“Somos más los que estamos en el proceso de paz”: excombatientes de las Farc
Los coordinadores de cuatro espacios de reincorporación, tres de ellos de donde salieron excomandantes que anunciaron volver a las armas, hablaron de sus compromisos con el acuerdo de paz y llamaron al Gobierno para que no permitan que los estigmaticen y los agredan con el pretexto de acusarlos de disidentes.
Redacción Colombia 2020
En los espacios territoriales de reincorporación donde los exguerrilleros dejaron las armas, la cotidianidad del tránsito a la vida civil continúa con normalidad. El anuncio del exjefe negociador de paz de las Farc, Iván Márquez, de que, junto a otros excomandantes retomaba las armas, generó incertidumbre entre quienes creen que muchos otros podrían tomar el mismo camino. No obstante, el panorama es de calma y apuesta por la implementación del acuerdo de paz.
La vida sin armas en Mesetas
En el espacio territorial de Mesetas (Meta), de donde hace un año se fue el exjefe guerrillero Aldinever Morantes, hoy viven 150 excombatientes que prometen continuar con sus proyectos productivos. “Nosotros ya pasamos esa tusa hace mucho tiempo, fuimos los huérfanos de Aldinever y nos tocó superar eso hace un año cuando él decidió irse del espacio”, dijo Luz Marina Giraldo, una de las voceras del partido FARC en ese territorio.La misma excombatiente dijo que ellos no estaban esperando el disparo de partida para regresar a la guerra, y que, al contrario, desde que se fue Aldinever están comprometidos con la reincorporación política y económica de todos los exguerrilleros. “Estamos recibiendo ordenes de la dirección nacional del partido FARC para poder avanzar con la reincorporación nuestra, de nuestras familias, como debe ser, y para ese propósito esperamos contar con el apoyo del Estado colombiano”.
También lea: ¿Quiénes son los comandantes de las Farc que acompañan a Iván Márquez?
Para la reincorporación económica crearon dos cooperativas para la producción de ganado, proyecto que tiene el nombre de “Juntos con enfoque ganadero”. En este momento, algunos exguerrilleros reciben capacitación para tecnificar dicha actividad agropecuaria. “Igualmente tenemos un sin número de pequeñas iniciativas como panaderías, el procesamiento de café, la piscicultura, y la cría de cerdos y gallinas, cosas pequeñas pero que suman”, puntualizó Giraldo. El ecoturismo es otro proyecto que se está desarrollando en el espacio territorial de Mesetas, a través de una asociación que, incluso, llegó a tener como representante legal al exjefe guerrillero Morantes.
Ecoturismo en Miravalle
En igual sentido se pronunció María de los Ángeles Vargas, integrante del partido FARC en el espacio territorial de Miravalle. En esa zona rural de San Vicente del Caguán (Caquetá, hay 80 excombatientes embarcados en varios proyectos productivos, como la iniciativa de rafting por el río Pato. Así como este hay otros que suman inversiones nacionales y extranjeros de más de $4.000 mil millones de pesos, dijo la exguerrillera.De este lugar fue que en julio de 2018 desapareció Hernán Darío Velásquez, “El Paisa”, quien reapareció hasta el jueves pasado en un video difundido a través del canal de YouTube. A esa zona llegaron cerca de 300 excombatientes de la columna móvil Teófilo Forero y otros frentes del desaparecido Bloque Oriental. Allá tampoco saben si el gobierno comprará dichas tierras para que ese espacio territorial, en donde han construido sus viviendas, sea un espacio de paz, dijo Vargas.
“Nosotros tomamos la determinación de estar en los Espacios Territoriales y único que pedimos es que no nos estigmaticen ni nos persigan. Mientras nosotros no tengamos operativos ni percances en donde estamos viviendo, pues permaneceremos allí en el desarrollo de los proyectos productivos que tenemos. Las decisiones de las personas son individuales y cada cual responde por sus acciones”, sentenció la excombatiente de las Farc.
