El Espectador le explica cuáles son las proyecciones para 2025
En esta entrega les contamos las proyecciones para este año en la política, economía y demás campos a nivel nacional e internacional.
Andrés Osorio Guillott
¡Feliz año! Sé que quizá no es el día más propicio para sentarse a leer correos, pero esperamos que saquen un tiempo entre hoy y los días que vienen porque queremos contarles cuáles son las proyecciones para este 2025. Esta vez decidimos abrir esta comunicación de El Espectador le explica, que normalmente es para nuestros suscriptores, pues creemos que esta información nos puede servir a todos, y de paso dejarles un guiño para que este año le apuesten a creer en el trabajo que hacemos de la mejor forma posible para mantenerlos informados. Pero bueno, sin más preámbulos, y deseándoles a ustedes mucha tranquilidad, prosperidad y gratos recuerdos para este nuevo año, arrancamos.
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¡Feliz año! Sé que quizá no es el día más propicio para sentarse a leer correos, pero esperamos que saquen un tiempo entre hoy y los días que vienen porque queremos contarles cuáles son las proyecciones para este 2025. Esta vez decidimos abrir esta comunicación de El Espectador le explica, que normalmente es para nuestros suscriptores, pues creemos que esta información nos puede servir a todos, y de paso dejarles un guiño para que este año le apuesten a creer en el trabajo que hacemos de la mejor forma posible para mantenerlos informados. Pero bueno, sin más preámbulos, y deseándoles a ustedes mucha tranquilidad, prosperidad y gratos recuerdos para este nuevo año, arrancamos.
Año decisivo de cara a las presidenciales de 2026… ¿Qué pasará con el gobierno de Gustavo Petro? ¿Mejorará sus relaciones con el Congreso, con las cortes? ¿Qué pasará con la paz total y con las reformas? ¿Qué pasará con la economía? ¿Qué pasará con ministerios como el de Deporte, el de Ciencia y el de Cultura, que sufrieron recortes? ¿Qué pasará a nivel internacional con las guerras de Oriente Medio y de Rusia y Ucrania? ¿Qué pasará con Venezuela? ¿Qué nos traerá el segundo mandato de Donald Trump? ¿El mundo tomará consciencia del trabajo que tenemos que hacer para cuidar el medio ambiente? Bueno, pues estas y otras preguntas guían esta entrega y las expectativas de este 2025.
Como sabemos que a ustedes les interesan los temas políticos, empecemos entonces por aquí. Hagamos de cuenta que el presidente Gustavo Petro ahora es futbolista y está jugando la final de un campeonato, y es momento de ir a cobrar el penalti para definir el título. Esa imagen sirve mucho para describir lo que significa este 2025 para el mandatario y el progresismo. Relación con el Congreso; reformas; paz total; presupuesto. Qué añito se viene para el Gobierno…
Daniel Valero, editor político de El Espectador, nos explicó un poco cómo es la movida para el presidente Petro y la oposición este nuevo año. En las últimas semanas del 2024, el jefe Estado remarcó en los consejos de ministros la necesidad de ejecutar recursos y superar la batalla por el Presupuesto General de 2025, que recordemos sacó vía decreto y que dejó una desfinanciación de $12 billones.
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Tanto para el oficialismo como para la oposición este año resulta clave de cara a las elecciones presidenciales de 2026, de manera que veremos también el comienzo y la reafirmación de varios candidatos, candidatas y alianzas para lo que serán las campañas del próximo año. Para la oposición liderada por el expresidente Álvaro Uribe, la falta de gestión del gobierno Petro es una de las críticas que más será remarcada para construir un discurso que fortalezca las opciones de este sector. Cambio Radical, del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, ha venido haciendo alianzas y reforzando la idea de que la actual presidencia tiene mucha carga ideológica y poca capacidad de ejecución.
Para la muestra, dos botones: “Usaré la Constitución si el Congreso se deja llevar de quienes extorsionan y buscan el golpe inconstitucional, porque mi deber es ayudar con todo a la gente que trabaja y estudia, y no arrodillarme ante quienes sirven a los más poderosos intereses de la codicia y la insensibilidad con los humildes”, dijo Petro el mes pasado.
Luego, Uribe dijo: “Invito a rechazar al Estado politiquero, a que nos preparemos para un gobierno de eliminación burocrática, de estímulo al Estado Social que promueva el emprendimiento privado, que es el camino de los jóvenes. El Gobierno neocomunista niega a las nuevas generaciones la posibilidad de construir ahorro y una pensión decente”.
Con estos aires electorales se vienen cambios en el gabinete ministerial. Hace varios meses en el sonajero se escuchan las posibles salidas de Juan Fernando Cristo del Ministerio del Interior, de Luis Gilberto Murillo de la Cancillería y de Laura Sarabia, directora del Dapre.
Los partidos Alianza Verde, Conservador, Liberal, Nuevo Liberalismo y de La U han buscado puentes para construir posibles pactos que le den impulso a un único candidato que promueva este sector.
¿Y la paz total?
Total… Parece que no será. Desde un principio la loable pero ambiciosa propuesta del presidente Petro parecía difícil de realizarse. Si bien ha habido ciertos alivios en términos humanitarios en algunas regiones del país, lo cierto es que en estos más de dos años de gobierno los resultados han sido más bien pocos.
