Accidente en La Línea: ¿tragedia prevenible?
Una falla en el sistema de frenos de una tractomula habría desencadenado la tragedia en el túnel Los Venados, que dejó ocho personas muertas y 33 heridas. Aunque la accidentalidad en vía se redujo en el último año en el país, la letalidad fue mucho mayor.
Mónica Rivera Rueda
No hubo tiempo de reaccionar. Lo único que vieron los policías en la vía fue cómo la tractomula, con 17 toneladas de carga, levantó los conos que habían puesto sobre la carretera y de paso casi los arrolla. Casi un minuto después, Óscar Páez sintió el golpe del choque de uno de los carros contra el bus en el que iba, junto a su esposa e hija de brazos, y con ello el sonido de tres impactos que lo alertaron de que algo grave estaba ocurriendo.
Lea: “El carro no quiso frenar”: conductor de tractomula sobre accidente en La Línea
El conductor de la tractomula relató que intentó sacarla por uno de los costados de la vía en el momento que perdió el control del carro, pero no lo logró y en cambio estuvo muy consciente de la embestida del vehículo sobre los otros 17 que se movilizaban por el túnel Los Venados, que queda sobre el tramo de La Línea que conecta a Calarcá con Cajamarca.
“Pasé el peaje y empecé a descolgar. Puse el carro en cuarta y vi que la aguja del aire empezó a bajarse. Activé los frenos, pero el carro no quiso frenar. Entonces, lo recosté al lado izquierdo, traté de sacar el carro por uno de los voladeros, pero el muro estaba muy alto. Lo seguí recostando por el lado izquierdo en uno de los túneles, hasta que me encontré con todos los carros adelante mío”, señaló el hombre, que se salvó porque llevaba una carga liviana de aceites, lubricantes, agua para frenos y llantas que amortiguaron el choque, por lo que solo presentó fracturas en sus piernas.
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Al fin de cuentas, lo que vino fue cuestión de mala suerte, pues entre los más afectados están los carros que venían al final de la fila, donde venían las principales víctimas: dos familias. La primera es la de la pareja conformada por Cristian Orozco y Luisa Fernanda Monsalve, quienes viajaban en un carro con sus dos hijos, de seis años y diez meses, y Mary Vargas, madre de Orozco. La segunda es la de Sebastián Vargas, quien iba junto a su pareja, Alejandra Soler; su papá, Carlos Darío Vargas, y su mamá, Martha Esteban, quien logró salir gateando del vehículo, que quedó completamente destruido.
Páez estaba en un bus que iba adelante, pero pese a ello, el impacto fue tal que los vidrios del vehículo se rompieron, hiriendo a su hija y a su esposa, que iban junto a la ventana. Para salir del automotor tuvieron que saltar por una ventana y luego correr, porque el pánico en el punto del accidente creció con la aparición de gases dentro del túnel.
Según explicó el mayor general Juan Alberto Libreros Morales, director de la Policía de Tránsito y Transporte, un equipo de peritos expertos en la reconstrucción de accidentes de tránsito hizo la verificación técnico mecánica del vehículo y encontraron fallas en el sistema de frenos, incluyendo una mala calibración.
“En este caso la recomendación que siempre hacemos es hacer una revisión técnico mecánica del vehículo (iba de Yumbo, Valle, hasta Barranquilla). A lo mejor si se hubiera hecho, se habría logrado evitar este accidente”, dijo el general Libreros, quien agregó que la velocidad hizo que este accidente fuera de gran magnitud.
En esto concuerda Luis Lota, director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, quien indica que, en términos generales, el año pasado disminuyeron los accidentes de tránsito reportados en el país, pero aumentó la letalidad. “Eso quiere decir que los vehículos iban más rápido, por lo que esos siniestros terminan siendo fatales”. Además, asegura que ignorar señales de tránsito, como la del pare, y manejar bajo efectos del alcohol han desencadenado otros hechos similares.
Para el general Libreros, en grandes vías, en especial las de la costa Caribe, donde predominan las rectas, se presenta una alta siniestralidad por exceder el límite de velocidad. “En estas vías tenemos unos puestos de prevención, pero de todas formas hay conductores que no acatan las normas y por eso tenemos hechos lamentables”.
Ese no es solo un problema de las grandes vías, pues, de acuerdo con Lota, también es preocupante la situación a escala urbana, donde la mortalidad aumentó en un 96 % en 2021. “En ciudades como Bogotá y Cali se han implementado medidas para bajar la velocidad y se ha visto una reducción en la mortalidad, pero faltan acciones en la mayoría de las otras ciudades”.
Por todo esto, el Gobierno Nacional impulsa la metodología de sistema seguro para identificar las causas de los mayores riesgos en puntos críticos y así tomar medidas que reduzcan la probabilidad de ocurrencia, frecuencia y severidad de los siniestros. La cuestión es que esto debe ir acompañado de la acción ciudadana, pues, a fin de cuentas, gran parte de la prevención de accidentes tan graves como el de La Línea depende de las acciones que asuman los conductores en las vías.
