. Le vuelvo a decir que nosotros dijimos que continuamos por encima de lo que sea y señalamos algunos fallas que se llevan internamente y problemas que se venían presentando. Así tomamos la determinación. A eso se unió el bloque Magdalena Medio (que comanda Andrey Avendaño, exjefe negociador de ese grupo armado) y los camaradas del Carolina (Putumayo).

¿Y los otros frentes no se molestaron por esa decisión de ustedes?

Pues claro. Y es normal porque es que nosotros en su momento hablábamos de que estábamos unificados, que había un acercamiento entre nosotros. Esa reunión de 2023 en el Yari nos dio unas puntadas de unión. Ahí encontramos que sí se puede ser unidad, pero ha habido varias dificultades internas en diferentes partes y eso no nos llevó realmente a ser una vaina fraterna.

Cuando el señor Iván Lozada les preguntó cómo quería que se procediera sobre la suspensión regional del cese, ¿él también expresó su opinión? ¿dio indicios de qué quería hacer él?

No, el hombre se limitó a escuchar la opinión de todos y luego de esos quedamos incomunicados. Como nosotros necesitábamos darle cumplimiento precisamente al evento que estamos haciendo hoy (lunes) le propusimos al Gobierno hacer una reunión extraordinaria para poner en conocimiento lo que estaba sucediendo, que por encima de lo que fuera nuestra palabra valía y que tomaríamos la ruta de continuar el diálogo.

¿O sea que usted no se ha comunicado con el señor Lozada?

No.

¿Cómo se coordinan ustedes para la comunicación?

A veces a través de una reunión que se puede programar o a través de un correo. Hay varias formas. Pero ahorita, por ahora, está parado eso.

¿Entonces esa decisión de ustedes continuar con el diálogo no fue concertada y comunicada al señor Lozada?

Le dijimos cuando nos pidió opinión, pero como no hemos podido hablar pues decidimos que nosotros continuábamos y él lo que nos respondió en su momento, con las dificultades que había, era que ellos se tomarían su tiempo para definir las cosas y ya, nada más.

¿Y no cree que a él le puede molestar esa decisión?

Eso sí no lo puedo decir.

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Si el señor Iván Mordisco y las demás estructuras deciden que no están representados en esa mesa en la que usted está hoy sentado, ¿usted seguiría igual adelante con la negociación?

Claro, ya lo tenemos definido. Nosotros sabemos completamente que Iván se va a pronunciar. Por eso nos adelantamos a decirle al Gobierno que tuviéramos esa reunión extraordinaria para decir que nosotros vamos sí o sí, así, diga lo que diga Iván, lo que acordemos sigue.

Este diario supo que la reunión extraordinaria de la que usted habla no había sido autorizada por la Dirección General del EMC. ¿Eso es cierto?

Mire, la Dirección Nacional se compone de 15 miembros y cinco principales. De esos 15, la decisión de continuar la tomamos: tres miembros del Bloque Magdalena Medio, tres miembros del Bloque Jorge Briceño y un miembro del frente Carolina Ramírez. O sea, en total siete.

¿Los restantes no han tomado la decisión entonces?

Exactamente.

¿A usted o los otros miembros que resolvieron seguir en el diálogo no les da miedo las repercusiones que pueda contraer esa decisión? Por ejemplo que los tilden de traidores o se enfrenten a ustedes…

Eso puede pasar. Estamos preparados para eso, eso puede pasar. ¿Quién sabe? Yo no me atrevo a adelantar que nos irán a decir. Nosotros sacamos un documento explicándoles que no seríamos los enemigos, que seríamos los hermanos de lucha y que íbamos mirando cómo nos volvíamos a reunir. Hasta ahí le doy razón. Igual nos pueden decir todo lo que quieran. Nosotros estamos con la conciencia lista y vamos a continuar porque el compromiso lo hicimos con el pueblo.

Hábleme de ese documento, ¿por qué lo escribieron y qué más decía?

No le puedo dar muchos detalles porque es un documento interno.

¿Cuándo lo enviaron?

El 1 de abril.

Usted dice ahorita que puede pasar que haya una retaliación de los frentes y que están preparados. ¿Qué significa eso?

Lo que estoy diciendo es que estamos preparados para que digan cualquier cosa en respuesta a esto que está pasando. Los camaradas tendrán que dar su explicación.

¿Por qué en la reunión estuvieron ausentes los representantes de Arauca y Cauca? ¿Usted qué sabe?

Hay muchas explicaciones porque realmente Cauca es un territorio totalmente diferente. Ahí hay unas particularidades. Muchos compañeros han sido estigmatizados. Algunas cosas sí son ciertas, pero otras no. Es un territorio complicado. En Arauca, entiendo que están haciendo sus propias consultas para tomar decisiones.