Los diálogos con el ELN han sido inestables. El Gobierno ha hecho esfuerzos, pero de parte de la guerrilla no cesan las acciones que parecen sabotear las negociaciones. En enero de este año se comprometieron a reunirse luego de intentar destrabar el proceso, luego de varios meses de verse congelado en 2024. El ELN propuso un nuevo modelo de negociación para continuar con la negociación por medio de un mecanismo de monitoreo y verificación de cumplimiento de lo acordado.
Aquí hay que resaltar los diálogos con Comuneros del Sur, un proceso independiente con este frente del ELN que opera en Nariño. “Los acercamientos avanzaron bajo el liderazgo, por parte del Gobierno, de Carlos Erazo, viejo mando militar de la extinta guerrilla del M-19, quien se habría reunido con Comuneros del Sur en las montañas de Samaniego, Nariño. Y por parte del ELN, bajo el mando de Gabriel Yepes Mejía (más conocido como HH). En marzo de este año, Otty Patiño confirmó la adhesión de este grupo como independiente al proyecto de paz total”, escribió la sección de Colombia +20.
De estas negociaciones podría resultar el argumento que esperaba el Ejecutivo para defender el proyecto de paz total y alejarlo del fracaso en el que se ha visto envuelto. Entre los interrogantes está la supuesta relación de Comuneros del Sur con las Autodefensas Unidas de Nariño, pues la población teme que los desmovilizados de la fracción disidente del ELN se unan a ese bloque paramilitar.
Ya que hablamos del paramilitarismo… El año pasado, el presidente Petro decidió incluir en la paz total a dos grupos herederos de este fenómeno: el Clan del Golfo -autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC)- y a las Autodefensas Unidas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Hubo dudas al respecto, pues recordemos que estos espacios se dieron sin un marco jurídico y en medio de polémicos nombramientos de gestores de paz.
Para este 2025, es clave que el Gobierno instale formalmente la mesa de negociación y defina el marco jurídico, problema que no solo sucede en estos acercamientos con los grupos paramilitares, sino con las bandas urbanas de Buenaventura, Medellín y Quibdó. “n Medellín, los acuerdos tendrán que buscar extenderse, luego de que la mesa de paz pueda verificar que se cumplió con el cese de la extorsión, delito complejo de medir. En Quibdó, las delegaciones buscarán extender el cese al fuego y la tregua entre bandas, así como la entrada del Clan del Golfo al espacio de diálogo. En Buenaventura se buscará avanzar y concretar las transformaciones territoriales que se impulsan desde la mesa y la extensión del cese al fuego”, nos explicaron los periodistas de Colombia +20.
Colombia y las relaciones internacionales:
A Petro lo hemos visto muy interesado en ejercer un rol protagónico a nivel internacional. Hay dos casos puntuales que llaman la atención para este año: la relación que pueda tener con Donald Trump, que asume su segundo mandato como presidente en Estados Unidos (más tarde retomamos este tema) y la posición del jefe de Estado y su gobierno con respecto a Venezuela, pues en nueve días será la posesión de Nicolás Maduro como presidente del vecino país. “A esto se le debe sumar la expectativa por los diálogos con la Argentina de Javier Milei, polo opuesto de Petro, y el potenciamiento de los lazos con el Brasil de Luis Inácio Lula da Silva o –entre otros– el México de Claudia Sheinbaum. Y a eso no se le puede quitar lo que implica tener a Daniel Ortega en Nicaragua, un vecino al que desde la Casa de Nariño se calificó de “dictador”, pero con quien es necesario tener diálogos por la situación de San Andrés y sus pescadores”, detalló Valero.
Para ir dándole cierre al tema político y abrir un poco el espectro a la relación de este con lo judicial, hay que hablar de la relación del presidente con el Congreso y las cortes. Con respecto al primero, vale la pena mencionar que la Cámara de Representantes -liderada por Jaime Raúl Salamanca (Alianza Verde)- le ha caminado parejo a las reformas del Gobierno. Sin embargo, el Senado, en cabeza de Efraín Cepeda (Partido Conservador), ha puesto más trabas y ha sido directamente atacado por Petro.
En cuanto a las cortes, el tema parece escabroso. “Si bien la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, está buscando suavizar las relaciones con la ayuda de la fiscal General, Luz Adriana Camargo, aún es complejo que se den diálogos institucionales más fluidos. Los dardos constantes a todas las cortes, y un mensaje que no se olvida que tuvo titanes racistas contra el presidente de la Suprema, Gerson Chaverra, tiene en vilo los acercamientos”, contó el editor político de El Espectador.
Jhordan Rodríguez, periodista judicial de este diario, también detalló en nuestro especial de proyecciones que “El 2024 fue un año movido en la Corte Constitucional en relación con las decisiones que tuvieron que ver con las iniciativas del gobierno de Gustavo Petro. Este año, el alto tribunal revisó las demandas que le llegaron en contra de proyectos de ley y decretos impulsados y expedidos por el Ejecutivo que, se consideró, no cumplían con las leyes. Por ejemplo, los magistrados tumbaron movidas claves de la Casa de Nariño, como el decreto con el que se declaró la Emergencia Económica en La Guajira, el proyecto que creó el Ministerio de la Igualdad y el artículo de la reforma tributaria con el que se buscaba cobrarle millonarios impuestos a empresas mineras. Sin embargo, el tiempo no alcanzó para todo y grandes casos quedaron en el tintero para 2025″.
