Javier Solano, el bombero que murió tratando de apagar incendio en Barranquilla
La conflagración comenzó en la madrugada del pasado miércoles. Uno de los primeros en atender el lugar de los hechos fue Javier Solano, quien llevaba 26 años al servicio de la comunidad y justamente hoy debía salir a vacaciones. El presidente Gustavo Petro envió un mensaje de solidaridad.
Hacia las 4:30 de la mañana del pasado miércoles 21 de diciembre, uno de los cuatro tanques de combustible de la empresa Bravo Petrolum ardía en llamas. Ubicado en la vía 40, a la altura de la calle 85, la planta de almacenamiento fue el epicentro del incendio que llegaron a atender, inicialmente, cinco máquinas de bomberos en plena madrugada. En una de ellas estaba Javier Enrique Solano Ruiz, un veterano bombero de la zona que se alistaba para cumplir su última jornada de trabajo en el 2022.
(En contexto: Investigan qué originó un voraz incendio en Barranquilla)
Pero los fuertes vientos arrastraron las llamas hasta el segundo tanque de combustible. Un fuerte estallido se escuchó cuando el fuego empezó a expandirse y una estructura metálico se vino al suelo donde estaba Solano y uno de sus compañeros. De inmediato, ambos fueron trasladados de emergencia a Clínica Misericordia. Sin embargo, las heridas en el rostro del bombero fueron letales y, horas después, los médicos confirmaron su muerte. “Fue el primer respondiente que llegó”, expresó el capitán Jaime Pérez, comandante del Cuerpo de Bomberos.
La noticia también llegó al centro de despacho de bomberos voluntarios de Malambo que estaban listos para apoyar las labores de mitigación en esa zona norte de Barranquilla. Allí, Karol Solano, estaba de turno. En diálogo con el periódico El Heraldo, la bombera relató: “Me entero (de la muerte de Javier Solano) porque iban a despachar una máquina en apoyo a Barranquilla, pero suspendieron la salida porque nos dijeron que había fallecido un bombero. Me dijeron su nombre y me derrumbé”, relató la joven bombera. Era la hija de Javier Solano.
“Yo soy bombera gracias a él”, agregó. “Yo quería seguir sus pasos. Él me inspiraba mucho”. La noticia de la muerte de Solano también la conocieron sus compañeros, que todavía estaban en el lugar del incendio tratando de detener el paso de las llamas hacia los otros tanques de combustible. Durante la noche del miércoles, el alcalde Jaime Pumarejo confirmó que las llamas del primer tanque ya se habían logrado apagar, mientras que ya iniciaban las labores para sofocar el incendio en el segundo tanque.
La noticia de su muerte también llegó rápidamente hasta el lugar del incendio. Allí, sus compañeros recibieron el parte y se abrazaron unos minutos en su memoria. Pero siguieron su labor, en nombre de Javier Solano, compañero de innumerables batallas. En cámara quedó registrado uno de los momentos de dolor del cuerpo de bomberos del que hizo parte el sargento fallecido durante casi la mitad de su vida.
“Javier Solano fue un excelente profesional, con 25 años de experiencia en su campo”, expresaron sus compañeros. A su vez, el teniente César Fonseca, subcomandante del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, le dijo a El Heraldo que Solano era un hombre “supremamente responsable”. “Perdimos a un héroe de Barranquilla, un compañero, a un servidor que llevaba más de 25 años con nosotros. La Alcaldía y los Bomberos respaldarán a su familia, a su señora esposa y a sus cuatro hijos”, afirmó el alcalde Pumarejo.
A los mensajes de condolencia también se sumó el de la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, quien publicó el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter: “Duele conocer el fallecimiento de Javier Enrique Solano, bombero que atendía la emergencia en la zona industrial de Barranquilla. A su familia y compañeros mi solidaridad y todo mi apoyo a quienes siguen atendiendo el incendio”. Y el presidente Gustavo Petro, también envió un mensaje de solidaridad.
