Seguridad en Cali: los delitos que persisten en la ciudad
En la capital vallecaucana, el 73 % de las personas no se sienten seguras. Las altas cifras de hurtos, homicidios y ataques al sistema de transporte son parte del panorama. El secretario de Seguridad y Justicia explica la situación.
Como viene sucediendo en varias de las ciudades capitales del país, en Cali los problemas de seguridad tienen en alerta a ciudadanos y autoridades. Aunque las cifras de homicidios han mostrado una reducción desde hace cuatro meses, la cantidad de casos no deja de ser preocupante: 925 homicidios desde el 1° de enero hasta el 24 de septiembre. Mayo fue el mes con mayor cantidad de homicidios, registrando 180, un aumento del 105 % respecto al año anterior. Las bandas de microtráfico y la violencia como medio de resolución de conflictos son las principales causas.
De acuerdo con una caracterización presentada en 2019 por la Alcaldía y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en Cali el tráfico de sustancias psicoactivas es el eje articulador de las dinámicas delictivas de alto impacto. “Las zonas de expendio y consumo de estupefacientes presentan una relación directa con la presencia de estructuras criminales, la comisión de homicidios, hurto, lesiones personales y violencia familiar”, señalaba entonces el documento, que daba cuenta de la existencia de 182 estructuras criminales en la ciudad, de las cuales 150 están dedicadas al hurto y a la distribución de sustancias psicoactivas. Se trata de bandas que corresponden, principalmente, a agrupaciones juveniles, conformadas por menores de edad. Otras estructuras consideradas más violentas, se encuentran localizadas en puntos estratégicos para el control del mercado local de sustancias psicoactivas, pues cumplen la función de distribución y control de “líneas” de expendio en los barrios y conglomerados. Así mismo, controlan actividades relacionadas con el sicariato y el cobro ‘gota a gota’.
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Así como el homicidio, otros delitos revelan cifras alarmantes. Más de 12.000 hurtos a personas, 1.159 hurtos de automotores y 2.098 motos robadas forman parte de los casos que afectan la seguridad en Cali, esto teniendo en cuenta que puede existir un subregistro por falta de denuncias.
Un panorama que queda plasmado en la percepción de seguridad, pues según la última encuesta de Cali Cómo Vamos, hecha en febrero de este año, de 2.117 personas consultadas, el 73,4 % dijeron sentirse inseguras en la ciudad. Asimismo, el 42 % afirmó haber sido víctima de algún delito. A nivel general, las cifras no son muy diferentes, pues el 57 % de los encuestados consideran que las cosas en Cali van por mal camino.
A esta situación se suman los ataques que constantemente reportan los operadores del Sistema Integrado de Transporte Masivo (Metrocali), que entre el 1° y 25 de septiembre, fueron 132 actos de vandalismo y daños a la flota del MIO. Sin embargo, tanto la Alcaldía como la Secretaría de Seguridad y Justicia insisten en que no se han hecho las denuncias pertinentes, por lo cual no hay un registro oficial de los ataques en los últimos dos meses. El Espectador habló con Carlos Soler Parra, secretario de Seguridad y Justicia Municipal, quien asegura que aunque todo no está bien, hay una mejoría en reducción de delitos.
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¿Cómo están los índices de homicidios?
La tasa de homicidios por 100.000 habitantes muestra que Cali en 2020 tuvo un índice del 48,1 %, este fue el primer año del alcalde Jorge Iván Ospina, y fue la tasa más baja de los últimos 30 años. Aunque fue un período atípico, por eso casi no lo tenemos en cuenta. Este año, a la fecha, llevamos 56,3, la misma cifra de 2017, y vamos en una tendencia decreciente. En cuestión de feminicidios logramos una disminución de casi el 80 %. Tenemos la cifra más baja en 30 años. Es un tema que demuestra que hay una mejor protección a la mujer en Cali.
¿Cuáles son los lugares en los que más casos se registran?