Las demandas en contra de la Reforma Pensional (Ley 2381 de 2024); la decisión sobre la demanda que busca tumbar el artículo en la Reforma Tributaria (ley 2277 de 2022) que volvió permanente el impuesto al patrimonio y algunos expedientes que quedaron en vilo en contra de puntos relevantes de la Ley de Paz Total (Ley 2272 de 2022) son algunos de los pendientes más importantes que tiene por resolver la Corte Constitucional este 2025.
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Más arriba mencionábamos el problema de la desfinanciación del Presupuesto General de la Nación (PGN) para este 2025. Para hablar del gasto público en Colombia, invitamos a Mauricio Salazar Sáenz, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, para que nos explicara en qué consiste este tema y por qué no podemos pasarlo por alto.
“El presupuesto tuvo que salir por decreto, y quedó con un desfase de ingresos ($511 billones) y gastos ($523 billones). En consecuencia, el Gobierno debe empezar con recortes mucho más tempranos el próximo año y en caso de que se materialicen riesgos en otros tipos de ingresos, principalmente en el rubro de gestión tributara de la DIAN y los de capital provenientes de las utilidades de Ecopetrol (y otras empresas en las que el Estado participa), los recortes serán mayores a los $12 billones de la ley de financiamiento que se hundió”, escribió Salazar.
Por aquí el asunto parece ser complicado, pues, contó Salazar, el principal reto es hacer recortes y ajustes fiscales sin afectar los programas sociales que están vigentes. Sin embargo, hemos visto ya las afectaciones de programas como Mi Casa Ya y los créditos educativos del Icetex.
“Lamentablemente, el actual Gobierno, así como cualquier otro, no tiene incentivos para la austeridad y la solución a todo este enredo fiscal debe ser estructural: las finanzas públicas en el país requieren una revisión profunda pensando en la sostenibilidad en el largo plazo y la eficiencia, para hacer y recaudar más y obtener mejores resultados con menos recursos, sin quebrar el Estado”, comentó Salazar.
Frente al panorama económico para este año, fue José Ignacio López, presidente de la Anif, quien aceptó la invitación de escribir para este diario y contarnos cómo pinta la cosa para lo que viene.
Contrario a lo que parece decirse por ahí en las calles, la economía colombiana se ha recuperado de manera gradual. A pesar del choque inflacionario de 2023 y el aumento de las tasas de interés en ese mismo año -factores que frenaron el rebote del consumo tras la pandemia-, todo apunta a que este año habrá una estabilización en esas variables y la recuperación parcial de algunos sectores estratégicos.
“De acuerdo con nuestras estimaciones, el crecimiento económico de Colombia será del 1,8 % en 2024, un nivel moderado que refleja la transición hacia un escenario más equilibrado. Sin embargo, se espera que el crecimiento económico alcance el 2,6 % en 2025, impulsado por una mejora en el consumo interno y una recuperación parcial de sectores estratégicos, con excepción del de hidrocarburos, que continuará enfrentando desafíos estructurales”, contó el presidente de la Anif.
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López señala en el artículo sobre el panorama económico que habría un impacto positivo en el mercado laboral. “Se proyecta que la tasa de desempleo nacional descienda marginalmente a un promedio anual del 9,7 % en 2025, comparado con el 10,3 % esperado para 2024″. Asimismo, dice que se espera que la brecha en las tasas de crecimiento entre los diferentes sectores económicos se reduzca este año. Actividades como la agricultura y servicios, especialmente las de entretenimiento y turismo, tendrán un crecimiento más moderado tras su gran desempeño en 2024.
“Por su parte, el sector industrial, que con corte al tercer trimestre de 2024 mostró una contracción del 1,3 % anual, ya muestra señales tímidas de recuperación. Los indicadores mensuales más recientes, correspondientes a octubre de 2024, reflejan un cambio de tendencia, con un repunte gradual en la actividad industrial impulsado por la demanda interna y una mejoría en la logística de producción. Esta recuperación es particularmente relevante dado el impacto prolongado que la industria ha sufrido en los últimos años”, escribió López, quien afirmó que, en contraste, el sector de hidrocarburos seguirá teniendo problemas. “Después de una caída estimada en torno al 7 % en 2024, se espera que este sector experimente una nueva contracción del 1 % en 2025, arrastrado por la baja inversión en exploración y explotación, así como por los efectos de la transición energética global y las políticas del actual Gobierno. Este desempeño afecta directamente las finanzas públicas, dado que los hidrocarburos representan una porción significativa del recaudo tributario nacional y de las exportaciones”.
“Mantener políticas económicas pragmáticas y promover un entorno de estabilidad que fomente la confianza y la inversión” son ideas y acciones cruciales, según López, para no poner en riesgo estas proyecciones, que parecen alentadoras y que nos hablan de un crecimiento sostenible en el mediano plazo.
