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En una crisis ambiental se encuentra la cuenca del río Cali por cuenta de los altos niveles de mercurio y plomo que se han vertido a sus aguas, como producto de la minería de oro en los Farallones de Cali.
Una investigación de la Procuraduría detectó que en el río Felidia, uno de los principales afluentes del río Cali, hay concentraciones 230 veces más altos que los permitidos por las normas internacionales. “Se evidenciaron niveles de 23 partes por millón (ppm), excediendo la referencia de la Normativa Canadiense y OMS (CCME, 1999) que establecen el límite máximo en 0,1 a 0,17 mg/kg”, señala el informe.
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El estudio, que es producto de una alianza entre el ente de control y la sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley de la Embajada Estados Unidos, explica que la presencia del plomo y mercurio es una consecuencia de la minería ilegal de oro que se realiza en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali. Según dichas entidades, la explotación ilícita en el Parque afecta a seis de los siete ríos que abastecen de agua a la capital del Valle del Cauca.
Tras conocerse los resultados de dicho estudio, el procurador delegado Asuntos Ambientales, Gustavo Adolfo Guerrero, señaló que desde la entidad ya venían advirtiendo las afectaciones que podía tener la actividad minera en los Farallones. “Lo veníamos advirtiendo desde hace seis meses y las autoridades se hicieron las de la vista gorda. Nosotros intuíamos que por las actividades mineras ilegales en el parque Farallones había una grave afectación al río Cali”.
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El ministerio público también explicó que se activará un “Plan de Acción con el objetivo de enfrentar eficientemente esta crisis ambiental, involucrando la colaboración estrecha entre diversas autoridades, incluyendo a la Fiscalía General de la Nación, Policía Nacional, Ministerio de Ambiente, Ministerio de Defensa, Gobernación del Valle del Cauca, Alcaldía de Cali y EMCALI”.
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A pesar de lo alarmante de la situación, desde las Empresas Municipales de Cali (Emcali) lanzaron un parte de tranquilidad. “Es importante aclarar que en la bocatoma del río Cali no dio medidas de mercurio ni de arsénico, y medidas muy bajas de plomo; o sea que hasta el momento esos metales pesados no han llegado a la parte baja. Esto valida los datos obtenidos por Emcali en los monitoreos que hacemos de sustancias de interés sanitario para el control de calidad del agua que captamos”, explicó Juan Felipe Moreno, profesional operativo de la planta de tratamiento Río Cali.
El consumo de mercurio y plomo en grandes cantidades es tóxico para la salud de las personas. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), luego de la ingesta o inhalación de compuestos de mercurio se pueden presentar síntomas como, insomnio, temblores, pérdida de memoria, dolor de cabeza o disfunciones cognitivas. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la exposición a altos niveles de plomo puede causar hipertensión, anemia, disfunción renal o incluso efectos neurológicos y en la conducta que son irreversibles.