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El diálogo de paz con la guerrilla del ELN -que cumple este años 60 años de fundación y más de 30 intentando negociar con distintos Gobiernos- es, sin duda, el proceso más avanzado que lleva la administración Gustavo Petro y, sin embargo, ya suma varios momentos de tensión que muestran que aún sigue teniendo grietas.
El más reciente fue el que dio a conocer el martes en la noche el ELN a través de un comunicado en el que acusa al gobierno de Gustavo Petro de tener acciones violatorias a lo pactado en la mesa de conversaciones. “Sin ser de nuestra responsabilidad lo acontecido, los diálogos entre el ELN y el Gobierno Nacional entrarían en una fase de congelamiento mientras el Gobierno se disponga a cumplir lo acordado”, indicó esa guerrilla.
Pero, ¿qué llevo a esta nueva crisis y cuáles otras se han presentado?
En contexto: ELN advierte crisis en diálogos con Gobierno y dice que entrarían en congelamiento
1. Los diálogos regiones impulsados por el presidente Petro
Hasta ahora se han logrado pactar acuerdos como el más largo cese al fuego con un grupo armado que suma cerca de 200 días, así como algunos alivios humanitarios y un ambicioso plan de participación de la sociedad civil.
Justamente ese último punto es lo que tiene hoy a la mesa en una nueva crisis, al menos la tercera más en casi 15 meses de diálogos y la segunda de los últimos tres meses.
De acuerdo con el comunicado de la guerrilla, la razón de este posible congelamiento de la mesa de negociación serían uinos “diálogos regionales” en Nariño, que fueron anunciados el pasado 18 de febrero por Luis Alfonso Escobar, gobernador de ese departamento.
“Habiendo pactado un proceso nacional de participación de la sociedad, ahora monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo la Delegación del ELN y la mesa, donde participa la comunidad Internacional oficiando como garantes, así como también la ONU y la Conferencia Episcopal colombiana”, dijo la guerrilla en su comunicado.
Para el ELN esos diálogos riñen con las actividades que se hacen en el Comité Nacional de Participación, una instancia acordada por las partes el pasado 3 de agosto para que la sociedad civil participe en el proceso de paz que tiene entre sus tareas recibir las propuestas de diferentes sectores de la sociedad civil para la transformación del país. Al menos 50 de las 77 reuniones que se tienen que hacer en el marco de ese comité ya se han realizado, pero aún falta escuchar a algunos sectores y territorios, además del paso más importante: que se consoliden todas esas ideas para que lleguen a la mesa de negociaciones.
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Pero para el ELN los diálogos no solo le quitan protagonismo al Comité, sino que podrían dar la impresión de que el Gobierno está sentándose solo con estructuras territoriales y así fragmentando la unidad de mando del ELN. Esa apuesta por solo hablar con mandos regionales podría, a sazón de lo dicho por la guerrilla en su comunicación, seguir disminuyendo su control territorial. Esto porque, por ejemplo en Nariño, se disputan el control con otros grupos armados —que también fueron invitados a esas mesas— como el Estado Mayor Central, EMC, y, en menor medida, la Segunda Marquetalia con la que tiene un suerte de alianza.
En su respuesta, la delegación del Gobierno no solo apoyó la idea de esos diálogos regionales, sino que dijo que alienta este tipo de iniciativas de mandatario locales. “El Gobierno Nacional ha definido claramente como una de sus prioridades desarrollar la paz en los territorios. En este sentido, respeta y alienta las iniciativas que mandatarios locales lideran para proteger a la población y realizar transformaciones sociales.
2. El secuestro del padre del futbolista Luis Díaz
El secuestro el pasado 28 de octubre por parte del Frente de Guerra Norte del ELN de Luis Manuel Díaz, padre de Luis Fernando Díaz -estrella de la Selección Colombia y del Liverpool F.C.- y la confirmación de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es el responsable, es hasta ahora la mayor crisis que ha atravesado la mesa de diálogos. Fue ni más ni menos una infracción sin precedentes en el cese al fuego bilateral temporal que se inició el pasado 3 de agosto por 180 días.
Aunque aún no se conoce cómo se tramitó ese plagio ante el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, el único encargado de dirimir este tipo de situaciones, el hecho creo un ambiente tenso previo a la instalación del quinto ciclo de diálogos, que además estuvo atravesado por una serie de pronunciamientos y cartas que pusieron en evidencia la dificultad de llegar a puntos en común.
El tema además impactó al Comité Nacional de Participación, pues la guerrilla pidió que los encuentros que se estaban dando en esa instancia fueron aplazados. Al final del ciclo, el Gobierno resultó como el gran ganador del pulso porque logró que el ELN anunciara la suspensión de los secuestros con fines extorsivos.
En su momento, la investigadora Angelika Rettberg, docente en la Universidad de los Andes y exnegociadora de paz con el ELN en el gobierno de Juan Manuel Santos, dijo que era usual que el ELN violara pactos o conductas de buena voluntad en medio de las negociaciones. “El ELN tiene varios antecedentes de este tipo de prácticas, no solo en tanto al secuestro, sino en la realización de acciones terroristas en medio de negociaciones. Sucedió durante la administración Pastrana con Machuca, sucedió durante la administración Duque con el atentado a la escuela de Policía y ahora sucede esto con el secuestro”.
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3. Petro cuestiona la unidad de mando del ELN
El 12 de mayo, y ya con la mesa negociando en La Habana el tercer ciclo de diálogos, el presidente lanzó una bomba. En medio de un encuentro con generales y almirantes de las Fuerzas Militares para aclarar los puntos clave de su política de seguridad y de su interdicción al narcotráfico, habló sobre esa guerrilla y dijo: “Los jefes del ELN se sientan en la mesa, ¿pero realmente mandan?”
Además, dijo que “el ELN de hoy tenía otra lógica de guerra que giraba “alrededor de la economía ilícita, poco tienen que ver con el padre Camilo Torres. Tienen la misma bandera, pero su razón de ser es la economía ilícita”, aseguró.
“Algunos de esos frentes por su autonomía se podrían acercar a nuestra posición: es decir, hablemos de paz. Pero hay que resolver el tema de la economía ilícita, si no, para qué”, dijo el mandatario.
Eso llevó al jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, a afirmar que la mesa “estaba en pausa”. La discusión se tranzó cuando el Gobierno reconoció el carácter político de esa guerrilla, así como la aplicación del DIH en la confrontación que el Estado sostiene con esa organización.
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