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Buscan acercamientos entre Smurfit Kappa y comunidades del Cauca

La multinacional irlandesa (dueña de Cartón Colombia) adquirió 67.000 hectáreas en ese departamento (3.100 en Cajibío), lo que generó un conflicto por las tierras que hace varios años son reclamadas por la población local.

Ricardo Ávila Palacios
02 de octubre de 2022 - 01:00 a. m.
La embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha, durante su visita a Cajibío (Cauca). / sumofus.org
La embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha, durante su visita a Cajibío (Cauca). / sumofus.org
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Ciento cuarenta y cinco días después de que Pedro Josse Velasco Tumiña -líder del pueblo ancestral misak (guambiano)- sostuviera un careo en un hotel de Dublín (Irlanda) con Anthony Smurfit, representante del Grupo Smurfit Kappa (dueño de Cartón Colombia), su osadía comenzó a dar frutos.

El 29 de abril pasado (como lo informamos el 8 de mayo) el exgobernador de esa comunidad indígena del departamento del Cauca le recordó al empresario irlandés que la corporación que preside “ha concentrado las tierras disponibles para la agricultura, ha arruinado nuestros medios de subsistencia, ha interrumpido nuestro suministro de agua y alimentos, y ha talado la selva tropical y bosques andinos, todo con fines de lucro. Su alto índice de concentración de la propiedad de la tierra ha impactado en la dinámica social de la región y agudiza conflictos territoriales con comunidades indígenas, campesinas y afrocolombianas. Es hora de que esta tierra sea devuelta a sus legítimos propietarios”.

(Le sugerimos leer: El indígena misak que confrontó a Smurfit Kappa en Dublín)

Su clamor fue escuchado por el gobierno de Irlanda, que en un hecho inédito encomendó a su embajadora en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha, ilustrarse del conflicto para buscar soluciones.

En ese proceso la diplomática viajó al Cauca, en el suroccidente del país, para observar el territorio, escuchar a los líderes de las comunidades y enterarse de primera mano sobre lo que sucede.

La primera cita fue en Popayán, el 22 de septiembre pasado, y al día siguiente se desplazó al municipio de Cajibío, epicentro del problema, en donde fue recibida con afecto y comidas típicas. La diplomática tomó yogur de leche de chivo, almorzó pollo campesino preparado por la comunidad y se llevó para Bogotá un generoso obsequio de panela producida en el territorio.

En tenis y ropa ligera para la ocasión, y en medio de los inmensos cultivos de pino y eucalipto para producción de papel, cuya inmensidad contrasta con los pequeños cultivos de los locales, Fiona Nic Dhonnacha se reunió con la Comisión Política de territorios de vida interétnicos e interculturales, afectados por la presencia de Smurfit Kappa.

En Cauca, Smurfit Kappa adquirió 67.000 hectáreas de tierra, mientras en Cajibío posee 3.100, en un municipio con una extensión total de 54.282.14 ha (de las cuales 54.224.43 corresponden al área rural, mientras el área urbana apenas es de 57,71 ha), según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Registra, además, 17.037 predios allí.

“Nosotros hemos dicho que entendiendo el contexto del conflicto por la tierra en el departamento del Cauca, que queremos avanzar en un diálogo sobre lo político, con Smurfit Kappa y el gobierno del presidente Gustavo Petro”, explica Velasco.

Añade que es inconveniente hablar desde lo jurídico. “Si entramos en el tema legal se presentarían muchas presiones y puntos de vista, y ahí no habría un punto común para comenzar un diálogo, porque la empresa va a alegar adquisición legal de la tierra y que son garantes de la protección ambiental”.

Para Édgar Velasco Tumiña, secretario técnico del Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente (Aisu) “es muy importante acompañar esta lucha histórica en la recuperación de los derechos territoriales. Esta es una lucha interétnica e intercultural con principios muy claros: la lucha no es contra los minifundios ni contra los vecinos o pueblos hermanos, sino contra los terratenientes y multinacionales como Smurfit Kappa-Cartón de Colombia que han acaparado la tierra en el municipio de Cajibío”.

