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De acuerdo con un informe de los investigadores de la tragedia en la cárcel de Tuluá, el incendio, que cobró la vida de 51 internos y que dejó 26 heridos, fue originado por una riña entre las bandas de dos reclusos que, al parecer, buscaban tener el control al interior del centro penitenciario. Se trataría de alias ‘Bray’ y de alias ‘Miller’.
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Según revelaron varios medios de comunicación, hace dos meses llegó alias ‘Miller’ al penal, quien no aceptó las reglas impuestas por alias ‘Bray’, presunto líder del pabellón ocho. Esta disputa habría generado una riña entre los dos bandos, que empezó en la noche del pasado lunes 27 de junio, cuando reclusos del grupo de ‘Bray’ rompieron las planchas de concreto, que servían de cama en el pabellón y lanzaron los pedazos a los del grupo contrario.
La banda respondió de la misma forma, por lo que de ambos bandos comenzaron a utilizar los colchones como escudo en medio de la confrontación.
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La tragedia habría iniciado cuando los internos que apoyaban a ‘Bray’ atravesaron cerca de 15 metros que los separaban de los demás reclusos y prendieron fuego a los colchones. Así, la banda de ‘Miller’, de al menos 60 internos, quedó atrapada entre las piedras, la ‘barricada’ prendida en fuego y las paredes del pabellón, que se incendió rápidamente. Aunque buscaron refugio en un baño, habrían muerto por asfixia.
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Las autoridades continúan recogiendo videos, además de testimonios y documentos, con los que se establecerán responsabilidades en la tragedia, dado que familiares también señalan que esa noche no había suficientes guardias, ya que algunos se encontraban en las fiestas de la Feria de Tuluá. El Colombiano también reveló que, entre los presos del pabellón 8 estaban miembros de las bandas La Inmaculada, La Casona y La Cruz, tres de las más poderosas y peligrosas de Tuluá.
El incendio en la cárcel de Tuluá dejó como resultado 51 personas muertas y 24 heridas, la mayoría de las cuales se vieron afectadas por el humo. Ante la tragedia, la Fiscalía envió un grupo especializado al penal, mientras que la Procuraduría pidió el cierre de los pabellones que no tienen condiciones de infraestructura, como el pabellón 8, donde no se tenía sistema antiincendios.
En respuesta a esto, el Inpec ordenó el traslado de 350 reclusos a otras cárceles en Ibagué, Cajamarca, Palmira, Cali y Jamundí. Mientras tanto, las familias de las víctimas siguen a la espera de la identificación de los cuerpos para su entrega.