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Matachindé: la tradición, la música y el río Yurumanguí 


El grupo nació con la idea de preservar la música tradicional de su territorio, la que se consolidó sobre el río. Ahora buscan internacionalizarse y fortalecer un semillero en su región.


Valeria Gómez Caballero
07 de octubre de 2024 - 03:01 a. m.
La agrupación ganó en 2023 el Petronio Álvarez y estuvo en el festival de Jazz de New Orleans.
La agrupación ganó en 2023 el Petronio Álvarez y estuvo en el festival de Jazz de New Orleans.
Foto: Matachindé
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En Semana Santa, cuando se conmemoran la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, los matachines se visten con trajes coloridos, hechos con materiales locales, para darle vida a la celebración conocida como Los Manacillos. Son criaturas espirituales asociadas con la naturaleza y con la religiosidad, ya que son las representaciones de los judíos que juzgaron y condenaron a muerte de Jesús. En las representaciones, estas figuras son personificadas por actores y actrices que usan máscaras fabricadas en madera o plástico, con rostros diferentes y vestimentas que están confeccionadas con sacos de fibra de cabuya y hojas de la palma del corozo. De allí viene el nombre de la banda Matachindé, un homenaje a una de las celebraciones culturales más emblemáticas del río Yurumanguí.

La historia del grupo folclórico comienza hace 14 años, en las veredas del río Yurumanguí, sobre el Pacífico sur colombiano. Las hermanas gemelas Jisela y Jessica Angulo Aramburo, sociólogas, docentes y folcloristas, fundaron la banda con una misión clara: evidenciar, fortalecer y enriquecer la música tradicional de su tierra, así como utilizaron el proyecto para encontrar detalles puntuales que los diferenciaran de otros grupos, y que representaran su comunidad y sus ancestros.

Empezaron siendo 13 personas, pero con el tiempo creció el número de músicos como el reconocimiento. Los comenzaron a invitar a eventos folclóricos y culturales locales, como el Festival Cantores de Río de 2018, que se realiza en Buenaventura para grupos de zonas rurales. Un año después, hicieron su primera inscripción al Festival Petronio. Pasaron el primer filtro, pero no lograron clasificar para tocar en Cali.

Mantener el grupo no era fácil. Los integrantes se encuentran dispersos sobre el río, algunos en las zonas más apartadas, lo que no solo complicaba el transporte sino toda la logística detrás de los ensayos, pero ya tenían una meta: obtener el primer lugar en el Petronio, por lo que las hermanas unieron esfuerzos para conseguir los recursos para reencontrarse.

Según Jisela, hay carencia de respaldo institucional, tanto departamental como municipal. Esto hace que el sostenimiento de la agrupación recaiga principalmente en sus directoras, para mantener vivo el proyecto musical y cultural de Matachindé. “Necesitamos reencontrarnos para ensayar. Somos 13 veredas y nosotros vivimos en la última vereda. El recorrido es largo y el costo es alto desde el río hasta Buenaventura. En materia de costo y disciplina del grupo le ha tocado a la dirección. Es un esfuerzo muy personal de los que dirigimos la agrupación”.

La pandemia hizo que Matachindé pausara su música por un año, ya que era muy difícil ensayar desde la virtualidad, por lo que solo hasta 2021 lograron volver a participar en el festival. Con más experiencia y preparación, alcanzaron el segundo lugar en la modalidad de marimba. Volvieron a intentarlo en 2022 y nuevamente quedaron en el segundo lugar, lo que dejó a la banda más sinsabor que orgullo.

En 2023, Matachindé regresó una vez más a Cali para el Petronio Álvarez, con solo Jisela, ya que su hermana tuvo que salir del país. Esta vez, con su dedicación, después de investigar conjuntamente sobre lo que habían hecho en presentaciones previas, lo que hacían los otros grupos, las oportunidades de mejora y sobre todo la distinción que les ofrecía su lugar de origen, obtuvieron el primer lugar en la modalidad de cantos tradicionales y música de marimba, consolidándose como un grupo representativo de la preservación y promoción de la música tradicional del Pacífico sur colombiano.

“El festival aborda una estrategia nacional para ser un trampolín de los artistas, articulándose con los mercados musicales, y desde ahí se ha permitido el reconocimiento a nivel internacional. Este año tuvimos la oportunidad de que el ganador participara en el Festival de Jazz de New Orleans, uno de los más importantes del mundo, y a este grupo, Matachindé, le fue muy bien, por lo que vuelven los organizadores del evento y vienen de otros festivales, lo que nos pone muy felices al darse ese reconocimiento de lo nuestro”, mencionó la Secretaria de Cultura de Cali, Leydi Higidio.

Ganar el festival les permitió seguir creciendo, pero esta vez fuera del país. Fue, según Gisela, “abrir ventanas, para mostrar nuestra música. Pudimos conocer otras culturas, otras costumbres. Pudimos comunicarnos de manera directa, sin tener el mismo idioma, a través de nuestra música, y esto representa mucho para nuestra cultura”.

Lo dice porque, por haber quedado en primer lugar, lograron un espacio en el Festival de Jazz en Nueva Orleans, donde dejaron una gran impresión, a tal punto que los organizadores del evento internacional volvieron a la última edición del Petronio. Además, Matachindé tiene opciones para tocar en Atlanta, EE. UU., y en otros países.

Lo que están viviendo ahora es una inspiración para continuar. Mientras el grupo sigue creciendo, a la par se consolida un semillero en el río, con el que pretenden apoyar a esos jóvenes que también quieren presentarse y mostrarse como lo hicieron ellos.

“La disciplina es el camino para llegar al éxito. Hemos tenido disciplina constancia y amor por lo nuestro. A eso se le deben los resultados. Las ganas que uno les pone a las cosas. Les digo a los grupos que lo quieren lograr, que no dejen de luchar.

Nosotros luchamos por 4 veces y en el último intento lo logramos. Que no desmayen, que sigan trabajando por la cultura que hace parte de la vida, de las vivencias, de las costumbres. Hay que mantener esas vivencias culturales vivas con la música”, concluyó Jisela.

Por Valeria Gómez Caballero

 

OSCAR(16632)07 de octubre de 2024 - 03:48 a. m.
Fantástico esa perseverancia del grupo Matachindé, grandes logros musicales a pesar de la falta de apoyo. Felicitaciones. Sin música no hay vida.
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