Semillas y aceites de paz
Otro de los espacios territoriales que consultó Colombia2020 es el de la vereda Filipinas, ubicada en el municipio de Arauquita (Arauca). Según Wladilav Aguirre Rodríguez, integrante del partido FARC, en este territorio hay 230 exguerrilleros que dejaron las armas en agosto de 2017. Más sus familias y civiles con quienes se han asociado, suman 400 personas que conviven en ese caserío. “Nos sorprende que el presidente Iván Duque rápidamente que hay plata para perseguir a la insurgencia armada y no para el proceso de paz. El llamado a los compañeros en todos los territorios es a mantenernos y generar desde estos espacios nuestra reincorporación efectiva a la vida civil”, sentenció.Aquí permanecen hoy alrededor de 180 excombatientes que hace dos años dejaron sus fusiles y decidieron empezar su tránsito a la legalidad. Meses después encontrarían lo que les está abriendo el camino hacia su sostenibilidad económica: el sacha inchi, “el maní de los incas”.
Un fruto originario de la selva amazónica, con forma de estrella, que por mucho tiempo fue desconocido para la mayoría de la población -aún lo es para muchos- y que en los últimos años ha venido tomando vuelo en el mundo por sus propiedades para la salud. En Colombia ha empezado a tomar fuerza como alternativa a los cultivos de coca, porque es de los pocos productos que puede hacerle frente a la rentabilidad de esa mata: la primera cosecha de sacha puede recogerse a los siete meses después de haberlo sembrado, unos tiempos similares a los de la coca y más ágiles que los del café o el cacao, que pueden tomar un par de años más.
Para transformar este producto y darle valor agregado crearon la cooperativa Agropaz y la empresa Filimarpaz y ya tienen tres productos en el mercado: botellas de aceite de 250 ml, nueces con chocolate bajo la marca Nueces del Llano y nueces solas. Un proceso que beneficia a alrededor de 60 excombatientes y sus familias. A pesar de estar a tres horas del casco urbano del municipio han logrado sacar su producto y tienen varios puntos de venta en Arauca, Arauquita, Saravena y Villavicencio.
Acueducto para resistir en Tierra Grata
Finalmente, desde el espacio territorial de Tierra Grata, ubicado en el municipio de Manaure (La Guajira). Ahí viven 303 excombatientes quienes actualmente trabajan en la construcción de un pequeño acueducto para llevar agua hasta el caserío, en este momento se la suministran a través de carros cisterna. Solis Almeida, el vocero de este espacio, dijo que los excombatientes siguen firmes con el proceso de paz, a pesar de la estigmatización que puedan vivir ya que esa fue la zona donde se vio por última vez al exjefe guerrillero Jesús Santrich, quien también apareció en el video junto a Iván Márquez y El Paisa anunciando la retoma de las armas. En la zona se encuentran 131 mujeres, 162 hombres, 69 niños y niñas de los cuales 21 tienen menos de dos años.“Tenemos preocupación porque nos sentimos expuestos a la estigmatización y a cualquier tipo de agresión. Con esta situación, todo puede ser pretexto para agredirnos y por eso solicitamos al Gobierno garantías de seguridad física. Buscamos que el Gobierno nos preste más atención a los que estamos en los territorios, que cumpla con los acuerdos, porque, a la fecha, ni siquiera el tema de las tierras para los excombatientes se ha resuelto, mucho menos hay tierra para los campesinos. Aquí hay gente que tiene tierra, pero no tiene títulos. Queremos que esta gente sea impactada por el Acuerdo y por eso vamos a seguir luchando desde la vida civil”, puntualizó Almeida.
En estos espacios de reincorporación consultados hay esperanza, convencimiento de seguir una vida sin armas, pero también hay incertidumbre. En especial porque el Gobierno no ha expedido el decreto, que debía estar listo el 16 agosto, que deja en el papel cuál será la figura jurídica que permita la sostenibilidad de los actuales espacios territoriales de reincorporación. De hecho, a través de un mensaje de Twitter, el director del partido FARC, Rodrigo Londoño (Tmochenko), advirtió esta semana el tema: “Hasta ahora no hay ningún decreto que les dé continuidad, como lo prometió el Gobierno. El tiempo se acaba y la incertidumbre se anida en estos espacios”.