No hubo tiempo de reaccionar. Lo único que vieron los policías en la vía fue cómo la tractomula, con 17 toneladas de carga, levantó los conos que habían puesto sobre la carretera y de paso casi los arrolla. Casi un minuto después, Óscar Páez sintió el golpe del choque de uno de los carros contra el bus en el que iba, junto a su esposa e hija de brazos, y con ello el sonido de tres impactos que lo alertaron de que algo grave estaba ocurriendo.
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El conductor de la tractomula relató que intentó sacarla por uno de los costados de la vía en el momento que perdió el control del carro, pero no lo logró y en cambio estuvo muy consciente de la embestida del vehículo sobre los otros 17 que se movilizaban por el túnel Los Venados, que queda sobre el tramo de La Línea que conecta a Calarcá con Cajamarca.
“Pasé el peaje y empecé a descolgar. Puse el carro en cuarta y vi que la aguja del aire empezó a bajarse. Activé los frenos, pero el carro no quiso frenar. Entonces, lo recosté al lado izquierdo, traté de sacar el carro por uno de los voladeros, pero el muro estaba muy alto. Lo seguí recostando por el lado izquierdo en uno de los túneles, hasta que me encontré con todos los carros adelante mío”, señaló el hombre, que se salvó porque llevaba una carga liviana de aceites, lubricantes, agua para frenos y llantas que amortiguaron el choque, por lo que solo presentó fracturas en sus piernas.
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Al fin de cuentas, lo que vino fue cuestión de mala suerte, pues entre los más afectados están los carros que venían al final de la fila, donde venían las principales víctimas: dos familias. La primera es la de la pareja conformada por Cristian Orozco y Luisa Fernanda Monsalve, quienes viajaban en un carro con sus dos hijos, de seis años y diez meses, y Mary Vargas, madre de Orozco. La segunda es la de Sebastián Vargas, quien iba junto a su pareja, Alejandra Soler; su papá, Carlos Darío Vargas, y su mamá, Martha Esteban, quien logró salir gateando del vehículo, que quedó completamente destruido.
Páez estaba en un bus que iba adelante, pero pese a ello, el impacto fue tal que los vidrios del vehículo se rompieron, hiriendo a su hija y a su esposa, que iban junto a la ventana. Para salir del automotor tuvieron que saltar por una ventana y luego correr, porque el pánico en el punto del accidente creció con la aparición de gases dentro del túnel.
Según explicó el mayor general Juan Alberto Libreros Morales, director de la Policía de Tránsito y Transporte, un equipo de peritos expertos en la reconstrucción de accidentes de tránsito hizo la verificación técnico mecánica del vehículo y encontraron fallas en el sistema de frenos, incluyendo una mala calibración.
“En este caso la recomendación que siempre hacemos es hacer una revisión técnico mecánica del vehículo (iba de Yumbo, Valle, hasta Barranquilla). A lo mejor si se hubiera hecho, se habría logrado evitar este accidente”, dijo el general Libreros, quien agregó que la velocidad hizo que este accidente fuera de gran magnitud.
En esto concuerda Luis Lota, director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, quien indica que, en términos generales, el año pasado disminuyeron los accidentes de tránsito reportados en el país, pero aumentó la letalidad. “Eso quiere decir que los vehículos iban más rápido, por lo que esos siniestros terminan siendo fatales”. Además, asegura que ignorar señales de tránsito, como la del pare, y manejar bajo efectos del alcohol han desencadenado otros hechos similares.
Para el general Libreros, en grandes vías, en especial las de la costa Caribe, donde predominan las rectas, se presenta una alta siniestralidad por exceder el límite de velocidad. “En estas vías tenemos unos puestos de prevención, pero de todas formas hay conductores que no acatan las normas y por eso tenemos hechos lamentables”.
Ese no es solo un problema de las grandes vías, pues, de acuerdo con Lota, también es preocupante la situación a escala urbana, donde la mortalidad aumentó en un 96 % en 2021. “En ciudades como Bogotá y Cali se han implementado medidas para bajar la velocidad y se ha visto una reducción en la mortalidad, pero faltan acciones en la mayoría de las otras ciudades”.
Por todo esto, el Gobierno Nacional impulsa la metodología de sistema seguro para identificar las causas de los mayores riesgos en puntos críticos y así tomar medidas que reduzcan la probabilidad de ocurrencia, frecuencia y severidad de los siniestros. La cuestión es que esto debe ir acompañado de la acción ciudadana, pues, a fin de cuentas, gran parte de la prevención de accidentes tan graves como el de La Línea depende de las acciones que asuman los conductores en las vías.