Claves para entender el origen de la Segunda Marquetalia
La Fundación Ideas para la Paz presentó una radiografía sobre la génesis, transformación y futuro de este grupo ilegal que sigue en la búsqueda de mayores niveles de autonomía, respaldo económico y sustento ideológico.
Marcela Osorio Granados
Si bien es cierto que hay muchos rasgos del conflicto armado que se mantienen en el país, también lo es que las dinámicas de las estructuras ilegales que operan en el territorio nacional se han transformado y ha habido un reacomodo de actores y grupos que se han ido fortaleciendo y están marcando el rumbo del nuevo ciclo de la violencia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Si bien es cierto que hay muchos rasgos del conflicto armado que se mantienen en el país, también lo es que las dinámicas de las estructuras ilegales que operan en el territorio nacional se han transformado y ha habido un reacomodo de actores y grupos que se han ido fortaleciendo y están marcando el rumbo del nuevo ciclo de la violencia.
En ese sentido cobra relevancia el informe que esta semana publicó la Fundación Ideas para la Paz (FIP), que pretende dar luces para entender el funcionamiento y futuro de uno de los grupos ilegales más recientes en Colombia: la Segunda Marquetalia. El Espectador habló con Andrés Cajíao, uno de los investigadores que participó en la construcción del documento, para conocer los detalles del informe y las principales conclusiones que arrojó la mirada más detallada a esta estructura.
Al hablar de disidencias de las Farc es común mezclar a la Segunda Marquetalia con las estructuras que ni siquiera se acogieron al Acuerdo de Paz. ¿Cómo entender esa diferencia?
Del fenómeno de las disidencias se habla en muchos casos como algo homogéneo, como algo que fuera igual. Pero cada una de estas estructuras disidentes tienen rasgos y características distintos. No es lo mismo hablar, por ejemplo, de las del frente Primero y el frente Séptimo, que son las que lideran Iván Mordisco y Gentil Duarte con una trayectoria mucho más fuerte en los territorios, con una idea de continuar un poco como las líneas farianas con sus formas de control social y territorial muy similares a las que hacían las Farc, que las disidencias que por ejemplo se conformaron en Nariño, estructuras un poco más criminales, con el uso de la violencia más fuerte, que se apartaron más de esa corriente ideológica de las Farc.
Los mandos que conformaron inicialmente estas disidencias, eran unos mandos con rangos medios que no tenían tantos beneficios del proceso del paz. Y lo que vemos con la Segunda Marquetalia es que es un fenómeno un poco distinto. Son mandos importantes dentro de las Farc, como Iván Márquez, Santrich o el Paisa, con una capacidad tanto política como estratégica mucho más fuerte. Su propósito inicial era reconstruir el proyecto fariano, tanto ideológica como militarmente. Lo que hicieron fue tratar de reconstruir su unidad de mando a través de dos estructuras, que son la dirección nacional y la dirección intermedia. Pero la realidad los obligó a generar un cambio dentro de su estructura, para poderse adaptar a las nuevas condiciones. Lo que vemos es que ellos están todavía en ese proceso de adaptación o de mirar cómo es la mejor forma de estructurarse para estar acorde a las nuevas dinámicas del conflicto.
¿Qué tan importante es la dimensión política?
El propósito inicial de la Segunda Marquetalia, o uno de los propósitos más fuertes, ha sido construirse como una organización política y militar, es decir, su discurso político ha sido uno de los elementos más importantes para ellos. Por eso, si uno analiza inicialmente es una estructura que es muy política y está constantemente saliendo en medios, mostrándose y visibilizándose. Lo que trataron de construir primero fue su visión política y a través de eso ir construyendo su visión militar. Políticamente ellos tratan de hacer la misma línea fariana, teniendo más o menos las mismas bases ideológicas, pero hay una transformación en el objetivo de la Segunda Marquetalia. A diferencia de las Farc, la Segunda Marquetalia, según sus discursos, no tiene como objetivo principal la toma del poder, sino generar unas condiciones sociales que lleven a una coalición que permita generar un nuevo “proceso de paz” que agrupe a todas las estructuras guerrilleras y que permita que el pueblo, como su factor político, se convierta en quien adopte el poder. También empiezan a plantear esta estrategia de no atacar a la Fuerza Pública, porque no son ellos contra quienes están peleando, sino contra esas condiciones, que no permiten que el pueblo llegue a la toma del poder. Ideológicamente ha habido un cambio importante en ese punto.
