“Si nos quieren convencer de que las Farc mataron a Álvaro Gómez, van a necesitar muchas más pruebas”: Mauricio Gómez
Mauricio Gómez, uno de los hijos del exlíder conservador, confrontó fuertemente a Carlos Antonio Lozada sobre la versión que dio sobre este magnicidio ante la Jurisdicción Especial para la Paz. Aseguró que espera que la antigua guerrilla aporte más pruebas para comprobar esta hipótesis.
Julián Gallo Cubillos, más conocido como Carlos Antonio Lozada, rindió su segunda versión sobre los homicidios de Jesús Antonio Bejarano, Hernando Pizarro-León, José Fedor Rey, Pablo Emilio Guarín, Fernando Landazábal y Álvaro Gómez Hurtado en el Tribunal de Paz.
Vea la transmisión aquí:
Durante la sesión de la mañana, Lozada retomó su versión sobre los homicidios de los exguerrilleros Hernando Pizarro-León, José Fedor Rey, el general Fernando Landazábal y el economista Jesús Antonio Bejarano. Entre lo que expuso ante la magistratura, aseguró que Jorge Briceño ordenó matar a Jesús Bejarano por su papel como negociador del Gobierno en los diálogos de paz de Caracas y Tlaxcala.
Por otro lado, la familia de Álvaro Gómez Hurtado pidió la nulidad de la diligencia del 23 de marzo en la que habló Piedad Córdoba sobre el crimen de Gómez. Según su defensa, las víctimas no pudieron conectarse por problemas de conectividad. Y, según ellos, aunque la JEP fue notificada de su imposibilidad de entrar a la versión de la exsenadora esta no se detuvo. Teniendo en cuenta que no estuvieron presentes, para los afectados, los magistrados no deberían tener en cuenta dicha prueba, sostuvieron. La JEP respondió que esperará la notificación formal y estudiará la petición.
Álvaro Gómez Hurtado
Sobre el caso del magnicidio del exlíder conservador, Carlos Antonio Lozada retomó algunas declaraciones que había dado en la versión anterior ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en la que dijo que la orden directa de cometer el asesinato la recibió del comandante guerrillero del Bloque Oriental de las Farc Víctor Julio Suárez, conocido en la guerra como Jorge Briceño o Mono Jojoy. Sin embargo, la magistratura cuestionó su pronunciamiento y le preguntaron en qué momento el secretariado había emitido la orden de cometer el homicidio. “No habían esas órdenes específicas, pero sí había una idea en las Farc de responsabilidades por parte de integrantes de la élite política tradicional frente al conflicto del país y eso determinaba que si aparecía información (sobre esas personas), se comunicaran (con el Secretariado)”, respondió el exFarc.
También negó la versión reservada que entregó Piedad Córdoba ante la JEP, y que filtró el periódico El Tiempo, en la que supuestamente el Mono Jojoy felicitó en privado a Lozada, luego de cometer el crimen. “No sé ella de dónde saca esa versión, no sé qué conocimiento tiene Piedad Córdoba de eso, pero no”. De hecho, comentó que después de perpetuar el hecho, se lo comentó a Jaime Alberto Parra (Mauricio Jaramillo) y a Reinel Guzmán Flórez, conocido como Rafael Gutiérrez. Sin embargo, el magistrado auxiliar Farid Benavides contradijo su versión y aseguró que esos dos excombatientes declararon ante la JEP no haber tenido conocimiento sobre el magnicidio de Gómez Hurtado.
“En el caso de Mauricio, entiendo que no se acuerde porque él tiene problemas de memoria hace mucho tiempo, pero en el caso de Rafael, él sí estuvo en esa reunión y en esa concentración de tropa. Y eso lo pueden verificar en el computador de Jorge Briceño, (que está en poder de la Fiscalía), porque ahí él consignaba todas las novedades. En este caso específico estoy seguro que él le reportó a Manuel Marulanda”, confirmó.
En su relato también señaló que ninguno de los homicidios que reconocieron eran un secreto para los guerrilleros de las Farc. De hecho, comentó que el caso de Gómez Hurtado se mencionó en una reunión en el Guaviare a la que también asistieron Pablo Catatumbo, Romaña, Miller Perdomo y Germán Suárez Briceño (Grannobles). Detalló también que la orden, en ese momento, de la estructura urbana de las Farc era que cada uno de los que participaban en un crimen debían irse con su arma para, después, deshacerse de ella.