En los espacios territoriales de reincorporación donde los exguerrilleros dejaron las armas, la cotidianidad del tránsito a la vida civil continúa con normalidad. El anuncio del exjefe negociador de paz de las Farc, Iván Márquez, de que, junto a otros excomandantes retomaba las armas, generó incertidumbre entre quienes creen que muchos otros podrían tomar el mismo camino. No obstante, el panorama es de calma y apuesta por la implementación del acuerdo de paz.
La vida sin armas en Mesetas
En el espacio territorial de Mesetas (Meta), de donde hace un año se fue el exjefe guerrillero Aldinever Morantes, hoy viven 150 excombatientes que prometen continuar con sus proyectos productivos. “Nosotros ya pasamos esa tusa hace mucho tiempo, fuimos los huérfanos de Aldinever y nos tocó superar eso hace un año cuando él decidió irse del espacio”, dijo Luz Marina Giraldo, una de las voceras del partido FARC en ese territorio.La misma excombatiente dijo que ellos no estaban esperando el disparo de partida para regresar a la guerra, y que, al contrario, desde que se fue Aldinever están comprometidos con la reincorporación política y económica de todos los exguerrilleros. “Estamos recibiendo ordenes de la dirección nacional del partido FARC para poder avanzar con la reincorporación nuestra, de nuestras familias, como debe ser, y para ese propósito esperamos contar con el apoyo del Estado colombiano”.
También lea: ¿Quiénes son los comandantes de las Farc que acompañan a Iván Márquez?
Para la reincorporación económica crearon dos cooperativas para la producción de ganado, proyecto que tiene el nombre de “Juntos con enfoque ganadero”. En este momento, algunos exguerrilleros reciben capacitación para tecnificar dicha actividad agropecuaria. “Igualmente tenemos un sin número de pequeñas iniciativas como panaderías, el procesamiento de café, la piscicultura, y la cría de cerdos y gallinas, cosas pequeñas pero que suman”, puntualizó Giraldo. El ecoturismo es otro proyecto que se está desarrollando en el espacio territorial de Mesetas, a través de una asociación que, incluso, llegó a tener como representante legal al exjefe guerrillero Morantes.
Ecoturismo en Miravalle
En igual sentido se pronunció María de los Ángeles Vargas, integrante del partido FARC en el espacio territorial de Miravalle. En esa zona rural de San Vicente del Caguán (Caquetá, hay 80 excombatientes embarcados en varios proyectos productivos, como la iniciativa de rafting por el río Pato. Así como este hay otros que suman inversiones nacionales y extranjeros de más de $4.000 mil millones de pesos, dijo la exguerrillera.De este lugar fue que en julio de 2018 desapareció Hernán Darío Velásquez, “El Paisa”, quien reapareció hasta el jueves pasado en un video difundido a través del canal de YouTube. A esa zona llegaron cerca de 300 excombatientes de la columna móvil Teófilo Forero y otros frentes del desaparecido Bloque Oriental. Allá tampoco saben si el gobierno comprará dichas tierras para que ese espacio territorial, en donde han construido sus viviendas, sea un espacio de paz, dijo Vargas.
“Nosotros tomamos la determinación de estar en los Espacios Territoriales y único que pedimos es que no nos estigmaticen ni nos persigan. Mientras nosotros no tengamos operativos ni percances en donde estamos viviendo, pues permaneceremos allí en el desarrollo de los proyectos productivos que tenemos. Las decisiones de las personas son individuales y cada cual responde por sus acciones”, sentenció la excombatiente de las Farc.
