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La tensión era evidente en el salón. Primero llegó el exjefe guerrillero. Su nerviosismo se traducía en mutismo. El punto de encuentro fue un hotel de la ciudad donde al día siguiente tendríamos el encuentro Hablemos de Verdad ante unas 300 personas y otras miles que seguirían el diálogo vía streaming. Intenté hablar de cualquier tema intrascendente con mi invitado para calmar la ansiedad que teníamos. Quien fuera su más enconado enemigo durante la guerra, un exjefe paramilitar que operó en la misma zona, se había retrasado unos minutos. ¿Se arrepentiría de asistir a la cita?
(Lea: Encuentro inédito por verdad de la guerra en el Cesar)
No se conocían, a pesar de que se habían combatido por años, se habían hecho inteligencia y se habían seguido los pasos para aniquilarse mutuamente. Yo tampoco los conocía. Para llegar a este momento tuvieron que pasar varias conversaciones con cada uno por separado y, debo confesarlo, nunca se negaron a la invitación que les hice para participar en Hablemos de Verdad, un ejercicio de diálogo amplio y abierto que venía realizando Colombia 2020 por varias ciudades del país con el apoyo de la Embajada de Alemania en Colombia. En los eventos participan también víctimas, empresarios y organizaciones sociales de todo tipo. Tenían dudas, preguntaban, a veces guardaban silencio, pero siempre contestaron con la misma frase: “Yo le hago”.
Al fin llegó el segundo invitado. El salón era pequeño, estaba previsto que tuviéramos una conversación reservada y sin interrupciones. Ya nos habían traído la carta para ordenar la cena, pero tardamos mucho en hacerlo. El exjefe paramilitar entró al lugar y se dirigió a su contradictor, lo saludó por su nombre y se estrecharon la mano con fuerza, se miraron a los ojos. Hubo un par de risas nerviosas de lado y lado.
“¡Se saludaron, esto comenzó bien!”, pensé. Pero lo que siguió fue sorprendente. El exjefe de las Auc no dio espacio para chistes o frases de cajón. “Mi hermano, tengo que confesarte algo”, y soltó sin preámbulos una historia que tenía atragantada. “Tú tienes una hija que se llama así (dio el nombre) y es así (hizo una descripción detallada de sus facciones y características generales)… Por tal época (suministró mes y año) vivía en una casa de tal barrio (habló del lugar exacto y la ciudad) y la cambiaste de casa. La cuidaba (da el nombre y apellido de quien estaba a cargo de la niña) y ustedes la movieron para tal ciudad”. Su interlocutor no parpadeaba, parecía contener la respiración (yo estaba igual). “Yo le hice inteligencia a ella por tanto tiempo (mencionó un lapso de varios años) porque tenía la orden de matarla. Pero no lo hice, mi hermano, porque a pesar de todo lo que yo hice durante el conflicto, respeto la ley del guerrero. Yo no me meto con la familia de mi enemigo. Eso era entre tú y yo. Y fíjate, aquí estamos, dándonos una oportunidad para la reconciliación”.
(En imágenes: Los abrazos de reconciliación que dejó 2019)
Silencio. Se dieron otra vez la mano. El exguerrillero le dio las gracias. Comentaron que este episodio sucedió en un momento en que la guerra se había degradado y escalado a tal punto que las Auc empezaron a secuestrar, torturar y desaparecer a familiares de los jefes guerrilleros.
Después vinieron más y más detalles. El líder de las Farc le preguntó por hombres que habían estado bajo su mando y se habían cambiado de bando pasando a órdenes de su contradictor. Fueron cerca de cuatro horas de confesiones de lado y lado. ¡Cuántos secretos de la guerra en una sola conversación! Algunos se conocieron al día siguiente en el evento público, y ojalá todos vayan a la justicia transicional. Por el bien del país.
Esta fue una de las experiencias vividas durante los cinco encuentros Hablemos de Verdad que desarrolló Colombia 2020 en 2019 en Villavicencio, Bogotá, Valledupar, Cúcuta y Neiva. En cada ciudad ocurrieron conversaciones como esta que dieron inicio a procesos de reconciliación, a trabajos conjuntos entre víctimas, excombatientes y sociedad civil o incluso a nuevas amistades entre antiguos enemigos, como se revelará hoy martes, durante el encuentro que tendrá lugar en el auditorio Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, desde las 2:00 p.m.
(Lea también: Un llamado a no temerle a la verdad del conflicto)
Participarán la cantante Adriana Lucía; Abelardo Caicedo, excomandante de las Farc en el bloque Caribe; Óscar José Ospino, excomandante de las Auc en el bloque Norte; Emilio Archila, alto consejero para la estabilización; Pastor Alape, del partido FARC; el nuncio apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor; el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad; Eduardo Espinel, del Comité Intergremial del Meta; Jacqueline Castillo, del colectivo Madres de Falsos Positivos, y Bibiana Quintero, de One Young World.