Los excombatientes de Putumayo trabajan por la reforestación de la Amazonía
A través de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común (Comuccom), cerca de 57 firmantes de paz y comunidad rural de Puerto Guzmán trabajan en viveros y colmenas para reforestar la Amazonia colombiana.
Silvia Corredor Rodríguez
Luz Mary Lame*
Con un gran homenaje, los firmantes del Acuerdo de Paz que hacen parte de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común (Comuccom), en Puerto Guzmán, recordaron el asesinato del excombatiente Jorge Santofimio Yepes, quien era presidente de la cooperativa. Este hombre dejó las armas para apostarle a la paz y venía desarrollando un proyecto de viverismo comunitario para reforestar y recuperar las zonas más afectadas por la tala indiscriminada de bosques en esta región del país. El asesinato ocurrió el 24 de febrero de 2022 en las instalaciones de la cooperativa llamada La Granja Comuccom, ubicadas en la vereda Corrales de Puerto Guzmán.
Aunque la muerte de Santofimio fue un golpe muy fuerte para sus compañeros, han decidido seguir adelante con todos los proyectos que venían liderando a su lado.
En su honor, la primera zona reforestada en La Granja recibió el nombre de Jorge Santofimio Yepes y allí sembraron, inicialmente, 17 plantas de abarco, una especie de árbol propio de la Amazonía. Santofimio había llevado esas semillas a la región en 2020, luego de una reunión en Bogotá con otros firmantes de paz.
“Esta restauración es en honor a él, le pusimos a este terreno su nombre porque aquí fue donde inició el sueño de conservar estas especies nativas de la Amazonía y algunas que están en vía de extinción”, dijo Armando Aroca Sánchez, representante legal de Comuccom.
Las 1,4 hectáreas de tierra que recibieron el nombre del firmante de paz tienen sembradas 1.500 plantas entre maderables y frutales para recuperar las zonas que han sido devastadas por la minería, los cultivos ilícitos, la ganadería extensiva, la comercialización de madera y otros factores que han contribuido a que ese departamento esté en la lista de los más deforestados en Colombia.
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Según el Informe de Monitoreo de Pérdida de Cobertura Vegetal de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), Putumayo perdió más de 2.600 hectáreas por deforestación en 2022. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 58 % de la deforestación en Colombia se concentra en toda la Amazonía del país.
La reforestación comunitaria
En 2020, la cooperativa tocó puertas y creó alianzas con la comunidad, los colegios e instituciones. Una de las organizaciones que aportó a esta labor fue Corpoamazonia, a través del proyecto “Ser Putumayo”, que entregó 1.250 plantas maderables y frutales propias de la región amazónica.
“Nosotros hemos ido colocando más árboles y conservando, porque algunos se mueren. Entonces, por una plantica que se pierde, sembramos otra. Aquí estamos conservando algunas especies que están en peligro de extinción como el famoso carrecillo, que viene desde el Caquetá y el Guaviare. La idea es protegerlo y que no se pierda. Hemos hecho lo mismo con otras plantas como el cedro rosado y el medio comino, entre otras especies, que son muy amenazadas por la comercialización de las maderas”, añadió Aroca.
Luego de esto, a la región llegó el proyecto “Amazonia Sostenible para la Paz”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta fue una oportunidad para fortalecer alianzas comunitarias que se materializaron en la Red de Viverismo Comunitario de la Amazonía, conformada por 15 asociaciones.
“Aquí nos encontraron a nosotros con este pedacito y nació una estrategia grande, que fue conformar redes entre colegas. Se sumaron organizaciones del Valle del Guamuez, una asociación campesina llamada Agropal, el ETCR La Carmelita en Puerto Asís, la Perla Amazónica. Hoy en día hace parte de esta red no solo el Putumayo, sino también departamentos como Caquetá, Meta y San José del Guaviare. Así se creó la Red de Viverismo Comunitario de la Amazonía”, explicó Aroca.
A este proyecto también se sumó el Consejo Comunitario Las Acacias de la inspección de Santa Lucía, en Puerto Guzmán. Esta comunidad de 45 familias venía realizando un proceso de reforestación en 7,5 hectáreas, pero sin mucho éxito porque no contaban con los recursos necesarios ni el apoyo técnico. Esta alianza significó fortalecer el trabajo que el consejo comunitario venía realizando años atrás.
