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El próximo viernes 10 de enero se hará la toma de posesión del nuevo presidente de Venezuela en el Palacio de Miraflores, en Caracas. Los resultados entregados por la oposición, y que fueron respaldados por el Centro Carter, dan como ganador a Edmundo González Urrutia. Sin embargo, todo apunta a que será Nicolás Maduro quien blinde el fortín del Gobierno y se autoproclame una vez más como mandatario de Venezuela.
En Colombia aún hay incertidumbre sobre la posición que tendrá el Gobierno para respaldar o no las elecciones, pues tras casi seis meses de los comicios, el presidente Gustavo Petro no ha sido claro sobre la postura que tendrá con el régimen de Nicolás Maduro.
Hace algunos días, el canciller Luis Gilberto Murillo aseguró que era mejor que “Colombia no asistiera a la posesión de Maduro”. Sin embargo, otros funcionarios del Gobierno, como el vicecanciller Jorge Rojas, han dicho que Colombia sí asistirá.
De todo esto surge la conversación sobre si el Gobierno debe continuar los diálogos de paz con el ELN en territorio venezolano, pues hay quienes dicen que esto legitima el fraude en las elecciones y respalda de manera paralela la dictadura chavista en ese país.
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La excanciller colombiana María Ángela Holguín señaló ayer en su columna de opinión que el ELN mantiene fuerte presencia en la frontera entre Colombia y Venezuela, respaldada por el mandato de Maduro.
Sería esta una de las razones para que el Gobierno esté buscando mantener la relación con Venezuela, pues de haber una ruptura diplomática, el panorama de seguridad en la frontera podría ser más complejo y Colombia perdería la interlocución de Maduro con mandos del ELN o de la Segunda Marquetalia en territorio vecino.
Por otro lado, Miguel Ceballos, alto comisionado de paz durante el Gobierno Duque, señaló que los diálogos que se adelantan con el ELN en Venezuela han legitimado el poder de Nicolás Maduro.
El exfuncionario aseguró que el ELN se vale de la protección del régimen chavista para traspasar las fronteras y cometer actos criminales en ambos países, violando el Derecho Internacional Humanitario.
“El Gobierno debe no participar en la posesión de Maduro, pero también debe dejar de llevar a cabo las negociaciones de paz con el ELN en ese país porque no haría nada distinto que legitimar esa dictadura”, dijo Ceballos.
Una de las últimas reuniones entre la delegación del Gobierno y el ELN fue justamente en Caracas, cuando ambas partes se encontraron para destrabar el proceso que estaba suspendido desde septiembre.
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En el cara a cara se plantearon nuevos alcances del proceso de paz y una nueva metodología que las delegaciones seguirán analizando para darle continuidad a la mesa en los primeros meses de este año.
Sin embargo, Venezuela no solo ha seguido de cerca el proceso con el ELN, sino que también con la Segunda Marquetalia. Desde un principio se ha dicho que el régimen chavista ha tenido complicidad para proteger a los desertores del proceso de paz, al mando de Iván Márquez.
De hecho, en octubre de este año el Gobierno colombiano tuvo que pedir a su homólogo venezolano la confirmación sobre los rumores de la muerte de Márquez durante un procedimiento médico en ese país.
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