Uno de los temas más polémicos durante la diligencia judicial fueron los cuestionamientos del magistrado sobre los rumores de los nexos de Lozada como infiltrado de inteligencia militar. Por ejemplo, el magistrado Benavides se refirió a la bomba que pusieron en 2011 sobre la estatua del expresidente Laureano Gómez en Bogotá, cuyo hecho fue atribuido a inteligencia militar, pero que reconoció las Farc años después. “No sé por qué se lo atribuían (inteligencia militar). Pero sé que fue algo que hicieron milicias de la Red Urbana Antonio Nariño, por iniciativa propia”, dijo el excomandante.
El togado continuó hablando sobre el tema y lo interpeló: “El primer vehículo que se captura pertenece a la Escuela Superior de Guerra, que era comandada por el general Cifuentes, que es una de las personas que se investiga en la primera hipótesis de la Fiscalía. ¿Cómo explica usted que, al mismo tiempo que la inteligencia militar estaba haciendo seguimiento en la Sergio Arboleda, también la Red Urbana Antonio Nariño de las Farc haya hecho infiltraciones en esa universidad con la finalidad de asesinar a Álvaro Gómez?”, preguntó el magistrado, a lo que Carlos Antonio respondió que: “puedo dar fe, como comandante de la Red Urbana, es que nosotros no teníamos ningún tipo de relación con ninguna estructura militar (...) no se hizo uso de ningún vehículo militar, las personas llegaron y se fueron a pie”.
Al momento de las intervenciones de los familiares de Gómez Hurtado, el primero en hablar fue uno de sus hijos, Mauricio Gómez, quien cuestionó a Carlos Antonio Lozada sobre la planeación del crimen contra su padre y le preguntó detalles como los nombres de los tres sicarios que cometieron el hecho, las armas que se utilizaron y los seguimientos al exlíder conservador previos al homicidio. Según Lozada, “a Álvaro Gómez nunca lo seguimos, no hubo un trabajo de seguimiento ni en su casa. Sólo teníamos la información del horario de clases en la universidad”.
Una de las preguntas iniciales que le hizo Mauricio Gómez al excomandante del Bloque Oriental fue: “¿Quién es la persona que más conoce detalles sobre el homicidio a Gómez Hurtado?”, a lo que Lozada respondió que él mismo. Sin embargo, aclaró que el día que se iba cometer el asesinato, salió de Bogotá a una reunión del Estado Mayor del Bloque Oriental que se llevó a cabo entre los departamentos de Guaviare y Caquetá. “Nos enteramos que había ocurrido el hecho porque Danilo, (el exFarc que estaba a cargo de coordinar este asesinato) me dijo que se realizó y luego lo confirmamos porque lo escuchamos en medios de comunicación”.
No obstante, esta respuesta generó molestias en el hijo de Gómez Hurtado quien le respondió, de manera confrontante: “Usted creó ese homicidio y se fue. Era más importante una reunión que matar a Álvaro Gómez Hurtado (...) Estoy hablando con la persona que más sabe del asesinato de mi padre, pero no sabe nada”. En este punto, el magistrado interrumpió el cuestionamiento y le pidió a la víctima que preguntara sin tono confrontante y que explicara cuál era la intención de estos planteamientos: “Por favor no insista en cuestionamientos en los que ya obtuvo respuesta”, pidió el magistrado Farid Benavides, al señalar que Lozada entregó los nombres de guerra y los tipos de armas que se utilizaron en el atentado.
De hecho, Mauricio Gómez leyó una carta en la que, supuestamente, el exsecretariado de las Farc, en el que estaba Manuel Marulanda y Timochenko le piden a Álvaro Gómez Hurtado que se reúna con la antigua guerrilla en Casa Verde “para buscar salidas inteligentes, comenzando por la guerra y la paz”. El hijo del exlíder conservador preguntó: “¿A quién le creemos, a usted que dice que mataron a mi padre por Marquetalia o al secretariado que se iba reunir con él?”, reclamó el periodista Gómez.