Son varias comunas, en Mojica, el Alto de los Chorros, Comuneros I etapa, Siloé, Potrero Grande, Alfonso Bonilla Aragón, El Morichal, El Vergel y en Terrón Colorado, es decir, el oriente está poniendo, desafortunadamente, una tasa de casi el 70 % de los homicidios en Cali. Las comunas 18, 20, 15, 14, 21 y 6 tienen más de 50 homicidios. Ahí hay una lucha por plazas de vicio, de consumo, microtráfico, fronteras invisibles... hay lugares vetados. También el año pasado y este año hemos visto la manera violenta como se empiezan a resolver los conflictos, que estaban guardados por el tema del encierro de más de quince meses.
En mayo se registraron 180 homicidios, un aumento del 105 % respecto al mismo mes del año anterior, ¿qué factores influyeron en ese aumento?
En mayo y junio comenzó la apertura. Había menos restricciones para poder alargar la oferta laboral, se empezó a mover la gente en transporte público y se reacomodaron algunas estructuras con intenciones de adquirir poder dentro de Cali. Llegaron algunas personas que intentaron tener control sobre barrios donde nunca habían estado. Todo esto generó un sistema de reacomodamiento y de dinámicas ilegales, el tema del microtráfico aporta mucho desafortunadamente, las oficinas de cobro, personas recuperando bienes que en el pasado fueron suyos, todo esto influye. También es importante decir que las reuniones donde había trago terminaron en discusiones entre amigos o familiares. El uso de armas blancas en homicidios es del 25 %, y cabe resaltar que el 95 % de las víctimas son hombres.
¿Cómo se han comportado los índices de homicidios en los últimos meses?
Hemos mejorado en el tema del homicidio que es bastante importante porque todo lo que vaya atado a la vida e integridad es lo más importante. Frente a eso, nosotros estamos mirando tres años 2019, 2020 y 2021 a la misma época, y si miramos la reversión desde el mes de junio a la fecha, venimos de mayo con 180 homicidios a 154 en junio, ahí hay una reducción frente a tendencia de cómo venía de un 32%. En tres meses logramos revertir la tendencia que iba hacia arriba y logramos estabilizarla y colocarla hacia abajo. La única ciudad de Colombia que registra reversión de la tendencia de homicidios es Cali. Es un trabajo muy grande del despliegue, del apoyo de más de 1.500 policías permanentes, del Cuerpo Técnico de Investigación, pero es un tema que también va atado a la cultura y a la manera cómo resolvemos nuestros inconvenientes.
Y en materia de otros delitos, ¿cómo está la ciudad?
En temas de secuestro tenemos un 50 % menos. Por el lado de las lesiones personales, se han reducido en un 12 %. En homicidios hay una reducción del 8 %. Hurtos de motos antes teníamos 4.750 casos reportados, pero ahora tenemos 4.385, una reducción del 8 %. El hurto a residencias también ha disminuido en un 7 %, al igual que los delitos sexuales. El hurto de vehículos ha disminuido en un 0,3 %, mientras que el hurto a personas ha aumentado un 30 %. Asimismo, el hurto de comercio se ha incrementado en un 98 %. Es decir, de los ítems que tenemos, ocho delitos han disminuido, uno sigue igual y cinco están volados. No todo está mal, hay cosas muy bien, pero hay cosas por mejorar.
¿Qué acciones se han tomado frente a los ataques reportados al MIO?
