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En el mar caribe se desarrollaron, durante cuatro días, ejercicios navales en el marco de la “Operación Neptuno IV: Noche de San Juan” que, en su cuarta versión, reunió a 15 unidades y más de 565 tripulantes de la Armada Nacional.
El objetivo principal de esta operación fue fortalecer el empleo de las capacidades diferenciales de las diferentes unidades navales. Los ejercicios incluyeron formaciones y maniobras tácticas, defensa antiaérea, disparos con armamento de superficie y antiaéreo de las unidades a flote, defensa antimisil, entre otros.
“Realizamos operaciones con procedimientos con estándar OTAN que es inclusive hasta más complejo, lo que estamos haciendo es garantizar esa interoperabilidad no solo con las marinas del hemisferio que pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte” le dijo al El Espectador el contralmirante Camilo Segovia, comandante de la Fuerza Naval del Caribe.
Agrega que la preparación de los hombres y mujeres de la Armada de Colombia es constante y se hace precisamente con altos niveles de exigencia. “Es un procedimiento y no solo desde el ámbito militar, sino también hay un compromiso en el cumplimiento de derechos humanos y revisión de normas, todo esto enmarcado en la responsabilidad que tenemos en el mar caribe”.
Por primera vez en la historia de la Armada de Colombia se hizo un ejercicio de reflotamiento de un submarino, recuperación de la unidad en situaciones críticas y de respuesta a un escenario de emergencia.
Para el Comandante de la Fuerza Naval del Caribe, este ejercicio se realizó con base en experiencias dolorosas de otras marinas que han perdido a sus hombres y submarinos, como el caso argentino del ARA San Juan. “La Armada de Colombia y a través de su flotilla de submarinos se encarga de verificar y revisar en caso de emergencia los procedimientos para rescate de unidades submarinas desde el 2017. En el marco de la Operación Neptuno IV, se diseñó y se ejecutó una maniobra de extraer del fondo del mar, un submarino en emergencia”.
Sostiene que se buscaba un procedimiento seguro y poniendo la experiencia adquirida en ejercicios con la Tercera Flota de los Estados Unidos y la Armada Española. “Así con el paso del tiempo fuimos caminando y adquiriendo una a una las capacidades requeridas para este ejercicio. Asumimos esta tarea y cumplimos el objetivo en un procedimiento seguro, controlado con entrenamiento y capacidades propias, trajimos el submarino a superficie, fue reflotado”.
La operación se hizo a una profundidad de 20 metros aproximadamente. El país cuenta con dos submarinos del tipo U209-1200, ARC Pijao y Tayrona, y dos más del tipo 206-A, el ARC Intrépido e Indomable, de fabricación alemana.
En los ejercicios en el mar caribe, participaron fragatas misileras, así como patrulleros oceánicos, submarinos, unidades de Guardacostas y de Fuerzas Especiales de Infantería de Marina. Formaba parte del componente naval un Buque Hidrográfico Multipropósito, una unidad tipo “Pilot” de la Dirección General Marítima, el Patrullero Marítimo ARC 803, helicópteros Bell 412, la Base Naval ARC “Bolívar”. Se integró al ejercicio la Fuerza Aérea con dos aeronaves A-29 Súper Tucano.
Fue la oportunidad también para poner en operación aeronaves no tripuladas tipo VBAT de despegue vertical. “No requieren pista ni una catapulta que los lance ni una antena que los tome, ellos pueden despegar de la cubierta de vuelta como un helicóptero y llegar a la cubierta de vuelo. Los probamos tanto en el día como en la noche y es una capacidad que nos va a permitir y ampliar nuestra vigilancia y cobertura”.
Maniobras avanzadas, operaciones navales, de rescate y ejercicios de comunicaciones, entre otros componentes, refuerzan el entrenamiento y la preparación militar. Y es que es precisamente ese alistamiento fue el que permitió que el pasado 30 de octubre en una operación de control terrestre en Sabanetica, en el municipio de San Onofre - Sucre, donde la Armada de Colombia incautó más de 3.2 toneladas de clorhidrato de cocaína que sería del “Clan del Golfo”.
Se estima que, con esta incautación, se afectó de manera directa las finanzas de las organizaciones narcotraficantes en más de 108 millones de dólares y se evitó la comercialización de ocho millones de dosis de alcaloides.
El almirante Segovia recuerda que la operación “Operación Neptuno IV: Noche de San Juan”, tiene un contenido que hace honor a la tradición naval y la historia. En “Noche de San Juan”, el 24 de junio de 1821, tropas independentistas, lideradas por el almirante José Prudencio Padilla López, entraron a Cartagena de Indias con el objetivo de iniciar la toma de la ciudad, desde 1815 estaba bajo control realista. El éxito de esta hazaña fue el último golpe militar necesario para la expulsión definitiva de las tropas realistas del Caribe neogranadino.
“Hablamos del componente marítimo de la época, pero si la traemos a nuestros días fue una operación trascendental, de desembarcos anfibios, buques y tripulaciones capaces de tomarse los fuertes de Cartagena de manera sorpresiva, esa es una operación que en nuestra historia no es tan reconocida como muchas de las gestas que desarrolló el Gran Almirante Padilla. Para nosotros, una historia que construye nuestro legado naval en los mares y ríos de la nación”.