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Desde hace meses, las expectativas para destrabar el proceso de paz entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) estaban puestas sobre el sexto congreso de esa guerrilla, su mayor espacio de deliberación y toma de decisiones.
Los reflectores apuntaban a ese encuentro porque, casi 10 años después de la última convención, sería el espacio propicio para sentar posturas alrededor de negociación de paz y su continuidad, justo en un momento en que la mesa de diálogo atraviesa una de sus peores crisis y se mantiene congelada, a pesar de algunos avances significativos en el proceso.
La premura era tal que, aunque el congreso del ELN estaba previsto para julio, la reunión se adelantó un mes, luego de varias insistencias por parte del Ejecutivo. Y este lunes, a través de un comunicado que no deja de ser ambiguo, se conocieron varios anuncios clave que dejó el cierre de la reunión, que marcarán el camino de lo que viene en las negociaciones entre el Gobierno y esa guerrilla.
Los temas sobre los que se esperaban definiciones en el marco del sexto congreso no son menores. Uno de los asuntos espinosos era la decisión de ese grupo armado de reactivar los secuestros, que fue rechazada profundamente por el Gobierno, pero al menos en el comunicado no se menciona.
”Después de leer la declaración del sexto congreso del ELN, decepción es la palabra apropiada, pues en nada se refiere a los constantes reclamos e interrogantes que la sociedad quería que en ese máximo evento se resolvieran. Por el contrario, el silencio sobre el secuestro y otras prácticas hostiles contra las comunidades de han quedado sin respuesta, por lo que no hay otro remedio que colegir que estas prácticas continuarán“, criticó el profesor Carlos Velandia, quien perteneció a ese grupo guerrillero.
Así mismo, otra de las discusiones que quedaron en el aire tiene que ver con la crisis interna por la negociación que adelanta el Gobierno con el Frente Comuneros del Sur en Nariño, decisión que fue catalogada por el ELN como una traición a la mesa de negociación y por la cual la guerrilla anunció el congelamiento de los diálogos.
Aunque el Ejecutivo saludó la realización del sexto congreso, varios expertos consultados por Colombia+20 coincidieron en que las conclusiones conocidas hasta ahora dejan un sinsabor y abren varias preguntas.
Disposición de paz, pero en crisis
Si bien desde el Gobierno se esperaba llegar a un panorama más claro tras la convención, en realidad el comunicado no es del todo claro frente al camino de la paz.
Como explica Gerson Arias, investigador asociado de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), el congreso es la máxima instancia de decisión del ELN y “como ocurrió a finales de 2014 con la realización del quinto congreso, lo que hemos visto es el cumplimiento de dichas decisiones. Con el sexto congreso el ELN ratifica su voluntad de paz, pero define como ‘grave crisis’ la situación actual del proceso y pide al gobierno rectificar ciertas acciones, como el cumplimiento de los diversos acuerdos que desde su perspectiva se han incumplido”.
Pese a eso, y para entregar un parte de tranquilidad, la declaración de la guerrilla afirma que la convención sirvió para reafirmar la “voluntad de paz y su compromiso para cumplir lo acordado en la mesa de diálogos con el Gobierno”.
Si bien la declaración del ELN no menciona directamente los diálogos con el Frente Comuneros del Sur, los incumplimientos a los que hace referencia la guerrilla tienen que ver con esas negociaciones en Nariño, luego de que esa facción del grupo armado anunciara su separación total del Comando Central (COCE) el pasado 7 de mayo, y justo un día después, el Gobierno decidiera tratarlo como un grupo independiente al ELN.
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A ese panorama se le suma que una de las decisiones clave que se tomaron en el marco del congreso fue la comandancia de esa guerrilla.
“Fue elegida la nueva Dirección Nacional, siendo ratificada en su gran mayoría, así como también sus tres primeros comandantes del Comando Central (COCE)”, se lee en el comunicado. Aunque no menciona nombres, Colombia+20 confirmó que Antonio García fue ratificado como máximo comandante del ELN.
La decisión se podría tornar problemática si se tiene en cuenta que García ha sido catalogado desde varios sectores como “el palo en la rueda” de la negociación de paz.
Tanto así que desde el Gobierno le han hecho varios llamados de atención para que respete al presidente Gustavo Petro, al alto comisionado de Paz, Otty Patiño y a Álvaro Jiménez, asesor de la oficina de paz del Gobierno.
Esto luego de varias rondas de publicaciones en X (antes Twitter) de García señalando, sin pruebas, que los diálogos regionales en Nariño son “un show con una supuesta desmovilización, para presentar a un ELN dividido”.
Para Arias, el hecho de que el VI Congreso haya respaldado la elección de García como máximo comandante es un espaldarazo a sus posiciones.
