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Con el fin de las elecciones presidenciales, se comienzan a conocer las cartas de cara a las votaciones de alcaldes y gobernadores, que se harán en poco más de un año en el país. En Cali, aunque hay opcionados de varios sectores, el juego por la Alcaldía se da en medio del petrismo fuerte y el antiospinismo.
En la capital del Valle, Gustavo Petro ganó la segunda vuelta presidencial con el 63,7 % de los votos y superó el electorado que había obtenido en primera, cuando había ganado con el 53,3 %, por esto, según expertos, los resultados podrían precisar y definir estrategias, agendas y alianzas para las elecciones regionales.
Adicionalmente, está el papel del alcalde Jorge Iván Ospina, quien tiene una desfavorabilidad del 72 %, que se percibe entre algunos opcionados como candidatos, quienes han sido críticos con su gestión, por lo que se cree que la Alcaldía podría estar entre la oposición a Ospina y el candidato del Pacto Histórico.
“El petrismo tiene una carta ganadora y es el triunfo del Pacto Histórico en Cali; además en las últimas elecciones regionales, la izquierda había tenido una votación favorable. Sin embargo, la mala noticia es que el alcalde actual está asociado y ha apoyado a Petro, lo que es negativo, pues Ospina tiene una favorabilidad muy baja, incluso tiene procesos abiertos en la Procuraduría y los entes de control lo tienen en la mira por presuntas irregularidades en los contratos”, señala Álvaro Benedetti, consultor y analista político caleño.
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Por esto, un candidato respaldado por Ospina o que provenga de su administración la tendría difícil, a menos que pueda ganar favorabilidad durante este año. Pero esto no quiere decir que no lo intenten. La legislación colombiana, en el artículo 95 de la Ley 136 de 1994, establece que no pueden participar en las elecciones quienes hayan trabajado en el año anterior a la elección como “empleado público o autoridad política, civil, administrativa o militar, en el respectivo municipio, o quien, como empleado público, haya intervenido como ordenador del gasto en la ejecución de recursos de inversión”, por lo que quienes vayan a lanzarse a la Alcaldía deberán renunciar pronto.
Recientemente, Danis Rentería salió de la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, quien ya se había lanzado en 2019 y obtuvo el 6,29 % de la votación. Aunque dijo que trabajará como director de la región pacífica de la organización de Paz y Reconciliación Veteranos por Colombia, aún no descarta su candidatura y, por el contrario, asegura que “sin importar el nombre, lo esencial es hacer un gran acuerdo por Cali, un frente amplio en donde todos nos sintamos partícipes de la ciudad y podamos construir desde la diversidad. Si logramos hacer ese acuerdo, podemos pensar en un proyecto para el 2023”.
Según Benedetti, Rentería va a empezar a medirse en la opinión pública, pero no cree que pueda ser el candidato del petrismo. “En ese sector veo más fuerte a Roy Alejandro Barreras porque es hijo de Roy Barreras y es el director del Departamento Administrativo de Planeación Distrital de Cali. Si alguien ha tenido una alta exposición mediática es él”, dice.
A la renuncia de Rentería se suma la de Catalina Ortiz, quien dejó la Cámara de Representantes y el Partido Verde, motivada no solo por sus nuevos proyectos sino además para desmarcarse del sector que respalda a Ospina, quien fue elegido por el verde.
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Ortiz aseguró que quiere trabajar por Cali y que seguirá manteniendo una postura crítica frente a la actual administración y a Gustavo Petro. “No puedo estar en un partido en el que me toca convivir con una persona como Jorge Iván Ospina, quien, desde que se hizo elegir, estuvo acompañado de la clase política tradicional. Además de eso, tiene un montón de irregularidades en la contratación y ejecución de programas en el municipio. Casi un 90 % de los contratos son directos”, asegura Ortiz.
Precisamente por esto, señala que su bandera será la de la renovación. “No lo voy a negar, a mí me interesa el tema. Sin embargo, primero está lo que le convenga a Cali. Debemos ser capaces de encontrar candidatos que puedan ganarle a la clase política tradicional, en donde tengamos una administración transparente y con suficientes personas concursando por todas las licitaciones y no sean arregladas”, dice.
Ortiz apoyó a Sergio Fajardo en la primera vuelta presidencial y ha sido cercana a su movimiento Compromiso Ciudadano, que en 2019 le dio el aval a Alejandro Eder en Cali, quien obtuvo el 17 % de los votos. “Sergio todavía está recuperándose de las presidenciales. Cuando vuelva a pararse tendremos que reunirnos”, dijo Ortiz.
Por esto, comenta Benedetti, “lo más probable es que Catalina vaya por firmas y salga por un grupo significativo de ciudadanos; sin embargo, lo mismo va a hacer Eder, pero, de ambos debería salir un solo candidato. Cali no podrá escoger entre dos opciones de centro”.
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Otra de las renuncias significativas fue la de Diana Rojas, exconcejala liberal, quien también dejó su partido. Aunque Rojas aseguró que busca trabajar en un movimiento propio para las elecciones de 2023, Benedetti no considera que tenga muchas opciones. “A Diana le faltan votos. Ella es una figura de opinión muy importante, pero todavía no tiene un electorado muy consistente, sobre todo en las zonas populares”.
Si bien no se conocen por ahora nombres de sectores tradicionales, como Cambio Radical y el Partido de la U, de Dilian Francisca Toro, en la lista estaría Roberto Ortiz, conocido como Chontico, quien está en el Concejo por el estatuto de la oposición al quedar con el 25,4 % de los votos en las elecciones pasadas. Así mismo suena Angélica Mayolo, actual ministra de Cultura, que tiene un discurso afro y de región.
Por ahora, lo claro es que serán claves temas como el empleo, pues 49 de cada cien caleños y yumbeños trabajaron de manera informal en 2021, según Cali Cómo Vamos. También será importante la reestructuración de Cali como Distrito Especial, lo que propone varios retos a la ciudad en términos territoriales y de autonomía administrativa y económica, así como la atención a los homicidios y el narcotráfico; mientras que en movilidad, el foco estará en el proyecto del Tren de Cercanías para el Valle y los planes de mejoramiento del Masivo Integrado de Occidente (MIO).