También hizo referencia a una carta que recibió la familia de Gómez Hurtado en 1988, por parte de Manuel Marulanda Vélez en la que aseguraban no tener información sobre el entonces secuestro del expolítico. Sobre este hecho, el excomandante de las Farc dijo que “no me extraña esa carta, aunque no conozco su veracidad, pero eso no elimina la posibilidad de que después se hayan dado los hechos para el homicidio”.
Al finalizar la diligencia, Mauricio Gómez leyó una carta escrita en nombre de su familia sobre el caso de su padre: “Nuestra familia lo único que quiere es la verdad, y nada más que la verdad, cualquiera que ella sea (...) la responsabilidad de las Farc, de ser cierta, debe documentarse, probarse, demostrarse y rastrearse en un universo de pruebas e indicios. Muchos quieren creer en esa confesión de las Farc, pero la verdad y la justicia no son un acto de fe sino la demostración de lo que se dice es cierto y verdadero (...)”.
En su carta también leyó que: “Todos estos meses la información entregada por las Farc y sus amigos ha sido casi risible, de una precariedad y una debilidad inaceptables. (...) Y así no es la verdad que va llevar a la paz. La hipótesis de la guerrilla en el homicidio de mi padre nunca tuvo ningún asidero”.
El hijo del exlíder conservador reiteró que para la familia era difícil creer que el asesinato de Gómez Hurtado no haya sido documentado y comentado por la antigua guerrilla. “Sería imposible que ahora las Farc se presten para encubrir al régimen. Si nos quieren convencer de que ustedes en las Farc mataron a Álvaro Gómez, van a necesitar muchas más pruebas que esta especie de relato incongruente y con el teatro de lo absurdo en el que nada está claro y no hay ni un sólo testimonio fehaciente”, relató.
Antes de terminar la diligencia, Gallo Cubillos aseguró que aportarán más pruebas que demuestren cómo funcionaba la Red Urbana Antonio Nariño “para que se hagan una idea clara de lo que significó esa confrontación entre el Estado y las Farc en Bogotá”. Y aprovechó para dirigirse a la familia de Álvaro Gómez Hurtado: “Quiero pedirles perdón por el dolor que les causamos, que sepan que hoy en día la visión que nosotros tenemos de los hechos es distinta. Lo que he narrado y en lo que pueda haber ofendido la memoria de las víctimas, les pido que me disculpen. En ningún momento busco revictimizar o aumentar el dolor de las víctimas”, concluyó el actual militante del Partido Comunes.
Julián Gallo Cubillos, más conocido como Carlos Antonio Lozada, rindió su segunda versión sobre los homicidios de Jesús Antonio Bejarano, Hernando Pizarro-León, José Fedor Rey, Pablo Emilio Guarín, Fernando Landazábal y Álvaro Gómez Hurtado en el Tribunal de Paz.
Vea la transmisión aquí:
Durante la sesión de la mañana, Lozada retomó su versión sobre los homicidios de los exguerrilleros Hernando Pizarro-León, José Fedor Rey, el general Fernando Landazábal y el economista Jesús Antonio Bejarano. Entre lo que expuso ante la magistratura, aseguró que Jorge Briceño ordenó matar a Jesús Bejarano por su papel como negociador del Gobierno en los diálogos de paz de Caracas y Tlaxcala.
Por otro lado, la familia de Álvaro Gómez Hurtado pidió la nulidad de la diligencia del 23 de marzo en la que habló Piedad Córdoba sobre el crimen de Gómez. Según su defensa, las víctimas no pudieron conectarse por problemas de conectividad. Y, según ellos, aunque la JEP fue notificada de su imposibilidad de entrar a la versión de la exsenadora esta no se detuvo. Teniendo en cuenta que no estuvieron presentes, para los afectados, los magistrados no deberían tener en cuenta dicha prueba, sostuvieron. La JEP respondió que esperará la notificación formal y estudiará la petición.
Álvaro Gómez Hurtado
Sobre el caso del magnicidio del exlíder conservador, Carlos Antonio Lozada retomó algunas declaraciones que había dado en la versión anterior ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en la que dijo que la orden directa de cometer el asesinato la recibió del comandante guerrillero del Bloque Oriental de las Farc Víctor Julio Suárez, conocido en la guerra como Jorge Briceño o Mono Jojoy. Sin embargo, la magistratura cuestionó su pronunciamiento y le preguntaron en qué momento el secretariado había emitido la orden de cometer el homicidio. “No habían esas órdenes específicas, pero sí había una idea en las Farc de responsabilidades por parte de integrantes de la élite política tradicional frente al conflicto del país y eso determinaba que si aparecía información (sobre esas personas), se comunicaran (con el Secretariado)”, respondió el exFarc.
