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En medio del alto riesgo, ante el posible colapso de una cuadra completa, cerca de una decena de familias aprovecharon el sol de este miércoles para rescatar lo que podían de las estructuras aún en pie. Desde el otro lado del río, uno de los bomberos del municipio revisa el avance del deslizamiento. Es seguro que la vivienda, que perdió parte de su estructura, se vaya por completo al río, afectando de paso a dos viviendas aledañas. Además, vigilan otras dos casas de la zona, que al quedar sin base, su colapso es inminente.
“Nosotros tenemos un testigo. Es una grieta donde tenemos una marca para ver cuánto se está desplazando. No nos interesa si es un centímetro o seis, nos interesa que se esté moviendo. Además, tenemos un sensor, para verificar el movimiento horizontal o vertical, que pueda llegar a una estructura dependiendo de un láser de movimiento continuo”, indicó uno de los bomberos.
El panorama fue el mismo en todo el día. Mientras algunos de los damnificados intentaban sacar lo que más pudieron de sus viviendas, otros, como Isabel Forero, decidieron seguir en sus casas. “Ya habíamos estado en riesgo hace tres años, cuando se creció la quebrada Las Perdices. La parte de atrás de mi casa se fue por la ladera, pero luego de seis meses volvimos y reconstruimos parte del muro que se fue al río”. Isabel se refiere al deslizamiento que se presentó en la misma zona en agosto de 2018. Debido a una creciente similar a la que se presenta ahora, pero en la quebrada Las Perdices, que se une en este punto con el río Negro.
El problema radica en dos puntos. El primero es que cada año, durante la temporada de lluvias, se presentan emergencias similares en el municipio. Aunque el año pasado no hubo deslizamientos, gran parte de Guayabetal sí se quedó sin servicios públicos.
El segundo problema es la zona donde ahora se presenta el derrumbe, pues fuera de que antes funcionaba allí una escombrera, se encuentra exactamente donde el río Negro hace una curva, por lo que cada vez que se crece socaba la montaña sobre la que se encuentra el barrio.
Ante las condiciones, varias de las personas afectadas han preferido arrendar en lugares cercanos. Además de tablas, televisores, colchones y bases de camas, quienes pueden han quitado puertas y ventanales, esperando reconstruir en otro lado. “Ya solo queda resignarse, porque desde que compramos acá, sabíamos que esto podía pasar”, indican.
Por su parte, la Gobernación de Cundinamarca, después de establecer el PMU, ha estado llevando ayudas a la zona, pues pese a que se habla de 66 familias, la mayoría las conforman más de cuatro personas. A la par, la Alcaldía ha llamado la atención sobre las circunstancias detrás del derrumbe, pues si bien se ha atendido con diligencia, tanto la emergencia en el barrio Las Perdices y la vereda Primavera Baja, como el deslizamiento en el kilómetro 58 de la vía al Llano, reconoce que debe hacerse un trabajo más de fondo por mejorar las condiciones del pueblo.
En medio de la situación, alguien en la zona reconoce que “Guayabetal está por completo en emergencia” y no solo se evidencia, porque el municipio esté en la falda de la montaña, sino porque son varios los riesgos que deben soportar por depender de las inestables condiciones en esa zona de la vía al Llano.