Hay que tener en cuenta que son dos momentos: el primero desde el estallido social, después del 28 de abril, hasta hace dos meses. En esa ocasión los ataques fueron directos contra el MIO, el 65 % de las estaciones fueron afectadas y el 30 % destruidas. Respecto a la flota de buses, entre un 30 y 35% fueron dañados y un 7% destruidos. Frente a ese primer escenario recibimos unas denuncias. Doce fiscales están trabajando desde hace cuatro meses acá en Cali, dedicados a varios temas, incluido el terrorismo donde está todo lo que tiene que ver con la destrucción. Dentro de eso hemos abierto 12 investigaciones contra todo el fenómeno de destrucción, porque lo notamos sistemático. El segundo momento es de hace dos meses para acá. No han vuelto a quemar un bus, a tratar de retenerlo o secuestrarlo. Hay unas informaciones que nos preocupan mucho, porque vemos en redes sociales que dicen “vandalizaron treinta buses” en lo que va del mes. Fui al CTI, a la Fiscalía, a la Policía y al Puesto de Mando Unificado, en ninguno había denuncias sobre el tema. Nos fuimos a mirar a dónde fue que dañaron esos buses, y la respuesta de Metrocali fue que a veces le tiran una piedra y le rompen un stop o un vidrio de un espejo, pero eso no se tiene como vandalizado, porque vandalizado es que lo retengan, bajen la gente, intenten quemarlo. Simplemente le tiran una piedra, en algún sector, algún desadaptado y eso no lo reportan, ni siquiera a la aseguradora porque prefieren costear el arreglo ellos mismos. No se trata de minimizar lo que está pasando, puede que esté pasando, pero las autoridades no están enteradas.
¿El uso de la Fuerza Pública ayuda a disminuir los índices de inseguridad?
No existe otra manera. Ellos son los encargados de hacer las capturas, intervenir, hacer presencia, requisas, controles para motos y carros, registrar, hacer allanamientos con el CTI. Si no es con presencia de la Fuerza Pública, no hay otra manera de revertir. Todo esto de la mano de la justicia.
¿Cuál es el panorama de las cárceles y estaciones de policía en la ciudad?
El tema carcelario impacta mucho, pero es importante que la resocialización se dé desde las cárceles, que el hacinamiento pare y que logremos liberar los policías que tenemos cuidando las estaciones. En solo Cali, hay 1.800 personas detenidas en las estaciones, que no fueran hechas para eso, que no pueden estar ahí, pero que hay una orden de un juez y eso me amarra 500 policías que deberían estar encargados de la seguridad ciudadana, pero están prestando seguridad a detenidos que es una función del Inpec. Las cárceles de Cali están en el 400% de hacinamiento.
Como viene sucediendo en varias de las ciudades capitales del país, en Cali los problemas de seguridad tienen en alerta a ciudadanos y autoridades. Aunque las cifras de homicidios han mostrado una reducción desde hace cuatro meses, la cantidad de casos no deja de ser preocupante: 925 homicidios desde el 1° de enero hasta el 24 de septiembre. Mayo fue el mes con mayor cantidad de homicidios, registrando 180, un aumento del 105 % respecto al año anterior. Las bandas de microtráfico y la violencia como medio de resolución de conflictos son las principales causas.
De acuerdo con una caracterización presentada en 2019 por la Alcaldía y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en Cali el tráfico de sustancias psicoactivas es el eje articulador de las dinámicas delictivas de alto impacto. “Las zonas de expendio y consumo de estupefacientes presentan una relación directa con la presencia de estructuras criminales, la comisión de homicidios, hurto, lesiones personales y violencia familiar”, señalaba entonces el documento, que daba cuenta de la existencia de 182 estructuras criminales en la ciudad, de las cuales 150 están dedicadas al hurto y a la distribución de sustancias psicoactivas. Se trata de bandas que corresponden, principalmente, a agrupaciones juveniles, conformadas por menores de edad. Otras estructuras consideradas más violentas, se encuentran localizadas en puntos estratégicos para el control del mercado local de sustancias psicoactivas, pues cumplen la función de distribución y control de “líneas” de expendio en los barrios y conglomerados. Así mismo, controlan actividades relacionadas con el sicariato y el cobro ‘gota a gota’.
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Así como el homicidio, otros delitos revelan cifras alarmantes. Más de 12.000 hurtos a personas, 1.159 hurtos de automotores y 2.098 motos robadas forman parte de los casos que afectan la seguridad en Cali, esto teniendo en cuenta que puede existir un subregistro por falta de denuncias.