El tema del arraigo comunitario es un trabajo que ellos vienen haciendo y generando, pero hasta el momento no hemos podido evidenciar que tan arraigado está. Esta estructura funciona de una manera un poco y dos diferente. Hay dos direcciones que son la comandancia y que están en Venezuela -que son las cabezas de la organización-, y otras expresiones más territoriales que son las que han tratado de cooptar estructuras que ya estaban en los territorios y que ya se venían conformando, para adherirlas a su proyecto político, o proyecto militar. Y entonces sus expresiones territoriales son también muy diversas. Por ejemplo en el Catatumbo hay una estructura que tiene un corte mucho más político, ahí el discurso político y el arraigo es muy importante. Pero también, por lo que hemos podido evidenciar, también han venido adhiriendo estructuras como el Bloque Alfonso Cano en Nariño, que tiene una relación un poco distinta donde el tema político no es tan fuerte sino es un tema más criminalizado. Es es una una visión que ellos tienen mucho más mediática de expresar todo este componente político a través de los medios de comunicación, las redes sociales, todo ese tema de difusión del proyecto político, pero eso no se ha aterrizado del todo ya en sus expresiones más territoriales.
¿Cómo interactúan con otras estructuras?
Su objetivo primordial era la reconstrucción del poder y los aparatos armados farianos. Inicialmente trataron de hacer unos acercamientos con esas grandes estructuras, como el frente Primero o el frente Séptimo, con Gentil Duarte e Iván Mordisco, pero dichos grupos ya tenían un arraigo y una consolidación en los territorios y en sus economías. Era muy difícil que se lograran subordinar a unos nuevos jefes. Por eso la Segunda Marquetalia ha planteado su crecimiento y expansión con alianzas y no de disputas, porque tampoco tienen capacidad militar muy fuerte en el territorio. Empezaron a coordinar con estructuras de menor envergadura, menor capacidad militar, con incidencia territorial limitada y en un proceso todavía de crecimiento.
¿Y con estructuras armadas de otra índole?
A grandes rasgos lo que sabemos es que la segunda Marquetalia está tratando de evitar a toda costa la disputa con otras estructuras. Eso obviamente si se ve localizado en cada región cambia, pero en general no se ve como una política de enfrentamiento frente a otras estructuras como el Clan del Golfo. Por ejemplo el frente 18 del frente 36 en Antioquia sí mantienen proceso de disputa con las Autodefensas Gaitanistas en esa zona, pero eso es anterior al proceso de adición de esas estructuras a la Segunda Marquetalia. Son dinámicas muy particulares y si bien no hay ningún tipo de relación ni coordinación y realmente la relación entre los comandantes es bastante mala, uno no ve que haya un enfrentamiento en todas las zonas. Ellos tampoco ven la ocupación del territorio como un tema militar, es decir llegar y acabar con los actores armados que hay en el territorio, sino tratan de generar algunos procesos de negociación y cooptación inicialmente para fortalecer su proyecto militar.
¿Cómo ha sido la estrategia del Estado para atender este fenómeno?
El Estado tiene una estrategia bastante reactiva frente a este tipo de grupos. De alguna manera minimiza las cosas hasta que realmente se vuelve un problema más complejo y más visible, y ahí lo tratan de atacar. No es que el Estado no esté haciendo nada, pero esta estrategia reactiva, y en algunos casos permisiva con estos grupos, a lo que lleva es a que estas estructuras se logren consolidar en los territorios y que sean cada vez más difíciles de atacar. La estrategia militar del Estado no ha tenido el efecto esperado ni contra la Segunda Marquetalia ni contra otras estructuras. Tampoco se han generado unas mejores condiciones de seguridad para las comunidades porque la estrategia es ocupar temporalmente unos territorios, pero luego se van y no dejan capacidades ahí instaladas sino que se mantienen las mismas condiciones que permiten que los grupos armados y las economías ilegales se mantengan.
