¿Por qué urge hablar de los problemas en la salud mental por cuenta de la guerra?
Este 31 de agosto, Colombia+20 de El Espectador, la OIM y Usaid llevarán a cabo el evento Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia. Así puede participar.
Menos del 50 % de las personas que padecen un trastorno mental como consecuencia de alguna afectación ocurrida durante el conflicto armado solicitan atención o apoyo psicológico por parte de un profesional de la salud. Así lo señala el Instituto Nacional de Salud (INS) en uno de sus últimos informes.
En gran medida, esto se debe a que sigue siendo un tabú hablar de salud mental, especialmente en las zonas rurales donde el acceso es menor. Pero el no generar una conversación profunda y desde todos los frentes, tras una guerra de más de sesenta años y que ha dejado por lo menos 9 millones de víctimas, puede dejar daños irreparables tanto en las personas y sus familias como en las comunidades.
(Puede leer: Suicidio y uso excesivo de sustancias: impacto en la salud mental de las víctimas)
Precisamente, para poner el tema sobre la mesa, este 31 de agosto, de las 9:00 a. m., se llevará a cabo el encuentro nacional Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia. El evento será presencial, pero también puede seguirlo a través de las plataformas digitales de Colombia+20, El Espectador y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las secuelas del conflicto en la salud mental de las víctimas
Parte de los impactos que ha dejado el conflicto en la salud mental de los colombianos están reseñados en el Informe Final de la Comisión de la Verdad. Como se lee en el volumen de Impactos, enfrentamientos y resistencias: “es frecuente que las personas víctimas o sus familiares traten de afrontar la situación con el uso excesivo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas”. Es decir, el recurrir al consumo de alguno de estos puede ser una forma de sobrellevar aquellos duelos sin cerrar o gestionar. De hecho, en los múltiples testimonios recogidos tanto en Colombia como en el exterior se evidencia que muchos afectados llevan años -o incluso décadas- sin contar lo que les pasó.
Con respecto al suicidio, la Comisión revela cifras alarmantes. Por ejemplo, el 12,5 % de la población víctima de desplazamiento forzado tuvo algún tipo de conducta suicida; y de este porcentaje, el 51,5 % llegó a planear quitarse la vida, y el 5,5 % intentó hacerlo.
(Vea: Así se espera incluir a las víctimas del conflicto en el Plan Decenal de Salud)
Volviendo a los datos del INS, es muy común que esta población presente trastornos neuróticos relacionados con el estrés, depresión y ansiedad, y que manifieste tener sentimientos de angustia e infelicidad. También se indica que el porcentaje con respecto a enfermedades como la esquizofrenia o algún tipo de retraso mental es más alto que el de la población general.
En esa misma línea, el instituto recalca que siete de cada 100 personas que solicitan esa atención psicológica no logran acceder al Sistema General de Salud, por lo que la falta de atención oportuna e integral empeora de manera progresiva la sintomatología, llegando hasta el deterioro funcional.
Además, se tiende a subestimar los niveles de afectación en la población mayor porque son “fuertes”, y por ello no se considera necesario buscar ayuda, pero lo que muestra la evidencia es que hay una alta probabilidad de que los síntomas no se manifiesten de forma evidente en el comportamiento de las personas, sino que esos se transfieran generacionalmente.
Y aunque el panorama es crítico y aún falta mucho por hacer, tampoco se puede dejar de destacar el trabajo que diferentes entidades tanto privados como públicas han adelantado para mejorar estos indicadores, y, por supuesto, la calidad de estas personas y la de sus familias.
Para mencionar un caso, está el trabajo del Programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), implementado por la OIM, que a través de diversas acciones buscan aplicar el acceso a los servicios de atención psicosocial, generar espacios seguros para hablar, sanar y fortalecer las redes de apoyo comunitarias, así como impulsar la autonomía económica de las víctimas.
¿Qué opinan los colombianos sobre este panorama?
Lo invitamos a que participe de esta encuesta sobre la salud mental y su relación con el conflicto armado. Las respuestas serán socializadas en el encuentro Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia.
Conozca, a continuación, la agenda del encuentro nacional, al que puede registrarse aquí.
Fecha: 31 de agosto de 2022
Hora: 9:00 a.m. a 11:30 a.m.
Lugar: Centro cultural Gimnasio Moderno Cra. 9 # 74-99
9:00 a.m.: Instalación del evento y bienvenida.
9:05 a.m.: Palabras de apertura: Camila Gómez, consejera principal Usaid Colombia. Representante de OIM (Por confirmar).
9:15 a.m.: Presentación del video sobre el diagnóstico en salud mental de las personas sobrevivientes del conflicto armado.
9:20 a.m.: Conferencia “Salud mental y desarrollo inclusivo” a cargo de Abir Aldhalimi, asesora Senior en Desarrollo Inclusivo - USAID.
9:45 a.m.: “Cultura, tradición y salud mental”, intervención musical a cargo de grupo de gaitas femenino Flor de Cerezo, ganadoras del Festival de Gaitas de San Jacinto 2022, con el maestro gaitero Pedro Rodríguez de Las Mercedes, San Jacinto.
9:55 a.m.: Panel: “Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia”. Panelistas: Claudia Tovar (Colegio Colombiano de Psicólogos), Nubia Bautista (subdirectora Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud) y Gerardo Montenegro (director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Cauca). Moderadora: Gloria Castrillón, directora de Colombia +20 de El Espectador.
