Evalúan reforzar seguridad en Buenaventura tras enfrentamientos del fin de semana
Se registraron disparos de ráfaga de fusil en el barrio Juan XXIII. Al parecer se trataría de enfrentamientos entre bandas delincuenciales.
Un operativo de seguridad desplegó la alcaldía de Buenaventura, luego de que se registraron enfrentamientos en el barrio Juan XXIII, durante la noche del pasado 23 de julio, lo que no solo mantiene el temor entre los habitantes del puerto, sino que además tiene a las autoridades con las alarmas encendidas por el recrudecimiento de la violencia.
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De acuerdo con testigos, en el barrio se escucharon ráfagas de fusil, así como enfrentamientos entre las bandas, que incluirían fuertes explosiones. Al respecto, el secretario de Gobierno, Arlington Agudelo Rentería, confirmó que el fin de semana se registró un homicidio que las autoridades están investigando. “También se presentaron reportes de alteración del orden público en el barrio Juan XXIII, hechos que intranquilizaron a la comunidad de ese sector, esta situación obliga que las autoridades tomen medidas permanentes para devolver la tranquilidad a los moradores de la zona”.
Entre esas medidas, se plantea volver a poner un puesto de la Fuerza Pública en el sector de Juan XXIII. Sobre lo ocurrido, el comandante de la brigada de Infantería de Marina N. 2, informó a medios locales que se continúa con el plan de intervención que anunció el ministro de Defensa, Iván Velázquez, tras la instalación de una mesa de diálogo entre el gobierno con los grupos de los Shotas y los Espartanos.
“Se lograron cinco capturas en flagrancia, tres por orden judicial, una por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, y una captura por violencia intrafamiliar”, indicó el comandante de Buenaventura, coronel Edgar Andrés Correa, sobre lo que se hizo durante el fin de semana en materia de seguridad.
Por su parte, el personero de derechos humanos, José Luis Bernat, alertó que los enfrentamientos por el control territorial se ha ido moviendo a nuevos espacios del casco urbano de Buenaventura. El funcionario indicó a Semana que cree que los más recientes hechos podrían estar relacionados con acciones de los grupos delincuenciales para dispersar a la Fuerza Pública hacia los lugares donde se registran los disparos, así como recuerda que los enfrentamientos se han venido aumentando desde finales de marzo, por lo que pide que en la mesa de diálogo se concreten acciones para poner fin a las acciones criminales.
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En el puerto se registra el enfrentamiento entre los Shotas y los Espartanos, que son escisiones de la banda La Local y que se enfrentan por el control territorial en el municipio. Ambos grupos llegaron a un acuerdo del año pasado como muestra de voluntad para entrar a la “Paz Total”, pero desde abril se ha presentado una reaparición de la violencia en el puerto, por lo que las autoridades locales han pedido acciones al Gobierno Nacional.
La mesa de diálogo entre las bandas y el gobierno se instaló el pasado 18 de julio. Según indicó el comisionado de Paz, Danilo Rueda, se establecieron dos espacios de diálogos: uno con los integrantes de los grupos en cárceles y otro con los voceros de las dos bandas, para avanzar en las negociaciones de paz.
Un operativo de seguridad desplegó la alcaldía de Buenaventura, luego de que se registraron enfrentamientos en el barrio Juan XXIII, durante la noche del pasado 23 de julio, lo que no solo mantiene el temor entre los habitantes del puerto, sino que además tiene a las autoridades con las alarmas encendidas por el recrudecimiento de la violencia.
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De acuerdo con testigos, en el barrio se escucharon ráfagas de fusil, así como enfrentamientos entre las bandas, que incluirían fuertes explosiones. Al respecto, el secretario de Gobierno, Arlington Agudelo Rentería, confirmó que el fin de semana se registró un homicidio que las autoridades están investigando. “También se presentaron reportes de alteración del orden público en el barrio Juan XXIII, hechos que intranquilizaron a la comunidad de ese sector, esta situación obliga que las autoridades tomen medidas permanentes para devolver la tranquilidad a los moradores de la zona”.
Entre esas medidas, se plantea volver a poner un puesto de la Fuerza Pública en el sector de Juan XXIII. Sobre lo ocurrido, el comandante de la brigada de Infantería de Marina N. 2, informó a medios locales que se continúa con el plan de intervención que anunció el ministro de Defensa, Iván Velázquez, tras la instalación de una mesa de diálogo entre el gobierno con los grupos de los Shotas y los Espartanos.
“Se lograron cinco capturas en flagrancia, tres por orden judicial, una por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, y una captura por violencia intrafamiliar”, indicó el comandante de Buenaventura, coronel Edgar Andrés Correa, sobre lo que se hizo durante el fin de semana en materia de seguridad.
Por su parte, el personero de derechos humanos, José Luis Bernat, alertó que los enfrentamientos por el control territorial se ha ido moviendo a nuevos espacios del casco urbano de Buenaventura. El funcionario indicó a Semana que cree que los más recientes hechos podrían estar relacionados con acciones de los grupos delincuenciales para dispersar a la Fuerza Pública hacia los lugares donde se registran los disparos, así como recuerda que los enfrentamientos se han venido aumentando desde finales de marzo, por lo que pide que en la mesa de diálogo se concreten acciones para poner fin a las acciones criminales.
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En el puerto se registra el enfrentamiento entre los Shotas y los Espartanos, que son escisiones de la banda La Local y que se enfrentan por el control territorial en el municipio. Ambos grupos llegaron a un acuerdo del año pasado como muestra de voluntad para entrar a la “Paz Total”, pero desde abril se ha presentado una reaparición de la violencia en el puerto, por lo que las autoridades locales han pedido acciones al Gobierno Nacional.
La mesa de diálogo entre las bandas y el gobierno se instaló el pasado 18 de julio. Según indicó el comisionado de Paz, Danilo Rueda, se establecieron dos espacios de diálogos: uno con los integrantes de los grupos en cárceles y otro con los voceros de las dos bandas, para avanzar en las negociaciones de paz.