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Deslizamientos en Antioquia: ¿tragedias prevenibles?

En menos de 24 horas el departamento registró dos emergencias por la temporada de lluvias, que tan solo este año han dejado 44 muertos y 177.859 damnificados. Más allá de la tormenta que dejan estos sucesos, lo que ahora se cuestiona es la capacidad de respuesta para evitar más pérdidas de vidas.

Mónica Rivera Rueda
15 de julio de 2022 - 01:33 a. m.
La Gobernación de Antioquia anunció que hará acompañamiento psicológico a las familias y los niños afectados por la tragedia en Andes. / AFP
La Gobernación de Antioquia anunció que hará acompañamiento psicológico a las familias y los niños afectados por la tragedia en Andes. / AFP
Foto: AFP - ANTONIO RODRIGUEZ
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Cuatro niños y una mujer son las víctimas de los dos más recientes deslizamientos de tierra en Antioquia, por cuenta de las lluvias que no cesan desde hace más de cinco meses. El primero se registró en la tarde del pasado miércoles en el corregimiento de San Antonio de Prado, en el sur de Medellín, mientras que el segundo fue en la mañana de ayer, en el sector de Taportó, en el municipio de Andes, suroccidente del departamento.

Lea: Lo que se conoce hasta ahora de la tragedia en Andes, Antioquia

Además de la influencia de las lluvias, en ambos casos se cuestiona qué tan previsible era prevenir las emergencias, ya que las víctimas se encontraban en zona de ladera y los derrumbes no les dieron tiempo para alcanzar a correr ni para aplicar acciones que pudieran salvar sus vidas. Así lo relata la profesora Eliana Rincones, quien tiene muy claro lo que pasó en el municipio de Andes.

En la mañana de ayer llegaron 22 de los 25 estudiantes, de todos los cursos de primaria que tiene la escuela rural La Legía. Poco antes de entrar del receso de clases escucharon un estruendo que solo les dio tiempo para salir a correr. “Escuchamos algo muy fuerte y todos volteamos, y en cuestión de segundos corrimos. Nos tiramos por una barranca, porque lo único que podíamos hacer era correr, pero en el momento quedaron atrapados cuatro niños pequeños. Dos niños de primer grado y dos de preescolar”, indicó.

Lea también: No sabíamos hacia dónde correr: profesora de escuela sepultada en Andes, Antioquia

Ilesos salieron 17 niños, una madre que apoya en la escuela y la profesora, pero con el paso de las horas se supo que no eran cuatro, sino cinco menores de edad, de los cuales cuatro alcanzaron a ser trasladados al Hospital San Rafael en el municipio. Aunque intentaron salvarlos, uno murió en el sitio y los otros dos recibían atención médica.

Según el Gobernador (e) de Antioquia, Juan Pablo López, se hacen las revisiones en la zona, pero por lo pronto se evidencia que la emergencia estaría “asociada a una acumulación de aguas en la zona de un guadual que está alrededor de la escuela”.

San Antonio de Prado

Menos de 24 horas antes de la tragedia en Andes, el departamento afrontaba otra emergencia. Aún resuena el “¡Señor, Dios mío! ¿Qué pasó? Yo pensé que eran truenos, y mira”, que una mujer pronunció mientras otra grababa cómo parte de la montaña en la vereda Las Playas, en San Antonio de Prado, caía llevándose consigo parte de un galpón en la mitad de la ladera, así como a su vez la gran cantidad de tierra que comenzó a taponar la quebrada Doña María, que separaba a los testigos de la emergencia.

Al otro lado, en el galpón de gallinas, Jéfferson Ríos, su administrador, levantó la mirada cuando sintió que algo iba a pasar. Al hacerlo su instinto lo llevó a correr junto a su esposa e hija, mientras parte de la montaña se venía abajo. Esa misma suerte no la corrió ni Nelvi Luz Gracia, de 40 años, ni su hijo Yerson David Padilla Gracia, de 3, quienes quedaron atrapados en una de las tres viviendas de la empresa, en la que vivían.

Camilo Andrés Padilla, hijo de la víctima y quien se salvó de la tragedia, señaló a medios locales que se veía venir, ya que desde hacía días habían alertado el agrietamiento en la vivienda y en la montaña. Esto lo corroboran muchas evidencias. Tanto la intervención de Carlos Arturo Quinceno, en un debate de control en el Concejo de Medellín, en el que indicó que “hay una montaña que se está viniendo y que si llega a colapsar tapa la quebrada Doña María”; así como los Bomberos, que en una visita previa a la zona encontraron grietas de hasta dos metros de ancho, que alertaron, pero sobre las que no se hizo nada.

Al respecto, Laura Duarte, directora de la Dagrd, indicó que 58 viviendas fueron evacuadas, mientras que la Alcaldía, Corantioquia y la Gobernación trabajan en la intervención de la quebrada. “Hicimos sobrevuelos con drones, donde el equipo técnico junto con geólogos y demás equipo especializado hallaron puntos críticos, como grietas y cicatrices, que muestran movimientos en masa antiguos, así como zonas de emplazamiento de aguas y zonas en donde vemos el material que sigue moviéndose”, por lo que 54 familias fueron evacuadas ante el temor de que con nuevas lluvias vengan nuevos deslizamientos.

Para Juan Fernando Salazar, profesor de la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia, es importante tener en cuenta que siempre que haya períodos prolongados de lluvias, es mucho más probable que los suelos se inestabilicen. “Si eso sigue pasando, entonces lo que podemos esperar es que ocurran más de estas tragedias, por movimientos en masa en general. Parte del territorio que conocemos hoy en día es el resultado de cómo es el clima de la región, ahora con la preocupación del cambio climático y la variación en las lluvias, entonces las formas de las montañas también pueden cambiar, porque el territorio busca estabilizarse”.

Por ello, considera importante que el cambio climático sea incluido como uno de los factores importantes dentro de los Planes de Ordenamiento Territorial. “Hay zonas que no eran de riesgo y ahora se van a volver. Eso tiene mucha técnica y ciencia detrás, por eso es importante que se establezcan diálogos con quienes toman las decisiones, pero además la pregunta es si estamos trabajando al ritmo que se necesita, porque la naturaleza está cambiando a una velocidad que requiere acciones rápidas y concretas”, concluye Salazar.

Mónica Rivera Rueda

Por Mónica Rivera Rueda

Periodista de planeación, hábitat, salud y educación. Estudiante de la maestría de análisis de problemas políticos, económicos e internacionales contemporáneos.@Yomonrivermrivera@elespectador.com

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