Menos del 50 % de las personas que padecen un trastorno mental como consecuencia de alguna afectación ocurrida durante el conflicto armado solicitan atención o apoyo psicológico por parte de un profesional de la salud. Así lo señala el Instituto Nacional de Salud (INS) en uno de sus últimos informes.
En gran medida, esto se debe a que sigue siendo un tabú hablar de salud mental, especialmente en las zonas rurales donde el acceso es menor. Pero el no generar una conversación profunda y desde todos los frentes, tras una guerra de más de sesenta años y que ha dejado por lo menos 9 millones de víctimas, puede dejar daños irreparables tanto en las personas y sus familias como en las comunidades.
(Puede leer: Suicidio y uso excesivo de sustancias: impacto en la salud mental de las víctimas)
Precisamente, para poner el tema sobre la mesa, este 31 de agosto, de las 9:00 a. m., se llevará a cabo el encuentro nacional Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia. El evento será presencial, pero también puede seguirlo a través de las plataformas digitales de Colombia+20, El Espectador y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las secuelas del conflicto en la salud mental de las víctimas
Parte de los impactos que ha dejado el conflicto en la salud mental de los colombianos están reseñados en el Informe Final de la Comisión de la Verdad. Como se lee en el volumen de Impactos, enfrentamientos y resistencias: “es frecuente que las personas víctimas o sus familiares traten de afrontar la situación con el uso excesivo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas”. Es decir, el recurrir al consumo de alguno de estos puede ser una forma de sobrellevar aquellos duelos sin cerrar o gestionar. De hecho, en los múltiples testimonios recogidos tanto en Colombia como en el exterior se evidencia que muchos afectados llevan años -o incluso décadas- sin contar lo que les pasó.
Con respecto al suicidio, la Comisión revela cifras alarmantes. Por ejemplo, el 12,5 % de la población víctima de desplazamiento forzado tuvo algún tipo de conducta suicida; y de este porcentaje, el 51,5 % llegó a planear quitarse la vida, y el 5,5 % intentó hacerlo.
(Vea: Así se espera incluir a las víctimas del conflicto en el Plan Decenal de Salud)
Volviendo a los datos del INS, es muy común que esta población presente trastornos neuróticos relacionados con el estrés, depresión y ansiedad, y que manifieste tener sentimientos de angustia e infelicidad. También se indica que el porcentaje con respecto a enfermedades como la esquizofrenia o algún tipo de retraso mental es más alto que el de la población general.
En esa misma línea, el instituto recalca que siete de cada 100 personas que solicitan esa atención psicológica no logran acceder al Sistema General de Salud, por lo que la falta de atención oportuna e integral empeora de manera progresiva la sintomatología, llegando hasta el deterioro funcional.
Además, se tiende a subestimar los niveles de afectación en la población mayor porque son “fuertes”, y por ello no se considera necesario buscar ayuda, pero lo que muestra la evidencia es que hay una alta probabilidad de que los síntomas no se manifiesten de forma evidente en el comportamiento de las personas, sino que esos se transfieran generacionalmente.
Y aunque el panorama es crítico y aún falta mucho por hacer, tampoco se puede dejar de destacar el trabajo que diferentes entidades tanto privados como públicas han adelantado para mejorar estos indicadores, y, por supuesto, la calidad de estas personas y la de sus familias.
Para mencionar un caso, está el trabajo del Programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), implementado por la OIM, que a través de diversas acciones buscan aplicar el acceso a los servicios de atención psicosocial, generar espacios seguros para hablar, sanar y fortalecer las redes de apoyo comunitarias, así como impulsar la autonomía económica de las víctimas.
¿Qué opinan los colombianos sobre este panorama?
Lo invitamos a que participe de esta encuesta sobre la salud mental y su relación con el conflicto armado. Las respuestas serán socializadas en el encuentro Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia.
Conozca, a continuación, la agenda del encuentro nacional, al que puede registrarse aquí.
Fecha: 31 de agosto de 2022
Hora: 9:00 a.m. a 11:30 a.m.
Lugar: Centro cultural Gimnasio Moderno Cra. 9 # 74-99
9:00 a.m.: Instalación del evento y bienvenida.
9:05 a.m.: Palabras de apertura: Camila Gómez, consejera principal Usaid Colombia. Representante de OIM (Por confirmar).
9:15 a.m.: Presentación del video sobre el diagnóstico en salud mental de las personas sobrevivientes del conflicto armado.
9:20 a.m.: Conferencia “Salud mental y desarrollo inclusivo” a cargo de Abir Aldhalimi, asesora Senior en Desarrollo Inclusivo - USAID.
9:45 a.m.: “Cultura, tradición y salud mental”, intervención musical a cargo de grupo de gaitas femenino Flor de Cerezo, ganadoras del Festival de Gaitas de San Jacinto 2022, con el maestro gaitero Pedro Rodríguez de Las Mercedes, San Jacinto.
9:55 a.m.: Panel: “Salud mental y bienestar social: herramientas para la paz en Colombia”. Panelistas: Claudia Tovar (Colegio Colombiano de Psicólogos), Nubia Bautista (subdirectora Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud) y Gerardo Montenegro (director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Cauca). Moderadora: Gloria Castrillón, directora de Colombia +20 de El Espectador.