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Si bien en Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda el turismo es el filón del desarrollo por el que trabajan comunidades y administraciones, el fortalecimiento de condiciones como la infraestructura de salud es uno de los retos de los gobernadores. Según registros de la Red Colombiana contra el ataque Cerebrovascular (RecaVar), en los cuatro departamentos del Eje Cafetero hay en total nueve hospitales de alta complejidad.
Por esa razón, una de las apuestas de los mandatarios y sus carteras de salud es fortalecer la infraestructura y dotación de los centros médicos en sitios clave. El objetivo no solo es atender a la población interna de cada departamento, sino tener la posibilidad de ampliar su alcance incluso a personas de otros lugares como Tolima, Chocó y Norte del Valle.
En Antioquia, donde su población rondaba en 2022 los 6.8 millones de habitantes, según las proyecciones realizadas por el DANE, hay una apuesta especial por el fortalecimiento de toda la red de prestación de servicios de salud. Para hacerlo, cuentan con un presupuesto de $80.000 millones en el año 2024, según expresó Marta Cecilia Ramírez, secretaria de Salud del departamento.
En el caso específico de la subregión del Urabá, donde viven más de 500.000 personas, se adelanta el nuevo Complejo Hospitalario Antonio Roldán Betancur, que busca ofrecerle a los pacientes servicios de calidad y evitar que tengan que ser trasladados hasta Medellín cuando los casos son de alta complejidad, lo que representa un riesgo para la vida en relación de distancias y tiempos.
La secretaria Ramírez explicó que el costo de la obra es de $93.200 millones; sin embargo, la proyección indica que será necesario invertir $27.000 millones más, los cuáles serán aportados por el departamento al terminar la primera fase del proyecto. El centro médico tendrá 152 camas para atención de pacientes, laboratorio clínico, servicio de hospitalización, imágenes diagnósticas y atención especializada. En un plazo aproximado de dos años y medio estaría terminada la obra.
“El próximo 30 de abril tenemos una reunión con todos los alcaldes del territorio, porque el gran reto y la apuesta es organizar la red pública hospitalaria. Vamos a fortalecerlos con dotación para que en red se solucione el estar remitiendo a Medellín o Montería en lo que ellos llaman ‘la ruta de la muerte’”, comentó la funcionaria.
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En cuanto al megaproyecto de fortalecimiento de la red de salud, la secretaria comentó que “sin duda alguna la más débil es la red pública”; sin embargo, no operarán solo en esta, sino que adelantan alianzas con entidades como Comfama, con el objetivo de fortalecer también la red público-privada y ampliar la capacidad de atención a los habitantes del departamento en especialidades como obstetricia, pediatría y ortopedia.
Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia, comentó al respecto que esperan “pasar de siete hospitales públicos de segundo y tercer nivel a máximo dos. Terminaremos el mandato con no menos de doce redes hospitalarias en funcionamiento y conectadas”. Esto, con el objetivo de diagnosticar y tratar a los pacientes en las regiones y evitar la congestión en los centros médicos de las ciudades.
Lo anterior se suma a proyectos relacionados con el objetivo de derrotar el hambre y la desnutrición, mejorar la capacidad de atención en salud mental, combatir el consumo de sustancias psicoactivas, especialmente en niños y jóvenes, e implementar un proyecto de telemedicina, materia en la cual buscan avanzar los cuatro departamentos del Eje Cafetero.
Por el lado del departamento de Caldas, el gran proyecto de infraestructura en salud es la modernización del Hospital Santa Sofía, ubicado en Manizales. La obra tiene financiación de parte de la nación, de la Gobernación de Caldas ($90.000 millones) y del hospital ($25.000 millones) y su construcción está proyectada para una duración de 30 meses. El costo total de la primera fase es de $180.000 millones que se invertirán en reposición de infraestructura, ampliación de servicios y modernización de equipos.
Natalia Castaño Díaz, directora de la Territorial de Salud de Caldas, explicó que esta obra surge de la necesidad de “darle ayuda y soporte al resto del departamento, así como a los departamentos contiguos. Al Hospital Santa Sofía lo queremos potencializar para que tenga unos servicios adicionales a aquellos con los que ya cuenta, que son las unidades de ginecobstetricia y pediatría”.
La infraestructura del centro médico es antigua y requiere de intervenciones importantes, dijo la funcionaria; esto con el objetivo de brindar “seguridad, comodidad y bienestar a la población”, acogiéndose a las mejores condiciones y cumpliendo con las normativas para la prestación de servicios de salud de alta calidad. La meta es atender a más de 100.000 pacientes en un año.
Carlos Anderson García, secretario de Planeación de Caldas, explicó que se aumentará en más de cincuenta el número de camas para atención de pacientes. Se espera que el 5 de mayo se emita el concepto de viabilidad del proyecto que, de ser positivo, daría luz verde para iniciar en junio con la licitación y empezar con la construcción de los dos edificios de la fase uno, antes de que termine el 2024.
