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“El joven que apareció en el Dollar City con varias partes del cuerpo quemadas es mi hermano. Se llamaba Daniel Stiven. Tenía 16 años. Lo que sabemos es que él venía del trabajo. Dicen los manifestantes que él venía caminando con otras personas. Él se encuentra con la tanqueta y se paraliza totalmente, entonces los otros corren y él se queda atrás porque él se asustó tanto”.
Así inicia el relato de María Paula Sánchez para el video que realizó el productor audiovisual y fotógrafo caleño Alejandro Palencia, en el que recoge los testimonios de la familia de este joven que fue hallado sin vida y con todo su cuerpo incinerado el sábado 29 de mayo en un establecimiento comercial del occidente de Cali.
A pesar del miedo que le generaba la situación, Daniel alzó las manos y le manifestó a los policías que se acercaban que él no estaba involucrado en las manifestaciones. Sin embargo, denuncia su hermana María Paula, uno de los uniformados lo tiró al piso de un golpe y luego lo arrastraron mientras Daniel clamaba por ayuda y les decía que era menor de edad.
Ya en las inmediaciones del Dollar City varios uniformados se ubican detrás de una tanqueta que la Policía había ubicado en el sector para apoyar las labores del Esmad y golpean a Daniel en varias oportunidades, según dicen los familiares apoyados en testimonios de algunos manifestantes y en videos que se grabaron en el lugar de los hechos. El joven, visiblemente afectado por los golpes, pide nuevamente ayuda.
“Un muchacho, un enfermero que estamos luchando por ayudarlo, les dice [a los policías] que lo dejen acercarse para ayudarlo, pero ellos le disparan para que no se acerque”, dice su hermana. Luego de esto, narra María Paula, el joven fue subido a la tanqueta que se lo lleva.
La Policía de Cali, en un comunicado del lunes 31 de mayo, confirmó que en el lugar sí hizo presencia una tanqueta pero desmintió que la hayan movido del lugar. La institución también señaló que el hallazgo del cuerpo lo hizo el Cuerpo de Bomberos de la ciudad el sábado 29 y que este fue llevado a un centro de salud cercano donde fue inspeccionado por la Policía Judicial. Según el comunicado, luego de las indagaciones el cuerpo no presentaba heridas por arma de fuego ni arma blanca.
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Yurany Sánchez, la otra hermana de Daniel, dice que, aunque aún no hay un dictamen de Medicina Legal, los testigos afirman que Daniel tenía impactos de bala. María Paula corrobora esta información y dice que, además de lo anterior, el forense les dijo que el cuerpo de su hermano también tenía indicios de haber sido torturado.
La versión de la Policía, según el comunicado y una declaración del Brigadier General Juan León, indica que el local del Dollar City fue objeto de actos vandálicos y saqueos que ocasionaron el fuego en el lugar. Posiblemente, para esta institución, Daniel hacía parte de estos hechos y quedó atrapado en el sitio.
Es una versión que rechaza por completo la familia. María Sánchez, madre del joven, dice que él ”no era ni de banda, ni andaba nunca delinquiendo ni nada, era un muchacho de su casa y nunca participó de las marchas” porque ella misma se lo tenía prohibido a sus hijos por el temor que le causaban. Yurany dice que incluso al mismo Daniel le daban miedo las manifestaciones porque “le aterrorizaba ver cómo mataban a los jóvenes sin misericordia”.
La misma falta de misericordia que tuvieron con su hermano, denuncia Yurany, “no les bastó con asesinarlo, sino que lo destruyeron, lo quemaron, no le dejaron a su madre volver a ver su rostro. No sabemos quiénes son, no sabemos sus nombres pero Dios sí los conoce y sabe lo que hicieron y cómo lo hicieron”, quien agrega que las versiones de la Policía buscan quitarle “peso a las palabras de nosotros”.
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Mientras la Fiscalía General de la Nación designó un fiscal especializado para este caso, María Paula, Yurany y la señora María exigen justicia, no solo en el caso de Daniel, sino en el de todos los jóvenes que han muerto en estos 35 días que completa el paro nacional.