(Lo invitamos a leer: Salvar el territorio sagrado: la apuesta de Dwiarinmarku)

Propuesta de la comunidad

Velasco destaca que este proceso se ha denominado “Territorios de vida interétnicos e interculturales del pueblo misak, pueblo nasa, campesinos y afros”, que es donde está la multinacional con sus cultivos. “Es la primera vez que indígenas, afros y campesinos están unidos en una sola voz para recuperar las tierras ancestrales que nos pertenecen”, acota.

Al ser indagado sobre cuál es la propuesta concreta de las comunidades para hallar una solución a este conflicto de tierras, Velasco contesta: “Estos territorios, desde el punto de vista histórico, forman parte de los procesos ancestrales. El punto concreto de negociación es que estas tierras sean ofertadas al Gobierno Nacional dentro de los tres millones de hectáreas que el Gobierno fijó como meta para la reforma agraria en el país, y se dispongan a todo el proyecto político agrario con los procesos sociales en los territorios para ampliar la frontera agrícola en el Cauca. Esa es la meta que estamos trabajando”.

Consultada por este medio, la embajadora Dhonnacha respondió (ver respuesta completa abajo) que “la embajada (de Irlanda) reconoce la complejidad de este tema y las distintas consideraciones en juego. Damos la bienvenida a la voluntad de todas las partes de participar constructivamente en un proceso de diálogo (...). Esperamos que esto resulte en una solución inclusiva y de largo plazo que respete los derechos de todos los interesados y contribuya a la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible en la región del Cauca y más ampliamente en Colombia”.

Terminada su visita a Cajibío, la diplomática se reunió con representantes de Smurfit Kappa-Cartón de Colombia, para conocer su versión. Es posible que una escena impensable se haga realidad: que representantes de las comunidades y de Smurfii Kappa se sienten a la misma mesa a dialogar.

Respuesta de la embajada

Consultada por El Espectador, esta es la respuesta de la embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha:

“La Embajada de Irlanda en Colombia ha visitado la región y se ha reunido con todas las partes para obtener una comprensión más profunda de las circunstancias sobre la situación en esta región del Cauca. Además reconoce la complejidad de este tema y las distintas consideraciones en juego. Damos la bienvenida a la voluntad de todas las partes de participar constructivamente en un proceso de diálogo y consideramos que hay capacidades y condiciones para el diálogo en la región.

Nuestra embajada continuará manteniendo comunicación con todas las partes con miras a apoyar el desarrollo e implementación de este diálogo. Esperamos que esto resulte en una solución inclusiva y de largo plazo que respete los derechos de todos los interesados y contribuya a la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible en la región del Cauca y más ampliamente en Colombia. El compromiso de la embajada con esta área es parte de nuestro objetivo más amplio de apoyar el proceso de paz en Colombia y el desarrollo social sostenible e inclusivo. En este sentido, acogemos con beneplático las iniciativas de diálogo regionales y locales promovidas por el Gobierno en aras de mejorar el acceso a la tierra, abordar los distintos desafíos sociales y de derechos humanos, e implementar el Acuerdo de Paz”.

La defensa de Smurfit Kappa

“Rechazamos cualquier acusación en nuestra contra que afirme cualquier ilegalidad con respecto a la adquisición de los bosques de Smurfit Kappa”, dijo la multinacional en abril pasado.

Explicó que “poseemos 67.000 hectáreas de tierra, 45.000 plantadas con bosques comerciales y 22.000 hectáreas son bosques naturales. Una de nuestras propiedades forestales está ubicada en Cajibío, en la región del Cauca”.

Smurfit Kappa aseguró que comenzó a adquirir legalmente fincas en Cajibío hace 52 años, de legítimos titulares de la propiedad, quienes habían dedicado la tierra a la agricultura y al pastoreo de ganado; y precisó que hoy posee aproximadamente 2.700 hectáreas de fincas en esa población que, según la página web municipios de Colombia, tiene una extensión de 52.600 hectáreas. Es decir, físicamente son dueños del 5,13 % de ese territorio, sin especificar aquí cuánta de esa tierra es apta para la agricultura.

Ricardo Ávila Palacios

Por Ricardo Ávila Palacios

Periodista bogotano y abogado en uso de buen retiro. Creador de Tip Legal, con la pretensión de difundir pedagogía jurídica como una forma de servicio a la comunidad de lectores de El Espectador. Autor de los libros “Derecho a la información” (2005) y “La fabulosa historia del atletismo colombiano” (2019).@ricardoavilapalaciravila@elespectador.com

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