“En nuestras manos está mejorar la infraestructura, de manera que se pueda prestar una atención digna y en espacios seguros para el paciente, como para que el personal médico tengas las condiciones para prestar el servicio”, comentó el funcionario.
Por su parte, el gobernador Henry Gutiérrez comentó que, además de lo invertido en esta obra, “quedan $45.000 millones para pequeñas infraestructuras, intervenciones en hospitales de Pácora, Neira, Filadelfia, Aranzazu y un hospital nuevo en el municipio de San José”. A esto se suman las dotaciones hospitalarias y la compra de vehículos que permitan que los equipos de promoción y prevención se desplacen a las zonas rurales, sin necesidad de utilizar las ambulancias donde no hay más vehículos de misión médica y garantizar su disponibilidad.
La gobernación trabaja también en el desarrollo de “un programa de telemedicina; nos faltan medios tecnológicos y estamos hablando con el Ministerio de las TIC para adquirir unas antenas satelitales portátiles para los municipios más alejados y unos equipos especiales que estamos aunando los recursos para conseguirlos”. Si bien no se conoce el costo total del proyecto, se proyecta de forma preliminar que alcance los $1.200 millones, comentó el mandatario.
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Mientras tanto, en Risaralda se adelanta uno de los proyectos más importes de la región. Se trata del Hospital Regional de Alta Complejidad de Pereira, que atenderá a pacientes de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima, Chocó y Norte del Valle del Cauca; en total, unos 3.5 millones de personas.
El hospital se encuentra en construcción y dispondrá de 330 camas de hospitalización, 44 consultorios y prestación ampliada de servicios de atención especializada, con un costo de $600.000 millones que comprometen vigencias futuras. Sin embargo, con el último cierre financiero la obra alcanzaría los $748.000 millones, por lo que el departamento aportaría el monto restante.
Edgar Hernando Navarro, secretario de Salud de Risaralda, explicó que mientras se ejecuta la primera fase de la obra, el proyecto para su segunda fase ya se encuentra en evaluación por parte del Ministerio de Salud. “Es un hospital de alta tecnología, programado para unos servicios que no se tienen en el departamento ni en la región. Queremos que los pacientes no se tengan que ir a hospitalizar a la Fundación Valle de Lili (Cali), a la Fundación Santa Fe de Bogotá o a Medellín; que podamos atenderlos en el departamento”.
Juan Diego Patiño, gobernador del departamento, aseguró uno de los focos de su inversión social es el desarrollo de esta obra de impacto regional, pues “dará beneficio a más de cuatro millones de habitantes de la región. Lo estamos sacando adelante en mesas preventivas con Contraloría, Procuraduría, Ministerio de Salud y el departamento de Risaralda”.
Pese a que en el departamento aún se encuentran definiendo las propuestas para mejorar el acceso a salud de sus 839.597 habitantes (según el DANE), el secretario Navarro agregó que tienen la mirada puesta sobre la mejor de la infraestructura hospitalaria, la atención en salud mental, la prevención del consumo de sustancias psicoactivas y el “aprovechamiento de las vías tecnológicas” para incursionar en la telemedicina: “la salud está en total conexión con el derecho a la vida”, concluyó.
Finalmente, en el departamento del Quindío la administración adelanta gestiones junto a la concesión Autopistas del Café, para aplicar la herramienta de obras por impuestos y construir el nuevo hospital de municipio de Salento. Según Carlos Alberto Gómez Chacón, secretario de Salud departamental, la obra tiene un costo superior a los $30.000 millones, sobre los cuales aún no se han definido los porcentajes de participación, y mejorará completamente las condiciones de la infraestructura actual, que se encuentra en avanzado estado de deterioro.
“Es uno de los proyectos más importantes, dado que Salento es el municipio más importante del Quindío, con presencia de turistas que demandan servicios muy especializados. La idea es que el hospital responda a las necesidades de ese sector”, dijo el funcionario.
Además de esa obra, el departamento cubrirá el costo de otra similar en el municipio de Quimbaya, donde la inversión de $36.000 millones permitirá mejorar las condiciones de atención a los habitantes de esa población, así como de lugares cercanos, como los municipios de Alcalá y Ulloa, en el Valle del Cauca. Esto, en línea con el objetivo del gobernador Juan Miguel Galvis: “desarrollar en estos cuatro años una salud diferente para los quindianos”.
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Con puntos de encuentro entre sus planes de inversión, como la salud mental, la telemedicina y las mejoras en la infraestructura en salud, los mandatarios de los cuatro departamentos del Eje Cafetero esperan consolidar una red de asistencia médica en la que el principio fundamental es brindar las condiciones necesarias para que los habitantes de sus 178 municipios tengan acceso a servicios de alta calidad y proteger sus vidas. La integridad de las personas es también un eslabón clave en la cadena del desarrollo regional.
*Este es un contenido desarrollado en el marco de la iniciativa Construyendo Regiones de Progreso, de la Federación Nacional de Departamentos, y apoyado por El Espectador.