Aquí puede leer el artículo completo sobre el panorama económico en Colombia para 2025
La bruma que rodea al sistema de salud…
Este es uno de los temas más delicados. El sistema de salud colombiano cerró el año con un déficit cercano a los $11 billones. Recordarán ustedes que varios centros de salud han cerrado y que si hubo un sector que estuvo tambaleando todo el 2024 fue este. La reforma a la salud no pasó en su momento, y ahora, en un nuevo intento, su suerte no parece mejorar.
Johnattan García Ruiz, director de Decilion, consultoría de Salud Global, profesor de cátedra de la Universidad de Los Andes y colaborador asociado del Departamento de Salud Global de la Escuela de Salud Pública de Harvard, fue el experto invitado para hablar de lo que se avecina para el sistema de salud en Colombia.
Pocas razones hay para ser optimista, aseguró García, quien escribió que “El tortuoso camino de la prometida transformación del sistema refleja esta realidad. Rechazada inicialmente en el Senado por la falta de solidez en sus proyecciones financieras, el gobierno del presidente Gustavo Petro la volvió a presentar con ajustes menores, pero, en palabras de sus impulsores, consensuada con las mismas EPS. Mientras el debate legislativo continúa en 2025, la crisis se profundiza: la Nueva EPS, intervenida por el gobierno Petro en abril de 2024 y con 10,8 millones de afiliados, vio aumentar su deuda de más de 180 días de $89.000 millones en marzo de 2024 a $935.000 millones en octubre (un incremento del 951 % en apenas siete meses). Otro factor que agrava la situación es la deuda del Gobierno con las EPS por concepto de presupuestos máximos y el hueco de $1,2 billones que ha generado el descuento del SOAT, decretado por el Gobierno en diciembre 2022″.
El sistema de salud colombiano no está bien hace rato, pero es evidente que en el último tiempo se agudizó su crisis. García explica que la Asociación de Empresas Sociales del Estado (Aesa) anunció el mes pasado que 37 hospitales suspenderían servicios no urgentes a los afiliados de la Nueva EPS. También señaló otros casos: “Clemencia Mayorga, representante del Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá, reportó que al menos 960 Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) fueron cerradas entre 2023 y 2024, según cifras oficiales. En regiones como el Valle del Cauca, la crisis afecta a 2,4 millones de personas del régimen subsidiado, dependientes de hospitales públicos que luchan contra deudas impagadas de EPS intervenidas. Hospitales emblemáticos como el Santa Sofía, el de Viterbo y el de Riosucio, en Caldas, anunciaron cierres de múltiples servicios en los últimos días. La situación de desabastecimiento de medicamentos no parece tener buen pronóstico: Audifarma, gestor farmacéutico clave en el país, entró en proceso de reorganización ante la Supersociedades debido a deudas superiores a $600.000 millones, poniendo en riesgo el acceso a medicamentos de millones de colombianos”.
El ambiente de campaña que señalábamos más arriba podría también afectar el trabajo que se tiene que hacer con el sistema de salud. Según García, para el presidente y los defensores de la reforma, el dinero asignado a las EPS es suficiente y se han enfocado en inversión en infraestructura y en equipos básicos de salud. Aunque esto parezca loable, el “Modelo de Atención Predictiva y Preventiva” no arroja resultados concretos tras dos años de haber sido creado. Para hacernos una idea, 39 de los 44 hospitales nuevos a los que se les invirtió globalmente $1 billón no superan el 12 % de avance.
“La ironía del Gobierno del Cambio es cruel: mientras el sistema público se deteriora (público porque es al que todos estamos afiliados y se financia con recursos públicos), el sector privado florece. Según Fasecolda, las pólizas de salud crecieron un 22 % en el primer semestre de 2024, y los hogares colombianos destinan ahora más del 5,1 % de su gasto al rubro de salud. La obsesión por una reforma estructural y la polarización política acercan al sistema de salud a un largo y crudo invierno. La diferencia es que aquí no hablamos de ficción: son millones de colombianos, especialmente los más vulnerables, quienes enfrentan un deterioro sin precedentes en su acceso a la salud. Puede que este sea un año incluso más difícil para el sistema que los años en los que enfrentamos la pandemia”, concluyó López en el artículo que dejamos también aquí.
Ya vamos pasando la mitad de esta entrega. Calma, ya casi.
Hablemos de educación:
Parece menor, pero no lo es. Es más, por creer que es un asunto cualquiera, es que tenemos varios problemas como sociedad. Si hay inconvenientes con el derecho y la garantía de la educación de alta calidad, eso mismo se verá reflejado en quiénes somos y en lo que hacemos después. Para Fernando López Mera, investigador del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, hay siete puntos clave a los que se debe enfrentar el sistema educativo este 2025 para evitar frenar el avance de este sector en el país.
Cobertura en educación inicial y preescolar; matrícula y composición demográfica; calidad educativa; deserción escolar; financiamiento del sistema educativo; entorno escolar y acoso y habilidades blandas son los retos que para este experto debe enfrentarse en este campo en 2025.
López Mera reconoce que la cobertura ha mejorado. Incluso, menciona que en 2023 se registraron cerca de 1,5 millones de niños en programas de atención integral. Sin embargo, en la educación preescolar, este índice cayó del 41,2 % en 2022 a 40,3 % en 2023.
