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Una niña de 4 años murió ahogada en las playas de Caño Dulce, en el municipio de Tubará, Atlántico, en la tarde del domingo 1 de diciembre, mientras disfrutaba de un día recreacional junto a su familia. Pese a los esfuerzos de salvavidas, la menor de edad llegó sin vida al hospital de Juan de Acosta.
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De acuerdo con las primeras versiones, la niña había estado jugando cerca de la orilla tras almorzar con su familia. En un descuido, se adentró en una zona profunda del mar, lo que provocó su ahogamiento. Personas que se encontraban en el lugar alertaron a sus familiares, quienes solicitaron ayuda de los salvavidas.
El equipo de rescate logró sacar a la niña del agua y le practicaron maniobras de reanimación en el lugar, pero no respondió. La niña fue trasladada al hospital de Juan de Acosta, donde los médicos confirmaron su muerte. La versión de la familia, que vive en el barrio Villa María, en Soledad, es que la niña empezó a correr por la orilla de la playa, pero se ahogó luego de broncoaspirar.
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En un hecho similar, en una zona rural de Buenos Aires, en San Pelayo, Córdoba, un joven identificado como Ricardo Espitia Almanza, de 14 años, murió ahogado en una represa ubicada en la vereda El Bálsamo. Según testimonios, el menor de edad trabajaba cuidando caballos y al parecer, al terminar su labor ingresó al agua sin saber nadar. Sus familiares al ver que no llegaba decidieron ir a buscarlo. Horas después, encontraron el cuerpo en la represa y a pesar de que lo trasladaron al Centro de Atención Médica de Urgencias (Camu), el joven ya había muerto.
Las autoridades hacen un llamado a padres y cuidadores a extremar las medidas de seguridad en cuerpos de agua para prevenir tragedias. La Policía Nacional dio recomendaciones para proteger a los niños en playas, piscinas y ríos, especialmente en temporadas de viaje, cuando muchas familias aprovechan para desplazarse a lugares recreativos.
Entre las sugerencias destacan seguir las normas de seguridad en instalaciones acuáticas, prestar atención a señales preventivas y supervisar el uso de elementos como trampolines y toboganes. Además, recalcaron la importancia de no dejar a los menores de edad sin vigilancia cerca de cuerpos de agua, ya sea en playas, lagos, ríos o incluso en piscinas residenciales, ya que un descuido puede convertirse en una tragedia.