La historia detrás de los conjuntos donde se desplomó edificio en Barranquilla

El desplome de un edificio en el conjunto residencial Privilegios, en el barrio Campo Alegre de Barranquilla, el pasado 28 de noviembre, dejó a una mujer muerta, Leidy Luz Insignares, de 65 años, y a cuatro menores de edad heridos. Aunque el edificio había sido evacuado en 2010 debido a riesgos estructurales, fue reocupado informalmente en los últimos años.

Los problemas en Campo Alegre se pueden remontar a 1997, cuando el terreno fue catalogado por el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas) como inestable, pero por modificaciones al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del Distrito de Barranquilla ese mismo año, se permitió la construcción de proyectos habitacionales, sin importar las alertas por riesgos de deslizamiento.

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Entre las constructoras involucradas estaba Alejandro Char y Cía., que estuvo detrás de los conjuntos Altos del Campo y Ciudad del Sol, que dos años después de ser entregadas, presentaron fallas estructurales que incluían grietas y hundimientos.

Al respecto, Alberto Yance, quien fue propietario de un apartamento en Altos del Campo, relató que en el 2000 se enteró del proyecto en Campo Alegre, cuyos apartamentos en venta que ofrecían muchas comodidades. Junto con su familia, decidió comprar un apartamento de 61,5 m², que tenía tres habitaciones, dos baños y sala comedor que costaba $47,5 millones. “En el 2004 nos mudamos. Era nuestra primera casa, con muchas ilusiones... Pero en el 2006 comenzaron los rumores de que las casas se caerían. En el 2008, las grietas eran de hasta cinco centímetros de ancho. El salón de eventos comunal y la piscina tuvimos que cerrarlos. Intentamos que la constructora respondiera, pero nunca nos dieron la cara”.

Entre 2008 y 2009, la Corte Constitucional emitió dos sentencias que responsabilizaban tanto a las constructoras como al distrito de las afectaciones. Además, se ordenó reubicar a las familias afectadas, estabilizar la ladera conocida como Los Toboganes y entregar compensaciones económicas a los propietarios. No obstante, el cumplimiento de la orden fue lenta y desordenada.

La situación se agravó en 2010, tras una de las temporadas de lluvias más intensas de la ciudad, el deslizamiento de la ladera afectó gravemente las estructuras en Campo Alegre, por lo que las autoridades distritales ordenaron la evacuación de edificios como Altos del Campo y Privilegios, así como ofrecieron subsidios de arriendo para las familias afectadas.

“En 2010 toda la montaña de lodo que había frente a nuestros edificios tapó la calle 84B. El distrito tuvo que abrir una trocha para que pudiéramos entrar y salir. Nos pagaron de cuatro a cinco años de arriendo, $750.000 por mes, sin ajustarnos el canon de arrendamiento con el paso de los años” agregó Yance.

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Posterior a eso, el Distrito les ofreció $75 millones de indemnización por apartamento. “Todavía hay más de diez familias que no recibieron la plata que el Distrito pagó. Nos dijeron que eso era lo que iba a pagar, ya cuando los apartamentos estaban avaluados aproximadamente en $100 millones. Sin embargo, tuvimos que aceptar porque era eso o quedarnos sin nada”, dijo Yance.

Los propietarios de Altos del Campo también propusieron hacer la adecuación de los cimientos del conjunto para garantizar la estabilidad, “pero nunca lo quisieron hacer así porque ellos decían que costaba más hacer eso que indemnizar o tumbar el edificio y nosotros les decíamos que insistieran en lo que tenían que hacer”, agregó Yance.

Años después de que más de 400 familias habían sido evacuadas de los conjuntos como Privilegios, comenzaron a ser reocupados de manera informal. Estas reocupaciones, según explicaron los vecinos, se dieron en medio de un vacío legal y de control por parte de las autoridades.

Lea: Los relatos de los testigos de la caída de edificio en Campo Alegre, Barranquilla

Según expertos en gestión del riesgo, los terrenos del sector continúan siendo altamente vulnerables, especialmente durante las temporadas de lluvias. El desplome del edificio Privilegios puso en evidencia los riesgos ante la falta de seguimiento a las órdenes de evacuación y la persistencia de condiciones inestables en Campo Alegre.

Como medidas inmediatas tras el colapso, las autoridades de Barranquilla informaron que las familias afectadas serán alojadas en hoteles durante una semana, donde también se les garantizará alimentación y condiciones adecuadas para su descanso. Posteriormente, asignarán recursos para cubrir arriendos temporales, mientras definen una solución más permanente.

También aseguraron que continuarán con la asistencia a los menores de edad para que sigan estudiando y el acompañamiento psicosocial para los afectados. A los familiares de la víctima fatal, Nelly Insignares Cantillo, les otorgaron un auxilio funerario que cubre todos los costos relacionados.

Por último, como medida preventiva, ordenaron el cerramiento total de las estructuras en riesgo. Este cierre estará vigilado de manera permanente por autoridades en el lugar y mediante drones con visión nocturna, para evitar que personas ingresen o que ocurra un saqueo. Resta esperar las medidas a futuro, para evitar que una nueva emergencia como esta se presente en Campo Alegre.

