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Lo último que se supo de los hermanos Óscar Julián Carvajal Erazo, de 34 años, y Kener Andrés Carvajal Erazo, de 24 años, fue un mensaje que el menor le envió a su esposa, hace 22 días, desde el sitio conocido como los portales de Fragüita, en el sur del Caquetá, muy cerca de la frontera con la baja bota caucana y Putumayo.
Los hermanos habían salido desde Florencia con rumbo a la Inspección de Puerto Nuevo Zabaleta (a 12 kilómetros del punto de la última comunicación), a cumplir una cita para recibir supuestamente un carro tipo Turbo para trabajar en la venta de queso.
Tres días después de ese último mensaje con una fotografía de Óscar Julián durmiendo en el bus, las esposas de los hermanos avisaron a su suegro Jesús Enrique Carvajal que los muchachos no aparecían y le contaron los detalles del lugar hacia el que habían partido.
Puerto Nuevo Zabaleta es un centro poblado a orillas del río homónimo, que conecta el piedemonte directamente con el río Caquetá. Según las autoridades, se trata de una zona en disputa entre los Comandos de la Frontera, de la Segunda Marquetalia, y el frente Carolina Ramírez, del EMC FARC.
A ese lugar llegó el señor Jesús Enrique Carvajal a buscar a sus hijos al otro día de conocer sobre su desaparición. Allí habló con los Comandos de la Frontera y les preguntó por el paradero de los hermanos.
“Yo fui hasta donde ellos estaban y ellos nunca me dieron razón de nada, dijeron que ellos no los tenían, que ellos no sabían nada de eso, entonces lo dejan a uno sin palabras, porque qué más les va uno a decir, ¿sí o no?”, expresó el padre de los dos desaparecidos.
El compungido papá viajó al menos durante cinco horas a Puerto Nuevo Zabaleta desde la Inspección de Bolivia, ubicada en el municipio de Paujil (Caquetá). Allí también hay una disputa entre los Comandos de la Frontera con otro frente del EMC FARC. “El tema es delicado, yo vivo por acá, no puedo ponerme a decir cosas que no debo decir.”, advirtió.
Como campesino que ha tenido que sortear la guerra, también preguntó por sus hijos al EMC FARC, grupo enemigo de los Comandos de Frontera, también con presencia en la zona entre Caquetá y la baja bota caucana
“Yo he averiguado por otra parte y nada, nadie me da razón y ellos dijeron que no, pero usted sabe que uno no puede… Ni las gentes los han visto ni nada, pero, pues, de todas formas, como ellos iban para ese sitio donde están ellos, entonces uno de pronto no puede decir que ellos los tengan”, dijo.
La segunda vez que fue a Puerto Nuevo Zabaleta le dijeron que si los Comandos de Frontera habían dicho que no los tenían, entonces podrían estar en manos de otros grupos. “Me dijeron que de pronto los tuvieran unos tales cobradores y en el segundo viaje me dijeron que a los muchachos los podían tener los mordiscos, entonces uno no sabe si es verdad o es mentira”, expresó.
Luego de publicar en redes sociales las fotos de sus hijos y algunos números de teléfono para recibir información, hasta extorsionistas se han aprovechado de la situación para pedir dinero por devolver a los hermanos.
Tantas versiones y situaciones llevaron entonces a Jesús Enrique a poner finalmente una denuncia en la fiscalía luego de 21 días de la desaparición.
“Nosotros guardábamos la esperanza y por eso fuimos a poner la denuncia a los 21 días, de pronto si dábamos a conocer esto antes eso perjudicaba la vida de los muchachos. Estábamos dando un tiempo para que ellos aparecieran, sin haber problema, para ponerse a hacer todo lo que se ha hecho. Como nunca se ha tenido razón, entonces toca lo último porque qué más”, manifestó.
Los hermanos Carvajal Erazo han sido muy conocidos en el sector transportador de la zona de la Unión Peneya, en el norte del Caquetá. El hermano mayor, Óscar Julián, trabajaba en una ruta de transporte de leche y queso en la zona rural de San Vicente el Caguán, y, el hermano menor, en el transporte de gas licuado en una empresa local.
Pobladores de la zona del Peneya y la Inspección de Bolivia, manifestaron que conocen a los dos hermanos desaparecidos y han dado fe de su labor en el sector transportador. Sin embargo, han dicho que no pueden asumir una vocería oficial porque temen a represalias de los grupos armados.
En medio de la disputa entre el EMC FARC y la Segunda Marquetalia no se ha podido establecer cuál es el paradero de estos hermanos que su familia busca desesperadamente. Por eso, su petición urgente es la de que si alguno de estos dos grupos los tienen en su poder, entonces los devuelvan a sus familias.
“Lo único que pido a los armados de por allá es que si de pronto ellos los tienen, que me hagan saber si los tienen vivos o les hicieron algo, que me den la razón. Es la solución, porque esto es algo muy duro para nosotros”, manifestó el papá de los dos desaparecidos.