“El apoyo de Comuccom ha sido del 100 % y no lo esperábamos porque antes ninguna institución se había preocupado por la restauración, sino hasta que llegaron los excombatientes. Ellos nos apoyan con el transporte para llevar los árboles hasta Las Acacias y han ido personalmente a darnos las indicaciones de cómo y dónde se pueden sembrar los árboles”, contó Nilson Moya Mena, líder y representante legal del Consejo Comunitario Las Acacias.
Las plantas que se han sembrado están ubicadas en el vivero Vanguardia de la Restauración Musu Kaisai, ubicado en la vereda Los Corrales, del municipio de Puerto Guzmán. Este lugar tiene capacidad para germinar 40.000 plantas de varias especies con las que se tiene estimado restaurar gran parte de las zonas reforestadas de esta región.
Vea: Las promesas y los proyectos para frenar la deforestación que no despegan en la Amazonia
“En este proyecto tenemos estimado poder llegar a germinar alrededor de 100.000 plantas, ya que en el marco del mismo se puede mejorar la infraestructura y aumentar mucho más las especies a producir”, manifestó Duberney López, presidente de la cooperativa.
Gracias a todo el esfuerzo comunitario que han realizado, Comuccom logró tener la certificación para comercializar estas especies por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
Según integrantes de la cooperativa, esta es una de las dos organizaciones de la Red de Viveros que tiene esta autorización. Desde el vivero Musu Kaisai (que significa “vida nueva”), la cooperativa podrá germinar alrededor de 24 especies nativas de la región.
“A nosotros no nos interesa mucho vender una mata, nosotros vendemos una restauración instalada. Esa es nuestra visión y sueño, al igual que adelantar procesos comunitarios porque ahí es donde está el éxito. No es sembrar una mata y dejarla allí tirada. Es saber que esta necesita cuidados y cariño para que crezca y nos brinde sus beneficios”, aclaró Aroca, de Comuccom.
Los impactos ambientales
La reforestación en esta zona rural de Puerto Guzmán no lleva mucho tiempo; sin embargo, los impactos positivos ya comenzaron a ser visibles. Moya Mena afirmó que tras las siembras de árboles se han visto aves y otros animales silvestres como loras, monos y chamones (aves características de la región). Estos animales habían salido de la región por la fumigación de cultivos de coca y la tala indiscriminada. Esto también afectó los afluentes de la región como el río Caimán, que desemboca en el río Caquetá, y sus quebradas La Mona y La Pagüila, fuentes de sustento para las comunidades.
“Hace un tiempo navegábamos en canoa por estas quebradas, pero ahora no se puede porque se han secado por la deforestación”, expresó Moya, quien ya suma 18 años como líder en esta comunidad.
Esta situación era vista con tristeza por parte del Consejo Comunitario, por eso, la llegada del proyecto “Amazonia Sostenible para la Paz” significó una esperanza y un respaldo para trabajar por la restauración ecológica.
Con apoyo del PNUD, Las Acacias tiene un proyecto para sembrar 23.000 árboles, de los cuales, ya han plantado 11.000 con apoyo de Comuccom. Este año, esperan sembrar los 12.000 restantes y fortalecer la flora y fauna que fueron devastadas en este territorio habitado por la comunidad negra.
¿Cómo nació Comuccom?
La cooperativa nació como estrategia de firmantes del Acuerdo de Paz en Puerto Asís el 4 de diciembre de 2017. Luego, los 25 asociados, entre hombres y mujeres, se trasladaron a Puerto Guzmán con sus familias y desde ese entonces habitan en la finca La Siberia, terreno entregado en comodato por la anterior administración municipal.
Actualmente, cerca de 57 personas están desarrollando proyectos productivos y ambientales como el vivero Vanguardia de las Restauración Musu Kaisai.
“Cuando estábamos en las filas pudimos ver la deforestación y teníamos que tomar acciones para no permitir la tala indiscriminada de bosques. Había unas normas que se habían construido de la mano de las comunidades para conservar los árboles que estaban en la orilla del río. Para poder derribar se tenía que tener en cuenta ciertos metros para poder hacerlo, que fuera cerca a las casas, que no afectara los ríos. Nosotros eso de conservar no lo inventamos ahora, eso lo traemos en el corazón”, señaló Aroca.