El desplome de un edificio en el conjunto residencial Privilegios, en el barrio Campo Alegre de Barranquilla, el pasado 28 de noviembre, dejó a una mujer muerta, Leidy Luz Insignares, de 65 años, y a cuatro menores de edad heridos. Aunque el edificio había sido evacuado en 2010 debido a riesgos estructurales, fue reocupado informalmente en los últimos años.

Los problemas en Campo Alegre se pueden remontar a 1997, cuando el terreno fue catalogado por el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas) como inestable, pero por modificaciones al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del Distrito de Barranquilla ese mismo año, se permitió la construcción de proyectos habitacionales, sin importar las alertas por riesgos de deslizamiento.

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Entre las constructoras involucradas estaba Alejandro Char y Cía., que estuvo detrás de los conjuntos Altos del Campo y Ciudad del Sol, que dos años después de ser entregadas, presentaron fallas estructurales que incluían grietas y hundimientos.

Al respecto, Alberto Yance, quien fue propietario de un apartamento en Altos del Campo, relató que en el 2000 se enteró del proyecto en Campo Alegre, cuyos apartamentos en venta que ofrecían muchas comodidades. Junto con su familia, decidió comprar un apartamento de 61,5 m², que tenía tres habitaciones, dos baños y sala comedor que costaba $47,5 millones. “En el 2004 nos mudamos. Era nuestra primera casa, con muchas ilusiones... Pero en el 2006 comenzaron los rumores de que las casas se caerían. En el 2008, las grietas eran de hasta cinco centímetros de ancho. El salón de eventos comunal y la piscina tuvimos que cerrarlos. Intentamos que la constructora respondiera, pero nunca nos dieron la cara”.

Entre 2008 y 2009, la Corte Constitucional emitió dos sentencias que responsabilizaban tanto a las constructoras como al distrito de las afectaciones. Además, se ordenó reubicar a las familias afectadas, estabilizar la ladera conocida como Los Toboganes y entregar compensaciones económicas a los propietarios. No obstante, el cumplimiento de la orden fue lenta y desordenada.

La situación se agravó en 2010, tras una de las temporadas de lluvias más intensas de la ciudad, el deslizamiento de la ladera afectó gravemente las estructuras en Campo Alegre, por lo que las autoridades distritales ordenaron la evacuación de edificios como Altos del Campo y Privilegios, así como ofrecieron subsidios de arriendo para las familias afectadas.

“En 2010 toda la montaña de lodo que había frente a nuestros edificios tapó la calle 84B. El distrito tuvo que abrir una trocha para que pudiéramos entrar y salir. Nos pagaron de cuatro a cinco años de arriendo, $750.000 por mes, sin ajustarnos el canon de arrendamiento con el paso de los años” agregó Yance.

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Posterior a eso, el Distrito les ofreció $75 millones de indemnización por apartamento. “Todavía hay más de diez familias que no recibieron la plata que el Distrito pagó. Nos dijeron que eso era lo que iba a pagar, ya cuando los apartamentos estaban avaluados aproximadamente en $100 millones. Sin embargo, tuvimos que aceptar porque era eso o quedarnos sin nada”, dijo Yance.

Los propietarios de Altos del Campo también propusieron hacer la adecuación de los cimientos del conjunto para garantizar la estabilidad, “pero nunca lo quisieron hacer así porque ellos decían que costaba más hacer eso que indemnizar o tumbar el edificio y nosotros les decíamos que insistieran en lo que tenían que hacer”, agregó Yance.

Años después de que más de 400 familias habían sido evacuadas de los conjuntos como Privilegios, comenzaron a ser reocupados de manera informal. Estas reocupaciones, según explicaron los vecinos, se dieron en medio de un vacío legal y de control por parte de las autoridades.

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Según expertos en gestión del riesgo, los terrenos del sector continúan siendo altamente vulnerables, especialmente durante las temporadas de lluvias. El desplome del edificio Privilegios puso en evidencia los riesgos ante la falta de seguimiento a las órdenes de evacuación y la persistencia de condiciones inestables en Campo Alegre.

Como medidas inmediatas tras el colapso, las autoridades de Barranquilla informaron que las familias afectadas serán alojadas en hoteles durante una semana, donde también se les garantizará alimentación y condiciones adecuadas para su descanso. Posteriormente, asignarán recursos para cubrir arriendos temporales, mientras definen una solución más permanente.

También aseguraron que continuarán con la asistencia a los menores de edad para que sigan estudiando y el acompañamiento psicosocial para los afectados. A los familiares de la víctima fatal, Nelly Insignares Cantillo, les otorgaron un auxilio funerario que cubre todos los costos relacionados.

Por último, como medida preventiva, ordenaron el cerramiento total de las estructuras en riesgo. Este cierre estará vigilado de manera permanente por autoridades en el lugar y mediante drones con visión nocturna, para evitar que personas ingresen o que ocurra un saqueo. Resta esperar las medidas a futuro, para evitar que una nueva emergencia como esta se presente en Campo Alegre.