Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La llegada al país del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso -quien fue extraditado hace 15 años a Estados Unidos- no solo abre la expectativa sobre cuánto puede decir del actuar de las Autodefensas Unidas de Colombia, sino también la esperanza de las víctimas a las que les ha prometido verdad.
Según sus antecedentes, el exjefe paramilitar estuvo detrás de por lo menos 300 muertes y participó en masacres como la de Mapiripán, El Salado o La Gabarra, donde fueron asesinados más de 150 campesinos.
La atención, pero también las dudas, está puesta en su rol como gestor de paz, una tarea en la que lo nombró el presidente Gustavo Petro en julio del año pasado para “lograr la paz completa”, según dijo el mandatario.
“El proceso de paz entre el gobierno de Uribe y los paramilitares aún no ha terminado, aún no se sabe toda la verdad. Las haciendas entregadas en parte se han perdido en manos del Estado recicladas a nuevos grupos que heredan el paramilitarismo, muchos cuerpos de víctimas aún no han sido encontrados. Para terminar el proceso y lograr la completa paz he decidido nombrar a Salvatore Mancuso como gestor de paz”, informó el jefe de Estado a través de Twitter.
Mancuso aceptó ese rol y dijo que lo haría para “ayudar a buscar esa paz total que necesita Colombia”.
En ese entonces, no se sabía si el exparamilitar podría volver a Colombia, aunque su deseo fue siempre volver al país. “No importe dónde me envíen, voy a volver a Colombia, por supuesto que se requiere seguridad. Yo le sirvo al país y al interés de las víctimas vivo, y no muerto y silenciado”, aseguró.
El Clan del Golfo no reconoce a Mancuso
Ahora, ya con Mancuso en Colombia, hay dudas sobre el alcance que podría tener en ese rol de gestor de paz. Según la resolución 214 de agosto de 2023, que fue firmada por el presidente Petro, Mancuso tendrá la tarea de “contribuir con su conocimiento y experiencia en el diseño de procesos de desarme colectivo de los grupos ilegales que actúan en todo el territorio nacional, priorizando las zonas donde ejerzan su actividad criminal”.
Sobre esto, según la resolución, Mancuso deberá entregar informes periódicos a la Oficina del Alto Comisionado de Paz.
Sin embargo, las autoridades aún no especifican qué otras labores hará Mancuso y con qué grupos armados. Especialmente porque algunos de ellos como el Clan del Golfo aseguraron que no lo reconocen.
“En ningún momento hemos autorizado a Mancuso para que obre como vocero, gestor o facilitador de nuestro ejército, recordemos que Mancuso fue nombrado gestor de paz por el Gobierno de turno y ninguna designación tiene de nuestra parte, ninguna relación con él”, señaló alias ‘Jerónimo’ a Blu Radio.
En cambio, el otro grupo paramilitar, las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, sí pidieron que Mancuso sea quien lidere lo que llaman la “pacificación” de esa zona del país.
A través de un comunicado, ese grupo solicitó la intervención de Mancuso en ese proceso. “La llegada del ex comandante del Bloque Norte de las AUC y del Bloque Catatumbo a Colombia, es un anuncio importante que nos da luces para buscar acercamientos con el gobierno nacional y la búsqueda de la pacificación de la Sierra Nevada de Santa Marta; su llegada no como excomandante sino como gestor de paz, genera confianza y es un canal que estamos dispuestos a abrir y respetar”, detalla.
El problema de este rol que podría tener Mancuso es que hasta el momento ninguno de los dos grupos hace parte de la apuesta de paz total del Gobierno. De hecho, con el Clan del Golfo (también llamado AGC), la organización con más personas en armas y mayor presencia territorial, el presidente Petro tomó la decisión de hacer una ofensiva militar.
Mientras tanto, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada sí han pedido pista para descongelar los diálogos, pero -tal como lo reportó Colombia+20- hace unas semanas- no han recibido respuesta del presidente Petro ni de la Oficina del Alto Comisionado pata la Paz.
Además: La paz con el Clan del Golfo y las ACSN, en vilo ante inacción del Gobierno Petro
La historia de los gestores de paz
La figura de los gestores de paz, que existe a partir de la Ley 418 de 1997, fue creada para designar a personas que han pertenecido a los grupos armados ilegales y que pueden prestar sus buenos oficios en varias tareas que ayuden a alcanzar acuerdos humanitarios o avanzar en contactos que permitan consolidar la paz con esas estructuras.
“En Colombia los gestores de paz vienen actuando hace varios años escogidos por las organizaciones o grupos armados y por el gobierno, para facilitar los diálogos y las negociaciones de paz. No obstante, la labor de gestor de paz es amplia, se aplica a la realización de múltiples tareas y, por tanto, puede vincular a personas al margen de la ley, a personalidades y líderes que trabajan por la paz”, explicó el profesor Keneth Burbano en una de sus columnas en El Espectador.
Uno de los presidentes que más ha usado la figura de gestores de paz es Álvaro Uribe Vélez. En su momento, los nombramientos no estuvieron motivados en una exploración de voluntad de paz, sino que fueron una estrategia para excarcelar guerrilleros que lograran la desmovilización de sus excompañeros de armas.
En 2009, el rol de gestora de paz también le fue otorgado a Elda Nellys Mosquera, “Karina”, luego de que desertó de las Farc. En 2007, Uribe designó al exjefe de las FARC Rodrigo Granda como gestor de paz. En ese momento, Granda estaba preso en la cárcel de La Dorada, tras ser “capturado” en una operación ilegal en territorio venezolano en diciembre de 2004.
En otras noticias: “No vemos salida a crisis con la JEP”: ex-FARC sobre idea de crear tribunal de cierre
En los 24 años de existencia de las gestorías de paz, uno de los casos emblemáticos ha sido el de “Juan Carlos Cuéllar” (Gilberto Astudillo Victoria). Él ha sido puente entre esa guerrilla y los gobiernos de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque en sus intentos por lograr la paz con el ELN, y actualmente tiene ese rol en las negociaciones que esa guerrilla adelanta con el Gobierno Petro.