Así terminó el rescate de las cinco personas atrapadas en un cable aéreo en Caldas

Sobre la media noche del 27 de diciembre finalizó el rescate de las cinco personas que quedaron suspendidas dentro de una góndola de un cable aéreo artesanal a más de 250 metros de altura, en medio de la zona de amortiguación del Nevado del Ruiz. Mónica Andrea Sánchez y Cristian Cuervo, de 35 y 32 años, fueron las últimas personas en salir, tras más de 16 horas de trabajos de rescatistas en la zona.

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La emergencia se presentó sobre las 6:30 de la mañana del pasado miércoles, cuando cinco empleados del glamping Nido del Cóndor, que iniciaban sus trabajos, quedaron suspendidos sobre un cable artesanal, que comunica el ecohotel con la vereda Papayal, del municipio de Villamaría.

Juan Camilo Chaparro, de 19 años, el primero en ser rescatado, contó que uno de los cables que sostenía la góndola se rompió y ellos empezaron a sentir como comenzaron a bajar y luego a subir, por lo que lanzaron al río Molinos, que está debajo del cable aéreo, las frutas y cosas que llevaban para intentar alivianar el peso.

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De acuerdo con las autoridades, la emergencia la conocieron una hora después, por lo que se armó un grupo de rescate integrado por bomberos de Villamaría y Manizales, el Batallón de Desastres del Ejército, Ponalsar (Policía de Búsqueda y Rescate), Cruz Roja y Defensa Civil; pero los trabajos no fueron fáciles. El lugar donde se presentó el incidente está a tres horas del casco urbano de Villamaría y tuvieron que pedir el apoyo de funcionarios del cable aéreo de Manizales, para poder evaluar las posibilidades de rescate.

Primero se planteó sacar a las cinco personas atrapadas desde un helicóptero, pero se descartó la idea por el riesgo de la oscilación que provocan las hélices del vehículo. Ante esto, se optó por utilizar la misma línea que conecta la góndola para sacar a los atrapados. Sin embargo, esto tampoco fue sencillo, pues antes tuvieron que hacer pruebas de pesos e idear un mecanismo para que su salida fuera segura.

“Sentía que en cualquier momento mi vida se iba a acabar, que el cable se descolgaba e íbamos a morir. Teníamos que estar totalmente quietos, que no nos moviéramos, uno se movía y los compañeros metían el grito asustado, creyendo que eso se iba a ir al suelo”, dijo a La Patria Chaparro.

Lo primero que lograron hacer las autoridades fue desplazar un dron a la góndola con agua y radios de comunicación para mantener el contacto con los equipos de socorro y transmitirles calma, así mismo, bajo este mismo mecanismo trasladaron arneses y bajo el mecanismo de polipasto (máquina de poleas), poco antes de las 7:00 p.m., más de 12 horas después de que se registró la emergencia, lograron sacar a Chaparro.

Con el ánimo renovado, el siguiente movimiento sería acelerar el proceso y sacar a dos personas más en el siguiente movimiento de la góndola, pero esto solo se logró tres horas y media después, debido a que la oscuridad dificultó el manejo de los dos drones utilizados en el operativo, uno de los cuales se encargaba de trasladar el arnés, mientras el otro iluminaba el camino.

Las siguientes en salir fueron Marleny Patiño y Natalia Vida, de 35 y 24 años, mientras que los últimos fueron Mónica Andrea Sánchez y Cristian Cuervo, quienes terminaron tocando tierra a las 12:07 a.m., cuando ya pocas de las personas de las que se aglomeraron en el lugar aún permanecían a la espera.

Según la Secretaría de Medioambiente de Caldas, el cable aéreo artesanal, que tiene 530 metros de longitud y está a una altura aproximada de 250 metros sobre el río Molinos, fue construido hace cuatro años y medio por el privado que administra el ecohotel, para garantizar la movilidad de sus huéspedes, debido a que por tierra el ingreso es difícil.

Aunque este tipo de emergencias no son comunes, las unidades de socorro indicaron que están preparadas para atender este tipo de situaciones, que para esta ocasión tuvo la intervención de más de cinco entidades regionales.

