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En las últimas semanas, en el casco urbano de Buenaventura se volvieron a escuchar disparos relacionados con enfrentamientos. De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, las tensiones se han mantenido por la desaparición del integrante de una de las bandas delincuenciales de la zona, mientras que por su parte, organizaciones locales indicaron que pese a la tregua se han registrado dos asesinatos, por lo que al miedo se suman confinamientos y desplazamientos.
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El caso puntual sobre el que giran las tensiones es la desaparición de alias “Super”, uno de los integrantes de la banda Los Shottas delegado en las conversaciones de paz con el Gobierno Nacional. A esto se le suman ráfagas, que se han escuchado en barrios como Unión de Vivienda, Alfonso López, El Cambio, Jorge Eliécer Gaitán de la comuna 12, donde sus habitantes temen salir de sus viviendas. Así mismo, se cuentan dos asesinatos en las últimas dos semanas: el pasado miércoles 5 de abril, se presentó el homicidio de Jaminton Bermúdez, que trabajaba con un motorratón, mientras que este lunes 10 de abril, Efraín Angulo fue encontrado con dos disparos en su cuerpo.
Ante esto, el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Dario Jaramillo, hizo un llamado al Gobierno Nacional para no detener los diálogos con Los Shottas y Los Espartanos, “que paren el accionar, los que quieren empuñar otra vez las armas y destruir con balaceras en los barrios esta realidad que hemos vivido en años anteriores, que ha sido terrible para nuestro Distrito. No queremos que vuelva la guerra a la ciudad, que paren esos disparos que están haciendo”, dijo a Semana.
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Así mismo, Mario Angulo, coordinador del Proceso de Comunidades Negras en Buenaventura, indicó a El País de Cali, que se debe evaluar las consecuencias del cese bilateral al que llegaron los dos grupos armados. “El acuerdo, en vez de mejorar la situación en el territorio, le ha dado libertad a los actores armados para ejercer más control, los desplazamientos se han agudizado en todas las cuencas de Buenaventura a raíz de las disputas de los actores armados”.
Sobre lo que está ocurriendo en Buenaventura, la Alta Consejería resaltó que sigue acompañando a la iglesia y líderes de la región para desarrollar “la gran propuesta de Buenaventura Puerto de Paz”, así como se han reunido con ambos grupos armados para renovar su compromiso de desescalamiento de la violencia, a lo que se suman acciones para involucrar en el proceso a la fracción “Los R” o “Roberts”.
Por último, indicaron que la Policía y la Armada continúan realizando acciones para garantizar la seguridad, mientras que a los grupos les piden seguir trabajando en paz. “Este grave hecho puso en riesgo el pacto de vida suscrito entre Los Espartanos y Los Shotas, afectó profundamente la confianza ciudadana, y también puso de plano la importancia de lograr superar la fase de exploración de voluntades y consolidar un escenario de diálogo sociojurídico”, señaló la Alta Consejería.
Los enfrentamientos entre los Shottas y los Espartanos nacieron luego del fraccionamiento de la banda La Local, un grupo de crimen organizado que está en el radar de las autoridades desde 2016, y de acuerdo con una alerta temprana de la Defensoría, de 2021, es una banda sucesora de los Urabeños, ahora Clan del Golfo, que no tendría una relación directa con las AGC, pero que sí habrían logrado agrupar a varias de las bandas locales de Buenaventura.