¿Cuál es la importancia de Venezuela para la Segunda Marquetalia?
Al igual que con el Eln, para la Segunda Marquetalia, Venezuela se ha convertido en una retaguardia estratégica muy importante donde están los principales mandos, o los más representativos. Pero es muy complejo realmente generar ataques o acciones concretas contra esa estructura de dirección. Si bien las estructuras de mando principales se encuentran en Venezuela, tienen poca capacidad realmente de generar coacción o de controlar lo que pasa en los territorios. No tienen una capacidad armada muy fuerte para controlar lo que pasa, por ejemplo, con la estructura en Nariño o con la estructura en el sur del Tolima.
¿Qué tanto impacto tiene para el grupo la muerte de cabecillas claves como “Jesús Santrich”?
Las estructuras armadas y criminales en el país, tanto las disidencias como Segunda Marquetalia o Clan del Golfo, han venido generando un proceso de adaptación muy fuerte y muy dinámico a las acciones del Estado. Cada vez se vuelven más horizontales y menos verticales, y es un poco lo que ha pasado con la Segunda Marquetalia. Inicialmente, se pensó como la reconstrucción de ese modelo fariano jerárquico, vertical, donde estaba la dirección nacional conformada por estos grandes comandantes representativos que salieron tras la firma del Acuerdo de Paz, como Santrich, Márquez, alias el Paisa, y luego una segunda cadena de mando, que es la dirección intermedia y luego las expresiones regionales.
Lo que pasó es que se dieron cuenta que este modelo no es funcional para el nuevo contexto y más por sus capacidades limitadas para tener control sobre los territorios. Han tenido que acudir a procesos de negociación con estructuras regionales que ya tienen un poder local, y eso los obliga a cambiar ese pensamiento de cómo debería ser el modelo organizacional. Hoy vemos que es una estructura mucho más horizontal, en donde les están dando cada vez más relevancia a los mandos de las estructuras regionales. Al principio la dirección nacional era principalmente Santrich, Iván Márquez, el Paisa, y ahora están incluyendo estos mandos que dentro de las Farc fueron mandos medios y bajos. Eso les permite hacer cambios fácilmente a las acciones del Estado.
En el caso de Santrich, hay que tener dos cosas en cuenta. Primera, si uno habla del tema funcional de la Segunda Marquetalia, es decir, si eso realmente va a cambiar la forma como está funcionando o afectar el funcionamiento de la Segunda Marquetalia, pues realmente no. La muerte de Santrich no va a modificar mucho en términos de cómo está funcionando, organizando y operando. Pero también hay que entender el perfil y la posición política que tenía Santrich en la Segunda Marquetalia. El tema político ha sido una de sus grandes banderas y quien llevaba la batuta de eso era Santrich, era quien estaba coordinando la Comisión de Comunicaciones de la estructura, quien se encargaba de todo el proceso de difusión de su proyecto político. Y de alguna manera la figura de Santrich podría tener algún tipo de incidencia en la forma como se veía ese proceso político dentro de sus estructuras y en las tropas. Tenía una influencia mayor por todo su proceso histórico dentro de las Farc y la importancia que tuvo. Entonces la caída de Santrich sí puede tener un efecto en el sentido de entorpecer de alguna manera todo el trabajo político que se viene haciendo.
¿Qué viene entonces de cara al escenario de reconfiguración del conflicto en el país?
La Segunda Marquetalia todavía está en un proceso de transformación y configuración. De la capacidad que tengan de adaptarse a las nuevas condiciones y la autonomía que logren las estructuras regionales, dependerá que tengan un proyecto más viable. Pueden seguir fortaleciéndose, pero eso también dependerá de cómo el Estado empiece a mirar o atacar este tipo de nuevos fenómenos que tienen condiciones y características distintas. Tiene que haber también una transformación en la forma como el Estado ataca, percibe y entiende este tipo de nuevas estructuras.