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Con esa misma entrega, los excombatientes motivan a las comunidades y organizaciones a plantar en esas zonas desarboladas para detener un poco los efectos del cambio climático y el calentamiento global. La cooperativa ha apoyado la restauración ecológica de más de 15 hectáreas en la región en alianza con Corpoamazonia. Estas acciones son vistas por los firmantes de la paz y las comunidades como un legado de Jorge Santofimio Yepes, a quien recuerdan como un líder que impulsó el factor ambiental.
“La restauración es un legado que el señor Santofimio nos dejó, no solo a nosotros, porque, hasta donde sé, compartió esta idea con indígenas y colonos; era una persona que no tenía distingo de raza, ni de nada, compartía este proyecto con todos”, recordó el representante legal del Consejo Comunitario.
Las mujeres también conservan
Las personas en proceso de reincorporación pertenecientes a Comuccom trabajan en otro proyecto con abejas meliponas. Estas especies sin aguijón son las que producen la miel de forma natural, sin necesidad de intervenir.
En este proceso trabajan 13 mujeres, entre excombatientes y habitantes de la comunidad rural de Puerto Guzmán, que, desde noviembre del 2021, están comprometidas con esta iniciativa de meliponicultura (crianza de abejas meliponas o abejas sin aguijón). Al principio solo contaban con 12 colmenas y en la actualidad tienen 70 enjambres.
“Nosotros iniciamos en 2021, pero apenas desde el año pasado hemos venido cosechando, porque al principio, apenas las estábamos conociendo, nos estábamos capacitando y ahora hemos logrado producir. Este es un proyecto de vida y principalmente de conservación, porque las abejitas son polinizadoras, de ellas depende que tengamos un plato de comida en la mesa. Con esta problemática de la deforestación estamos dando un pequeño aporte al cuidado del medio ambiente”, asegura Alba Milena Gómez, representante de la asociación de mujeres.
“Invito a las ONG, a todos los medios internacionales y nacionales y a las personas que vivimos en los diferentes departamentos de Colombia a que le apostemos a la restauración, porque se está mirando el calentamiento global disparado al 100 %. Invitemos al Gobierno Nacional a que invierta en los territorios étnicos y no étnicos, porque la afectación no es solo para nosotros, sino para todo el mundo”, manifestó Moya Mena.
*Periodista independiente.
Con un gran homenaje, los firmantes del Acuerdo de Paz que hacen parte de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común (Comuccom), en Puerto Guzmán, recordaron el asesinato del excombatiente Jorge Santofimio Yepes, quien era presidente de la cooperativa. Este hombre dejó las armas para apostarle a la paz y venía desarrollando un proyecto de viverismo comunitario para reforestar y recuperar las zonas más afectadas por la tala indiscriminada de bosques en esta región del país. El asesinato ocurrió el 24 de febrero de 2022 en las instalaciones de la cooperativa llamada La Granja Comuccom, ubicadas en la vereda Corrales de Puerto Guzmán.
Aunque la muerte de Santofimio fue un golpe muy fuerte para sus compañeros, han decidido seguir adelante con todos los proyectos que venían liderando a su lado.
En su honor, la primera zona reforestada en La Granja recibió el nombre de Jorge Santofimio Yepes y allí sembraron, inicialmente, 17 plantas de abarco, una especie de árbol propio de la Amazonía. Santofimio había llevado esas semillas a la región en 2020, luego de una reunión en Bogotá con otros firmantes de paz.
“Esta restauración es en honor a él, le pusimos a este terreno su nombre porque aquí fue donde inició el sueño de conservar estas especies nativas de la Amazonía y algunas que están en vía de extinción”, dijo Armando Aroca Sánchez, representante legal de Comuccom.
Las 1,4 hectáreas de tierra que recibieron el nombre del firmante de paz tienen sembradas 1.500 plantas entre maderables y frutales para recuperar las zonas que han sido devastadas por la minería, los cultivos ilícitos, la ganadería extensiva, la comercialización de madera y otros factores que han contribuido a que ese departamento esté en la lista de los más deforestados en Colombia.
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Según el Informe de Monitoreo de Pérdida de Cobertura Vegetal de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), Putumayo perdió más de 2.600 hectáreas por deforestación en 2022. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 58 % de la deforestación en Colombia se concentra en toda la Amazonía del país.