Semillas y aceites de paz
Otro de los espacios territoriales que consultó Colombia2020 es el de la vereda Filipinas, ubicada en el municipio de Arauquita (Arauca). Según Wladilav Aguirre Rodríguez, integrante del partido FARC, en este territorio hay 230 exguerrilleros que dejaron las armas en agosto de 2017. Más sus familias y civiles con quienes se han asociado, suman 400 personas que conviven en ese caserío. “Nos sorprende que el presidente Iván Duque rápidamente que hay plata para perseguir a la insurgencia armada y no para el proceso de paz. El llamado a los compañeros en todos los territorios es a mantenernos y generar desde estos espacios nuestra reincorporación efectiva a la vida civil”, sentenció.Aquí permanecen hoy alrededor de 180 excombatientes que hace dos años dejaron sus fusiles y decidieron empezar su tránsito a la legalidad. Meses después encontrarían lo que les está abriendo el camino hacia su sostenibilidad económica: el sacha inchi, “el maní de los incas”.
Un fruto originario de la selva amazónica, con forma de estrella, que por mucho tiempo fue desconocido para la mayoría de la población -aún lo es para muchos- y que en los últimos años ha venido tomando vuelo en el mundo por sus propiedades para la salud. En Colombia ha empezado a tomar fuerza como alternativa a los cultivos de coca, porque es de los pocos productos que puede hacerle frente a la rentabilidad de esa mata: la primera cosecha de sacha puede recogerse a los siete meses después de haberlo sembrado, unos tiempos similares a los de la coca y más ágiles que los del café o el cacao, que pueden tomar un par de años más.
Para transformar este producto y darle valor agregado crearon la cooperativa Agropaz y la empresa Filimarpaz y ya tienen tres productos en el mercado: botellas de aceite de 250 ml, nueces con chocolate bajo la marca Nueces del Llano y nueces solas. Un proceso que beneficia a alrededor de 60 excombatientes y sus familias. A pesar de estar a tres horas del casco urbano del municipio han logrado sacar su producto y tienen varios puntos de venta en Arauca, Arauquita, Saravena y Villavicencio.
Acueducto para resistir en Tierra Grata
Finalmente, desde el espacio territorial de Tierra Grata, ubicado en el municipio de Manaure (La Guajira). Ahí viven 303 excombatientes quienes actualmente trabajan en la construcción de un pequeño acueducto para llevar agua hasta el caserío, en este momento se la suministran a través de carros cisterna. Solis Almeida, el vocero de este espacio, dijo que los excombatientes siguen firmes con el proceso de paz, a pesar de la estigmatización que puedan vivir ya que esa fue la zona donde se vio por última vez al exjefe guerrillero Jesús Santrich, quien también apareció en el video junto a Iván Márquez y El Paisa anunciando la retoma de las armas. En la zona se encuentran 131 mujeres, 162 hombres, 69 niños y niñas de los cuales 21 tienen menos de dos años.“Tenemos preocupación porque nos sentimos expuestos a la estigmatización y a cualquier tipo de agresión. Con esta situación, todo puede ser pretexto para agredirnos y por eso solicitamos al Gobierno garantías de seguridad física. Buscamos que el Gobierno nos preste más atención a los que estamos en los territorios, que cumpla con los acuerdos, porque, a la fecha, ni siquiera el tema de las tierras para los excombatientes se ha resuelto, mucho menos hay tierra para los campesinos. Aquí hay gente que tiene tierra, pero no tiene títulos. Queremos que esta gente sea impactada por el Acuerdo y por eso vamos a seguir luchando desde la vida civil”, puntualizó Almeida.
En estos espacios de reincorporación consultados hay esperanza, convencimiento de seguir una vida sin armas, pero también hay incertidumbre. En especial porque el Gobierno no ha expedido el decreto, que debía estar listo el 16 agosto, que deja en el papel cuál será la figura jurídica que permita la sostenibilidad de los actuales espacios territoriales de reincorporación. De hecho, a través de un mensaje de Twitter, el director del partido FARC, Rodrigo Londoño (Tmochenko), advirtió esta semana el tema: “Hasta ahora no hay ningún decreto que les dé continuidad, como lo prometió el Gobierno. El tiempo se acaba y la incertidumbre se anida en estos espacios”.