Por ejemplo, en el financiamiento del sistema educativo, factor del que dependen muchos otros, hay un déficit que ha afectado, entre otros, la creación de nuevos cupos educativos, pues hasta septiembre de 2024 solo se habían creado 65.000 de los 500.000 prometidos por el Gobierno Nacional.
La deserción escolar es una problemática no menor. Según López Mera, en 2023, el 13,8 % de los jóvenes de 15 a 28 años no estaban estudiando ni trabajando (la llamada población “nini”). Asimismo, en los grados 5 de básica primaria y 9 de básica secundaria y media es donde más se presentan casos de deserción.
Para López Mera, “el sistema educativo colombiano ha logrado avances significativos en términos de cobertura y algunos indicadores académicos. No obstante, enfrenta una serie de retos considerables. Para avanzar hacia un futuro educativo más inclusivo y equitativo es fundamental implementar políticas que eleven los estándares educativos y cierren las brechas existentes; aumentar el financiamiento y destinar más recursos al sistema educativo para garantizar tanto la cobertura como la calidad; crear programas específicos que aborden las necesidades educativas y laborales, entre ellos la de los jóvenes “nini” para atender la deserción escolar; fomentar un entorno escolar seguro con la implementación de estrategias efectivas para reducir el acoso escolar, promover el bienestar emocional e impulsar habilidades blandas y socioemocionales”.
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Muy cercana a la educación está la cultura. Sin estos dos campos es difícil que una sociedad encuentre el verdadero camino del progreso. Por eso es momento de hablar del Ministerio de las Culturas, uno de los más afectados por la desfinanciación de este año. Debido al hundimiento de la Ley de Financiamiento, esta cartera sufrió una reducción de más del 80 %, que para 2024 contó con un montó histórico de $1,4 billones.
En diálogo con El Espectador, Juan David Correo, ministro de cultura, aseguró que “Mi actitud ha sido siempre salir a hablar, aclarar, que los medios escuchen lo que tenemos que decir, que se investigue lo que estamos haciendo, que se critique. Y, por supuesto, tendremos que afrontar esas conversaciones, llenarnos de fuerza, paciencia, resiliencia y empatía, porque este sector es muy frágil y tendrá consecuencias indiscutibles”.
Correo explicó además que “Este Ministerio tiene asignados más de $130.000 millones en vigencias futuras para obras de infraestructura, que serán ejecutadas entre 2025 y 2026. Por supuesto, también está el Programa Nacional de Estímulos, que es lo único que no reduciremos, porque sabemos que es la forma más efectiva de repartir recursos entre los artistas”.
Samuel Sosa, periodista cultural y autor de la nota en la que se habla del presente de esta cartera, nos contaba también en su artículo que “Para el próximo año el Ministerio deberá decidir qué proyectos continuar y cuáles no. Aunque se esperaba ejecutar nuevos proyectos y mantener otros existentes, no habrá presupuesto para todo. Los que sobrevivan serán reajustados y tendrán un alcance menor, como ocurrirá con la Fundación Nacional Batuta. Asimismo, surge la pregunta por los avances de los programas que se desarrollan en los diversos territorios del país, que van en línea con los contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, en el que hay seis ejes: Formación artística y cultural, Infraestructuras culturales para la vida, Economía popular, Memoria, saberes y territorios bioculturales, Cultura de paz y Cultura colombiana en el mundo”.
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Retos ambientales para 2025
Así como lo mencionamos anteriormente, año tras año será prioridad hablar de todo lo relacionado con el medioambiente. En Colombia, las apuestas estarán en mejorar la conexión entre el sector ambiental y el de agricultura, intensificar la lucha contra la deforestación y reformar el Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales, entre otras.
Omar Franco, director de Parques Cómo Vamos, fue el encargado de hablar del balance del 2024 en esta materia y de lo que podemos esperar para el año que comienza. Para Franco, fue la COP16 -que se realizó en Cali- “el evento más representativo, no solo por lo que significó en todos los indicadores, sino por lo que se logró en temas como educación y apropiación del patrimonio ambiental, el Plan Nacional de Acción de Biodiversidad, el capítulo especial de Comunidades y, desde luego, la vinculación a la conversación en estos temas ambientales a sectores como el financiero y, en general, a todo el sector productivo, para que participe más activamente en estos espacios de análisis y construcción colectiva”.
Para el director de Parques Cómo Vamos, es indispensable que este 2025 se logre un gran acuerdo intersectorial que garantice la construcción de una agenda o apuesta en común. La unión de esfuerzos, tal como se vio en la COP16, refuerza el compromiso y permite grandes resultados. Así, para Franco es importante que, por ejemplo, se defina con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural un trabajo normativo que brinde garantías para que todos los actores participen en el cumplimiento del principio de desarrollo sostenible en el país.
También dice Franco que hay que insistir en el reconocimiento del trabajo de todos los actores privados en la gestión ambiental en los territorios, así como del trabajo de fundaciones, ONG’s y de las Corporaciones Autónomas Regionales.
El año pasado se registró un nuevo aumento de deforestación en la Amazonia, por lo que tiene que ser este un propósito de todos como Estado, comenta Franco. “Es necesario seguir sumando todos los esfuerzos posibles para combatir esta pérdida progresiva y sistemática de nuestros bosques. En esta línea, en particular, proponemos para 2025 iniciar una gran apuesta que permita llevar a cero la deforestación en nuestros Parques Nacionales Naturales”.
