Las mujeres que ayudaron a destapar una red de sacerdotes pederastas en Colombia
Por orden del Vaticano, las dos mujeres ayudaron a develar los actos que habrían cometido 38 sacerdotes de las diócesis de Villavicencio. La investigación identificó a al menos 20 víctimas.
El periodista Juan Pablo Barrientos profundizó en los hallazgos y el año pasado publicó su libro “Este es el cordero de Dios”, con testimonios y pistas que comprometen a 38 sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio en actos de abuso. La Iglesia apartó discretamente a 20 de ellos y dos más están en prisión.
La investigación de una red de pederastia en Colombia comenzó en Villavicencio, una ciudad de medio millón de habitantes a 123 kilómetros de Bogotá. Una orden del Vaticano encargó al obispo Óscar Urbina indagar sobre los eventuales abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
El religioso se apoyó en la exfiscal Olga Cristancho y Socorro Martínez, exfuncionaria de la Procuraduría con experiencia en investigación de masacres. Pero ambas se alejaron de Urbina, con la sospecha de que encubría a los religiosos y se lanzaron a investigar por su cuenta. La investigación identificó al menos 20 víctimas.
Hasta ahora solo una de las víctimas, abusada cuando era un monaguillo de 13 años, encontró justicia. Un sacerdote y un seminarista pagan cárcel por este caso.
El periodista Juan Pablo Barrientos profundizó en los hallazgos y el año pasado publicó su libro “Este es el cordero de Dios”, con testimonios y pistas que comprometen a 38 sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio en actos de abuso. La Iglesia apartó discretamente a 20 de ellos y dos más están en prisión.
La investigación de una red de pederastia en Colombia comenzó en Villavicencio, una ciudad de medio millón de habitantes a 123 kilómetros de Bogotá. Una orden del Vaticano encargó al obispo Óscar Urbina indagar sobre los eventuales abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
El religioso se apoyó en la exfiscal Olga Cristancho y Socorro Martínez, exfuncionaria de la Procuraduría con experiencia en investigación de masacres. Pero ambas se alejaron de Urbina, con la sospecha de que encubría a los religiosos y se lanzaron a investigar por su cuenta. La investigación identificó al menos 20 víctimas.
Hasta ahora solo una de las víctimas, abusada cuando era un monaguillo de 13 años, encontró justicia. Un sacerdote y un seminarista pagan cárcel por este caso.