A esta hora, las llamas todavía siguen vivas. Aunque hacia la media noche del miércoles, el alcalde Pumarejo confirmó que el riesgo se había reducido de manera drástica, pues las labores de enfriamiento de los otros tanques han sido exitosas. “El tanque que nos queda, estamos intentando llegarle con esa reducción de temperatura y con una descarga de espuma al centro, para que pueda ingresar y asfixiar de oxígeno a combustible que todavía queda allí y que todavía es considerable”, concluyó el mandatario local.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Hacia las 4:30 de la mañana del pasado miércoles 21 de diciembre, uno de los cuatro tanques de combustible de la empresa Bravo Petrolum ardía en llamas. Ubicado en la vía 40, a la altura de la calle 85, la planta de almacenamiento fue el epicentro del incendio que llegaron a atender, inicialmente, cinco máquinas de bomberos en plena madrugada. En una de ellas estaba Javier Enrique Solano Ruiz, un veterano bombero de la zona que se alistaba para cumplir su última jornada de trabajo en el 2022.
(En contexto: Investigan qué originó un voraz incendio en Barranquilla)
Pero los fuertes vientos arrastraron las llamas hasta el segundo tanque de combustible. Un fuerte estallido se escuchó cuando el fuego empezó a expandirse y una estructura metálico se vino al suelo donde estaba Solano y uno de sus compañeros. De inmediato, ambos fueron trasladados de emergencia a Clínica Misericordia. Sin embargo, las heridas en el rostro del bombero fueron letales y, horas después, los médicos confirmaron su muerte. “Fue el primer respondiente que llegó”, expresó el capitán Jaime Pérez, comandante del Cuerpo de Bomberos.
La noticia también llegó al centro de despacho de bomberos voluntarios de Malambo que estaban listos para apoyar las labores de mitigación en esa zona norte de Barranquilla. Allí, Karol Solano, estaba de turno. En diálogo con el periódico El Heraldo, la bombera relató: “Me entero (de la muerte de Javier Solano) porque iban a despachar una máquina en apoyo a Barranquilla, pero suspendieron la salida porque nos dijeron que había fallecido un bombero. Me dijeron su nombre y me derrumbé”, relató la joven bombera. Era la hija de Javier Solano.
“Yo soy bombera gracias a él”, agregó. “Yo quería seguir sus pasos. Él me inspiraba mucho”. La noticia de la muerte de Solano también la conocieron sus compañeros, que todavía estaban en el lugar del incendio tratando de detener el paso de las llamas hacia los otros tanques de combustible. Durante la noche del miércoles, el alcalde Jaime Pumarejo confirmó que las llamas del primer tanque ya se habían logrado apagar, mientras que ya iniciaban las labores para sofocar el incendio en el segundo tanque.
La noticia de su muerte también llegó rápidamente hasta el lugar del incendio. Allí, sus compañeros recibieron el parte y se abrazaron unos minutos en su memoria. Pero siguieron su labor, en nombre de Javier Solano, compañero de innumerables batallas. En cámara quedó registrado uno de los momentos de dolor del cuerpo de bomberos del que hizo parte el sargento fallecido durante casi la mitad de su vida.
“Javier Solano fue un excelente profesional, con 25 años de experiencia en su campo”, expresaron sus compañeros. A su vez, el teniente César Fonseca, subcomandante del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, le dijo a El Heraldo que Solano era un hombre “supremamente responsable”. “Perdimos a un héroe de Barranquilla, un compañero, a un servidor que llevaba más de 25 años con nosotros. La Alcaldía y los Bomberos respaldarán a su familia, a su señora esposa y a sus cuatro hijos”, afirmó el alcalde Pumarejo.
A los mensajes de condolencia también se sumó el de la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, quien publicó el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter: “Duele conocer el fallecimiento de Javier Enrique Solano, bombero que atendía la emergencia en la zona industrial de Barranquilla. A su familia y compañeros mi solidaridad y todo mi apoyo a quienes siguen atendiendo el incendio”. Y el presidente Gustavo Petro, también envió un mensaje de solidaridad.
A esta hora, las llamas todavía siguen vivas. Aunque hacia la media noche del miércoles, el alcalde Pumarejo confirmó que el riesgo se había reducido de manera drástica, pues las labores de enfriamiento de los otros tanques han sido exitosas. “El tanque que nos queda, estamos intentando llegarle con esa reducción de temperatura y con una descarga de espuma al centro, para que pueda ingresar y asfixiar de oxígeno a combustible que todavía queda allí y que todavía es considerable”, concluyó el mandatario local.
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