También negó la versión reservada que entregó Piedad Córdoba ante la JEP, y que filtró el periódico El Tiempo, en la que supuestamente el Mono Jojoy felicitó en privado a Lozada, luego de cometer el crimen. “No sé ella de dónde saca esa versión, no sé qué conocimiento tiene Piedad Córdoba de eso, pero no”. De hecho, comentó que después de perpetuar el hecho, se lo comentó a Jaime Alberto Parra (Mauricio Jaramillo) y a Reinel Guzmán Flórez, conocido como Rafael Gutiérrez. Sin embargo, el magistrado auxiliar Farid Benavides contradijo su versión y aseguró que esos dos excombatientes declararon ante la JEP no haber tenido conocimiento sobre el magnicidio de Gómez Hurtado.
“En el caso de Mauricio, entiendo que no se acuerde porque él tiene problemas de memoria hace mucho tiempo, pero en el caso de Rafael, él sí estuvo en esa reunión y en esa concentración de tropa. Y eso lo pueden verificar en el computador de Jorge Briceño, (que está en poder de la Fiscalía), porque ahí él consignaba todas las novedades. En este caso específico estoy seguro que él le reportó a Manuel Marulanda”, confirmó.
En su relato también señaló que ninguno de los homicidios que reconocieron eran un secreto para los guerrilleros de las Farc. De hecho, comentó que el caso de Gómez Hurtado se mencionó en una reunión en el Guaviare a la que también asistieron Pablo Catatumbo, Romaña, Miller Perdomo y Germán Suárez Briceño (Grannobles). Detalló también que la orden, en ese momento, de la estructura urbana de las Farc era que cada uno de los que participaban en un crimen debían irse con su arma para, después, deshacerse de ella.
Uno de los temas más polémicos durante la diligencia judicial fueron los cuestionamientos del magistrado sobre los rumores de los nexos de Lozada como infiltrado de inteligencia militar. Por ejemplo, el magistrado Benavides se refirió a la bomba que pusieron en 2011 sobre la estatua del expresidente Laureano Gómez en Bogotá, cuyo hecho fue atribuido a inteligencia militar, pero que reconoció las Farc años después. “No sé por qué se lo atribuían (inteligencia militar). Pero sé que fue algo que hicieron milicias de la Red Urbana Antonio Nariño, por iniciativa propia”, dijo el excomandante.
El togado continuó hablando sobre el tema y lo interpeló: “El primer vehículo que se captura pertenece a la Escuela Superior de Guerra, que era comandada por el general Cifuentes, que es una de las personas que se investiga en la primera hipótesis de la Fiscalía. ¿Cómo explica usted que, al mismo tiempo que la inteligencia militar estaba haciendo seguimiento en la Sergio Arboleda, también la Red Urbana Antonio Nariño de las Farc haya hecho infiltraciones en esa universidad con la finalidad de asesinar a Álvaro Gómez?”, preguntó el magistrado, a lo que Carlos Antonio respondió que: “puedo dar fe, como comandante de la Red Urbana, es que nosotros no teníamos ningún tipo de relación con ninguna estructura militar (...) no se hizo uso de ningún vehículo militar, las personas llegaron y se fueron a pie”.
Al momento de las intervenciones de los familiares de Gómez Hurtado, el primero en hablar fue uno de sus hijos, Mauricio Gómez, quien cuestionó a Carlos Antonio Lozada sobre la planeación del crimen contra su padre y le preguntó detalles como los nombres de los tres sicarios que cometieron el hecho, las armas que se utilizaron y los seguimientos al exlíder conservador previos al homicidio. Según Lozada, “a Álvaro Gómez nunca lo seguimos, no hubo un trabajo de seguimiento ni en su casa. Sólo teníamos la información del horario de clases en la universidad”.