Un panorama que queda plasmado en la percepción de seguridad, pues según la última encuesta de Cali Cómo Vamos, hecha en febrero de este año, de 2.117 personas consultadas, el 73,4 % dijeron sentirse inseguras en la ciudad. Asimismo, el 42 % afirmó haber sido víctima de algún delito. A nivel general, las cifras no son muy diferentes, pues el 57 % de los encuestados consideran que las cosas en Cali van por mal camino.
A esta situación se suman los ataques que constantemente reportan los operadores del Sistema Integrado de Transporte Masivo (Metrocali), que entre el 1° y 25 de septiembre, fueron 132 actos de vandalismo y daños a la flota del MIO. Sin embargo, tanto la Alcaldía como la Secretaría de Seguridad y Justicia insisten en que no se han hecho las denuncias pertinentes, por lo cual no hay un registro oficial de los ataques en los últimos dos meses. El Espectador habló con Carlos Soler Parra, secretario de Seguridad y Justicia Municipal, quien asegura que aunque todo no está bien, hay una mejoría en reducción de delitos.
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¿Cómo están los índices de homicidios?
La tasa de homicidios por 100.000 habitantes muestra que Cali en 2020 tuvo un índice del 48,1 %, este fue el primer año del alcalde Jorge Iván Ospina, y fue la tasa más baja de los últimos 30 años. Aunque fue un período atípico, por eso casi no lo tenemos en cuenta. Este año, a la fecha, llevamos 56,3, la misma cifra de 2017, y vamos en una tendencia decreciente. En cuestión de feminicidios logramos una disminución de casi el 80 %. Tenemos la cifra más baja en 30 años. Es un tema que demuestra que hay una mejor protección a la mujer en Cali.
¿Cuáles son los lugares en los que más casos se registran?
Son varias comunas, en Mojica, el Alto de los Chorros, Comuneros I etapa, Siloé, Potrero Grande, Alfonso Bonilla Aragón, El Morichal, El Vergel y en Terrón Colorado, es decir, el oriente está poniendo, desafortunadamente, una tasa de casi el 70 % de los homicidios en Cali. Las comunas 18, 20, 15, 14, 21 y 6 tienen más de 50 homicidios. Ahí hay una lucha por plazas de vicio, de consumo, microtráfico, fronteras invisibles... hay lugares vetados. También el año pasado y este año hemos visto la manera violenta como se empiezan a resolver los conflictos, que estaban guardados por el tema del encierro de más de quince meses.
En mayo se registraron 180 homicidios, un aumento del 105 % respecto al mismo mes del año anterior, ¿qué factores influyeron en ese aumento?
En mayo y junio comenzó la apertura. Había menos restricciones para poder alargar la oferta laboral, se empezó a mover la gente en transporte público y se reacomodaron algunas estructuras con intenciones de adquirir poder dentro de Cali. Llegaron algunas personas que intentaron tener control sobre barrios donde nunca habían estado. Todo esto generó un sistema de reacomodamiento y de dinámicas ilegales, el tema del microtráfico aporta mucho desafortunadamente, las oficinas de cobro, personas recuperando bienes que en el pasado fueron suyos, todo esto influye. También es importante decir que las reuniones donde había trago terminaron en discusiones entre amigos o familiares. El uso de armas blancas en homicidios es del 25 %, y cabe resaltar que el 95 % de las víctimas son hombres.
¿Cómo se han comportado los índices de homicidios en los últimos meses?
Hemos mejorado en el tema del homicidio que es bastante importante porque todo lo que vaya atado a la vida e integridad es lo más importante. Frente a eso, nosotros estamos mirando tres años 2019, 2020 y 2021 a la misma época, y si miramos la reversión desde el mes de junio a la fecha, venimos de mayo con 180 homicidios a 154 en junio, ahí hay una reducción frente a tendencia de cómo venía de un 32%. En tres meses logramos revertir la tendencia que iba hacia arriba y logramos estabilizarla y colocarla hacia abajo. La única ciudad de Colombia que registra reversión de la tendencia de homicidios es Cali. Es un trabajo muy grande del despliegue, del apoyo de más de 1.500 policías permanentes, del Cuerpo Técnico de Investigación, pero es un tema que también va atado a la cultura y a la manera cómo resolvemos nuestros inconvenientes.
