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A mediados de agosto, Luis Fernando Mejía, contralor delegado para el sector de infraestructura, le envió a Pedro Pablo Jurado, director ejecutivo de la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena), una comunicación en la que le solicitaba a esta entidad una serie de documentos que den cuenta del trabajo de dragado que se viene adelantando en el puerto de Barranquilla.
Según Mejía, se han generado una serie de alertas sobre estas labores que están a cargo de la Corporación. Por tal motivo, les pidieron entregar todos los documentos que expliquen “las razones técnicas, legales, financieras y/u operativas que sustentan la actual modalidad de contratación y pago de las actividades de dragado en el Canal de Acceso al Puerto de Barranquilla”.
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La Contraloría también le pidió a Cormagdalena que aclare mediante un documento la relación costo-beneficio del actual modo de dragado, así como una comparación con otras alternativas que haya evaluado la Corporación para “mitigar los efectos marinos”.
Cormagdalena deberá reportar, entre otras cosas, las obras que se hayan llevado a cabo, o que estén en proceso de realizarse, para proteger la zona del acceso al canal; los niveles mensuales de calado operacional autorizado, los volúmenes mensuales dragados y las toneladas de carga mensuales movilizadas por este puerto, para el período comprendido entre enero 31 de 2019 y julio 31 de 2021.
Por último, la Contraloría le pidió a la entidad encargada de la contratación de las labores de dragado que explique “la forma en que se definen las zonas donde debe trabajar la draga contratada y los criterios de medición, pago y aceptación de los trabajos realizados por el contratista de dragado”.
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Cabe recordar que desde finales de junio el bajo nivel del calado ha afectado la operación del puerto, demorando la llegada de buques e, incluso, obligando a algunas embarcaciones a desviar su rumbo. Para mejorar las condiciones, Cormagdalena ha contratado dos dragas para que ayuden con la remoción de sedimentos y aumente la profundidad del acceso al canal.
Sin embargo, por fallas técnicas, la draga Taccola, la primera en llegar, cesó sus trabajos por dos semanas. Mientras tanto, la embarcación Bartolomeu Dias, que llegó al país a finales de agosto, solo trabajo por dos días que fue el tiempo que le tomó remover el volumen para el que fue contratada.
Ante esta situación, la Asociación Portuaria de Barranquilla, Asoportuaria, señaló que “en medio de una crisis cada minuto cuenta. Con las condiciones climáticas actuales, temporada de lluvias en el centro del país y demás, después de cada parada, más costará superar la crisis. Indispensable que la draga retome labores”.