Una de las preguntas iniciales que le hizo Mauricio Gómez al excomandante del Bloque Oriental fue: “¿Quién es la persona que más conoce detalles sobre el homicidio a Gómez Hurtado?”, a lo que Lozada respondió que él mismo. Sin embargo, aclaró que el día que se iba cometer el asesinato, salió de Bogotá a una reunión del Estado Mayor del Bloque Oriental que se llevó a cabo entre los departamentos de Guaviare y Caquetá. “Nos enteramos que había ocurrido el hecho porque Danilo, (el exFarc que estaba a cargo de coordinar este asesinato) me dijo que se realizó y luego lo confirmamos porque lo escuchamos en medios de comunicación”.
No obstante, esta respuesta generó molestias en el hijo de Gómez Hurtado quien le respondió, de manera confrontante: “Usted creó ese homicidio y se fue. Era más importante una reunión que matar a Álvaro Gómez Hurtado (...) Estoy hablando con la persona que más sabe del asesinato de mi padre, pero no sabe nada”. En este punto, el magistrado interrumpió el cuestionamiento y le pidió a la víctima que preguntara sin tono confrontante y que explicara cuál era la intención de estos planteamientos: “Por favor no insista en cuestionamientos en los que ya obtuvo respuesta”, pidió el magistrado Farid Benavides, al señalar que Lozada entregó los nombres de guerra y los tipos de armas que se utilizaron en el atentado.
De hecho, Mauricio Gómez leyó una carta en la que, supuestamente, el exsecretariado de las Farc, en el que estaba Manuel Marulanda y Timochenko le piden a Álvaro Gómez Hurtado que se reúna con la antigua guerrilla en Casa Verde “para buscar salidas inteligentes, comenzando por la guerra y la paz”. El hijo del exlíder conservador preguntó: “¿A quién le creemos, a usted que dice que mataron a mi padre por Marquetalia o al secretariado que se iba reunir con él?”, reclamó el periodista Gómez.
También hizo referencia a una carta que recibió la familia de Gómez Hurtado en 1988, por parte de Manuel Marulanda Vélez en la que aseguraban no tener información sobre el entonces secuestro del expolítico. Sobre este hecho, el excomandante de las Farc dijo que “no me extraña esa carta, aunque no conozco su veracidad, pero eso no elimina la posibilidad de que después se hayan dado los hechos para el homicidio”.
Al finalizar la diligencia, Mauricio Gómez leyó una carta escrita en nombre de su familia sobre el caso de su padre: “Nuestra familia lo único que quiere es la verdad, y nada más que la verdad, cualquiera que ella sea (...) la responsabilidad de las Farc, de ser cierta, debe documentarse, probarse, demostrarse y rastrearse en un universo de pruebas e indicios. Muchos quieren creer en esa confesión de las Farc, pero la verdad y la justicia no son un acto de fe sino la demostración de lo que se dice es cierto y verdadero (...)”.
En su carta también leyó que: “Todos estos meses la información entregada por las Farc y sus amigos ha sido casi risible, de una precariedad y una debilidad inaceptables. (...) Y así no es la verdad que va llevar a la paz. La hipótesis de la guerrilla en el homicidio de mi padre nunca tuvo ningún asidero”.
El hijo del exlíder conservador reiteró que para la familia era difícil creer que el asesinato de Gómez Hurtado no haya sido documentado y comentado por la antigua guerrilla. “Sería imposible que ahora las Farc se presten para encubrir al régimen. Si nos quieren convencer de que ustedes en las Farc mataron a Álvaro Gómez, van a necesitar muchas más pruebas que esta especie de relato incongruente y con el teatro de lo absurdo en el que nada está claro y no hay ni un sólo testimonio fehaciente”, relató.
Antes de terminar la diligencia, Gallo Cubillos aseguró que aportarán más pruebas que demuestren cómo funcionaba la Red Urbana Antonio Nariño “para que se hagan una idea clara de lo que significó esa confrontación entre el Estado y las Farc en Bogotá”. Y aprovechó para dirigirse a la familia de Álvaro Gómez Hurtado: “Quiero pedirles perdón por el dolor que les causamos, que sepan que hoy en día la visión que nosotros tenemos de los hechos es distinta. Lo que he narrado y en lo que pueda haber ofendido la memoria de las víctimas, les pido que me disculpen. En ningún momento busco revictimizar o aumentar el dolor de las víctimas”, concluyó el actual militante del Partido Comunes.