Sobre la media noche del 27 de diciembre finalizó el rescate de las cinco personas que quedaron suspendidas dentro de una góndola de un cable aéreo artesanal a más de 250 metros de altura, en medio de la zona de amortiguación del Nevado del Ruiz. Mónica Andrea Sánchez y Cristian Cuervo, de 35 y 32 años, fueron las últimas personas en salir, tras más de 16 horas de trabajos de rescatistas en la zona.

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La emergencia se presentó sobre las 6:30 de la mañana del pasado miércoles, cuando cinco empleados del glamping Nido del Cóndor, que iniciaban sus trabajos, quedaron suspendidos sobre un cable artesanal, que comunica el ecohotel con la vereda Papayal, del municipio de Villamaría.

Juan Camilo Chaparro, de 19 años, el primero en ser rescatado, contó que uno de los cables que sostenía la góndola se rompió y ellos empezaron a sentir como comenzaron a bajar y luego a subir, por lo que lanzaron al río Molinos, que está debajo del cable aéreo, las frutas y cosas que llevaban para intentar alivianar el peso.

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De acuerdo con las autoridades, la emergencia la conocieron una hora después, por lo que se armó un grupo de rescate integrado por bomberos de Villamaría y Manizales, el Batallón de Desastres del Ejército, Ponalsar (Policía de Búsqueda y Rescate), Cruz Roja y Defensa Civil; pero los trabajos no fueron fáciles. El lugar donde se presentó el incidente está a tres horas del casco urbano de Villamaría y tuvieron que pedir el apoyo de funcionarios del cable aéreo de Manizales, para poder evaluar las posibilidades de rescate.

Primero se planteó sacar a las cinco personas atrapadas desde un helicóptero, pero se descartó la idea por el riesgo de la oscilación que provocan las hélices del vehículo. Ante esto, se optó por utilizar la misma línea que conecta la góndola para sacar a los atrapados. Sin embargo, esto tampoco fue sencillo, pues antes tuvieron que hacer pruebas de pesos e idear un mecanismo para que su salida fuera segura.

“Sentía que en cualquier momento mi vida se iba a acabar, que el cable se descolgaba e íbamos a morir. Teníamos que estar totalmente quietos, que no nos moviéramos, uno se movía y los compañeros metían el grito asustado, creyendo que eso se iba a ir al suelo”, dijo a La Patria Chaparro.

Lo primero que lograron hacer las autoridades fue desplazar un dron a la góndola con agua y radios de comunicación para mantener el contacto con los equipos de socorro y transmitirles calma, así mismo, bajo este mismo mecanismo trasladaron arneses y bajo el mecanismo de polipasto (máquina de poleas), poco antes de las 7:00 p.m., más de 12 horas después de que se registró la emergencia, lograron sacar a Chaparro.

Con el ánimo renovado, el siguiente movimiento sería acelerar el proceso y sacar a dos personas más en el siguiente movimiento de la góndola, pero esto solo se logró tres horas y media después, debido a que la oscuridad dificultó el manejo de los dos drones utilizados en el operativo, uno de los cuales se encargaba de trasladar el arnés, mientras el otro iluminaba el camino.

Las siguientes en salir fueron Marleny Patiño y Natalia Vida, de 35 y 24 años, mientras que los últimos fueron Mónica Andrea Sánchez y Cristian Cuervo, quienes terminaron tocando tierra a las 12:07 a.m., cuando ya pocas de las personas de las que se aglomeraron en el lugar aún permanecían a la espera.

Según la Secretaría de Medioambiente de Caldas, el cable aéreo artesanal, que tiene 530 metros de longitud y está a una altura aproximada de 250 metros sobre el río Molinos, fue construido hace cuatro años y medio por el privado que administra el ecohotel, para garantizar la movilidad de sus huéspedes, debido a que por tierra el ingreso es difícil.

Aunque este tipo de emergencias no son comunes, las unidades de socorro indicaron que están preparadas para atender este tipo de situaciones, que para esta ocasión tuvo la intervención de más de cinco entidades regionales.