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Encuentran compuestos cancerígenos en el aire del Valle del Cauca

El 90 % del sulfato, el amonio y los minerales de los suelos (material particulado) que se emiten en Cauca, Risaralda, Valle del Cauca y Caldas es producido por la industria manufacturera, los vehículos diésel y la quema de caña de azúcar.

09 de septiembre de 2022 - 07:22 p. m.
En el aire de las zonas donde se quema caña de azúcar y transporte de vehículos a base de diésel se han detectado emisiones de compuestos cancerígenos
En el aire de las zonas donde se quema caña de azúcar y transporte de vehículos a base de diésel se han detectado emisiones de compuestos cancerígenos
Foto: Ángela Vargas. Unal
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Una investigación, liderada por el ingeniero químico Rodrigo Jiménez, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evaluó el material particulado del valle geográfico del río Cauca –para tener una visión representativa del lugar–, en donde se recolectaron muestras en el aire del campus de la UNAL Sede Palmira, a una altura de 35 m.

El docente explica que alrededor del 60 % de la masa de las partículas muestreadas en Palmira es de compuestos que contienen carbono, algunos emitidos por combustión y quema, y otros formados en la atmósfera a partir de otras emisiones.

“El resto de la masa de las partículas se forma en la atmósfera a partir de emisiones de bióxido de azufre y de las industrias porcícola y avícola, y en menor medida por fertilización de suelos. Una vez emitidos, los compuestos que contienen azufre se convierten en sulfatos. En el Valle del Cauca estos se originan especialmente en la combustión de carbón en la gran industria y en ladrilleras”.

Agrega que “la complejidad de las partículas atmosféricas en el Valle del Cauca es el reflejo de la complejidad de sus fuentes, y del hecho de que la mitad de ellas se forman en el aire a partir de la emisión de gases contaminantes”.

Señala además que la combustión –en particular de carbón y diésel– y la quema de caña antes de su cosecha generan hollín y otros compuestos de carbono, entre los que se encuentran los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs).

Al respecto, la estudiante Lady Mateus, del Doctorado en Ingeniería Química y Ambiental de la UNAL, afirma que “se detectaron 22 HAPs, en los que se encontró benzopireno y otros 7 compuestos que resultan cancerígenos para los seres humanos; la concentración de benzopireno fue de 0,4 nanogramos (ng) por metro cúbico de material particulado menor a 2,5 µm”.

Las partículas de 2,5 micrómetros (µm) son las más tóxicas para los seres humanos, provocando enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Según la investigadora, esta concentración sobrepasa lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo valor máximo establecido es de 0,12 ng/m3, y se acerca al límite de lo estipulado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, que es de 1 ng/m3.

El profesor Jiménez asegura además que “de las 500.000 hectáreas de zona plana que hay en el Valle geográfico del río Cauca, 230.000 corresponden a cultivos de caña de azúcar, y de estas, una tercera parte aún utiliza el método de tratamiento de quema de caña, los demás lo recolectan por medio de maquinaria, sin quemar antes”.

Añade que las partículas se pueden desplazar por el aire alrededor de 200 km y son muy resistentes, llegando a tener meses de vida. En el aire son combatidos por los radicales hidroxilos, oxidantes naturales que funcionan como un jabón de la atmósfera.

Urgen acciones para reducir mala calidad de aire

El monitoreo y la investigación de la calidad del aire en Valle del Cauca se inició en 2017 con mediciones realizadas por un fotómetro solar, adquirido en cooperación con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), a partir de la cuales se empezó a evidenciar la complejidad del problema de contaminación por material particulado en el departamento.

Ángela Vargas, candidata a magíster en Ingeniería Ambiental, dice que “aún no se ha realizado un estudio epidemiológico de esta región, por lo que no se tienen datos completos de las afectaciones de salud, aunque sí hay evidencia que asocia los ingresos a emergencias médicas por enfermedades respiratorias y el estar en zonas cercanas a donde se realiza la quema de caña de azúcar”.

Por su parte el profesor Néstor Rojas, del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UNAL, enfatiza en que se espera que tal vez en 10 años se acabe la quema de caña de azúcar, lo cual iría de la mano con la reducción de las emisiones del transporte pesado de camiones y tractomulas diésel viejas que transportan la caña hasta los ingenios.

El profesor Jiménez finaliza indicando que la caña de azúcar es un cultivo global –por ejemplo en Florida (Estados Unidos) se quema más caña que en Colombia– y recalca la importancia de que las autoridades ambientales hagan investigaciones en regiones como el Cauca, tierra incógnita de la cual no se tienen datos concretos en cuanto a la concentración de este material particulado en el aire.

Los aportes del estudio son el resultado de un trabajo conjunto entre grupos de investigación de la UNAL Sede Palmira, con la ayuda del profesor Germán Rueda, del Departamento de Ingeniería y Administración, y de la UNAL Sede Bogotá; también participó el Instituto Leibniz de Investigación Troposférica (Tropos), de Alemania.

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