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En la vereda La Concepción, en el municipio de Cómbita, en Boyacá, las autoridades encontraron un matadero clandestino donde, al parecer, sus propietarios compraban vacas, toros, caballos y búfalos muertos o enfermos, para luego comercializar su carne en Bogotá y municipios de Boyacá.
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Según la Fiscalía, los responsables del lugar, luego de comprar los animales en mal estado, entre los que se incluían hasta terneros, los sacrificaban bajo “pésimas condiciones de salubridad y comercializaban la carne como si fuera un producto en perfecto estado a propietarios de famas salsamentarias y restaurantes”.
En la inspección del lugar, se evidenció que no tenían los permisos ambientales y sanitarios para operar, como tampoco había una cadena de frío para conservar la carne. Todo esto, estaría generando afectaciones al suelo como a las fuentes hídricas de la zona, donde vertían líquidos y residuos sólidos, que se generaban de los sacrificios.
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Ante esto, se hizo el cierre del lugar. Además, en medio del allanamiento se incautó una tonelada y media de carne que estaba lista para comercializar y se rescataron a 14 animales, de los cuales, según la Fiscalía, nueve estaban en precario estado de salud.
Junto a esto, se realizó la captura y judicialización de Deiber Daniel Casteblanco Velásquez y Daniel Casteblanco Reyes, quienes estarían a cargo de la operación del matadero clandestino y a quienes se les imputaron los delitos de corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico; daños a los recursos naturales, y maltrato animal.
Un juez de control de garantías ordenó, para los dos hombres, medida de aseguramiento privativa de la libertad en el lugar de residencia.