Y en materia de otros delitos, ¿cómo está la ciudad?
En temas de secuestro tenemos un 50 % menos. Por el lado de las lesiones personales, se han reducido en un 12 %. En homicidios hay una reducción del 8 %. Hurtos de motos antes teníamos 4.750 casos reportados, pero ahora tenemos 4.385, una reducción del 8 %. El hurto a residencias también ha disminuido en un 7 %, al igual que los delitos sexuales. El hurto de vehículos ha disminuido en un 0,3 %, mientras que el hurto a personas ha aumentado un 30 %. Asimismo, el hurto de comercio se ha incrementado en un 98 %. Es decir, de los ítems que tenemos, ocho delitos han disminuido, uno sigue igual y cinco están volados. No todo está mal, hay cosas muy bien, pero hay cosas por mejorar.
¿Qué acciones se han tomado frente a los ataques reportados al MIO?
Hay que tener en cuenta que son dos momentos: el primero desde el estallido social, después del 28 de abril, hasta hace dos meses. En esa ocasión los ataques fueron directos contra el MIO, el 65 % de las estaciones fueron afectadas y el 30 % destruidas. Respecto a la flota de buses, entre un 30 y 35% fueron dañados y un 7% destruidos. Frente a ese primer escenario recibimos unas denuncias. Doce fiscales están trabajando desde hace cuatro meses acá en Cali, dedicados a varios temas, incluido el terrorismo donde está todo lo que tiene que ver con la destrucción. Dentro de eso hemos abierto 12 investigaciones contra todo el fenómeno de destrucción, porque lo notamos sistemático. El segundo momento es de hace dos meses para acá. No han vuelto a quemar un bus, a tratar de retenerlo o secuestrarlo. Hay unas informaciones que nos preocupan mucho, porque vemos en redes sociales que dicen “vandalizaron treinta buses” en lo que va del mes. Fui al CTI, a la Fiscalía, a la Policía y al Puesto de Mando Unificado, en ninguno había denuncias sobre el tema. Nos fuimos a mirar a dónde fue que dañaron esos buses, y la respuesta de Metrocali fue que a veces le tiran una piedra y le rompen un stop o un vidrio de un espejo, pero eso no se tiene como vandalizado, porque vandalizado es que lo retengan, bajen la gente, intenten quemarlo. Simplemente le tiran una piedra, en algún sector, algún desadaptado y eso no lo reportan, ni siquiera a la aseguradora porque prefieren costear el arreglo ellos mismos. No se trata de minimizar lo que está pasando, puede que esté pasando, pero las autoridades no están enteradas.
¿El uso de la Fuerza Pública ayuda a disminuir los índices de inseguridad?
No existe otra manera. Ellos son los encargados de hacer las capturas, intervenir, hacer presencia, requisas, controles para motos y carros, registrar, hacer allanamientos con el CTI. Si no es con presencia de la Fuerza Pública, no hay otra manera de revertir. Todo esto de la mano de la justicia.
¿Cuál es el panorama de las cárceles y estaciones de policía en la ciudad?
El tema carcelario impacta mucho, pero es importante que la resocialización se dé desde las cárceles, que el hacinamiento pare y que logremos liberar los policías que tenemos cuidando las estaciones. En solo Cali, hay 1.800 personas detenidas en las estaciones, que no fueran hechas para eso, que no pueden estar ahí, pero que hay una orden de un juez y eso me amarra 500 policías que deberían estar encargados de la seguridad ciudadana, pero están prestando seguridad a detenidos que es una función del Inpec. Las cárceles de Cali están en el 400% de hacinamiento.