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La Comisión Primera del Senado aprobó este miércoles, en el primero de cuatro debates, el proyecto de ley de inseminación artificial que busca garantizar los derechos de procreación de quienes tienen problemas de infertilidad.
La intención central de la iniciativa es establecer parámetros concretos frente a la procreación con asistencia científica y no dejar más en el aire el derecho de los colombianos a conformar una familia. El senador Armando Benedetti Villaneda, ponente del proyecto, dijo que así empiezan a garantizarse en el país las técnicas médicas especiales o métodos biomédicos, que facilitan o sustituyen a los procesos naturales que se dan durante la reproducción.
“La intención facilitar el proceso que permite la fertilización, mediante la manipulación de gametos, es decir óvulos o espermatozoides con el fin de lograr un embarazo”, explicó Benedetti. El proyecto además contempla un capítulo especial para la figura de “uso solidario del vientre”, algo que en algunas partes del mundo se conoce como “alquiler de vientre”.
Al respecto, se deja claro que únicamente podrá usarse el vientre de una mujer, de manera sustituta, cuando este se haga de manera solidaria y a fin de sustituir artificialmente la imposibilidad natural de procrear.
“Esta idea fue incluida sólo con el fin de que cuando una mujer que sufra de esterilidad por varias razones pueda hacer uso del uso solidario del vientre. Queda claro que entre la mujer gestante sustituta y la madre sustituida deberá existir un convenio por escrito”, señaló. Este documento –de acuerdo al proyecto– obliga igualmente practicarse con anterioridad al tratamiento de reproducción humana asistida los exámenes necesarios para establecer qué enfermedades padece con el fin de evitar cualquier tipo de transmisión de patologías infecciosas, mentales o genéticas prevenibles para la prevención del contagio de cualquier virus al futuro niño.
El acuerdo deberá además dejar claro que este procedimiento es gratuito y que se hace de forma consciente y libre por parte de la madre sustituida, la cual acepta al hijo por nacer cualquiera que sea su estado de salud como legítimo, y por parte de la mujer gestante sustituta que renuncia al mismo y a cualquier clase de impugnación de la maternidad.
El proyecto ahora pasará a plenaria del Senado donde se espera una profunda discusión de los derechos de los ciudadanos a conformar una familia.