La reforestación comunitaria
En 2020, la cooperativa tocó puertas y creó alianzas con la comunidad, los colegios e instituciones. Una de las organizaciones que aportó a esta labor fue Corpoamazonia, a través del proyecto “Ser Putumayo”, que entregó 1.250 plantas maderables y frutales propias de la región amazónica.
“Nosotros hemos ido colocando más árboles y conservando, porque algunos se mueren. Entonces, por una plantica que se pierde, sembramos otra. Aquí estamos conservando algunas especies que están en peligro de extinción como el famoso carrecillo, que viene desde el Caquetá y el Guaviare. La idea es protegerlo y que no se pierda. Hemos hecho lo mismo con otras plantas como el cedro rosado y el medio comino, entre otras especies, que son muy amenazadas por la comercialización de las maderas”, añadió Aroca.
Luego de esto, a la región llegó el proyecto “Amazonia Sostenible para la Paz”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta fue una oportunidad para fortalecer alianzas comunitarias que se materializaron en la Red de Viverismo Comunitario de la Amazonía, conformada por 15 asociaciones.
“Aquí nos encontraron a nosotros con este pedacito y nació una estrategia grande, que fue conformar redes entre colegas. Se sumaron organizaciones del Valle del Guamuez, una asociación campesina llamada Agropal, el ETCR La Carmelita en Puerto Asís, la Perla Amazónica. Hoy en día hace parte de esta red no solo el Putumayo, sino también departamentos como Caquetá, Meta y San José del Guaviare. Así se creó la Red de Viverismo Comunitario de la Amazonía”, explicó Aroca.
A este proyecto también se sumó el Consejo Comunitario Las Acacias de la inspección de Santa Lucía, en Puerto Guzmán. Esta comunidad de 45 familias venía realizando un proceso de reforestación en 7,5 hectáreas, pero sin mucho éxito porque no contaban con los recursos necesarios ni el apoyo técnico. Esta alianza significó fortalecer el trabajo que el consejo comunitario venía realizando años atrás.
“El apoyo de Comuccom ha sido del 100 % y no lo esperábamos porque antes ninguna institución se había preocupado por la restauración, sino hasta que llegaron los excombatientes. Ellos nos apoyan con el transporte para llevar los árboles hasta Las Acacias y han ido personalmente a darnos las indicaciones de cómo y dónde se pueden sembrar los árboles”, contó Nilson Moya Mena, líder y representante legal del Consejo Comunitario Las Acacias.
Las plantas que se han sembrado están ubicadas en el vivero Vanguardia de la Restauración Musu Kaisai, ubicado en la vereda Los Corrales, del municipio de Puerto Guzmán. Este lugar tiene capacidad para germinar 40.000 plantas de varias especies con las que se tiene estimado restaurar gran parte de las zonas reforestadas de esta región.
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“En este proyecto tenemos estimado poder llegar a germinar alrededor de 100.000 plantas, ya que en el marco del mismo se puede mejorar la infraestructura y aumentar mucho más las especies a producir”, manifestó Duberney López, presidente de la cooperativa.
Gracias a todo el esfuerzo comunitario que han realizado, Comuccom logró tener la certificación para comercializar estas especies por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
Según integrantes de la cooperativa, esta es una de las dos organizaciones de la Red de Viveros que tiene esta autorización. Desde el vivero Musu Kaisai (que significa “vida nueva”), la cooperativa podrá germinar alrededor de 24 especies nativas de la región.
“A nosotros no nos interesa mucho vender una mata, nosotros vendemos una restauración instalada. Esa es nuestra visión y sueño, al igual que adelantar procesos comunitarios porque ahí es donde está el éxito. No es sembrar una mata y dejarla allí tirada. Es saber que esta necesita cuidados y cariño para que crezca y nos brinde sus beneficios”, aclaró Aroca, de Comuccom.
Los impactos ambientales
La reforestación en esta zona rural de Puerto Guzmán no lleva mucho tiempo; sin embargo, los impactos positivos ya comenzaron a ser visibles. Moya Mena afirmó que tras las siembras de árboles se han visto aves y otros animales silvestres como loras, monos y chamones (aves características de la región). Estos animales habían salido de la región por la fumigación de cultivos de coca y la tala indiscriminada. Esto también afectó los afluentes de la región como el río Caimán, que desemboca en el río Caquetá, y sus quebradas La Mona y La Pagüila, fuentes de sustento para las comunidades.
