¿Orgullo de qué? La situación de las mujeres trans en el Valle del Cauca
Un informe de Santamaría Fundación evidencia que entre 2018 y 2021 fueron asesinadas 40 mujeres trans y solo dos personas han sido judicializadas. Resaltan las dificultades en el acceso a educación y salud, por lo que piden replantear la conmemoración del Día del Orgullo.
Carlos Eduardo Díaz Rincón
Cuarenta mujeres trans fueron asesinadas en el Valle del Cauca entre el 2018 y el 2021. Así lo documenta el informe “Memorias travestis”, de Santamaría Fundación, organización que lleva 17 años de recorrido en la defensa de esta población, que alerta cómo entre las principales causas de los homicidios están la discriminación en razón de identidad de género, las barreras socioeconómicas, que impiden el goce de una vida digna, y la impunidad en la resolución de los casos.
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Cuarenta mujeres trans fueron asesinadas en el Valle del Cauca entre el 2018 y el 2021. Así lo documenta el informe “Memorias travestis”, de Santamaría Fundación, organización que lleva 17 años de recorrido en la defensa de esta población, que alerta cómo entre las principales causas de los homicidios están la discriminación en razón de identidad de género, las barreras socioeconómicas, que impiden el goce de una vida digna, y la impunidad en la resolución de los casos.
“Nosotras siempre decimos que dentro de la población LGBT, las mujeres trans seguimos siendo las más expuestas a todas las condiciones de vulnerabilidad”, contó a El Espectador Alejandra Llano, psicóloga e investigadora del Observatorio Ciudadano Trans (OCT), del que partió el informe. Más que un recuento de casos, con el documento buscan exigir sus derechos ante el Estado y crear una vía para el reconocimiento de su identidad como mujeres, amparado en el Decreto 1227 de 2015. “Pedimos que estos homicidios sean tipificados como ‘transfeminicidios’, ya que están sustentados en el odio hacia las mujeres trans”, señaló Llano.
“Memorias travestis” fue construido con información de la Fiscalía y medios de comunicación, pero, sobre todo, primó el trabajo articulado con liderazgos trans del Valle del Cauca que han denunciado las violencias que atraviesan a esta población.
Impunidad y violencia
De los 40 asesinatos contra mujeres transgénero en el departamento solo hubo capturas en cuatro casos; además, dos presuntos responsables quedaron en libertad por “no representar un peligro para la sociedad”. Esto significa que la impunidad es del 95 %, pues solo fueron condenadas dos personas. “Normalmente, los transfeminicidios son tipificados como crímenes pasionales o asesinatos por ajustes de cuentas. Persisten los prejuicios y estigmas al investigar, lo que también lleva al subregistro”, manifestó Llano.
Por otro lado, el 67 % de las mujeres trans asesinadas fueron trabajadoras sexuales, lo que las hacía propensas a contextos de violencia. A esto se suman las vulnerabilidades por razón de etnia, habitabilidad en calle y condición de migrante, así como preocupa el hecho de que el 70 % de las víctimas fueron menores de 35 años.
Al respecto, Natalia Briceño, investigadora de la ONG Colombia Diversa, mostró su preocupación por el aumento de la violencia contra la población LGBT. Solo en el 2021, la organización registró 205 homicidios, mientras que antes del 2020 no se registraban más de 110 por año. Además, recalcó que las personas trans son cerca del 30 % de las afectadas, si se incluyen casos de violencia policial y amenazas, por lo que en todo el país se habla de 50 homicidios, 53 casos de abuso policial y 14 amenazas en 2021.
¿Cómo explicar estos crímenes?
El informe y los colectivos trans indican que la violencia contra la comunidad parte de la discriminación hacia las distintas identidades de género. Además, reclaman la falta de acciones contundentes del Estado para proteger su vida, garantizar los derechos de comunidades excluidas históricamente y diferenciar estos asesinatos de otros homicidios. “No importa hacia dónde volvíamos la mirada o a quién recurríamos en busca de respuestas, todos los argumentos parecían apuntar en un mismo sentido: era lo que ‘naturalmente’ debíamos vivir por ser personas trans”, dice el informe.
Alejandra Llano es enfática en relacionar la violencia con las barreras institucionales, sociales y culturales que tienen para acceder a la educación, la salud y al trabajo digno. “Terminamos siendo relegadas al trabajo sexual y subestimamos nuestro conocimiento por tener una identidad distinta”.
En la misma línea, Briceño aseguró que el acceso a ofertas laborales termina siendo un obstáculo para las personas trans, porque dificulta mejorar su calidad de vida, comprar una vivienda o recibir una pensión. “Entrar a entrevistas de trabajo es aún más complicado porque se hace evidente ante quien realiza la convocatoria y pueden entrar en juego los prejuicios. Por esto la importancia de las políticas de no discriminación y las campañas de sensibilización en el sector privado”, añadió.
Por su parte, Alba Reyes, madre de Sergio Urrego y directora de la fundación que lleva su nombre, señaló que uno de los obstáculos más evidentes para las personas trans es la desescolarización. “Dentro de la comunidad LGBT, son quienes menos tienen acceso a una educación sin discriminación. Sufren una violencia constante que empieza en el colegio y sigue en la universidad, lo que en muchos casos los lleva a abandonar sus estudios”, por lo que considera necesario que las instituciones educativas implementen las normativas consagradas en la Ley 1620 del 2013 y en la sentencia C 478 de 2015 que permitan el libre desarrollo de la personalidad y eviten el acoso escolar, que puede terminar en suicidio.
No saldrán a la Marcha del Orgullo
En las últimas semanas, Santamaría Fundación ha invitado a replantear la finalidad del Día Internacional del Orgullo. Con la consigna “¿Orgullo de qué? Si nos están matando”, buscan generar conciencia sobre las brechas que impiden que junio sea mes de “celebración”.
“Estamos haciendo un reclamo al Estado en garantía de derechos, pero también un llamado al movimiento LGB (lesbianas, gais y bisexuales), para que se avance en nuestro reconocimiento. Nosotras no estamos orgullosas, estamos en peligro”, indicó Llano. Al respecto, Briceño dice que entiende los motivos, pero cree importante tomarse el espacio público, porque es allí donde ocurren la mayoría de las violencias contra las mujeres trans.