La sentida carta con la que 15 médicos retratan la crisis del sector salud
Los galenos que renunciaron masivamente a una IPS de Cafesalud, en Cali, aseguran que la profesión se ha vuelto carne de cañón y que no contaban con medicamentos básicos como la buscapina.
Redacción Nacional
Hace tres días, las directivas de la IPS Esimed Cali Norte, de la EPS Cafesalud en la capital del Valle del Cauca, recibieron una carta en la que 18 médicos generales del servicio de urgencias renunciaban masivamente. La decisión era irrevocable y obedecía a la falta de garantías para ejercer con seguridad y en óptimas condiciones la profesión. Decían que habían sido agredidos constantemente por quienes eran sus pacientes.
El grupo de profesionales, conformado hasta este viernes por 15 médicos (ya que tres de ellos se reincorporaron a sus labores), decidió escribir una sentida carta en la que detalla las razones de por qué dejó el cargo. El documento, conocido por El Espectador, inicia diciendo que aunque una persona se hace médico con el único objetivo de velar por la vida y la salud, hoy los que sanan son los que deben defenderse del enfermo y su familia. Y que el sistema salud agoniza y está en una verdadera crisis.
“Nos referimos en particular al servicio de urgencias, en donde nosotros los médicos somos por decirlo de alguna manera ‘la carne de cañón’. A los pacientes se les ha olvidado que son nuestra razón de ser, ven en nosotros un enemigo, y no se dan cuenta que solo somos presos de un modelo de salud en el que solo sirve el producido y el cliente o usuario, no el paciente…que obliga a aplicar la medicina a la defensiva”.
Un día en urgencias, según los médicos denunciantes, trae consigo una enorme descarga de adrenalina y una extensa jornada en donde quizás no queda tiempo de vaciar la vejiga ni de llenar el estómago. En la IPS Esimed Cali Norte, dicen, se estaban atendiendo casi el 24% de todas las urgencias de la ciudad, más de 14.000 consultas mensuales, “con un déficit de insumos y medicamentos elementales, sin equipos en buen estado, con limitaciones en apoyos diagnósticos, una planta de médicos que no era suficiente y miles de pacientes que no lo entendían”.
No disponían, por ejemplo, de medicamentos como la buscapina, utilizado para el manejo sintomático del dolor abdominal, principal causa de consulta en los servicios de urgencias. Así como tampoco contaban con el Esquema anti isquémico (para infarto agudo de miocardio), antibióticos, anticonvulsionantes y analgésicos.
Al final, los 15 profesionales le hacen un llamado a la Contraloría, Procuraduría, Defensoría de los Usuarios, Secretarias de Salud, Ministerio de Salud, Superintendencia de Salud, para que investiguen las irregularidades.
“La decisión no fue fácil de tomar, pero sintiéndonos más estúpidos que útiles en la prestación de nuestro servicio no hubo otra opción. A los pacientes les decimos que se solidaricen con nosotros. A nuestros colegas generales y especialistas, no permitan más atropellos”, concluye la misiva.
Lea aquí la carta completa de los 15 médicos que renunciaron en Cali.
Hace tres días, las directivas de la IPS Esimed Cali Norte, de la EPS Cafesalud en la capital del Valle del Cauca, recibieron una carta en la que 18 médicos generales del servicio de urgencias renunciaban masivamente. La decisión era irrevocable y obedecía a la falta de garantías para ejercer con seguridad y en óptimas condiciones la profesión. Decían que habían sido agredidos constantemente por quienes eran sus pacientes.
El grupo de profesionales, conformado hasta este viernes por 15 médicos (ya que tres de ellos se reincorporaron a sus labores), decidió escribir una sentida carta en la que detalla las razones de por qué dejó el cargo. El documento, conocido por El Espectador, inicia diciendo que aunque una persona se hace médico con el único objetivo de velar por la vida y la salud, hoy los que sanan son los que deben defenderse del enfermo y su familia. Y que el sistema salud agoniza y está en una verdadera crisis.
“Nos referimos en particular al servicio de urgencias, en donde nosotros los médicos somos por decirlo de alguna manera ‘la carne de cañón’. A los pacientes se les ha olvidado que son nuestra razón de ser, ven en nosotros un enemigo, y no se dan cuenta que solo somos presos de un modelo de salud en el que solo sirve el producido y el cliente o usuario, no el paciente…que obliga a aplicar la medicina a la defensiva”.
Un día en urgencias, según los médicos denunciantes, trae consigo una enorme descarga de adrenalina y una extensa jornada en donde quizás no queda tiempo de vaciar la vejiga ni de llenar el estómago. En la IPS Esimed Cali Norte, dicen, se estaban atendiendo casi el 24% de todas las urgencias de la ciudad, más de 14.000 consultas mensuales, “con un déficit de insumos y medicamentos elementales, sin equipos en buen estado, con limitaciones en apoyos diagnósticos, una planta de médicos que no era suficiente y miles de pacientes que no lo entendían”.
No disponían, por ejemplo, de medicamentos como la buscapina, utilizado para el manejo sintomático del dolor abdominal, principal causa de consulta en los servicios de urgencias. Así como tampoco contaban con el Esquema anti isquémico (para infarto agudo de miocardio), antibióticos, anticonvulsionantes y analgésicos.
Al final, los 15 profesionales le hacen un llamado a la Contraloría, Procuraduría, Defensoría de los Usuarios, Secretarias de Salud, Ministerio de Salud, Superintendencia de Salud, para que investiguen las irregularidades.
“La decisión no fue fácil de tomar, pero sintiéndonos más estúpidos que útiles en la prestación de nuestro servicio no hubo otra opción. A los pacientes les decimos que se solidaricen con nosotros. A nuestros colegas generales y especialistas, no permitan más atropellos”, concluye la misiva.
Lea aquí la carta completa de los 15 médicos que renunciaron en Cali.