Proponen conformar un “bloque social y político” para defender el Centro de Memoria
Diana Sánchez, directora de la Asociación Minga, llamó a la sociedad civil a no dejar que el Centro Nacional de Memoria Histórica cambie su naturaleza que calificó de "amplia y pluralista". También llamó la atención sobre el futuro de los archivos de diferentes organizaciones que esa entidad tiene en su poder
Colombia2020/ @EEColombia2020
“Nos tenemos que pelear que no cambie el enfoque del Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh)”, aseguró Diana Sánchez, directora de la Corporación Minga. Lo dijo tras dos semanas en las que dos personas (Mario Pacheco y Fernando Vargas Quemba) con ideas extremistas han sonado para dirigir esa entidad que durante varios años ha generado informes sobre el conflicto armado en Colombia.
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Sánchez aseguró que durante sus años de funcionamiento el Cnmh ha sido una institución “era amplía, plural, universal y que reconocía tanto a unos como a otros”. La líder se refiere al Estado y a la ciudadanía, que dijo que por el contexto de conflictividad en el que vive el país han tenido tensiones permanentes.
Es tal la confianza que el trabajo del Cnmh ha alcanzado en algunos sectores que varias organizaciones sociales han permitido que esa institución haga una copia de sus archivos. Minga, por ejemplo, entregó cientos de documentos referidos al trabajo que ha adelantado en la región del Catatumbo (Norte de Santander). Entre los archivos hay alertas sobre la situación de derechos humanos, cartas sobre el trabajo político en esa zona y documentos que hacen parte de litigios que ha apoyado esa organización.
Sánchez contó que la decisión de entregarle copias al Cnmh se dio “porque consideramos que era estratégico” y debido a que sabían que como organización no iban a tener los recursos ni la logística necesaria para sistematizar el archivo. También dijo que para hacer efectivo el proceso, Minga consultó con algunos líderes de la región del Catatumbo. Sin embargo, tal vez el argumento más fuerte fue la confianza construida entre la sociedad civil y esa entidad: “es hora de cambiar el paradigma de desconfianza y ayudar a construir una institucionalidad desde lo que nosotros hemos hecho”.
Señaló varios retos que ha tenido la construcción de confianza entre el Estado y la ciudadanía. Por ejemplo, criticó que las instituciones estatales hayan negado el conflicto armado en Colombia. También aseguró que las organizaciones defensoras de derechos humanos han sido constantemente estigmatizadas.
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Para que no se pierda esa confianza ganada frente al Cnmh, Sánchez plateó dos posibilidades: crear un “bloque político y social” con la intención de defender la labor pluralista que ha desempeñado esa institución. En el caso que eso no se dé, la directora de Minga dijo que debería haber una “institución independiente” que preserve los archivos que han entregado varias organizaciones sociales.
El llamado terminó siendo, sobre todo, para la sociedad civil. Según Sánchez la sociedad también ha tenido responsabilidad por omisión o por silencio frente a la guerra que se ha vivido en Colombia. Por eso concluyó diciendo “La sociedad se tiene que apropiar de la superación de la violencia y ayudar a preservar lo que se ha alcanzado “.
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“Nos tenemos que pelear que no cambie el enfoque del Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh)”, aseguró Diana Sánchez, directora de la Corporación Minga. Lo dijo tras dos semanas en las que dos personas (Mario Pacheco y Fernando Vargas Quemba) con ideas extremistas han sonado para dirigir esa entidad que durante varios años ha generado informes sobre el conflicto armado en Colombia.
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Sánchez aseguró que durante sus años de funcionamiento el Cnmh ha sido una institución “era amplía, plural, universal y que reconocía tanto a unos como a otros”. La líder se refiere al Estado y a la ciudadanía, que dijo que por el contexto de conflictividad en el que vive el país han tenido tensiones permanentes.
Es tal la confianza que el trabajo del Cnmh ha alcanzado en algunos sectores que varias organizaciones sociales han permitido que esa institución haga una copia de sus archivos. Minga, por ejemplo, entregó cientos de documentos referidos al trabajo que ha adelantado en la región del Catatumbo (Norte de Santander). Entre los archivos hay alertas sobre la situación de derechos humanos, cartas sobre el trabajo político en esa zona y documentos que hacen parte de litigios que ha apoyado esa organización.
Sánchez contó que la decisión de entregarle copias al Cnmh se dio “porque consideramos que era estratégico” y debido a que sabían que como organización no iban a tener los recursos ni la logística necesaria para sistematizar el archivo. También dijo que para hacer efectivo el proceso, Minga consultó con algunos líderes de la región del Catatumbo. Sin embargo, tal vez el argumento más fuerte fue la confianza construida entre la sociedad civil y esa entidad: “es hora de cambiar el paradigma de desconfianza y ayudar a construir una institucionalidad desde lo que nosotros hemos hecho”.
Señaló varios retos que ha tenido la construcción de confianza entre el Estado y la ciudadanía. Por ejemplo, criticó que las instituciones estatales hayan negado el conflicto armado en Colombia. También aseguró que las organizaciones defensoras de derechos humanos han sido constantemente estigmatizadas.
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El llamado terminó siendo, sobre todo, para la sociedad civil. Según Sánchez la sociedad también ha tenido responsabilidad por omisión o por silencio frente a la guerra que se ha vivido en Colombia. Por eso concluyó diciendo “La sociedad se tiene que apropiar de la superación de la violencia y ayudar a preservar lo que se ha alcanzado “.
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