En la conclusión, el director de Parques Cómo Vamos manifestó que “se debe definir, con todos los actores públicos y privados, los recursos necesarios para garantizar en el 2025 la implementación del Plan Nacional de Acción de Biodiversidad. Así como entregar en lo posible la Cuarta Comunicación de Cambio Climático, documento que sin lugar a dudas marcará retos y tareas para todos en los próximos 10 años en la lucha por la adaptación del país a los efectos del cambio climático”.
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Aprovechando el tema medioambiental, es momento de hablar de Bogotá, que entre sus prioridades, además de los temas de siempre de seguridad y movilidad, está uno clave, que imagino ustedes saben cuál es: el agua.
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, tendrá pocas excusas, pues todo lo que pidió al Concejo para el presupuesto de este año fue aprobado. Incluso, cuenta Ómar Oróstegui, director del GovLab de la Universidad de La Sabana, para este año los gastos de funcionamiento aumentan un 11 %.
“Líos estructurales como el acceso al agua y la movilidad seguirán marcando la agenda, exigiendo decisiones profundas y sostenibles, que garanticen un futuro mejor para sus habitantes”, resaltó, por su parte, Felipe Mariño, director de la organización Bogotá Cómo Vamos.
Pero hablemos del agua, pues este 2025 seguiremos con el racionamiento que nos acompaña hace ya varios meses, y que seguro permanecerá un buen tiempo más, pues estamos lejos de solucionar esta crisis. “Será clave avanzar en un cambio cultural hacia un consumo más responsable. También, que las políticas públicas prioricen el incremento de los niveles de los embalses. En un año, deberíamos hablar de avances concretos”, comentó Mariño.
Por otra parte, María Carolina Castillo, presidente ejecutiva de Probogotá Región, es clave que haya acciones concretas. Así, frente a la crisis del agua, aseveró que “Las proyecciones de almacenamiento se deben ajustar en 2025 y radicar ante la ANLA la solicitud de licencia para Chingaza II e iniciar el proceso con Parques Naturales para incluir la ampliación del sistema Chingaza en la zonificación del Plan de Manejo del Parque y proponer compensaciones del área Ramsar”.
Para los que viven en Bogotá, no me dejarán mentir, pero uno cree que ya no hay más espacios para cerrar calles y para ver lonas y lonas, pero siempre aparece uno extra. Con arreglos, reestructuración, Transmilenio y Metro, la ciudad parece estar también lejos de mejorar los temas de movilidad. Alexánder Marín, editor de la sección Bogotá, dijo en el artículo de proyecciones que “Mientras el Metro llega el 50% de avance, la troncal de la 68 enfrenta retrasos significativos, que posponen su entrega hasta 2027 o 2028. Proyectos como el Regiotram, el tramo norte de la Carrera 7ª, la Calle 13 y los Accesos Norte están en un limbo administrativo. Su destrabe debe ser prioridad”.
Frente a este tema de las obras, Castillo dijo que es importante disminuir los excesivos tiempos de trámites, unificar criterios en la EAAB, priorizar obras estratégicas y agilizar autorizaciones de planes de manejo de tránsito, Por ejemplo, comento la relevancia de “Conectar la troncal de la Avenida 68 con la séptima; contratar los tramos pendientes de la Calle 13; destrabar la obra de Transmilenio fases II y III de Soacha; liderar el licenciamiento del tramo faltante de la Avenida Boyacá, y de la ampliación de la Autopista Norte. Estas deben ser las prioridades del 2025″.
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Último capítulo grande de esta entrega. Ya merito acabamos. Paciencia que ya leímos lo mucho, ahora leamos lo menos.
El segundo mandato de Trump
Esto sin duda genera muchas expectativas. Aunque pocos lo veían probable hace un año, finalmente sucedió. Donald Trump volvió a la presidencia de Estados Unidos y empezará este 2025 su segunda era como jefe de Estado.
Dorian Kantor, ph. D., y profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, nos contó en varios puntos qué se espera del gobierno Trump. En primer lugar, habló de “una amenaza a las normas democráticas”, pues a pesar de haber contado con el apoyo de más jóvenes, latinos y afroamericanos, las políticas internas parecen representar riesgos para las normas constitucionales. “Una propuesta clave implica eludir el rol del Senado en el ‘consejo y consentimiento’ para los nombramientos del gabinete, aprovechando el Artículo II, Sección 2 de la Constitución, que permite nombramientos durante los recesos del Senado. Con la cooperación del presidente de la Cámara, Mike Johnson, Trump podría suspender potencialmente las sesiones del Congreso para nombrar leales sin la aprobación del Senado, estableciendo un peligroso precedente de abuso ejecutivo”, explicó Kantor.
Como lo fue en su primer mandato, uno de los temas clave será la política migratoria. En el centro de su agenda, señala Kantor, está el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos. Las separaciones familiares, la política de “Permanecer en México” mientras los migrantes esperan los trámites de asilo. Asimismo, Trump prometió eliminar el derecho a la ciudadanía estadounidense por nacimiento y las protecciones de DACA, que les ha permitido a jóvenes inmigrantes indocumentados que crecieron en ese país solicitar protección temporal contra la deportación y poder trabajar.