“Hace un tiempo navegábamos en canoa por estas quebradas, pero ahora no se puede porque se han secado por la deforestación”, expresó Moya, quien ya suma 18 años como líder en esta comunidad.
Esta situación era vista con tristeza por parte del Consejo Comunitario, por eso, la llegada del proyecto “Amazonia Sostenible para la Paz” significó una esperanza y un respaldo para trabajar por la restauración ecológica.
Con apoyo del PNUD, Las Acacias tiene un proyecto para sembrar 23.000 árboles, de los cuales, ya han plantado 11.000 con apoyo de Comuccom. Este año, esperan sembrar los 12.000 restantes y fortalecer la flora y fauna que fueron devastadas en este territorio habitado por la comunidad negra.
¿Cómo nació Comuccom?
La cooperativa nació como estrategia de firmantes del Acuerdo de Paz en Puerto Asís el 4 de diciembre de 2017. Luego, los 25 asociados, entre hombres y mujeres, se trasladaron a Puerto Guzmán con sus familias y desde ese entonces habitan en la finca La Siberia, terreno entregado en comodato por la anterior administración municipal.
Actualmente, cerca de 57 personas están desarrollando proyectos productivos y ambientales como el vivero Vanguardia de las Restauración Musu Kaisai.
“Cuando estábamos en las filas pudimos ver la deforestación y teníamos que tomar acciones para no permitir la tala indiscriminada de bosques. Había unas normas que se habían construido de la mano de las comunidades para conservar los árboles que estaban en la orilla del río. Para poder derribar se tenía que tener en cuenta ciertos metros para poder hacerlo, que fuera cerca a las casas, que no afectara los ríos. Nosotros eso de conservar no lo inventamos ahora, eso lo traemos en el corazón”, señaló Aroca.
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Con esa misma entrega, los excombatientes motivan a las comunidades y organizaciones a plantar en esas zonas desarboladas para detener un poco los efectos del cambio climático y el calentamiento global. La cooperativa ha apoyado la restauración ecológica de más de 15 hectáreas en la región en alianza con Corpoamazonia. Estas acciones son vistas por los firmantes de la paz y las comunidades como un legado de Jorge Santofimio Yepes, a quien recuerdan como un líder que impulsó el factor ambiental.
“La restauración es un legado que el señor Santofimio nos dejó, no solo a nosotros, porque, hasta donde sé, compartió esta idea con indígenas y colonos; era una persona que no tenía distingo de raza, ni de nada, compartía este proyecto con todos”, recordó el representante legal del Consejo Comunitario.
Las mujeres también conservan
Las personas en proceso de reincorporación pertenecientes a Comuccom trabajan en otro proyecto con abejas meliponas. Estas especies sin aguijón son las que producen la miel de forma natural, sin necesidad de intervenir.
En este proceso trabajan 13 mujeres, entre excombatientes y habitantes de la comunidad rural de Puerto Guzmán, que, desde noviembre del 2021, están comprometidas con esta iniciativa de meliponicultura (crianza de abejas meliponas o abejas sin aguijón). Al principio solo contaban con 12 colmenas y en la actualidad tienen 70 enjambres.
“Nosotros iniciamos en 2021, pero apenas desde el año pasado hemos venido cosechando, porque al principio, apenas las estábamos conociendo, nos estábamos capacitando y ahora hemos logrado producir. Este es un proyecto de vida y principalmente de conservación, porque las abejitas son polinizadoras, de ellas depende que tengamos un plato de comida en la mesa. Con esta problemática de la deforestación estamos dando un pequeño aporte al cuidado del medio ambiente”, asegura Alba Milena Gómez, representante de la asociación de mujeres.
“Invito a las ONG, a todos los medios internacionales y nacionales y a las personas que vivimos en los diferentes departamentos de Colombia a que le apostemos a la restauración, porque se está mirando el calentamiento global disparado al 100 %. Invitemos al Gobierno Nacional a que invierta en los territorios étnicos y no étnicos, porque la afectación no es solo para nosotros, sino para todo el mundo”, manifestó Moya Mena.
*Periodista independiente.