“El ELN ratifica que las perspectivas de García son una buena traducción de lo que piensa la mayoría de estructuras al interior de la guerrilla: que aún hay dudas serias sobre el gobierno Petro para que el ELN se decida por un fin del conflicto y que este proceso hay que pensarlo en el mediano y largo plazo”, explica el investigador.
Por su parte, Luis Fernando Trejos, docente de la Universidad del Norte, cree que ese espaldarazo al mando de García puede significar también un ELN que se resiste al cambio “porque tiene unos mandos de por lo menos cuatro décadas hoy al frente de la organización. Eso implica unas miradas que pareciera que están ancladas dentro de la organización armada y que no van en sintonía con los tiempos”, dice.
El apoyo al Gobierno Petro
Por otro lado, la línea narrativa del comunicado abarca otros temas espinosos. Por ejemplo, hace referencia al acuerdo firmado entre ambas delegaciones el pasado 25 de mayo sobre el primer punto de la agenda de diálogos que se centra en la participación de la sociedad civil en esos diálogos, y dice que podrían ayudar en un tema del que ha hablado con insistencia el presidente de la República, Gustavo Petro, en las últimas semanas: un “proceso constituyente”.
“Este proceso de paz, construido con la participación de la sociedad, al recoger las expectativas de cambio de las mayorías puede abrir o confluir en un proceso constituyente”, dice el texto.
Asimismo, tras una reflexión sobre el sistema económico y político actual, en la que mencionan hechos diversos a nivel internacional, el ELN apoya la elección del presidente Petro y defiende las reformas haciendo alusión a una hegemonía que no las deja avanzar.
“Colombia no ha sido la excepción en las luchas masivas del pueblo por conquistar los cambios para la sociedad, como producto de esa esperanza el Pacto Histórico logró la Presidencia con Gustavo Petro, pero las reformas propuestas han sido bloqueadas por los grupos de poder económico y político que son hegemónicos en el régimen y el Estado”, se lee en el comunicado.
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El sexto congreso del ELN se da un mes de que esa guerrilla cumpla 60 años de alzamiento armado y trajo consigo también la reaparición de Gustavo Aníbal Giraldo, conocido en la guerra como Pablito, quien fuera el jefe del Frente de Guerra Oriental, de quien se especuló que estaba muerto, aunque en varias ocasiones miembros de esa guerrilla habían negado esa afirmación y, de hecho, habían afirmado que Giraldo apoyaba la actual negociación.
Según el comunicado, en el evento participaron todos los Frentes de Guerra y las Estructuras Nacionales Especializadas del ELN. “Los debates se dieron en un ambiente de fraternidad y armonía, que concluyeron en importantes definiciones con amplio consenso”, dice el texto.
Gobierno estaba a la espera de la realización del sexto congreso
Por su parte, la delegación del Gobierno emitió su respectivo comunicado saludando con optimismo la reafirmación de la voluntad de paz del ELN y señaló que “para la superación de las dificultades y situaciones críticas que afronta la Mesa, invitamos a la Delegación del ELN al diálogo constructivo, al examen bilateral para transitar salidas y reanudar a la mayor brevedad los ciclos de diálogo de la Mesa”.
Desde hace varia semanas, la realización de congreso se convirtió en un pedido insistente por parte del Ejecutivo. Incluso, fue una solicitud puntual y directa por parte del alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, quien pidió agilizar el encuentro para poder salir de la crisis.
“Ante la profunda crisis de conducción manifiesta al interior del Ejército de Liberación Nacional, invitamos a todos sus representantes, líderes e integrantes a realizar, en el menor tiempo posible, su VI congreso para que puedan, de manera democrática, resolver sus diferencias y atender el clamor de las comunidades que exigen el fin del conflicto y la construcción de paz”, dijo a inicios de mayo el alto funcionario.
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A esa voz de insistencia para destrabar el proceso se sumó la de Vera Grabe, jefa negociadora del gobierno en la mesa con el ELN. En una entrevista reciente con Colombia+20, Grabe aseguró que esa convención guerrillera era totalmente necesaria para que el grupo definiera su posición frente al proceso de paz.
“Todo proceso de paz implica una decisión, y yo considero que es fundamental que ese congreso contribuya a que el ELN tome una decisión frente a la paz. Eso definirá los ritmos, el cómo, y es muy importante pasar por ese momento. Más que fijar una posición, es tomar una decisión de cómo se ve a sí mismo el ELN en la paz”, señaló.
Para el profesor Trejos, este congreso era sumamente importante, porque se esperaban decisiones tendientes a dar más claridad con respecto a la actitud que tiene la organización con este proceso de paz. “Se esperaba una especie de apuesta a fondo con respecto a concretar el proceso durante la administración Petro. Eso queda bastante en el aire”, señala.
Si bien ambas partes se mostraron con intenciones de continuar, la mesa continúa congelada y la conclusión del VI Congreso deja en general un sinsabor respecto a la hoja de ruta para avanzar en el proceso.