En cuanto a las relaciones internacionales, Kantor dice que “las políticas de Trump amenazan la estabilidad global. Su promesa de imponer altos aranceles a las importaciones podría desencadenar una guerra comercial similar a la de la década de 1930, resultando en precios más altos para los consumidores y recesiones económicas. Aunque los defensores de la política de aranceles de Trump argumentan que esta podría impulsar la producción nacional, las represalias probables de los socios comerciales agravarían las tensiones económicas internacionales”. Ni hablar de su rol en la política climática, pues Trump dijo que se retiraría una vez más del Acuerdo de París.
Lo otro que parece preocupante fue la afirmación de “poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas”, una frase que, según Kantor, parece alinearse con las amenazas republicanas de recortar fondos para Ucrania. " Esta estrategia probablemente obligaría a Ucrania a aceptar un acuerdo favorable para Rusia, debilitando su soberanía y estableciendo un peligroso precedente para la agresión autoritaria. Este cambio de política podría debilitar las normas democráticas globales y fortalecer a los regímenes autocráticos, aumentando la presión sobre el orden internacional liberal”.
Rusia y Ucrania
El próximo 22 de febrero serán tres años de guerra entre Rusia y Ucrania, y el problema es que tampoco se ve cerca el fin del conflicto. Fuentes especializadas hablan de haber superado ya el millón de víctimas, la mayoría de ellas militares.
Carlos Alberto Patiño Villa, profesor titular del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, explicó que “nada hace pensar que la guerra se detendrá rápidamente, pues desde los primeros meses de la ilegal invasión rusa contra Ucrania, la misma se ha tornado en un conflicto de impacto internacional directo, tanto por los grupos de aliados que se han conformado con respecto a cada uno de los contendores como por los conflictos en los que se ha ido desplegando esta guerra. En este contexto es clave indicar que tanto Moscú como Kiev luchan dos guerras diferentes: para Rusia se trata de una guerra de reimperialización, basada en una fuerte reinterpretación de la historia, mientras que para Ucrania se trata de una guerra de liberación nacional, sostenida bajo el principio de no estar de nuevo bajo el imperio ruso”.
Factores externos alimentan también la perduración del conflicto: además de la crisis entre las dos Coreas, la caída de Bashar al-Asad también influye en esta guerra, pues esta “ha sido asumida internacionalmente como una derrota tanto para Rusia como para Irán, lo que ha subido el precio a pagar por la paz en Ucrania desde la perspectiva de Moscú, dificultando alcanzar la finalización de la guerra, a la vez que deja a Irán más cerca de concebir la producción de armamento nuclear como respuesta a la derrota estratégica que ha sufrido este año”.
La crisis de Oriente Medio
La caída del régimen de Asad, el debilitamiento de Hamás y Hezbolá, las dudas sobre la gobernabilidad de Israel y las divisiones políticas en Palestina marcan también un año difícil para Oriente Medio.
Para Manuel Camilo González Vides, profesor de relaciones internacionales de la Javeriana y magíster en Ciencia Política de la Universidad de Salamanca, las acciones militares del gobierno israelí, liderado por Benjamin Netanyahu, primer ministro, parece haber logrado “neutralizar” la amenaza de seguridad proveniente de la Franja de Gaza. Sin embargo, los ataques selectivos contra miembros de Hamás y Hezbolá en Siria y Líbano, así como el ataque con misiles a Irán, parecen haber “remodelado el escenario de seguridad en la región”.
“Sin embargo, la ecuación de la aparente estabilidad regional en Oriente Medio será condicionada por múltiples factores que atraviesan sus principales actores. A pesar de una significativa reacción internacional contra las violaciones al derecho internacional, incluidas una denuncia en la Corte Penal Internacional y órdenes de aprehensión contra sus líderes político-militares, Israel ha logrado una victoria táctica que ha debilitado el cerco del Eje de Resistencia iraní y, por tanto, disminuir casi absolutamente la amenaza que supone Hamás. Además, Tel Aviv respira la neutralidad de los Estados del golfo, pero sigue asumiendo muchos riesgos cada vez que amplía el alcance de su guerra preventiva contra Líbano y Siria, colocando en la cuerda floja tanto los Acuerdos de Abraham como la normalización diplomática con Arabia Saudita”, detalló González.
Habíamos señalado la caída del régimen de Asad, que significó a su vez el final de la dinastía. Este punto, para González, tiene repercusiones importantes: “Por un lado, Irán muestra signos de fragilidad al perder un aliado (Siria). Considerado como un engranaje fundamental en la logística de guerra de su Eje de Resistencia que apoyaba los esfuerzos de Hezbolá y, por ende, a Hamás, la influencia de Teherán se ha visto mermada por la evidente baja capacidad de responder a los ataques indirectos contra sus socios del Eje y a los propios ataques directos contra su infraestructura militar generados por Tel Aviv”.
