Luego de que la Procuraduría lanzó una alerta por los riesgos que representa la presencia masiva de gallinazos en la operación aérea del aeropuerto internacional Palonegro, que sirve a Bucaramanga y su área metropolitana, la Aeronáutica Civil anunció una serie de medidas para atender la situación.
Entre las acciones está el monitoreo de las 57 especies de aves, entre las que hay gallinazo o chulos, a las que se han hecho evaluaciones de peligrosidad. Junto a esto, se hará un trabajo de educación ambiental con la comunidad para evitar focos de residuos que atraigan a estos animales.
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En la alerta hecha por la Procuraduría se resaltó que, a pesar de las medidas adoptadas, como el uso de cañones de gas, pólvora especializada y ahuyentadores ultrasónicos, las aves siguen afectando la operación del aeropuerto. En los últimos diez años, se han registrado 13 incidentes aéreos relacionados con estas aves, lo que no solo ha puesto en peligro la vida de los pasajeros y pilotos, sino que también ha causado daños a los aviones.
La procuradora regional de Bucaramanga, Eddy Alexandra Villamizar, señaló que además del relleno sanitario que está a cinco kilómetros del aeropuerto, otros lugares están atrayendo las aves como mataderos clandestinos, criaderos de pollos y la disposición inadecuada de residuos en las plazas de mercado y resaltó la existencia de 102 focos de contaminación en áreas cercanas al aeropuerto en Girón, Lebrija, Bucaramanga y Floridablanca.
“Adicionalmente, no es el único foco, ya que existen actividades y asentamientos que concurren para generar escenarios propicios que atraen avifauna cerca al aeropuerto, frente a lo cual las autoridades territoriales y ambientales tienen ya una sentencia de acción popular que les ordena acciones y gestiones eficaces en el cumplimiento de su función de inspección, vigilancia y control”, informó la Procuraduría.
Ante esta situación, el ente de control hizo un llamado a la Aeronáutica Civil para que evalúe la posibilidad de suspender las operaciones aéreas en determinadas franjas horarias, dependiendo de los hábitos de las aves, o incluso implementar una suspensión total hasta que se tomen medidas más eficaces.
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Villamizar destacó la urgencia de establecer un plan tanto a corto como a largo plazo para evitar que la presencia de gallinazos continúe, poniendo en riesgo la seguridad aérea. Aunque se ha trabajado en mesas de diálogo con las autoridades y el aeropuerto, los focos de contaminación y los sitios que atraen a estas aves siguen activos, lo que genera una amenaza para las operaciones en Palonegro, que moviliza más de dos millones de pasajeros al año.
Este llamado de atención se deriva de una acción popular presentada en 2013 por Marco Antonio Velásquez, quien solicitó que se garantice el derecho a la seguridad del aeropuerto y que una opción era su traslado. Sin embargo, la Procuraduría enfatizó en que no es viable trasladar el aeropuerto debido a la falta de un lugar adecuado en el área metropolitana de Bucaramanga.