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¿Esto que está pasando es la prueba de que al Estado Mayor Central le falta unidad de mando?

Sí. En este ejercicio se ve y eso no se puede negar. Pero ya le decía antes, nosotros en cada territorio nacimos, crecimos y nos desarrollamos a través de una comunicación y una coordinación al punto de que entre nosotros no hay un conflicto. Al punto de que entre nosotros no hay un conflicto armado todavía. Quizás más adelante, quién sabe, pero todavía no.

¿Entonces esto puede causar un conflicto armado entre los frentes?

Sería la desgracia más grande entre nosotros el llegar a ese término. En ese documento del que le hablaba dejamos abierto que si más adelante había condiciones continuaríamos todos.

¿Qué condiciones necesita, por ejemplo, unos frentes como los de Cauca para volver a ustedes, como acaba de decir?

Yo no le puedo decir porque la determinación la toman ellos.

¿Pero usted los conoce? ¿Qué se necesita para que estén otra vez en la mesa?

No, yo no los conozco a ellos. Tenemos una coordinación como compañeros, pero yo saber qué piensan ellos ahí internamente, yo no le puedo decir. Si yo me pongo a especular cosas, sencillamente lo que hago es aislarme más y formar unas contradicciones serias.

Usted me dice que las diferencias entre frentes se estaban dando antes de la suspensión. ¿Por qué eran? ¿Tendrían que ver con que hay frentes que tiene más poder económico o más poder militar o eso no tiene nada que ver?

No, nunca las contradicciones se dan por eso. Eso se da en la oligarquía, en nosotros no. Nosotros somos un ejército proletario, y nosotros coordinamos las tareas. Y si alguien tiene más que otro ente u otra unidad, le aporta porque es un deber.

Llamó la atención que, en la reunión extraordinaria, el comunicado aclara que es un documento que compromete a la delegación de Gobierno y “a las estructuras que representan los firmantes” que aparecía en el texto. ¿Temen que los otros grupos o el mismo Iván Mordisco digan que ese acuerdo no los representa o lo nieguen?

Le voy a explicar algo. Lo que pasa es que, a las FARC-EP ahora le llaman dizque EMC. Resulta que EMC es una instancia de mando que hay en la organización que significa Estado Mayor de Frente, Estado Mayor de Bloque o Estado Mayor Central. Todos los documentos los hemos firmado como Estado Mayor de la FARC-EP. ¿Qué pasa aquí? Al nosotros decidir que continuamos en la mesa y los otros camaradas no, pues Iván tendrá que decir algo. Iván va a decir ahí no estamos representados todos, va a decir algo como que nosotros tomamos nuestra propia decisión. Me imagino que va a decir “nosotros como FARC-EP no estamos de acuerdo con el proceso o vamos a continuar, pero con otra mesa o bajo estas condiciones. Entonces, la vaina está en que a nosotros nos toca dejar claro que son las direcciones de los bloques Jorge Suárez, Gentil Duarte, Magdalena Medio, el Carolina Ramírez las que firmamos los documentos y los acuerdos que hagamos.

¿Usted por qué quiere continuar con esta negociación?

A mí me motivó la palabra y la seriedad. Nosotros valemos como organización ante todo por la palabra. Yo estoy claro de que si yo me siento a hablar con el enemigo, en este caso con el Estado, en el camino del diálogo va a haber muchas contradicciones, va a haber muchas escaramuzas, cosas que nos toca enfrentar, pero en la mesa, porque para eso estamos sentados en la mesa. De lo contrario eso no sería un diálogo de un grupo rebelde con el Estado colombiano. Bajo eso, yo estoy claro de que se pueden presentar muchas cosas en el diálogo, pero que se pueden remediar ahí, como estoy claro desde el primer día que nos vimos con (el excomisionado de paz) Danilo Rueda de que nuestras armas no serían entregadas ni dejadas hasta que no borraran todas las causas que originaron el conflicto armado y social.

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¿Desde cuándo se gestó la creación del Bloque Central Isaías Pardo?

Le podría decir sobre eso es que es normal que las FARC, en su plan estratégico piense en un despliegue en los diferentes territorios donde hemos estado históricamente, pero en los que estuvimos ausentes un tiempo debido a la desmovilización que hubo en el 2016. Sobre ese bloque sé que ya había unas bases sobre esos territorios, primero claro de manera clandestina, pero ya estaban ahí desde hace un tiempo.

¿Qué lectura hace usted de los ataques militares que han hecho en los últimos días?

Los camaradas están respondiendo a una ofensiva militar que le encararon a ellos.

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Cindy A. Morales Castillo

Por Cindy A. Morales Castillo

Periodista con posgrado en Estudios Internacionales. Actualmente es la editora de Colombia+20 de El Espectador y docente de Narrativas Digitales de la Universidad Javeriana.@cinmoralejacmorales@elespectador.com

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