Frente a Palestina, la cosa parece estar de para arriba, pues González señala que hay pocas probabilidades de que alcancen sus objetivos. " A pesar de concitar gran apoyo internacional para su causa, las facciones palestinas se mantienen divididas y enfrentadas. Esto ha redundado en que la guerra que Hamás ha emprendido sea apenas un intento en solitario y desesperado del ala militar por resucitar la cuestión de la autodeterminación palestina, sin apenas apoyo de actores políticos como la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, temerosa siempre de los efectos en su relación de dependencia con Tel Aviv. Así, mientras Hamás se muestra como una milicia reducida y errante por el descabezamiento de su cúpula y la indiferencia de varios gobiernos árabes, como Egipto y Jordania, Al Fatah en la ANP sufren el rechazo de miles de palestinos ante su incapacidad de detener los planes de anexión de Cisjordania por parte de Israel. En pocas palabras, Palestina sufre su propia crisis de representación política, que ha contribuido a la falta de un liderazgo capaz e inclusivo, tal vez uno de los factores por los cuales la cuestión palestina sigue congelada en el tiempo”.
¿Y Venezuela?
El próximo 10 de enero será la posesión de Nicolás Maduro. Hay también mucha expectativa por este evento, pues su reelección, como todos podrán recordar, está rodeade de dudas y de señalamientos de corrupción que han hecho que muchos gobiernos rechacen los resultados de las elecciones del año pasado.
Para hablar de Venezuela y las dificultades que tendrá que enfrentar Maduro para su nuevo período presidencial, invitamos a Txomín Las Heras Leizaola, investigador adscrito del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario e investigador principal del Radar Colombia Venezuela en alianza con la Fundación Konrad Adenauer, y presidente de Diálogo Ciudadano Colombo-Venezolano.
Uno de los problemas que señala Leizaola es que el fraude fue presenciado por militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y dirigentes de organizaciones afines, lo que supone que la base social se desgaste rápidamente y que haya un desajuste en las alianzas que le han permitido a Maduro atornillarse en el poder.
También es clave, según Leizaola, que la oposición encabezada por María Corina Machado sepa jugar muy bien sus cartas, logrando unidad entre sus filas. Aquí hay expectativa por el riesgo que corre Edmundo González, quien aseguró que volvería el 10 de enero para juramentarse como presidente, pero esta jugada sería peligrosa para él, pues podría ser apresado, pero también para la oposición, pues habría un golpe moral en este sector.
Frente a las relaciones internacionales, el experto invitado escribió que “habría que hacer el balance de qué gobiernos reconocen o no a Maduro en el caso de que llegue incólume al 10 de enero, así como el estado en que quedarían las relaciones diplomáticas de Venezuela con el mundo y especialmente la región, lo que daría una idea del nivel de aislamiento con que comenzaría su nuevo período presidencial. Colombia y Brasil, dos países fronterizos que se han empeñado en buscar una salida a la crisis venezolana, ya han anunciado que no romperán relaciones, pero ambos gobiernos se han abstenido hasta el momento de reconocer el supuesto triunfo de Maduro ante su decisión de no mostrar las actas. Habrá que ver cómo resuelven esta aparente contradicción”.
Terminamos con los deportes:
Ya, este ahora sí es el fin. Espero que hayan llegado hasta aquí y que terminen este correo con un amplio panorama de lo que será Colombia y el mundo este 2025.
El 2024 nos dejó la melancolía y la frustración de no ganar la Copa América, pero pudimos volver a ver a una selección que supo incluso mantener un invicto de más de 20 partidos. En los Juegos Paralímpicos se hizo historia, pues se alcanzaron 28 podios y varias medallas de oro.
Así como otros ministerios, el del Deporte también sufrió recortes. Para este 2025, la diminución fue de $307.000 millones. Federaciones y deportistas han expresado su preocupación. Ahora, en nombre de la verdad, aunque siempre sacamos pecho por nuestros deportistas, este campo nunca ha sido una prioridad para los distintos gobiernos de turno. Ha habido mejoras, avances, pero siempre se ha visto relegado de una forma u otra.
Al menos este 2025 no lo empezaremos como el 2024, con el escándalo de haber perdido la sede de los Juegos Panamericanos. O esperamos que no haya algo similar.
¿Qué esperar a nivel deportivo este 2025? Se los cuento rápidamente: además de la participación de Colombia en Copas del Mundo en ciclismo y voleibol, también habrá Copa América Femenina, finales de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026 y veremos los avances y los retos que estos suponen en deportistas como David Alonso y Ángel Barajas.
En los torneos de fútbol de clubes a nivel internacional, Bucaramanga y Nacional representarán al país en la Copa Libertadores desde la fase de grupos. Tolima y Santa Fe estarán en fase previa. En Copa Sudamericana, Junior, América, Once Caldas y Millonarios buscarán los dos cupos para este torneo.
A nivel internacional, hay expectativa por el nuevo formato del Mundial de Clubes, que arrancará el 14 de junio y tendrá a 32 equipos en acción. Fernando Garzón, periodista deportivo, nos explicó con detalles todo el calendario deportivo de 2025 y aquí se los dejo.
Por fin acabamos. Esperamos que haya sido de utilidad y de agrado esta entrega de proyecciones. Que este 2025 sea un año de mucha tranquilidad, enseñanzas, esperanza y logros para ustedes y sus seres queridos. Aquí nos seguiremos viendo.