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En los primeros diez días del año se han presentado más de cincuenta incendios forestales en Cundinamarca, que han afectado más de 283 hectáreas, por cuenta de las altas temperaturas que se presentan ante la alta probabilidad del inicio del fenómeno de El Niño en el país.
De acuerdo con la Corporación Autónoma Regional (CAR), en esta época del año siempre hay concurrencia de incendios en 55 municipios de la región cundiboyacense, de los cuales 18 mantienen una alta alerta; sin embargo, con la aparición del fenómeno, la probabilidad de que se presenten conflagraciones se extiende a todos los pueblos, por lo que el principal llamado es a la comunidad, pues los riesgos no son solo por incendios, sino además por heladas y racionamiento del agua potable.
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El IDEAM prevé que en un 96 % el fenómeno de El Niño coincidirá con la temporada seca que se presenta en el país los primeros tres meses del año, pero teniendo en cuenta mediciones internacionales, este evento se podría extender tres meses más; “es decir que podría afectar la primera temporada de lluvias del año —entre abril y junio—, lo que no quiere decir que no habrá precipitaciones, sino que las lluvias serán más bajas de lo normal”, asegura Mery Hernández, jefa de pronósticos y alertas del IDEAM.
El fenómeno trae consigo aumentos en la temperatura entre 1 y 1,5 grados, especialmente en ciudades y municipios interandinos, entre los ríos Magdalena y el Cauca; por lo tanto el IDEAM, la CAR y los cuerpos de socorro han hecho llamados a las poblaciones para que eviten arrojar colillas de cigarrillo o botellas de vidrio en zonas boscosas, hacer fogatas o quemar pastos, y a las alcaldías para que activen sus planes de emergencia.
En el caso de Cundinamarca, las alertas están sobre las zonas donde no existen embalses, como la cuenca baja y media del río Sumapaz, las regiones del Tequendama y del Gualivá, la cuenca del río Negro y los vertientes del Magdalena. En cuanto a las heladas, que se presentan por las bajas temperaturas en las madrugadas, los municipios más vulnerables son Facatativá, Sibaté, El Rosal, Subachoque, Tabio y Cucunubá, que se encuentran sobre el altiplano.
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Sumado a esto, una de las principales preocupaciones radica en las reservas de agua, pues las altas temperaturas traen consigo racionamientos del suministro de agua potable. Según la CAR, en el departamento, a pesar de que en diciembre hubo pocas lluvias, las reservas son suficientes para atender la demanda durante el fenómeno.
Por un lado, las represas Neusa, Sisga y Tominé, así como el sistema de Chingaza, tienen reservas de agua cercanas a la mitad de su capacidad, mientras que la única con una capacidad deficitaria es la laguna de Fúquene, aunque esto no representaría riesgo en el suministro. “Sin embargo, la tranquilidad por los buenos niveles en los embalses no debe generar desperdicio por cuenta de la ciudadanía. El llamado es a generar estrategias de ahorro de agua y condiciones suficientes para evitar la ocurrencia de incendios forestales”, dijo el director de la CAR, Néstor Franco.
Aunque ya se presentan altas temperaturas, esta semana, el ingreso de nubosidad al departamento ha provocado precipitaciones, que permitieron bajar la intensidad de las alertas. Con este panorama y teniendo en cuenta los riesgos identificados, en el departamento habría tranquilidad frente al adecuado suministro de agua potable. Se espera mayor responsabilidad de la población para evitar incendios forestales.